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Tu silencio por valeeop

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Aquel mismo día, para cuando el médico llegó Naruto ya se había curado, ambos quedaron dormidos hasta pasado el mediodía cuando el sol ya bajaba de lo alto y la sopa de pollo se había enfriado, el médico tocó la puerta insistentemente hasta que Sasuke despertó y fue a abrir, después de semejante recorrido, de punta a punta de la isla era lógico que se disgustara al saber que el paciente no necesitaba de sus atenciones, aunque no dijo ni una palabra al respecto Sasuke si pudo notar la mirada de fastidio mal disimulado que muy amablemente le regalaba aquel doctor , a modo de disculpa por hacerle venir desde tan lejos Sasuke le entregó un jugoso cheque y este cheque como por arte de magia cambió la mirada de fastidio por una de agradecimiento, el doctor se fue con el porte de alguien que iba a cambiar su camioneta por un deportivo rojo y se dirigía en ese momento a la concesionaria.

 

Naruto ya se había levantado y no se veía como si quisiera volver a dormir, estaba en perfectas condiciones, almorzaron a media tarde la recalentada sopa de pollo, a Naruto pareció gustarle el caldo, pues repitió cinco veces y comió cada vez con tanto gusto como si recién empezara el primer plato, el banquete de Naruto terminó cuando la olla quedó vacía, lo que quedaba de la muy avanzada tarde disfrutaron de la playa de aguas cristalinas y arenas perladas, el alfa azabache se dispuso a tratar de darle un par de lecciones de natación a su omega, dicha clase no dio muchos frutos, Naruto se hundía como piedra y tenía una forma fatal a la hora de dar brazadas, al menos se divirtió y eso era todo lo que contaba.

 

Se acostaron a dormir bastante tarde pues al caer la noche asaron malvaviscos a la orilla de la playa, en completo silencio, disfrutando de la tranquilidad, el chispoteo del fuego de la fogata quemando la madera, el susurro del viento y el lejano y relajante sonido de las olas arremetiendo contra los acantilados rocosos cercanos, vieron a los cangrejos salir de las aguas apareciendo coloridos a través de la espuma de las olas para ocultarse en las madrigueras de la playa, algunos de ellos cuyas cuevas quedaban más lejanas se adentraban en el bosque y se perdían en la hojarasca del suelo selvático.

 

Al día siguiente y bajo la promesa de un pronto regreso a aquella isla paradisiaca partieron en la lancha rumbo a tierra continental del país del fuego, al día siguiente seria la coronación de Hinata y tenían cosas que culminar, preparativos finales que hacer.

 

 

Llegaron caída la noche a Konoha, llenos de energía pues habían dormido prácticamente todo el trayecto, y era mejor así, especialmente para Sasuke quién consideraba la necesidad de tener su energía al máximo para poder soportar a su familia por un límite de una hora, suficiente para ir a recoger los kimonos que había mandado a hacer a un diseñador para él y para Naruto, dichos kimonos estaban bajo el cuidado de Itachi y como tal debían ir al barrio Uchiha por ellos …eso sí, solo podría estar una hora, soportar al clan por más de eso sería enormemente perjudicial para su estado psicológico y podría terminar por hacerles un favor a los encarcelados miembros clasistas extremistas acabando de una vez por todas con el clan Uchiha. 

 

Estacionó su auto a las afueras del barrio, en la entrada donde estaba el gigantesco portón de estilo oriental con el símbolo del clan, sin haber entrado ya se olía que algo andaba mal… había demasiado silencio…demasiado para ser el barrio Uchiha.  

 

— ¿Sasuke? — Naruto miraba extrañado el comportamiento extremadamente cauteloso de su alfa —¿Qué pasa Sasuke? 

 

—tranquilo Naruto no creo que sea nada —le respondió Sasuke caminando normalmente hacia la entrada pero con los sentidos bien alerta —simplemente estarán haciendo alguna otra estupidez —entraron al barrio y todo estaba sumido en silencio, aún así todas las luces permanecían encendidas pero las casas estaban vacías y las puertas de estas abiertas de par en par, suerte que por ahí no había ladrones, nadie apreciaba tan poco su vida como para entrar a robar al barrio Uchiha. 

 

A medida que se acercaban a la plaza central del barrio pudieron ver el fuego de las antorchas y la sombra de las escobas y trapeadores, también pudieron escuchar el murmullo de una gran multitud, en cuanto doblaron la esquina pudieron ver lo que habían escuchado, ahí estaba aglomerados en muchedumbre todos los miembros del clan, llevaban antorchas, algo muy curioso viendo que tenían electricidad y como tal todo estaba bien iluminado, también no solo llevaban consigo trapeadores y escobas sino que también en su gran mayoría llevaban sandalias y chancletas en las manos, Sasuke no supo que pensar mientras Naruto tomado de la mano de su alfa observaba todo con suma curiosidad.

 

—hola Sasuke —saludó Suigetsu apareciendo entre la gente con una antorcha encendida en una mano y una chancleta plástica verde en la otra, caminaba como si fuera lo más normal del mundo.

 

—Suigetsu ¿Qué sucede aquí? —preguntó Sasuke notando como todos estaban concentrados al frente.

 

—hemos sufrido varios atentados entre ayer y hoy, muchos de los miembros del clan se han visto envueltos pero por suerte aún no hemos sufrido ninguna baja —explicó el peliblanco alfa de dientes filudos seriamente antes de saludar a Naruto y volverse a unir a la multitud dejando a Sasuke sorprendido, a pesar de estar aislado el había estado al tanto de las noticias de Konoha, era su deber después de todo pero no se había dado por enterado de dichos atentados contra la vida de los miembros de su clan, Naruto miró a la multitud con preocupación, para el ya todos los que estaban ahí eran rostros conocidos, los analizaba uno por uno buscando que no faltara nadie.

 

—¡Sasuke! Qué bueno que te encuentro… —apareció Deidara ahora de entre la multitud vistiendo con ropa casual y utilizando su habitual coleta alta y flequillo, cargaba dos bonitas cajas decoradas, su barriga de casi ocho meses no le permitía mucho movimiento , esa prominente barriga hizo a Sasuke caer en cuenta del rápido y fugaz transcurrir del tiempo, ya había pasado más de medio año desde que Naruto estaba junto a él, pronto su omega experimentaría su segundo celo anual y el por su parte experimentaría su intenso celo de alfa anual, debía hacer los preparativos para retenerse a sí mismo, para controlarse y que no pudiera acercarse a Naruto.

 

—Deidara, necesito que me pongas al día, no estaba enterado de los atentados contra los miembros del clan — ante la severidad de Sasuke Deidara sonrió, el azabache se sentía algo extraño, no estaba acostumbrado a ver a Deidara vestido con cosas distintas a ropas militares, el rubio mayor acarició el cabello de Naruto a modo de saludó antes de aclarar con calma propia de una próxima madre la situación.

 

—no es lo que piensas Sasuke, verás, ¿recuerdas la cucaracha de la otra noche? —preguntó Deidara y Sasuke asintió en silencio —esos “atentados contra la vida de los miembros del clan” no son más que los miembros que fueron “atacados” por una cucaracha voladora.

 

—¡¿por eso tanto escándalo?! —Naruto miraba a Sasuke curioso, él no sabía nada a cerca de esa cucaracha. 

 

—es que no la han podido encontrar —explicó Deidara —Itachi ya ha sido “atacado” dos veces, la segunda mientras se duchaba, se resbaló y se hizo un enorme chichón y parece que quiere darle una muerte de lo más dolorosa a la culpable.

 

—esa cucaracha ahora mismo ya debe estar bien lejos del barrio Uchiha… — suspiró Sasuke —bien, donde esta Itachi.

 

—él está ocupado por los asuntos de la atacante voladora así que me encargó entregarte esto —y Deidara le entregó las dos cajas que cargaba a Sasuke, una era más grande que la otra y eran de un color azul pálido con relieve de flores silvestres, tenían un elegante moño de cinta y en la esquina de la tapa estaba impresa la firma del diseñador en brillante y dorada letra cursiva — son los kimonos.

 

—gracias por esto Deidara —agradeció Sasuke —¿Cómo está mi sobrino?

 

—está bien, Itachi y yo decidimos que no queríamos saber que era, pero no aguanto la curiosidad —el omega se acarició la barriga con ternura y Naruto observó el gesto con mucho interés.

 

— estaba tan acostumbrado a verte cortando cuellos que jamás imagine verte en una faceta maternal —se burló Sasuke ganándose una mirada divertida de Deidara.

 

—para que veas como es la vida — ambos rieron pero entonces fueron interrumpidos por algo que llamó su atención, se escuchó como la multitud gritaba embravecida levantando las antorchas y las armas, si es que una chancla de plástico puede ser considerada como tal, a través de los altavoces del barrio se escuchó la voz de Itachi.

 

— ¡llegó el momento de atrapar a aquel mal que amenaza el porvenir de nuestro clan! —Sasuke frunció el ceño ¿Cómo una sola cucaracha podría asesinar a un clan tan numeroso? — ¡traigan los señuelos! Alábenlos, estos honorables alfas y omegas están sacrificando su vida con el fin de hacer salir a la bestia — el grito de guerra no se hizo esperar mientras la multitud abría camino para los “héroes”, cuando Sasuke los vio pensó que su límite de una hora de resistencia había disminuido a cinco minutos, porque quiso largarse lo más pronto posible de ahí, pero Naruto le retenía, su omega estaba interesado, curioso y tal parece que se estaba divirtiendo con lo que sucedía.

 

Los “héroes” eran en realidad un grupo de omegas y alfas del clan vestidos de mariachi y armados con instrumentos, caminaban como fieros guerreros y se establecieron en el centro de la plaza, prepararon los instrumentos, todo bajo la fastidiada mirada de Sasuke y ellos con ojos llenos de decisión empezaron su llamada “misión suicida” para atraer a la bestia. Los instrumentos sonaron por todo lo alto, una omega que Sasuke reconocía por su melodiosa y versátil voz se puso frente al micrófono y después de una profunda inhalación que llenó de aire sus pulmones empezó a cantar.

 

—la cucaracha, la cucaracha. Ya no puede caminar. Porque le falta, porque no tiene. Una patita para caminar —para este punto Naruto aplaudía al son de la música sonriente mientras Sasuke por contraparte estaba pensando seriamente cambiarse el apellido e irse bien lejos donde nadie le conociera junto a Naruto, había tantas cosas mal en la táctica de Itachi qué de empezar a nombrarlas una por una no terminaría pronto, la primera cosa mal en tal método de exterminio residía en el hecho de que una cucaracha jamás iba a salir solo porque unos mariachis cantaran una canción infantil — pobre de la cucaracha, se queja del corazón. Por no usar ropa planchada, por la escasez de carbón — Sasuke estaba seguro de que aún si se pasasen toda la noche ahí cantando la cucaracha no saldría, ese insecto seguro estaba bien lejos en algún basurero disfrutando de un festín.

 

—Naruto vámonos —dijo Sasuke levantando un poco la voz por lo fuerte que sonaba la música debido a los altavoces, el azabache empezó a caminar pero Naruto no, ambos se miraron, el niño con gesto suplicante pedía en silencio a su alfa quedarse.

 

—la cucaracha, la cucaracha. Ya no puede caminar…

 

—no tiene sentido Naruto, no va a suceder nada, vamos a dormir tenemos cosas que hacer mañana… —trató de convencerle tiernamente.

 

—porque le falta, porque no tiene. Una patita para caminar — Naruto continuaba resistiéndose a irse.

 

— Naruto —Sasuke suspiró y siguió insistiendo — te digo que no va a sa…

 

—¡SALIÓ! —se escuchó un grito y Sasuke no podía con la incredulidad, efectivamente una cucaracha volaba por sobre la multitud que levantaba las antorchas con el fin de quemarla, las chancletas volaban de un lado al otro, Sasuke tenía la boca abierta por la sorpresa, resulta que el ridículo método funcionó, ahora en cambio estaba pensando que la única idiota ahí era esa cucaracha, teniendo comprensión de que esa canción le pertenecía también debía comprender que la estaban atrayendo para matarla, por ello era una estupidez que saliera a una muerte segura.

 

Varios gritos agudos se escucharon entre la multitud la mayoría de omegas y niños que se agachaban huyendo de la bestia extremadamente mortal de solo cuarenta milímetros, de entre todos esos gritos Sasuke pudo reconocer el agudo grito de su varonil hermano mayor, vio como todos huían, tal parece que no esperaban que saliera y por ello ninguno estaba preparado para matarla, sostuvo a Naruto de la mano quién se aferraba a él asustado y dando media vuelta se dispuso a irse, pero entonces Naruto cayó al suelo y pegó un grito equiparable al de su hermano cuando la cucaracha voló cerca de él, dicho grito era particular pues era un llamado de auxilio y Sasuke como buen alfa respondió de forma instintiva y actuó por reflejo, saltó y con los ojos inyectados en sangre, utilizando el chidori, una técnica de invención propia, volvió a la cucaracha menos que cenizas, la multitud enmudeció cuando la cucaracha fue hecha polvo por él poder de un hastiado Sasuke, solo un grito muy agudo y poderoso se escuchó, al menos esta vez no había sido Itachi, pero si Obito quién se ocultaba muy valiente mente detrás de su omega Sasori a quién Sasuke no había escuchado gritar ni una sola vez.

 

—¿Por qué gritaste Tobi? —escuchó que le consolaba Sasori.

 

—es que me da cosa cuando las matan saso-chan —y se abrazaron, Sasuke pudo notar desde lejos el potente olor de Obito en Sasori, recordó que el celo de su primo había sido anteayer, se habían apareado y por ello la esencia de la marca en Sasori era tan poderosa, en la fracción de segundo que tardó en volver al suelo pensó en Naruto.

 

—vámonos antes de que pase algo más —con las cajas en una mano y Naruto cargado con la otra corrió escapando de su familia, alejándose del barullo que se había formado por el reciente triunfo, llegó a la entrada del barrio en un santiamén gracias a su velocidad y puso a Naruto en el suelo, pero mientras emprendían la huida cuando atravesaron el umbral del portón se toparon frente a frente con Hinata Hyuga, ella tenía el cabello largo y suelto, por debajo de la cintura y portaba un kimono sencillo de colores lilas, un detalle que cabe resaltar es que también llevaba consigo una antorcha encendida y una chancla color magenta, detrás de ella estaban varios autos y miembros de la guardia real quiénes hicieron una reverencia corta a modo de saludo cuando reconocieron a Sasuke.

 

—¿la cacería terminó? —preguntó la chica con deje de decepción, sus ojos blancos eran penetrantes, Sasuke chasqueo la lengua.

 

—sí, ya terminó — Hinata suspiró.

 

—llegué tarde… — murmuró para sí misma, apagó la antorcha y le entregó la pieza de madera a uno de los guardias junto con la chancleta, se acercó a Naruto y ambos bajo la atenta mirada de Sasuke compartieron un fraternal abrazo —bienvenido de vuelta ¿estás listo para mañana? — preguntó la próxima reina con ternura apartando los cabellos del flequillo rubio que por su longitud ya casi cubrían los ojos de Naruto, debía ir pronto a la peluquería, Naruto ante la pregunta de Hinata asintió efusivamente, el jamás había asistido a un baile en un castillo y la idea le emocionaba en demasía, había visto suficientes películas de princesas como para saber que seria divertido.   

 

—¿No estabas muy ocupada? — preguntó Sasuke — pues a mí me parece qué tienes tiempo de sobra como para asistir a estas cosas. 

 

— asistir a los eventos del clan es una cita obligatoria para mí — expresó Hinata con una radiante sonrisa — me siento como toda una Uchiha.

 

—estoy pensando que por tú comportamiento eres más Uchiha que yo —murmuró Sasuke.

 

—es bueno ser animado, tú eres muy serio —la conversación era amable y tranquila, Naruto deseó formar parte pero no debía hablar, solo Sasuke podía escucharlo, nadie más, no sabía porque, no tenía idea, pero nadie además de Sasuke debía escuchar su voz. 

 

—soy maduro — dijo Sasuke en su defensa.

 

— ¿acaso tus padres no te dijeron… —ante la mención de sus padres Sasuke miró a Hinata con interés por sus palabras —…que madurar es para frutas? — terminó de decir la chica y Sasuke bufó. Para su desgracia sus padres si se lo habían dicho... varias veces.

 

—sí, me lo han dicho — Hinata rió un poco.

 

—¿lograron matarla? —preguntó Hinata — a la cucaracha — aclaró y Sasuke asintió.

 

— sí, todavía no entiendo como la hicieron salir solo cantando una canción — el azabache frunció el ceño, no le encontraba lógica alguna.

 

— para que veas como es la vida — Hinata volvió a reír y Sasuke recordó que esas mismas palabas se las había dicho Deidara hacia poco, sí, la vida era un misterio, y el más grande misterio para él ahora mismo le observaba con sus enormes ojos azules tomado de su mano, apretó la pequeña y tierna mano de Naruto y le regaló una sonrisa que le fue devuelta —bueno, entraré a saludar a Itachi y luego me retiro, necesito descansar para mañana, es la culminación de todos los esfuerzos de medio año — la voz de Hinata sonaba emocionada, tenía razones para estarlo. 

 

—nosotros nos vamos, tenemos que dormir temprano.

 

— ¿vas a enviar a Naruto a esa estética omega que te recomendé? — preguntó Hinata y Sasuke asintió.

 

—quiero que se vea hermoso para mañana, estoy seguro que él querrá verse bien ¿no es así? — Naruto asintió sonriente.

 

—nos vemos mañana —se despidió Hinata y con un aire juvenil propio de ella corrió al interior del barrio Uchiha donde se había formado una enorme celebración, detrás de la reina próxima a ser coronada iban corriendo afanados y atentos los guardias reales que estaban a cargo de su seguridad, Naruto y Sasuke volvieron a casa a dormir.

 

A la mañana siguiente se levantaron antes de la salida del sol y desayunaron juntos, no se verían en todo el día hasta la tarde y por ello el tiempo a solas era importante, Naruto estaría en la estética junto a otros omegas acicalándose para la coronación mientras Sasuke asumía de vuelta sus deberes como general y organizaba la seguridad finiquitando los últimos detalles del desfile protocolario de la milicia que debía hacerse después de la coronación, a las tres de la tarde Hinata seria coronada por Naruto quién asumiría el deber de forma inconsciente del sumo sacerdote del sabio, a las cuatro de la tarde saldría el desfile y regresarían al castillo a las seis, tendrían una hora para cambiarse el traje protocolario por las ropas de gala para el baile, y de ahí en adelante Sasuke solo deseaba que nadie que portara el apellido Uchiha bebiera de más, ya eran unos torbellinos andantes sobrios, ahora ebrios serían un tremendo huracán. 

 

 

      

 

Notas finales:

Buenas

Aquí les dejo un capítulo de comedia para prepararlos para él salseo que se vendrá con la coronación, un par de capítulos serios y mas secretos por delante se aproximan.

Nos leemos pronto!!


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