Se dejo caer en aquel lugar, cansado, gastado, herido... Herido figurativamente, herido de verdad.
Gimio de dolor y solto una maldición mientras quitaba su espada y la lanzaba a un lugar fuera de su vista, se desmadejo sobre aquella superficie cerrando los ojos.
Se dejo relajar por los sonidos que le rodeban, se estaba desangrando, lo sabia, iba a morir si no curaba sus heridas, pero, no podría importarle menos, tenia heridas mas graves en su maltrecho ser, tanto como para dejarse morir.
Suspiro apretando sus parpados un poco mas, como intentando silenciar sus pensamientos, como si pudiera.
Escucho el riachuelo, la brisa, los animales de aquel lugar, si, ese lugar seria hermoso para morir, si no fuera porque no dejaba de pensar.
Pensar en aquel destino impuesto, pensar en cuanto odiaba su naturaleza, pensar en todas las posibles maneras de seguir vivo, pensar en todas las posibles maneras de no cumplir con su instinto de supervivencia y morir, pensar en dejar de pensar... Que mente mas caotica!!! SILENCIO!!! La brisa se agito con fuerza y abrio sus ojos curiosos, no vio luz como esperaba al estar de cara al cielo. Un manto negrusco le cubria la visión del celeste manto, parpadeo perplejo al no entender que era aquello. Un resoplido le hizo mover su rostro y lo vio, un par de celestes fieros... todo se nublo. ............................................................
Busquenlo!!!
! El grito resono como un rugido entre el estruendo de los caballos que corrian de un lado a otro con sus ginetes sobre ellos, ginetes que seguian sin chistar las ordenes de aquel hombre sin alma, de aquel que en sus ojos se notaba que esperase se cumpliera para con él la palabra prometida. -
Donde esta?!!
Aquel hombre, si podian llamarle como tal, que sin piedad alguna separaba la cabeza del cuerpo de aquel pobre que no le diera respuesta. El olor era nauseabundo y los colores se perdian en el mar rojo causado bajo orden y mando de aquel duque. aquel pequeño pueblo fue destruido y el llanto de los pocos que quedaban vivos acompañaba a la comitiva dirigida po
r aquel hombre de negro.
- Mi señor
La comitiva se detuvo, todos espectantes al actuar de su amo, aquel al que nadie desafiaria si apreciava su vida.
-Quiero a Howard Stark
-pero...
-Vivo!!
Los caballos relincharon con temos a aquel grito que hizo eco y calo el alma de los soldados. El Duque Stark estaba en problemas y todos bajaron la mirada dirigiendose a aquel lugar. Y la guerra comenzaba, una guerra que solo un nombre podía solucionar.
Anthony Stark
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Desperto al sentir unas molestas gotas caer en su rostro.
Mordio el interior de su mejilla al intentar sentarse, estaba muy lastimado. Para su sorpresa, o horror, le habían sanado.
-Pero com...
-Que bueno que has despertado
Se sobresalto al escuchar esa voz y dirigio su vista a donde provenia, dejo escapar una exclamación entre asombro y espanto.
Se supone que esas criaturas ya no existian, pero frente a sí tenia a
uno de ellos.
-Buenos días Anthony
Y tampoco se suponia que hablaban, palidecio al verle levantarse.
-No te asustes, no comemos humanos, aunque deberiamos
. Y no sabia si eso era broma o no
- un... un dragon
Aquello era tan irreal que no tenia idea de como reaccionar.
Volvio a pensar que mas le valdría estar muerto.