Capítulo 4: La educada vida de mi acompañante.
-Sigue con la pregunta –
- ¿Por cuál aspecto de tu vida te sientes más agradecido? – Yuuri terminó de leer la pregunta para girar a ver al ojiverde, esperando por su respuesta.
-¿Por cuál aspecto de mi vida me siento más agradecido?... – puso mirada pensativa, tratando de encontrar la respuesta indicada a esa pregunta – Supongo que estoy agradecido con tener a mi familia conmigo siempre, estoy agradecido con contar con lo necesario y hasta un poco más, que me permite estudiar la carrera de mis sueños. No creo que haya otra cosa que pueda pedir – sonrió mostrando un poco sus dientes, a la vez que giraba con el pelinegro - ¿Y tú? –
- Al igual que tú, de lo que me siento agradecido y feliz de tener es a mi familia, todos sanos y con lo necesario para seguir en el camino - dibujó una sonrisa de vuelta a Wolf, el cual sonreía tímidamente.
- Mi turno – Wolf tomó las hojas para leer la pregunta correspondiente – Pregunta número 9… “Si pudieras cambiar algo en la forma en que te educaron ¿qué sería?” –
-La forma en que me educaron. Bueno… mi madre es un apersona extremadamente liberal por lo que aprendí muchísimas cosas buenas de ella y papá sin embargo, me hubiera gustado que fuera un poco más ¿exigente? No lo sé, había pocas cosas que le molestaban, es alguien muy adorable y buena pero es un sentimiento extraño – el ojinegro se rasco ligeramente el rostro, buscando más argumentos – Nos dio mucha libertad a mí y a mi hermano; si hubiéramos sido otra clase de hijos tal vez hubiéramos terminado en el mal camino, pero supongo que la forma en la que nos educaron también tuvo mucho que ver con eso.
- ¿En serio? ¿Cómo qué clase de libertades te daba? – la curiosidad lo mataba, es decir, no escuchas tal comportamiento en una madre seguido, pues suelen ser muy amorosas y sobreprotectoras, y a juzgar por lo que había contado Yuuri, era realmente un caso muy extraño
- Pues no lo sé, supongo que ya estoy acostumbrado a sus acciones pero si tuviera decir algo podría ser… ¡Oh! Cuando estaba en secundaria, le gustaba demasiado que saliera con amigos, no es algo fuera del otro mundo, cualquier madre quiere que sus hijos tengan amigos pero, había veces en las que le alegraba que llegara tarde por irme a divertir, se preocupaba, sí, pero muy a su manera.
-Y cuándo eras pequeño ¿cómo era contigo? – Yuuri se sonrojó sin poder evitarlo al pensar en esos, oscuros y vergonzosos, recuerdos…
- Era… muy… especial. – fue lo único que atinó a decir el pelinegro, no tenía por qué dar más explicaciones de las necesarias.
- ¿Por qué? ¿Qué hacía? –
- Cosas-
-¡Yuuri dime! ¿Qué cosas? –
-¡Nada! –
- ¡No seas miedoso! ¡Dime qué cosas te hacía tu madre!
- ¡NO!
- ¡YUURI!
- ¡Está bien! Pues… mi madre – inhaló y siguió – no sé si era su sueño frustrado por tener una niña o en qué diablos pensaba pero… ¡Me vestía como una niña! Me ponía vestidos y moños – exclamó el moreno con un tono de frustración en su voz.
-¡Qué lindo! - exclamó Wolfram soltando unas leves pero, muy audibles carcajadas, al imaginar inconscientemente a un pequeño y tierno moreno, con vestidos de holanes, moñitos y dos coletas peinando su cabello.
-¡No es lindo! ¡Es vergonzoso pensar en eso! – el pelinegro ya se encontraba sonrojado hasta las orejas debido a la vergüenza del momento; eran pocas las personas que sabían acerca de ese secreto y el hecho de que un chico al que casi acababa de conocer lo convenciera de contárselo, era algo demasiado penoso.
- ¡Cuando terminemos con esto tienes que mostrarme fotos! - comentó el rubio muy divertido,, sin siquiera pensar en lo que decía.
- ¡Claro que no!
- ¡Anda!
- ¡Mejor contéstame tú la pregunta! ¿Qué te gustaría cambiar en la forma en la que te educaron?
-¡No me cambies el tema!
-¡Tú fuiste el que desvió el tema!
-¡De acuerdo! – luego de un gruñido como reclamó por parte de Wolfram , siguió con la respuesta – Yo crecí y nací en Alemania, y cuando era más pequeño vivíamos con mi padre. Él de alguna forma, evito que tuviera ‘contacto’ con otras culturas y países, para él sólo existía Alemania. – contaba aquello con un deje de ¿desprecio?, movía los ojos de un lado a otro con ironía – No sé s era una especie de xenofobia pero siempre fue así… Falleció cuando yo tenía 10 años; mi madre no pensaba para nada como él pero siempre le daba la razón en todo. Luego de su muerte mi madre decidió mudarnos a Japón, por lo que esas ideas desaparecieron muy rápido – terminó mirando a la nada – Sin embargo pienso que pudo haber sido un capítulo de mi educación que pudo haberse omitido.
-Todo lo contrario a mi padre – Yuuri soltó una risa nerviosa, de alguna forma podía sentir la incomodidad de Wolf al contar eso – Él siempre se preocupaba por que aprendiéramos sobre la cultura de otros lugares… - Wolf solo atinó a dedicarle una sonrisa tímida – Bien continuemos con la siguiente pregunta… - Yuuri hojeaba las preguntas para encontrar la siguiente - O no tan pregunta… - el rubio sólo lo miró con confusión. – “Tómate cuatro minutos para contarle a tu compañero la historia de tu vida con el mayor detalle posible”. Bien parece que empiezas Wolfram-san –
- Pues… - Wolfram se quedó unos segundos pensando, ordenando sus ideas y recuerdos para contarle su historia al moreno – Como ya te dije, nací y crecí los primeros 10 años de vida en Alemania, en ese entonces vivía con mis padres y mis dos hermanos, medios hermanos; los tres somos de diferentes padres, supongo que mi madre, Cecile, nunca tuvo mucha suerte con el amor pero no pienses demasiado en ello, ella es una excelente madre… Mi hermano mayor Gwendal tiene 30 años, le sigue mi hermano Conrad con 28 años y yo soy el menor tengo 23 años. Nos mudamos a Japón hace 10 años a decisión de mi madre, ella consiguió un buen trabajo aquí y pensó que sería bueno para nosotros vivir en un lugar completamente diferente al que estábamos acostumbrados; Gwendal aún no comenzaba la universidad así que lo vio como una oportunidad para que la estudiara aquí. Yo comencé la secundaria aquí en Japón, siempre tuve mucha sensibilidad a las artes por lo que siempre supe que mi destino era estudiar algo relacionado a ello, las artes plásticas siempre fueron mi mayor pasión y me decidí a estudiar artes visuales al entrar a la universidad. Siempre he recibido el apoyo de mi madre y mis hermanos, siempre me han consentido mucho por ser el pequeño así que cuando les dije que estudiaría artes los tres me apoyaron completamente. – se detuvo un momento para tomar aire y seguir con su historia. - La muerte de mi padre no fue muy dura para mí, obviamente fue muy triste para un niño de 10 años perder a su padre pero de alguna forma nunca lo sentí como tal, siempre estuvo muy distanciado a nosotros, era muy serio y la mayor parte del tiempo se la pasaba trabajando y por esa razón siempre vi a mis hermanos mayores como un ejemplo a seguir. – Wolf se detenía de vez en cuando para pensar en otras cosas que pudiera contar – Cuando estaba en preparatoria, descubrí o más bien confesé mi bisexualidad aunque la verdad no me llevo mucho con las mujeres; nunca he tenido una relación muy larga, mis relaciones solo han sido de algunos meses, supongo que nunca me he enamorado realmente – levantó su cabeza y dijo una última frase - En resumen, soy un chico pintor de 23 años bisexual, que ama las artes, los animales y a su familia. – terminó con una linda sonrisa luego de su largo discurso de poco menos de cuatro minutos. - Tu turno, cuéntame tu historia – comentó mientras que se recargaba por completo en el sillón.
- Bien ¿Por dónde empiezo?... – se preparó mentalmente con su historia para luego poder hablar – Bueno yo nací en Boston en Estados Unidos, pero crecí en Saitama donde vivo desde entonces. Hasta hace dos años vivía con mis padres Miko y Shouma, con mi hermano Shori y mi pequeña Greta, pero me mudé junta a ella a un apartamento cuando iba a mitad de mis estudios universitarios. – suspiró para luego seguir – Mi vida cambió por completo cuando tenía 17 años; poco antes de entrar a la universidad, unos amigos de mi madre fallecieron en un horrible accidente y su hija de tres años quedó huérfana, esa niña era Greta. Yo la conocía desde que nació debido a mis padres, por lo que le tenía mucho cariño. Cuando me dijeron que no había otro familiar que pudiera hacerse cargo de ella y que lo más probable era que la llevaran a un orfanato, no pude soportarlo y les rogué que me dejaran adoptarla, al ser menor de edad era imposible para mí pero mis padres decidieron adoptarla sin embargo yo era el que me hacía cargo de ella. Cuando cumplí 20 años pasé a ser su padre adoptivo legalmente, Greta ha sido mi felicidad desde entonces… – sonrió al decir esa última frase - Siempre he sido fanático de béisbol, lo juego desde que tenía 6, estuve en un equipo en la secundaria y preparatoria, ahora debido a la universidad lo juego de vez en cuando con Greta. A parte del béisbol nunca tuve otras pasiones por lo que fue un poco difícil decidir si quería estudiar en la universidad o no, pero de alguna forma no quería ser un jugador profesional ni nada por el estilo. Luego descubrí que soy una persona que ama ayudar a la gente y que busca que todo se justo y adecuado, así que me decidí por Leyes. – se quedó pensativo por un momento - ¿Qué más puedo decirte? Yo de alguna forma también me considero bisexual, mas no soy una persona que salga con montones de personas, de hecho solo he tenido una novia en preparatoria y no fue nada serio, terminamos a los 5 meses; luego de eso adopté a Greta así que no pienso que sea necesario salir con alguien, aunque he pensado en darle a mi Greta una madre, no he encontrado a la persona indicada… - el moreno se quedó en silencio, mirando con ternura, como si pensara en su pequeña. Algo que realmente enterneció al rubio – Supongo que es todo sobre mí ¿Seguimos? –
Wolfram quedó sorprendido por la historia de su compañero, a pesar de que no habló casi nada acerca de sus padres y su hermano no dijo nada, pues ya había escuchado un poco de ellos en preguntar anteriores. Sin embargo, al escuchar que prácticamente toda su historia estaba enfocada a la pequeña Greta, no pudo más que sentir ternura con respecto a la hermosa relación que seguramente tenían esos dos. Se notaba que Yuuri no era un joven inmaduro como pensó al verlo entrar por esa puerta. No era más que un lindo y joven padre protector que amaba a su pequeña hija con todo su corazón…
Yuuri Shibuya lo sorprendía cada vez más…