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Tu silencio por valeeop

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— Déjanos solos — ordenó con voz calmada pero fría, Uruchi le miró con notable preocupación mientras se alejaba del pequeño Naruto. La mujer de mediana edad se notaba indecisa, no quería dejarlos solos, jamás había visto a Sasuke tan trastornado a pesar de haberle conocido desde siempre, desde aquella noche nevada que le recibió al nacer, se le veía demasiado tenso, con la apariencia de alguien capaz de hacer algo de lo que posiblemente después, cuando la lucidez y la cordura regresaran de sus forzadas vacaciones, se arrepentiría con ganas — Uruchi… — y entonces la beta salió de la habitación, con el objetivo de traer refuerzos, de ser posible a Itachi y a Tsunade, si Kakashi todavía rondaba los alrededores seria aún mejor.

Naruto y Sasuke quedaron solos en la habitación de invitados de la casa de Itachi la cual estaba cercana a la entrada del barrio Uchiha y por lo tanto había resultado dañada durante la contienda, aunque no tanto como las de los alrededores, la habitación era cálida, acorde al buen gusto, quizá, de un decorador contratado por Itachi, pues era sumamente acogedora, bien organizada y la gama de colores era perfecta para crear el ambiente propuesto. Sasuke ya había estado ahí muchas veces y por dicha razón no se había interesado en lo más mínimo en detenerse a admirar la decoración de la alcoba, lo que si se detuvo a mirar por otra parte, fue al omega tembloroso que le observaba dudoso desde su posición, sentado al filo de la cama, sus pies por la altura de esta no alcanzaban el suelo y colgaban a una pequeña distancia de la madera lustrosa del piso.

— Sasuke… — le llamó en un hilillo de voz y Sasuke volteó a verle, hasta ese momento el azabache no se había dado cuenta de que su mirada se había perdido en sus pensamientos.

— Naruto, acuéstate — ordenó y el rubio asintió y obedeció, no sabía que le pasaba a Sasuke, lo único que sabía es que posiblemente fuera a seguir impregnándole, por eso no temía, por eso no dudaba, por eso no huía.

— ¿Sasuke está enojado? — Preguntó el rubio y Sasuke no respondió, se limitó a subirse sobre él — ¿Por qué está enojado? — preguntó el niño cerrando los ojos, sintiendo el peso de Sasuke sobre el mientras la boca de este repartía agradables chupetones por su cuello rondando la zona cercana a la mordida de lazo, Sasuke por segunda vez, no le respondió.

El pequeño Naruto se dio cuenta de que algo iba mal cuando de un solo movimiento fue despojado de sus pantalones y su ropa interior…

Un chillido de sorpresa escapó de sus labios, e intentó girarse pero le fue imposible, Sasuke le tenía fuertemente sostenido, empezó a respirar rápidamente, a todo lo que daban sus pequeños pulmones, temblaba, no sabía que estaba sucediendo, ¿Por qué Sasuke se comportaba así? Sasuke le prometió que no le haría daño, si, él se lo prometió, no habida nada que temer, Naruto se relajó, no sabía que objetivos tuviera Sasuke pero estaba seguro que Sasuke no le haría daño, debía haber una razón.

— ¡S-Sasuke! — gimió el pequeño con los ojos empañados cuando sintió aquella enorme y caliente mano sobre su pene moviéndose rápidamente, era extraño, muy raro, no sabía cómo describirlo…pero…se sentía bien.

Una sonrisa de satisfacción se dibujó a trazo lento sobre los labios de Sasuke al escuchar los agudos gemidos y jadeos del niño debajo de él, se auto consoló con eso, para hacerse creer a si mismo que no le hacía daño a ese pequeño, ese pequeño que se había convertido en su razón de ser en el mismo instante que sus miradas se cruzaron. Naruto se removía, temblaba y jadeaba con los ojos cerrados, y entonces los abrió de golpe, como platos, trató de soltarse, de liberarse, que Sasuke le dejara.


— ¡b-baño!...a-ah... sasu…ke — trató de decirle pero no podía, por alguna razón las frases no le salían completas, si no entrecortadas e inentendibles — v-voy a….mhgg ¡me v-voy a hacer pis! — exclamó y Sasuke supo al instante que esas no eran ganas de orinar, así que le sostuvo con fuerza manteniéndole en su sitio y continuó masturbándose, no pasó mucho tiempo hasta que Naruto se corrió, profiriendo por todo lo alto un sonoro gemido que despertó aún más el libido de Sasuke, de ser eso posible, pues el olor de excitación que liberaba el omega era glorioso, el azabache, dominado por su instinto alfa y al notar la pequeña y cerrada entrada del niño húmeda y lubricada sacó su propio pene y le dio la vuelta, quería verle cuando le penetrara, su expresión, y en especial escuchar aquellos paradisíacos gemidos sin que estos fueran amortiguados por la almohada, se imaginó la gloria personificada en Naruto pero cuando le dio la vuelta al verle lo único que sintió, lo único que deseó era convertirse en la peor mierda del mundo para que le aplastaran con una bota.


Naruto lloraba en silencio, pero no era un llanto de placer si no de miedo, estaba aterrorizado, y aquellos espasmos que Sasuke había sentido en el diminuto cuerpo no habían sido más que los hipidos de un terrible llanto lastimero, su corazón se le subió a la garganta y al instante el también sintió ganas de llorar y de chillar, devolvió su necesitado miembro a sus pantalones y abrazó a Naruto con fuerza liberando sus feromonas, buscando calmar a su asustada pareja, lo que más le dolía, lo que más le lastimaba, era saber que aquella expresión, que aquellas lagrimas eran completamente su culpa.

— ya…tranquilo…shhh…ya pasó — sosteniéndole Sasuke se dio la vuelta, cambiando las posiciones, poniendo a Naruto sobre él y la cabeza de rubios cabellos sobre su fuerte pecho, le acarició la espalda con dulzura sintiéndose más diminuto que una hormiga con cada quejido del rubio.

— ¿S-Sasuke está enojado....? — preguntó Naruto en un hilillo de voz quebrado y lastimera como aquel llanto que poco a poco menguaba.


— no estoy enojado…jamás me enojaría contigo — le susurró en el oído y los lamentos de Naruto mermaron, dejó de llorar.


— ¿ni por qué m-me hice pis? — preguntó y una ligera sonrisa de culpa escapó de los labios de Sasuke, ¿Cómo se le había ocurrido exponer a Naruto a eso? La máxima experiencia sexual que había tenido ese niño eran esos besos que más castos no podían llegar a ser, y de un momento a otro sin previo aviso estaba dispuesto a marcarlo, sin darle explicaciones y sin decirle nada.

— eso no era orina — explicó Sasuke después de unos instantes de silencio — eso era… — se lo pensó un poco, ¿Cómo le explicaría sin ir muy profundo en el tema?

Las acompasadas respiraciones de Naruto le hicieron caer en cuenta que su omega se había quedado dormido, era de esperarse, debía estar cansado, recién había pasado por su primer orgasmo y su día había estado repleto de fuertes emociones y hechos que nadie se había detenido a explicarle, le acarició con delicadeza la rubia y sedosa cabellera enredando sus dedos en los mechones dorados sintiéndose nuevamente como la peor mierda del mundo.





Itachi entró a la habitación a los cinco minutos tumbando la puerta de una poderosa patada que desprendió las bisagras, esperaba encontrarse a Sasuke descontrolado pero se topó con Naruto echando la siesta intacto y perfectamente vestido en la cama, abrazando al muñeco que parecía el gemelo perdido de su hermano menor mientras dicho hermano menor estaba leyendo un libro en el sofá junto a la ventana y ahora le miraba como si quisiese desollarlo vivo por provocar tanto escándalo.

— creía que…

—Has creído mal —dijo Sasuke poniéndose de pie, interrumpiendo a Itachi, hacia un par de minutos después de que Naruto se durmiera Sasuke se había dedicado a eliminar cualquier evidencia de lo acontecido, limpió todo y recorrió el cuarto de arriba abajo liberando sus propias feromonas para ocultar el olor de excitación que su omega había liberado al experimentar el primer orgasmo de su vida, quizá todo lo hacía para evitar que otros a parte de él experimentaran ese fantástico aroma.

—si no me necesitan más aquí yo me voy — dijo Tsunade dando media vuelta, Sasuke se puso de pie dejando el libro del cual no había leído ni la primera frase y lo devolvió a la mesa —tengo un esposo con poca ropa en casa que me espera —añadió la mujer de grandes atributos antes de perderse por el pasillo.

—yo también me voy a casa — dijo Sasuke cargando a Naruto en brazos con cuidado, el rubio se removió ligeramente acomodándose y acurrucándose en Sasuke, entre el sueño respiró profundamente y una sonrisa escapó de sus tiernos labios al sentirse protegido — Itachi… ¿Cómo esta Deidara? — Itachi sonrió conmovido por la preocupación de su hermano menor.

— ellos están bien — respondió refiriéndose a su omega y a su cachorro no nacido — tantas emociones no son buenas para un omega embarazado a tope de hormonas, es normal que se desmayara — Kakashi, Itachi, Uruchi y Sasuke sonrieron ante dicha información, unos más que otros.

— por ahora vayan a descansar — empezó a decir el Hokage Kakashi quitándose su sombrero — después de un día largo un merecido descanso reparador es lo mejor — el peliblanco miró a Itachi — ve a cuidar de tu omega y tu hijo, seguro Deidara querrá verte apenas despierte, podrás tranquilizarlo así, puede que se haga el fuerte pero te va a necesitar, lo sé, lo entrené desde que era un cachorro recién rescatado.

—Tienes razón —admitió Itachi cerrando los ojos para imaginar a su pareja, su carácter tan volátil como sus supuestas esculturas hechas de supuesto material no explosivo.

—pero mañana los quiero a primera hora en la sala del consejo— informó con seriedad Kakashi volviéndose a poner su sombrero de kage —tenemos un país que reconstruir desde los cimientos y muchas ratas de las cuales encargarnos.




Semanas habían transcurrido una tras otra sin que se sintieran verdaderamente, con tantas cosas que sucedían nadie se daba cuenta del verdadero transcurso del tiempo, todos los que tenían altos cargos en el gobierno estaban con las agendas a reventar, después de la ejecución del tsuchikage y de varios altos mandos de los miembros del partido clasista, la principal misión de los progresistas de konoha era acabar con cualquier foco de rebelión y seguir reuniendo información para desmantelar a los rebeldes los cuales eran guiados por un líder secundario que tomó el poder ante la muerte de los kages clasistas, el raikage, aquel que había huido con la sangre de Sasuke se desvaneció en el aire como el humo de aquella bomba de uso militar, sin duda la casi coronada reina de Konoha, Hinata Hyuga estaba enormemente preocupada por este hecho, pues ¿para que querría la sangre de Sasuke? A pesar de todas las especulaciones no habia logrado dar con una razón tangible y lógica.

A diferencia de Sasuke que se la pasaba de aquí para allá entre edificios y oficinas del gobierno, entre reunión y reunión. Naruto, por su parte mantenía una vida tranquila sumergida en una agradable rutina, se levantaba al salir el sol y se preparaba para el colegio, desayunaba con Sasuke viendo la televisión y ambos iban a clases, una vez en las instalaciones de la primera preparatoria del país del fuego afiliada a la universidad nacional se sumergía en sus clases y socializaba con Obito, Sasori y Sai quiénes le cuidaban como un hermano menor, también se llevaba de maravilla con los otros miembros del clan que estudiaban con él, se había hecho gran amigo de Izumi, la omega se había convertido en cierta parte como una hermana mayor, la hermana mayor que nunca tuvo.

Almorzaba con Sasuke en la cafetería de la escuela y al acabar las clases regresaban juntos a casa, pasaban un rato juntos en solitario, entre la privacidad del departamento, solo una media preciada hora antes de que Sasuke se duchara y se pusiera el uniforme militar para partir al trabajo, ese era para el pequeño Naruto el peor momento del día, pues no sabía cuándo su alfa regresaría, podía tardarse un par de horas, toda la tarde, incluso podía volver después de varias lunas y noches solitarias durmiendo en una cama fría sin nadie que le abrazara, siempre que Sasuke salía quedaba a cargo de la casa de omegas del barrio Uchiha, pues Shizune estaba ocupada, Tsunade estaba ocupada, todos estaban muy ocupados en algo que él no había llegado a entender pero en lo que él, Naruto, tenía más que ver que cualquiera.


Cuando Sasuke regresaba del trabajo siempre era de noche, al llegar dejaba las botas negras y pesadas en el recibidor y movía la cabeza de un lado al otro para tronar los músculos de su cansado cuello, tomaba otra ducha y se quitaba el atuendo negro y verde para ponerse unos pantalones blancos y habitualmente, pues Ya estaban en verano, una cómoda camiseta bastante fresca de manga larga color azul oscuro, al salir del baño Sasuke se alborotaba el cabello, Naruto tenía ese gesto grabado a fuego en su mente, siempre se alborotaba los mechones del flequillo dividido con la mano derecha haciendo el mismo número de movimientos rápidos.

Aquella era una de esas noches, el azabache recién salía de la ducha mientras Naruto desde la cama, rodeado de libros de la escuela le observaba atento, la mano derecha de Sasuke se levantó dirigiéndose hacia su cabellera y una vez empezó a agitarse sobre esta Naruto contó.

Uno, dos, tres.

Y con eso el cabello negro de Sasuke quedó salvajemente arreglado, le caía por los costados de la cara enmarcando sus facciones cinceladas, su varonil belleza, el niño se sonrojó y Sasuke se acercó a él con una sonrisa.

— ¿Qué te sucede? — Preguntó el azabache sabiendo ya la respuesta, dejándose caer de sentón en la cama a un lado del pequeño Naruto quién ya estaba vistiendo su pijama blanca con círculos de distintos tonos de naranja, sostenía el lápiz que poseía una longitud considerable, demostrando que era nuevo, que no había pasado más de dos veces por el sacapuntas, lo tenía posado sobre el libro de matemáticas, que estaba abierto frente a él mostrando el ejercicio de trinomio cuadrado perfecto que acababa de resolver.

— ¿Por qué tardaste tanto? —preguntó Naruto mirando a Sasuke a los ojos y el alfa le alborotó los cabellos utilizando los tres movimientos de arriba abajo que utilizaba para alborotar su propia melena.

— ya no necesitaré irme por tantos días — le dijo Sasuke buscando calmarle, esa había sido la vez que más había demorado en regresar, tardó tres días enteros, porque tuvo que viajar a ichiraku, una pequeña ciudad al lado de un rio cerca de la frontera norte, ahí era donde se estaban escondiendo algunos de los últimos miembros clasista extremistas quiénes desde las profundidades de un sótano planeaban sabotear la coronación de Hinata Hyuga la cual se llevaría a cabo ese fin de semana, las ordenes no eran capturarlos, si no asesinarlos por ir en contra de la corona — si quieres puedo recompensarte ¿A dónde te gustaría ir? —los ojos de Naruto se iluminaron en emoción mientras Sasuke se acostaba dejando descansar su cabeza sobre el regazo de su omega, inhalando su aroma, aquel que necesitaba para relajarse antes de dormir, le había extrañado mucho y estar lejos de Naruto le producía un terrible insomnio, esos tres días no había podido pegar ojo ni tragándose varios somníferos, pero siendo envuelto por ese cálido aroma a lavanda se sentía capaz de dormir durante décadas.

— ¡quiero ir al centro de juegos! — soltó Naruto de repente para sorpresa de Sasuke quién al instante respondió.

—no… —y la alegría de Naruto se desvaneció al instante, pero Sasuke no se echaría atrás, odiaba ese centro de juegos, a la segunda vez que llevó a Naruto se dio cuenta que los betas muy desconfiados le confinaban a la cafetería y le negaban el acceso a cualquier área de juegos, en resumen, si iba ahí no podría estar con Naruto, y eso era lo que menos deseaba — si quieres podemos ir a la playa — añadió y de nuevo el rostro de Naruto se volvió una oda a la más pura alegría y emoción, Sasuke se sintió satisfecho, aquel era un punto intermedio en el cual ambos quedaban enormemente satisfecho.

— ¿y la playa es bonita? —preguntó Naruto poniendo una de sus manitos sobre la cabellera de Sasuke.

—Sí, es muy bonita, y el lugar al que iremos te va a gustar mucho, de eso estoy seguro —la sonrisa de Naruto no tenía comparación, pero de repente se volvió a borrar.

— ¿podremos ir? Sasuke, tenemos clases —dijo el niño algo triste y Sasuke levantó la mano a su cara y le acaricio la mejilla, delineando las curiosas marcas que el niño tenía y que a el tanto le gustaban.

— no, no tenemos clases — dijo el alfa azabache y Naruto se mostró confundido, Sasuke le regaló una sonrisa a su omega —por la coronación de Hinata esta semana la tendremos libre como previa a la celebración de la coronación, está bien, podremos ir —todos estaban ocupados, pero debido al arduo trabajo que había realizado Sasuke a él le habían dejado libre como a cualquier estudiante, había quedado exonerado de sus deberes del ejercito esa semana, aquel había sido un favor personal por parte de Hinata, más para Naruto que para el propio Sasuke, la mujer se había encariñado mucho con su omega.

— gracias Sasuke — dijo Naruto y Sasuke quién no se lo esperaba observó el rostro del niño, Naruto lucía una sonrisa radiante, sus pequeños dientes blancos resplandecían y sus ojos azules entrecerrados estaban llenos de alegría, y por eso Sasuke se sintió alegre, nada era mejor que ver a Naruto sonreír.

— no me agradezcas, ya que es lo que te mereces, eso y mucho mas —Sasuke tomó la pequeña mano que descansaba sobre su cabeza y la llevó a sus labios, besó los nudillos de los delicados dedos una y otra vez haciendo que con cada beso el rostro de Naruto adoptara un tono rojo más fuerte que el anterior mientras le observaba expectante — todo sea por verte feliz — dijo por ultimo después de dar el último beso, pero ese era solo el último beso que sería dado esa noche en esa hermosa mano, pues Sasuke se sentó y atrajo al pequeño Naruto para besarle en los labios, todavía la culpa de lo que había hecho hacia un par de semanas el día del golpe de estado le perseguía, Naruto no tenía la culpa de nada, pues era solo pureza e ingenuidad, belleza e inocencia…Naruto era su tesoro y como tal debía atesorarlo.











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