Hoy es un gran día para mí…
Luego de pensarlo durante muchos días por fin pude armarme de valor para finalmente confesarme a la persona de la cual estuve enamorado durante muchos años…
Había tomado la decisión de salir temprano por la mañana, pudiendo sentir así la fría brisa mañanera impactar contra mi rostro, era como si fuese un reclamo por parte de la naturaleza en forma de una bofetada por recién admitir que era cierto, que era verdad que ahora mismo me encontraba perdidamente enamorado mas que nunca de un coreano el cual se negaba a salir de mis pensamientos, una vez fuera de mi hogar observe atento aquel espectáculo que me esperaba… era un hermoso amanecer que muchas de las personas ignoraban, ya que se encontraban perdidos tejiendo sus sueños a estas horas de la madrugada. “No pude comprar flores ayer”; intenté excusarme conmigo mismo, por el temor de que estas se marchitaran y no pudieran transmitir del todo los sentimientos que quería expresar a esa personita tan especial para mí, muy aparte de que me encontraba inseguro. Si, aunque nadie lo podía creer yo también era una persona demasiado insegura y nerviosa en ciertas circunstancias, por lo que tendía a hablar de mas.
Tan pronto estuve frente a la florería me quede perplejo ante la belleza de unas rosas blancas que reposaban en un macetero de porcelana, pero había una que resaltaba sobre todas ellas que hizo que me animara a tomarla con las yemas de mis dedos, intenté acariciarla con el torso de mi mano izquierda logrando que un pétalo escapara, aquellas rosas eran tan pálidas y delicadas como su piel, cerré los ojos con la rosa aún es mis manos esperando a que mi imaginación pudiera crear en algún lugar oculto el rostro que pondría él al verlas… ¿Cómo reaccionaría?
- Según este libro dicen que las novias usan las rosas blancas generalmente para hacer su bouquet, ¿Puedes creerlo?
- …
- También dice que los novios en la antigüedad usaban los bouquets para mandarse mensajes secretos, ¡Es increíble! Quiero casarme contigo lo mas pronto posible y claro espero que me mandes uno de tus mejores mensajes de amor, por supuesto que yo haré el mío también y mi mensaje será mucho mejor que el tuyo.
- …
Él era una persona de pocas palabras, pero por las diferentes reacciones de su rostro me demostraban que al igual que yo ansiaba también que llegara aquel día en donde pudiéramos casarnos… y no solo seamos dos amigos viviendo en una casa…
- Rosas blancas… - murmuré con una sonrisa.
Acercándome un poco mas a ellas deposite aquella rosa en el macetero y aspire con anhelo aquella fragancia tan efímera… rosas blancas… continué pensando… es un símbolo de inocencia y pureza, de pronto una imagen de mi amado se formó como si este se tratara de la Virgen María, sosteniendo entre sus brazos a aquel cachorro de husky con el perfil en su rostro tan serio como siempre y un coro de ángeles cantando “Ave María” detrás suyo, cubrí apresuradamente mi boca intentando contener una pequeña risilla, pero no pudiendo evitar las lágrimas que provenían de las comisuras de mis ojos por la gracia que esto me ocasionaba, puesto que de virgen creo que ya no le quedaba rastro…
Continué rodeando el local hasta toparme con unas rosas de color amarillo… radiantes como el mismísimo sol… tan brillantes como las sonrisas que mi amado siempre solía regalarme cada vez que demostraba dicha y felicidad absoluta… intenté hacer una pauta en mi cerebro anhelando recordar el significado de estas rosas… “optimismo, calidez, alegría y felicidad”…
Sonreí ante tal hermoso significado, pues alegría y felicidad era lo que él siempre me daba… aún podía recordar como si fuera ayer el solo hecho de encontrarlo cierta noche intentando cantar aquella canción que yo mismo compuse el día en que él decidió rendirse de todo y acabar con su sueño… no le permitiría eso, no después de tantos años que él fue mi confidente, sé que odiaba mi egocéntrica forma de ser… lo admito, pero a pesar de todo eso siempre estaba ahí para escucharme…
- “Aunque la noche caiga nunca me doy por vencido… Siempre doy lo mejor de mi…” – lo escuche entonar en susurros depositando una de sus palmas sobre mis mejillas, era una pequeña demostración de afecto que él siempre hacia pensando que me encontraba dormido.
- “Si siempre mantienes una sonrisa en el rostro, podrás atravesar la lluvia…” – sentí como su cuerpo se tensaba entre mis brazos, no podía contenerme después de escuchar su melodiosa voz atravesar mis oídos, por lo que ese día decidí acabar con la farsa de fingir estar dormido noche tras noche – Te amo Seung… - susurré en sus oídos depositando un cálido y gentil beso en el dedo anular de su mano izquierda.
Seung era una persona misteriosa, llena de muchas sorpresas por descubrir como si se tratase de una pequeña y frágil caja de Pandora y cada vez que terminaba encontrando algo que el ocultaba del resto, se apresuraba a querer esconder el sonrojo de su rostro, era una de sus costumbres y a la vez una de mis favoritas… me sentía la persona mas dichosa y afortunada porque fui escogido por él, fui el elegido en su corazón para ser el único testigo de tan bellas expresiones dignas de un ángel perdido en este mundo corrompido por seres humanos… fui el único designado para poder abrir esa hermosa caja de Pandora…