He aquí dos chicos, la cabellera de uno es rubia, mientras que la del otro es un negro igual a la noche. No, no son hermanos, mucho menos amigos, son primos, pero parecen…. Enemigos. “es un mocoso engreído y mimado”, “es un maldito emo sin corazón”, eso piensan el uno del otro, ¿Por qué están juntos? Simple, las familias, o mejor dicho los padres, tienen una reunión “familiar” como cada fin de mes y los hijos están solos en una casa.
- ¡quiero irme a casa! - exigía el rubio al verse molestado por la indiferencia y mal humor de su primo.
-no te vas, si lo haces nos regañaran- contesto el otro chico sin alejar la vista de su libró.
- ¡no me importa! - grito antes de dirigirse a la puerta. El pelinegro noto la acción y se apresuró a detenerlo.
-no lo harás- decía sujetando fuertemente los brazos de su primo, el cual se encontraba recargado en la puerta a causa del agarre.
-Z-zaid…- se quejó el “prisionero”.
- ¿Qué? -contesto algo enojado.
-m-me lastimas…- confeso desviando su mirada, sonrojado por la cercanía de ambos cuerpos. El “guardia” lo noto y soltó su agarre alejándose- gracias-
-vamos a dormir- dijo dándose la vuela- te traeré una sábana y una almohada para que duermas en el sofá-
- ¡no dormiré en el sofá! - se quejó.
-entonces yo dormiré en el sofá- contesto sereno.
-es que...-
- ¿acaso quieres dormir conmigo? - cuestiono burlón.
- ¡no! - contesto de inmediato.
Ambos chicos se fueron a dormir, Oliver en la alcoba de Zaid y este en el sofá. Fue entrada la noche cuando el oji noche despertó a causa de un grito proveniente de arriba.
- ¡¿Qué pasa?!- grito alarmado al entrar a la habitación.
-¡¡¡UNA ARA—A, ERA GRANDE, QUERIA COMERME!!!- respondió gritando una vez abrazando a Zaid, a tal grado de quitarle el aliento.
-Oliver...-hablo, pero los gritos del nombrado continuaron.
- ¡mátala, mátala! - repetía ocultando su cara en el pecho de Zaid el cual se encontraba fastidiado, se soltó y se dirigió a donde, según Oliver, estaba la araña.
-es mi mascota, una tarántula- dijo recogiéndola y colocándola en su pecera. –Es inofensiva, vete a dormir- y acto seguido trato de irse pues al parecer la vestimenta de Oliver, la cual consistía en un short negro muy pegado y una camisa sin mangas igual de pegada color verde, lo incomodaba, Pero una mano lo impidió.
-p-por favor…quédate- dijo en casi un susurro el rubio
- ¿te da miedo que te coma la araña? - dijo burlón, pero la cara de su primo demostraba necesidad. Un extraño sentimiento recorrió su interior…será… ¿procuración?, pero ¿Por qué se preocupaba por su primo?, por él que se lo comiera un oso y todo estaría bien… ¿o no?
Zaid no pensaba nada de eso, al menos no al 100%, lo único que le importaba era darle seguridad a su primo. No dijo nada más, se acercó a su primo y lo abrazo para después susurrarle “vamos a dormir”. Ambos se metieron en la cama y se dieron las “buenas noches” para después dormir.
Era entrada la noche, Oliver estaba dormido, acurrucado en el pecho de Zaid, pero este último estaba despierto, contemplando a su primo, mientras veía el abrazo que le proporcionaba. Veía su cuerpo, su pecho, su cara y se concentraba en sus labios ¿a qué sabrán? Entonces se acercó, cualquiera que los conociera pensaría que están drogados, pero no, Zaid estaba consciente de sus actos, o a medias, pues un sentimiento extraño lo hipnotizaba. Entonces poso sus labios en los de su primo, lo beso, un beso casto para después dormir y abrasarlo posesivamente. Cuando Zaid estaba profundamente dormido, no mucho tiempo después del beso, se escuchó que alguien susurro su nombre.
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