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Tu silencio por valeeop

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— Así que este es el pequeño del que me hablaste — dijo con una sonrisa la, desconocida para el rubio, mujer beta quién aparentaba estar en la segunda parte de la veintena, de cabellos oscuros y cortos al igual que sus ojos los cuales le dirigían una mirada amable.

— Naruto, ella es Shizune — presentó Sasuke a la mujer quién saludaba con la mano amablemente y de forma efusiva mirando al pequeño omega que se ocultaba detrás de él, prendándose de sus ropas — es sobrina de Dan Katou, el omega de Tsunade, no tienes por qué temer — dijo Sasuke agachándose a la altura de Naruto quién al parecer se había tranquilizado un poco al conocer la relación que tenía aquella beta llamada Shizune con la primera alfa en la que él pequeño llegó a confiar un poco, Tsunade.

— ¡es un gusto conocerte! — La beta se acercó al pequeño tendiéndole la mano — el general me ha hablado mucho de ti — Naruto se separó un poco de Sasuke para con nerviosismo y aún en estado de alerta, aceptar el saludo de la beta tomándole la mano y estrechándosela, el gesto duró muy poco, lo suficiente como para no ser descortés, en cuanto pudo alejó su manito y se volvió a aferrar a Sasuke quién lo abrazó y sin perder tiempo le dio un beso en la frente, el pequeño Naruto no se daba cuenta de lo que estaba pasando pues solo disfrutaba del largo abrazo, se sentía seguro ahí junto a su alfa, Shizune les observaba con una sonrisa viendo como Sasuke, en un notable acto de posesividad típica de un alfa de su calibre, impregnaba al omega con su aroma lo mejor posible, la beta decidió que era mejor no interrumpir el momento y esperó el tiempo necesario hasta que Sasuke se separó de su omega y se puso de pie.

— Ella se va a encargar de ti — dijo acariciando con delicadeza la melena rubia de Naruto — aunque no lo parezca es una beta perteneciente a la elite, podrá protegerte muy bien y alejara de ti a la gente mala.

— No creo que esa gente mala quiera acercarse a un omega que huele a alfa poderoso y posesivo — la mirada despectiva que le dio Sasuke a la mujer en ese momento no tuvo precio — es como si el niño tuviera un cartel enorme diciendo "suicidios gratis: tócame un cabello y muere"

— Me alegra que entiendas muy bien a lo que me refiero — la sonrisa que se dibujó en Sasuke justo en ese momento era una de sus sonrisas más características, prepotente, sexy, atrevida y burlesca — porque si le falta un solo cabello a Naruto mueres...

— ¿Cómo pretendes que mantenga todos sus cabellos en su cabeza? — La pregunta de Shizune dejó por un momento confundidos a Sasuke y a Naruto — ¿sabes que diariamente una persona pierde alrededor de cien cabellos? — Sasuke se puso la mano en la cara en señal de fastidio acariciando él puente de su nariz.

— eres tan imposible de tratar como Tsunade — dijo en voz baja el alfa, Naruto veía todos los acontecimientos con curiosidad escuchando con cierto deje de gracia la conversación de los mayores — no quiero que a mi omega se le peguen sus estúpidas costumbres de no tomarse nada en serio, pero eres una de las pocas...bueno, reducidas personas con las cuales manos puedo dejar a Naruto sin preocuparme...

— ¡es un honor! — dijo la beta con tono de burla tomando al omega de la mano y halándolo para abrazarlo, Sasuke bufó por la infantilidad de la mujer, a pesar de ello, la beta era una soldado profesional que se tomaba las cosas en serio cuando era necesario.

— toma... — Sasuke le arrojó una tarjeta dorada y negra a la pelinegra, quién, con habilidad y rapidez la agarró al vuelo casi sin verla, Naruto abrió la boca sorprendido por esto — la contraseña es quince, cero, uno, cómprale todo lo que él quiera.

— Entendido — dijo la mujer guardando la tarjeta en su bolsillo y poniéndose la mano en la frente haciendo él saludo militar, Sasuke queriendo no extender la charla con esa mujer subió a su auto sin mediar más palabra, una vez sentado en el asiento del piloto se dispuso a subir el vidrio pero antes notó como su pequeño omega, de forma muy tierna, con una ligera sonrisa sosteniendo la mano de Shizune se despedía de el con la mano libre, enternecido Sasuke le lanzó un beso y una mirada seductora, el pequeño omega desvió la mirada sonrojado — ¿Sasuke Uchiha lanzando besos?!Esto es nuevo! — ante el burlesco comentario de la beta Sasuke pisó a fondo el acelerador y se perdió de la vista de ambos al doblar en la siguiente cuadra — que delicado... — murmuró Shizune y el omega sonrió en silencio — ¿entramos? — preguntó la muchacha de cabellos oscuros al omega quién asintió, toda la mañana se la pasaron entre las pruebas orales y escritas antes de salir a hacer las compras, Shizune como buena soldado mandaba un informe a Sasuke con su celular cada cierto tiempo.

...

Estacionó su auto en el parqueadero de la preparatoria y prácticamente al instante una cantidad de omegas y betas de distintas clases se aglomeraron cerca del auto el cual reconocieron desde que entró en su campo visual, Sasuke suspiró con cierto fastidio, primero Shizune y ahora sus acosadores personales en el instituto, miró el arma que tenía en la guantera, una pistola modificada de uso exclusivamente militar...¿y si salía a repartir tiros para que le dejaran al menos un día tranquilo?, no estaba precisamente de buen humor, pues aunque no lo admitiera en voz alta...le hacía falta su pequeño omega.

Mientras más poderoso el alfa, más fuerte es su voz de mando, su cuerpo y sus instintos, Sasuke de por sí ya era alguien controlador y perfeccionista que había logrado manejar sus instintos más salvajes para evitar que estos se inmiscuyeran en su día a día y ser capaz de comportarse de forma normal, aún así los instintos seguían estando solo que no los manifestaba tan claramente y en la mayoría de los casos no afectaban su estado de ánimo, pero ahora, estaba de mal humor, todo por la lejanía que en ese momento tenía con su omega, salió de su auto acomodándose la chaqueta del uniforme la cual era de color negra con el escudo de la institución educativa a la que Sasuke pertenecía, el escudo de la primera escuela de Konoha afiliada a la gran universidad nacional del país del fuego, una preparatoria prestigiosa de mucho renombre internacionalmente, cuando se acercó a sus admiradores estos le abrieron paso en silencio, aquello era algo que agradecía, pues sus fans se limitaban a observarlo de lejos y liberar feromonas, al menos no lo acosaban de forma activa y ya estaba acostumbrado al olor de omegas tratando de llamar su atención.

Su caminata a través de los jardines y pasillos rumbo a su salón fue de lo más tranquila, todos en ese lugar conocían su rango y el hecho de que era una persona ocupada por lo que evitaban molestarlo, mientras caminaba también notó las miradas llenas de admiración de algunos alfas, sí, Sasuke en sí mismo era un modelo a seguir, el prospecto de alfa perfecto, tenía todo lo que debía tener y algunos juraban que la naturaleza le había dado dones de mas, era el ídolo de la preparatoria, a quién todos los clubes acudían cuando había un percance, pues era inteligente y atlético, excelente en todos los deportes y materias del saber, el en sí mismo era un orgullo para la preparatoria de Konoha.

Llegó a su salón de clases donde fue calurosamente recibido por sus compañeros quiénes muy respetuosamente preguntaron donde había estado esos últimos días, Sasuke sonrió y se llevó el índice a la boca haciendo el gesto de silencio y dijo "secreto" haciendo una ligera pausa entre silaba y silaba, los omegas del salón se emocionaron tanto que sin querer empezaron a soltar sus feromonas buscando llamar la atención de Sasuke, los betas de la clase los calmaron mientras cuidaban que ningún alfa se descontrolara, el cumplimiento de las reglas y el cuidado del orden en la institución recaía enteramente en manos de los alumnos quienes se tomaban muy enserio su labor, nadie se atrevía a quebrantar las reglas porque el encargado de aplicar los castigos no sería ni el director ni los maestros si no el mismísimo Sasuke, sus castigos eran muy temidos porque no conocían el nivel al cual estos podían llegar.

— Buenos días Sasuke — Sasuke volteó y miró a los que llegaban retardados al salón de clases, eran dos alfas y una omega, los tres pertenecían al clan Uchiha, su clan, y estaban en su mismo grado.

— Buenos días — saludó Sasuke detallando a los tres recién llegados de su clan, quién le había saludado antes era una mujer alfa de su misma edad llamada Naori Uchiha, de cabellos morados que caían en ondas por sus hombros y espalda, vestía perfectamente el uniforme, una falda corta de volantes negros, la chaqueta negra con el escudo de la primera escuela, y por último una camisa negra con un lazo rojo en el cuello.

— ¿son ciertas las buenas nuevas? — preguntó esta vez la omega Izumi Uchiha, la omega del grupo, con un sedoso cabello largo castaño oscuro, casi azabache que le caía por los hombros, tenía flequillo a un lado cosa que enmarcaba su rostro y la hacía ver más delicada y hermosa dándole también protagonismo a sus profundos ojos azabache, característica del clan Uchiha, justo debajo del ojo tenía un lunar que le daba un aspecto sexy a su infantil y tierno rostro, portaba el uniforme femenino de la primera escuela con una falda más corta de lo usual, pero debajo de esta utilizaba un pantalón corto de licra — ¿has encontrado un omega? — preguntó emocionada mirando con expectación a Sasuke quién le dirigía a la omega de vuelta una mirada neutral.

— es verdad — admitió Sasuke — he encontrado a mi omega — justo al terminar de decir eso toda la clase volteó a ver a Sasuke con sorpresa y curiosidad, algunos incluso con decepción, otros con celos y sentimientos no muy benéficos para el omega de Sasuke, el ambiente se tensó ligeramente, pero el grupo perteneciente al clan Uchiha no hizo más que restarle importancia a las reacciones de sus compañeros.

— vaya creí que era otra de las bromas de Itachi — la voz de Suigetsu Uchiha resaltó entre el silencio que se había formado en el salón de clases a causa de la declaración de Sasuke, todos querían oír de que trataba todo eso, la mayoría deseando de que la noticia del omega de Sasuke no fuese más que una simple broma de mal gusto — últimamente utiliza los altavoces del barrio Uchiha como medio para contar secretos vergonzosos de nosotros...por ejemplo el alfa de Izumi — la mencionada volteó a ver a Suigetsu — el otro día se emborrachó con Itachi y contó por el altavoz que Izumi aún le teme a la oscuridad y duerme totalmente cubierta con las sabanas como si fuera un campo de fuerza... — un aura peligrosa rodeó a la omega — ¡ups! parece que no lo sabías — rió Suigetsu notando como posiblemente el seria el culpable de la pronta muerte del alfa de Izumi.

Suigetsu en el pasado había sido un huérfano perteneciente al orfanato de alfas del país del fuego, tal parece que sus padres eran extranjeros, pero ni siquiera el propio Suigetsu podía dar cuenta de ellos, después de todo era muy pequeño cuando fue abandonado. El clan Uchiha lo adoptó a la edad de cinco años por demostrar ser un prodigio en el manejo del chakra y sus extraordinarias habilidades físicas, fue criado por la familia de Obito Uchiha, un alfa un año menor que el a quién todos apodaban Tobi, Suigetsu fue cuidadosamente entrenado bajo el yugo del clan y bajo la atenta supervisión del difunto Fugaku Uchiha, con el pasar de los años Suigetsu Uchiha se había convertido en un alfa muy poderoso que aspiraba a pertenecer a la milicia, específicamente al equipo de elite “los espadachines de la niebla”, pero, Itachi decidió que aún no era el momento y Suigetsu lo entendía, él era distinto a Sasuke, no por el hecho del linaje, eso no tenía nada que ver, los Uchiha no eran personas que discriminaban por tales cosas, él era distinto a Sasuke en poder, Sasuke era una excepción porque Sasuke...era tan poderoso que ni siquiera parecía humano.

— el clan está muy emocionado de que hayas encontrado a alguien — mencionó Naori con una sonrisa — quieren conocer al afortunado lo antes posible pero tranquilo... — Sasuke observó a la chica de cabellos morados — acordamos guardar silencio, ya sabes, por los puristas del consejo — todos en la clase escuchaban con disimulo la conversación y los jóvenes Uchiha sabían eso, pero no tomaron acciones ni bajaron la voz, no era necesario, en caso de que alguno de los alumnos fuera a contarles a los anteriormente nombrados puristas ancianos del consejo ellos solo negarían los hechos y se harían los ignorantes.

— Nuestro clan cree en el amor y los lazos — dijo Izumi con una ligera sonrisa sosteniendo su celular en sus manos, acababa de mandarle un par de amenazas de muerte a su querido alfa por contar su secreto — pero el consejo antes de parejas destinadas prefiere uniones poderosas que traigan beneficios políticos o genéticos...ya sabes.

— exacto — afirmó Suigetsu — ese montón de mierda que le lanzaron a Izumi por comprometerse con su alfa te la van a lanzar a ti pero multiplicada por mil — Sasuke frunció el ceño, para su desgracia era consciente de ese detalle — eres el alfa más poderoso de este país y por lo que parece quieren que tengas un montón de concubinas y parejas para que folles y les hagas un ejército.

— ¡el clan entero te apoya Sasuke! — chilló Izumi con los ojos iluminados de determinación, acercándose a Sasuke.

— ya lo sé — dijo Sasuke con calma sentándose en su puesto, pronto tocarían la campana de inicio de clases —es mi clan después de todo... — y justo al instante la campana sonó, todos se dirigieron a sus asientos con rapidez mientras el maestro vestido de traje y con una laptop en la mano entraba puntual a dictar su respectiva clase, Sasuke se preguntó que estaría haciendo Naruto en ese momento, estaba distraído, no lo iba a negar, el maestro caminando de un lado al otro parloteaba palabras que sus desarrollados oídos no escuchaban pues le resultaban poco interesantes, pensó que era curiosa la manera en la que él, un alfa quién había podido dominar sus instintos más mundanos, había caído rendido a los pies de un pequeño niño omega a quién nunca antes había visto, con quién nunca antes había hablado y a quién nunca antes había oído mencionar, los misterios de la naturaleza, tan perfecta, tan completa y a la vez tan reservada que ocultaba sus secretos bajo un velo que los científicos trataban constantemente de eliminar, para mirar a través de él y poder desvelar todas y cada una de las verdades del mundo.

Miró hacia el cielo, sus ojos azabache oscuros una noche sin brillo dejaban entre ver el tipo de persona que era, una persona calculadora y fría a quién no le temblaba la mano a la hora de arrebatar la vida, después de todo así debía ser un soldado, en cambio aquel omega era tan puro como el cielo que se presentaba a través los lustrosos cristales de su salón de clases, tan limpio y puro, tan luminoso, tan bello y pulcro que se sentía casi intocable, esa era la sensación que le dejaba su omega, temía tocarlo y ensuciarlo, mancharlo, hacerle daño, no se atrevía a explorar aquella hermosa boca de labios acorazonados y carnosos con su lengua por cuidar del pequeño, por querer hacer que el diera el paso a su tiempo y con calma, qué no se sintiera obligado, después de todo quería atesorarlo y protegerlo porque se había convertido en lo más importante para el...

Todo el asunto, todo lo que estaba viviendo se le antojó similar a aquellas para el ridículas películas de princesas que veían los omegas de su clan, al verlas le parecían irreales, las historias en algunos casos mal contadas con el fin de poner más escenas cantadas, dejando el filme en uno por ciento diálogo y noventa y nueve por ciento musical sin sentido que llegaba a ser hasta fastidioso, pero lo que más le fastidiaba hasta el punto del hastió era ver como dos personas que nunca se habían visto los rostros en sus jodidas vidas, terminaban por enamorarse y casarse al dia siguiente, se le antojaba estúpido, lo normal era primero conocerse un poco, incluso siendo destinados.

Al reclamar a Naruto había caído en el cliché de las películas.

Pero en su caso su actuar era lógico, los instintos le decían que aquel tierno y silencioso omega era su destinado, sus fuertes instintos le hacían sentir la necesidad de amarlo, protegerlo, cuidarlo y entenderlo, en una situación normal Sasuke hubiera cortejado a Naruto, tendrían citas, lo visitaría en casa de sus padres, le mandaría regalos y le enlazaría a él con el mordisco en la nuca cuando considerara que su adorado rubio ya tenía la madurez suficiente como para saber lo que quería en la vida y para su futuro. Pero Naruto era huérfano y estaba en un orfanato donde cualquier cerdo podía reclamarlo como concubina, esa era la situación, si no lo reclamaba como suyo y lo enlazaba correría el peligro de que lo alejaran de él y eso era lo último que deseaba.

Era curioso cómo había pasado de ser un alfa solitario que no necesitaba ni deseaba a nadie, a ser un alfa necesitado que deseaba a un niño al cual criaría para que con suerte fuera su esposo en un futuro.

Vio a través de la ventana como una de las clases de tercer año trotaban por el patio, estaban en clases de educación física, no pudo evitar preguntarse si su omega era bueno en los deportes y que tipo de deportes le gustaban...

....

Habían terminado de almorzar y se dirigían al salón para recibir la última clase de la jornada, Sasuke sin darse cuenta se la había pasado todo el día pensando en aquel niño de ojos celestes y hipnotizantes de carácter dulce y mofletes rosas y regordetes, preguntándose a sí mismo, sin esperar una respuesta, por los gustos del niño de cabello dorado, cada vez que lo hacia una reconfortante calidez inundaba su pecho y una ligera sonrisa adornaba casi invisiblemente las comisuras de sus labios, ahí estaba, otra de las novedades que traía para su persona el hecho de estar enamorado ¿Naruto se sentiría como el?, quizá sí pero en menor grado, después de todo sus instintos no habían despertado por completo y aunque ya hubiera pasado por su primer celo aún no había madurado lo suficiente, pero, gracias al enlace, aquella mordida de su nuca, su desarrollo hormonal aumentaría el ritmo y su omega terminaría de despertar.

Sintió su celular vibrar en su bolsillo, lo sacó con rapidez y dibujando el patrón ágilmente en la pantalla revisó el mensaje que había recibido, era proveniente de Shizune, el quinto del día informándole muy puntualmente lo que estaban haciendo, los mensajes eran tipo "terminaron las pruebas", "almorzando", "vamos a comprar la ropa" y "estamos yendo a comprar ropa en Konoha's Mall", la pega que Sasuke le veía a todo es que no enviaba fotos, él quería ver a Naruto y para colmo cada que escribía pidiendo una foto la mujer lo dejaba en visto, como burlándose de el, abrió el mensaje que le acababan de enviar "ya compramos la ropa, vamos a pasear en Konoha's Mall", Sasuke bufo, ese mensaje tampoco traía foto, guardó el celular de mala gana en su bolsillo y empezó a imaginarse a su omega caminando en el gran y bonito centro comercial de Konoha descubriendo todo con sus enormes y bonitos ojos azules mientras una hermosa sonrisa se le dibujaba en el rostro curioseando todo en silencio, se imaginó como seria su risa en base a lo poco que había podido escuchar su hermosa voz, le resultó melodiosa y tierna, no pudo evitar querer escuchar la real.

—Sasuke —le llamó Suigetsu quién caminaba a su lado al igual que Izumi y Naori rumbo a su salón, notó las expresiones preocupadas que mostraban sus acompañantes y no pudo evitar preocuparse también, una característica de los Uchiha era su carácter sereno y calculador, carácter que Suigetsu a pesar de no ser un Uchiha de sangre también mostraba tener, por lo que ver a tres Uchihas preocupados al mismo tiempo no era buena señal — ¿tu omega estaba en Konoha's Mall verdad? — preguntó Suigetsu seriamente, con la boca en una perfecta línea recta y el ceño fruncido.

— así es — respondió Sasuke, sus acompañantes se miraron entre ellos antes de que el peliblanco muy renuente le pasara su celular a Sasuke, el azabache tomó el celular de las manos del albino y miró la pantalla, se trataba de una noticia de última hora, una bomba había estallado en un lugar público y concurrido desatando el pánico, los responsables según los primeros indicios eran la resistencia, la bomba había dejado graves daños en la infraestructura...el lugar víctima de aquel ataque terrorista había sido...Konoha's Mall.

Sasuke le devolvió el celular a Suigetsu, su flequillo ocultaba su rostro, detuvo su caminar a pesar de que estaban a pasos de su salón de clases alertando a sus acompañantes quiénes lo miraban con expectación para brindarle apoyo, el azabache se limitó a caminar a una de las ventanas del pasillo y la abrió con fuerza rompiendo sin querer los cristales de esta y alarmando a todos los estudiantes que andaban por la zona buscando regresar a sus respectivas aulas, llamando la atención, y volviéndose objetivo de miradas curiosas mientras los trozos quebrados de vidrio caían al suelo provocando un escándalo, puede que estuvieran en un tercer piso pero sin importarle mucho Sasuke saltó, cayó al suelo suavemente y empezó a correr a una enorme velocidad, debido al alboroto por el ataque terrorista las áreas circundantes al Konoha's Mall estarían abarrotadas de gente y vehículos, resultaría más rápido ir saltando entre los edificios.

— deberíamos ir nosotros también — dijo Naori saltando por la ventana, al instante fue seguida por Suigetsu y la última que se lanzó fue Izumi, todos los estudiantes estaban fuera de sus aulas observando sorprendidos y emocionados las habilidades y destrezas físicas de los Uchiha, Suigetsu atrapó a Izumi y la dejó en el suelo, la omega bufó fastidiada.

— Pude haber aterrizado sola — dijo indignada la omega al momento en que los tres empezaron a correr siguiendo a Sasuke — recibí el mismo entrenamiento que tú — masculló haciendo un puchero, su lacio cabello castaño ondeaba con el viento debido a la velocidad a que corrían.

— es caballerosidad — dijo Suigetsu con una sonrisa — acéptala — la chica omega bufó mientras Naori dejó escapar una risilla, justo después de ese momento las expresiones en sus rostros se volvieron serias, debían rescatar al omega de quién posiblemente seria la cabeza del clan en un futuro y solo eso debía rondar sus mentes.

Los cuatro miembros del poderoso clan Uchiha corriendo a una velocidad increíble y saltando con agilidad iban de techo en techo rumbo a su destino y con un solo objetivo, rescatar a Naruto...       


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