- No, no puede ser- susurro su madre desmayándose al instante.
Cindy y el padre de Tom de inmediato se acercaron a ayudar a la dama, así que Tom aprovecho ese instante para salir excusándose que tenía algo que hacer y tenía que irse, así lograría evitar cuestionamientos por el momento. Lamentaba haberle provocado ese incidente a su madre, pero a veces tendía a ser algo dramática.
Lo había hecho, se había librado de ese compromiso, o al menos eso creía; si a Bill le había funcionado tal vez a él también, después de todo si no “aceptaban su condición” él se iría, no tendría problema en mudarse a la casa que tenía en Leipzig, era de su familia pero estaba a nombre del joven pelinegro.
Anduvo conduciendo sin rumbo un rato, luego reacciono y orillándose llamo a Bill por teléfono, él sería su coartada.
- Bill, hola. ¿Estás en tu departamento?- dijo dudoso Tom.
- Hola. No, estoy fuera- respondió Bill casi gritando, se oía música fuerte propiedad del lugar donde se hallaba.
- Vale, es que… por ahora no puedo estar en mi casa. ¿Puedo acompañarte? ¿Dónde estás?- exteriorizo cohibido y espero que el fotógrafo no lo rechazara.
- Ok. Estoy en el Astrom, ven si quieres- le dijo el chico rubio y el otro casi brinca de felicidad en su asiento.
- Está bien, nos vemos- exclamo Tom colgando y arranco su automóvil dirigiéndose a ese club.
Unos minutos después Tom llego al sitio convenido y entro a toda prisa, ubico fácilmente a su amigo fotógrafo pues se encontraba en un espacio donde había un gran barullo así que se acerco sigiloso hasta colocarse detrás del chico rubio.
- Se ve que te estás divirtiendo- exclamo Tom cerca del oído de Bill y este tuvo un ligero sobresalto de la impresión- ¿Te importa si me cuelo a la fiesta?- cuestiono amistoso.
- Haha-rio Bill- No es nada, solo que a mis amigos se les ocurrió darme una fiesta de bienvenida y para festejar mí contrato con el periódico- expreso con una media sonrisa.
- Pues te lo mereces. Eres muy bueno- insinuó el joven Kaulitz y luego se rasco la cabeza incomodo.
- Ok, si tu lo dices- menciono el fotógrafo mirándolo interesado- ¿Sabes qué? Vámonos de aquí, ya me aburrí- confesó en un bufido.
- Pero, ¿no se molestaran tus amigos?- cuestiono Tom nervioso.
- No, ese no es problema- respondió el rubio despreocupado.
- Bueno, te sigo- apenas dijo Tom y vio a Bill despedirse de algunos chicos y chicas, luego lo vio caminar a la salida y él lo siguió- Creí que estabas a gusto festejando- manifestó extrañado mientras caminaban.
- Pues ni tanto, y la verdad no encontraba como zafarme. Por suerte llegaste, me salvaste, otra vez- dijo simpático Bill pasando una mano por su cabellera y el pelinegro sonrió.
- Pues hablando de salvar, hay algo que quiero contarte- comenzó a decir Tom.
- Dime- le animo Bill y se detuvo justo frente al auto del otro chico.
- Seria mejor en privado. Es… delicado- justifico el menor de los muchachos buscando la palabra adecuada para describir el hecho.
- Como digas. Vamos a mi casa entonces, te invito una cerveza y hablamos- concedió el joven blondo subiéndose al auto de Tom, este abordo el vehículo algo intranquilo y dando un largo suspiro encendió el coche.
El trayecto fue tranquilo y en silencio, Bill se recostó en su asiento tratando de descansar, Tom lo vio de reojo y un suspiro corto se le escapo, aun seguía sin entender porque le pasaba eso pero ya no se sentía incomodo. Seguía atribuyéndolo a aquel beso que se dieron, y ante el hecho de recordarlo de nuevo volvió la mirada al frente para no desconcentrarse en el camino.
En cuanto llegaron al departamento del fotógrafo Tom se sentó pesadamente sobre uno de los sillones mientras que Bill iba por un par de cervezas a su nevera y luego regreso dándole una al pelinegro, se miraron brevemente y el rubio se sentó en otro de los sillones dándole un trago a su bebida.
- ¿Y? ¿Te fuiste de tu casa o que pasó? Debió ser grave para que no puedas estar ahí- dijo curioso Bill alzando una ceja.
- Cancele la boda- respondió Tom secamente y él otro solo asintió mientras daba otro sorbo.
- Se desato el drama- pronuncio el rubio sonriendo ligeramente y Tom solo hizo una señal de afirmación mientras bebía también- Te felicito, acabas de librarte de un gran error en tu vida- alabó más serio- ¿Qué les dijiste? ¿Cuál fue tu plan?- inquirió mirándolo fijo.
- Yo… les dije que era gay- dijo en un susurro el de cabellos oscuros.
- Wow, que original- alegó irónico Bill.
- Ya lo sé. Había meditado esa idea antes, creí que podría pensar en algo mejor, pero no esperaba que mis padres me tocaran ese tema inmediatamente que volviera. Fue lo primero que se me ocurrió en ese momento, aparte con eso me deshago de Cindy de una vez por todas-bufo Tom pensativo- Si te surtió efecto a ti, tal vez a mi también- concluyo medio sonriendo.
- Si, con eso te deshaces de ella, y de todas las chicas. Tú tienes una reputación Tom, tu padre es una figura de los medios, el mío no es tan conocido como el tuyo. Estas a punto de echar abajo la fama que te has hecho- le intento hacer pensar el fotógrafo.
- También pensé en eso, y no es algo de lo que en la actualidad me sienta orgulloso. Es una buena oportunidad de rectificarme- se justifico Tom.
- Claro, aunque tus noches en los bares o clubs ahora serán más aburridas. Yo por eso me mude.
- Si, estoy pensando en irme a Leipzig.
- Mira, si que pensaste en todo- medito Bill y luego se percato de un detalle- ¿Qué les dijiste exactamente a tus padres?
- Les dije que soy gay y tengo pareja, y que sentía el habérselos ocultado.
- Ya veo, ¿y quién es tu pareja?
- Tú, Bill. Si me preguntan, diré que en el viaje nos conocimos mejor y comenzamos a empatizar, unos días antes de regresar nos hicimos novios y estamos muy felices.
- ¿Y crees que se tragaran eso? Es que… ¿yo? Por favor Tom, hasta a mi me sonaría ilógico.
- Bueno, comentare que desde antes empecé a dudar de mi sexualidad y cuando te conocí me sentí aun más extraño, y haber que más se me ocurre- explico el pelinegro introspectivo - Hazme ese favor Bill, te recuerdo que me lo debes.
- Lo recuerdo bien- suspiro el rubio- Está bien, lo hare.
Ambos chicos asintieron si dejar de mirarse y luego Bill encendió la televisión para distraerse, sintonizo la repetición de un partido de beisbol y acomodándose mejor en el sillón donde estaba dirigió toda su atención a la pantalla, Tom lo miro e imito poniéndose cómodo.
- Míranos. Un par de solteros que fingimos tener una relación ante la gente para librarnos del matrimonio- comento Bill resoplando y luego volteo a ver al otro chico que solo asintió débilmente.
- A lo que nos ha orillado esta estúpida sociedad de estereotipos y conveniencias- menciono Tom en un murmullo y fue el turno del fotógrafo de asentir.
Siguieron viendo un rato mas el televisor, el sueño comenzó a vencerlos y el joven abogado le pidió permiso a Bill de quedarse a dormir, este se lo concedió dándole una cobija y una almohada para que durmiera en la sala ya que no tenía más que ofrecerle. El muchacho rubio se marcho a su habitación y se recostó en su cama mientras pensaba como llevar a cabo la farsa que él y Tom tenían planeada, tal vez no le sería muy difícil puesto que tenía que admitir que Tom no era feo, y eso simplificaba las cosas.
Tom por su parte, estando ya acostado no podía dormir, si bien sentía que su idea era buena, no podía dejar de pensar en algunos puntos que menciono Bill, como eso de su reputación como el hijo de un icono del periodismo y los medios, su fama con las mujeres le daba igual, sin duda sería una gran noticia cuando admitiera públicamente que era homosexual; él no tenía nada contra ellos, se consideraba muy abierto para ese tipo de temas, incluso Bill le parecía sumamente atractivo y no entendía porque.
Después de ese día, Tom no vio necesario ir al periódico e incluso al terminar sus clases se juntaba con Bill para relajarse un rato y evitar enfrentarse con sus padres, regresaba muy tarde a su casa cuando ya estaban dormidos y se iba temprano para no encontrárselos, incluso se quedaba a dormir en casa del rubio fotógrafo en algunas ocasiones.
No se animaba a llamar o verse con sus amigos pues aun no sabía cómo lo tomarían, y tenía suerte de no haberse topado aun con Cindy, sabía que lo había estado buscando en la universidad; tenía varias llamadas pérdidas y mensajes de ella, en todas lo citaba para verse pues deseaba que le diera una explicación, el definitivamente no la vería ni le llamaría, quería que le quedara claro que habían terminado y si hablaban ella le haría un drama que el pelinegro prefería evitarse.
Hasta ahora había tenido suerte escabulléndose, pero dos semanas después su padre lo cito en su oficina del diario, Tom entendió el transcurrir del tiempo y supo que no podía seguir retrasando más esa charla así que decidió ir.
- Buen día padre- saludo Tom serio entrando al privado de su progenitor.
- Buenos días- respondió Jörg secamente- Sé que ya tienes una idea de porque te cite, y bueno como puedes recordar desde… desde el día que ocurrió nuestra reunión con Cindy en casa después que volviste del viaje, tú no te has dignado a vernos. No sé qué has hecho ni quiero saber, o con quien has estado, únicamente creo que nos debes una elucidación a mí y a tu madre- indico más calmado.
- Lo sé, es solo que en ese momento no me sentía listo para esclarecérselos, todo pasó muy rápido, supongo que ahora puedo hacerlo. Como les dije esa vez, no voy a casarme y es por un motivo muy importante: ya tengo pareja, una persona que me entiende a comparación de Cindy que solo me presionaba para hacer las cosas y presumirme con sus amistades, ahora estoy con alguien mejor- respondió Tom algo nervioso.
- Si, eso lo entiendo. Y ese alguien es un chico- remarco su padre.
- Así es. Y lo quiero de verdad porque lo siento, me robo el corazón- dijo el pelinegro suspirado- También quiero que quede claro que aún no me sentía preparado para casarme y Cindy me presionaba mucho con eso últimamente papá, no le decía nada porque se ponía de un humor fatal. Yo espero ya estar ejerciendo mi carrera cuando lo haga para tener algo que ofrecerle a mi pareja entonces- agrego convencido.
- Yo te comprendo hijo, y lo digo de verdad. A ningún hombre nos gusta que nos presionen con algo tan delicado como eso, así que por mí no hay problema. Si dices que la persona con quien estas te satisface yo soy feliz con eso hijo, solo es cuestión de acostumbrarse al hecho- anuncio Jörg sonriendo de lado- Tu madre se conmociono con la noticia pero no te preocupes, con lo que acabas de decirme podre tranquilizarla.
- Eso espero. Siento que la noticia haya sido tan repentina, pero así se dieron las cosas. El amor es así de sorpresivo y misterioso.
- Si que lo es. Vale, todo aclarado entonces. Pasando a otras cosas, mi otro motivo para citarte es para avisarte que en tres semanas se realizara el evento de presentación para el lanzamiento de las revistas. Mostraremos un adelanto del primer número y tú, hijo mío, debes estar ahí. Obviamente después del evento habrá una fiesta.
- Ok. Gracias por avisarme, claro que ahí estaré.
Tom se despidió de su padre y salió de la oficina, se quedo pensando un momento y luego fue a fijarse si Georg estaba en su cubículo. En cuando lo vio, entro saludándolo y el castaño le correspondió el saludo, se quedaron un rato charlando, el joven abogado lo hacía con la intención de distraerse por un momento y tal vez, indirectamente, su amigo y socio le podría ayudar con su situación.
- Entonces ya terminaste con Cindy. Vaya, eso es algo importante. Eres libre, bueno eso nunca fue un impedimento para ti- comento Georg astuto reclinándose en su asiento.
- Así era. Antes yo no tomaba en serio nada, dejaba que los demás decidieran por mí o no le daba la importancia que se merecían las cosas, pero ahora es diferente- expreso Tom reflexivo.
- Lo noto. De verdad percibo algo diferente en ti desde que volviste del viaje, siento que este Tom que estoy viendo es otro. Casi no te reconozco amigo, pero lo digo en buen término, hasta me haces sentir orgulloso y con ganas de seguir tus pasos. Ese alguien a quien conociste se merece mi admiración también, eres un nuevo Tom Kaulitz- menciono Geo mirándolo fijo, casi examinando las facciones del pelinegro.
- ¿Tú crees?- murmuro Tom nervioso.
- Oh si, eso es obvio- declaro el ojiverde sonriendo- Si no te conociera, diría que estas enamorado.
- ¿Qué? Estás loco.
- Vamos, ¿sabes lo que es el amor, no?
- Patrañas. Yo… no creo en esas cosas.
- Yo solo digo mi opinión. No quiero sonar cursi, pero hay un brillo en tus ojos, uno que no había visto antes.
- Dios… no opines sobre esas cosas.
- Ok, tranquilo. Tu secreto está a salvo conmigo.
El otro chico lo fulmino levemente con la mirada y luego se marcho despidiéndose simplemente con una mano caminando hacia el elevador mientras un sonriente Georg lo veía partir; ahora comprendía el cambio de su amigo, el chico castaño era muy observador cuando se lo proponía, y nunca lo había visto así, y eso solo significaba una cosa.
- Niégalo lo que quieras Thomas. Al fin te has enamorado de alguien, y creo saber de quién se trata- insinuó en un murmullo Georg en la soledad de su oficina sin dejar de esbozar una sonrisa pícara.