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Ojala Algún Día Crea en el Amor por Sieben7

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Notas del capitulo:

Y despues de una corto ausencia vuelvo, tuve unos pendientes pero ya estoy aqui, no crean que los hago sufrir a proposito xD

Ok, aqui les dejo el capitulo de hoy, ojala que les guste, porque el siguiente ya es el final, al fin sabremos que sera de estos dos.

Vale, les agradezco por anticipado por leer y espero me sigan dejando sus comentarios :) Disfruten:

 

Arribaron al apartamento en silencio, un silencio que perduro todo el trayecto y que, aunque no incomodaba, se podía percibir cierta tensión que ponía nerviosos a ambos jóvenes. Bill fue al refrigerador y saco dos cervezas que llevo hasta la sala donde Tom lo esperaba expectante sentado en el sofá de la sala.

 

-       Dime algo, que ya no sé si festejar o empezar a llorar- dijo Tom algo preocupado mirando al rubio de reojo.

-       Por mi, llora- respondió Bill divertido sentándose a su lado  acercándole una de las botellas, el chico pelinegro agarro la suya y luego las chocaron en señal de brindis para posteriormente beber un trago- Es la segunda vez que pasamos por esto. Quedamos de no volver a mencionarlo- sentencio serio.

-       Lo sé, pero no puedo vivir en silencio, quedarme con este sentimiento guardado. Quiero al menos saber que tú sabes lo que siento y que me digas lo que piensas, no te estoy obligando a que me correspondas, solo estar seguro de que ante todo seguiremos siendo amigos- insinuó con voz cansada el de pelo azabache.

-       ¿Eso es todo?- pregunto Bill y él otro solo asintió- Bueno, ya que tanto te importa saber lo que siento…- le dio un trago largo a su cerveza- Para empezar, nunca había tenido un amigo que con solo besarlo se enamorara de mi- declaro sonriendo.

-       Yo… yo nunca había besado a un chico -confeso Tom tímido.

-       Ni yo, por eso me sentí aun más extraño cuando te me declaraste la primera vez. Creí que eras gay de closet o que esa acción de plano te confundió, por eso quería que pasara tiempo para ver que sucedía contigo. Georg me llamo hace unos días, él fue el que me dijo como estabas y me insistió mucho en que te llamara. Lamento haberte hecho sufrir, de verdad, eso es lo que menos hubiera querido que te pasara- se explico Bill paciente.

-       ¿Entonces por eso decidiste irte? ¿Creías que estaba confundido? Yo también me lo planteé al principio, pero llego un momento en que ya no sabía cómo describir lo que me estaba pasando y lo que me hacías sentir, hasta que Geo y mis amigos me hicieron darme cuenta de la realidad y no tuve más que darles la razón- menciono Tom mirando al fotógrafo fijamente.

-       Eso fue lo que termino de convencerme de marcharme, enserio me importaba este trabajo, además me hizo bien cambiar de ambiente y pensar algunas cosas con calma. No eres el único que tiene líos sentimentales.

-       ¿Y qué has pensado? ¿Algo sobre esta situación?

-       Seguiremos siendo amigos Tom, por ahora. No quiero que te apresures ni que me presiones, eso es todo lo que te puedo decir, así que puedes estar más tranquilo- menciono el rubio con una media sonrisa y Tom asintió correspondiendo el gesto, se puso de pie y camino rumbo a la habitación- ¡Demonios! Y eso que trate de no sonar cursi- dijo el fotógrafo en un suspiro al verse solo y se estiro en el sofá- Algún día tendré que decirte la verdad.

-       Algún día sabré lo que realmente sientes por mi Bill- susurro para sí mismo el joven abogado sentándose en la cama de la alcoba- Algún día será.

 

El sonido de un flash y un resplandor tras sus parpados despertó al pelinegro, quien brinco de la cama asustado, al ver que era Bill le arrojo una almohada y él otro solo se echo a reír.

 

-       ¡Deja de tomarme fotos cuando duermo!- exclamo Tom cubriéndose completamente con el edredón.

-       Jajaja- se carcajeó el rubio jalándolo tratando de destaparlo - Es que te vez tan gracioso dormido, pareces un oso- dijo entre risas apartando la cobija al fin- Mira tu cara- menciono enseñándole al otro chico la fotografía que acababa de tomarle y este la vio algo curioso.

-       Pues no me veo tan mal- respondió animado Tom.

-       Yo no dije que te vieras mal- apuntó Bill sonriendo travieso.

 

Tom iba a replicar pero en eso se escucho el sonido del timbre y Bill corrió a ver quién era. Pensativo, el joven pelinegro se levanto de la cama y se asomo un poco a la sala para ver quien los visitaba, vio a una chica delgada, pelo castaño y largo, le pareció conocida y escuchar su nombre de la voz de su amigo fotógrafo lo hizo recordarla totalmente.

 

-       ¡Laura!- grito Bill emocionado abrazándola efusivamente- ¿Qué haces aquí? Te creí ya en Paris- menciono soltando a la chica, a la que hizo pasar de inmediato.

-       ¡Bonjour beau garçon!- (“Hola guapo” en francés) le saludo ella- Te extrañaba nene, se que solo han sido unos días pero necesitaba escucharte- dijo contenta.

-       ¡Bonjour! Bienvenida- dijo amable el rubio chico cerrando la puerta y caminaron hacia la sala- Pudiste haberme llamado entonces- señalo con añoranza.

-       Lo sé, pero no es lo mismo, quería verte. También vengo a finiquitar unos detalles de un negocio, así que si no es molestia, ¿te puedo acompañar al trabajo?- le propuso Laura.

-       Por supuesto, no es ninguna molestia. Solo espérame un momento y me cambio- ¿Ya desayunaste?

-       No. Podemos comer algo en el camino, déjame invitarte algo.

-       Ok. Vale, entonces ahora regreso.

 

Tom miro toda la escena confundido, la alegría y confianza con que se hablaban, la forma en que se miraban, casi podía jurar que ella le gustaba al rubio y dudo por un instante, mas luego recordó que él le dijo que ya la había rechazado. Tal vez de verdad eran amigos muy cercanos y no tenia motivo para sentir celos por aquella chica.

 

Regreso a la cama velozmente cuando vio que Bill regresaba a la habitación y se sentó meditabundo, en eso entro el otro chico que al verlo se acerco preocupado.

 

-       ¿Te encuentras bien?- cuestiono el fotógrafo.

-       Si, no te preocupes- dijo distraído Tom.

-       Bueno, ¿piensas quedarte aquí? Voy a salir a desayunar antes de irme a trabajar, no sé si quieras venir- indico Bill modesto.

-       No sé, creo que me duele un poco el estomago- argumentó el pelinegro.

-       ¿Crees? Entonces me voy a cambiar. Mientras lo hago, tienes esa oportunidad para decidirte- explico Bill tranquilo y luego le sonrió coquetamente.

-        Vale, iré- resoplo Tom y Bill asintió sin dejar de sonreír.

 

Tom se alisto para salir y fue a la cocina, tratando de no pasar por la sala para no ser visto por la recién llegada, pero no lo logro y la chica que estaba sentada en el sofá lo miro desconcertada.

 

-       Hola- dijo ella sonriente.

-       Hola- respondió tímido Tom, la mirada inquisitiva de la visitante lo ponía nervioso, tomo un pequeño frasco de jugo del refrigerador y lo bebió de un sorbo, luego salió algo cabizbajo y se sentó en otro de los sillones de la sala- Tu debes ser Laura- menciono pensativo.

-       Y tú debes ser Tom. Seguro Bill te ha hablado de mi como él me ha hablado de ti- dedujo Laura sin dejar de sonreír- Que bueno que viniste a verlo, aquí no tiene muchos amigos a comparación de los que tenia allá en Berlín- narró cordial.

-       Así es. Yo tampoco tengo muchos amigos allá, y aquí solo tengo algunos conocidos- apunto el pelinegro- Bill es un amigo increíble, por eso en cuanto pude vine a visitarlo, me imaginaba eso de que no tenía mucha compañía aquí- expreso viendo mesuradamente a la joven.

-        Si, es un gran chico, es único- dijo Laura suspirando- Ya se merece a alguien que lo haga feliz y lo haga olvidarse del estrés de tanto trabajo, el pobre casi nunca tiene tiempo para descansar. Se la vive trabajando.

-       Es muy apasionado con su trabajo, lo sé. Yo también espero lo mismo, de verdad se merece ser feliz.

-       Si, lastima. Dice que está muy ocupado para el amor.

-       Quisiera decir lo mismo- susurro Tom pensativo- Porque cuando estas enamorado el amor no te deja concentrarte, entonces cuando no lo estas cualquier cosa te mantiene interesado. Incluso una vez me dije “Ojala algún día crea en el amor, porque no veo que exista”, pero es que nunca me había pasado antes, hasta ahora.

-       Vale, pues dices bien. Sabes, Bill me dijo esa misma frase hace poco, cuando le pregunte si le gustaba alguien, me dijo que sí, que le gustaba bastante una persona en especial, que lo hacía sentir muy extraño pero no quería sonar cursi porque no cree en esas cosas del amor. Después dijo algo así: “Ojala algún día crea en el amor, porque sino no se qué va a ser de mi”. Creo que ni él mismo sabe que ya está enamorado.

-       ¿Eso dijo? Bueno ahora entiendo algunas cosas.

-       Si, y por lo que veo tu también estas así, entonces tú debes entender de lo que hablo.

-       Supongo. Quiero creer que es amor, porque nunca antes me había sentido así. Encontrar a alguien que se vuelve el centro de tu mundo, que sin esa persona no puedes vivir, y esas cosas.

-       Exacto. ¡Vaya! Tu sí que estas enamorado hasta los huesos.

-       Si, de hecho no sé porque te estoy contando esto. Solo mis amigos lo sabían, bueno ellos me ayudaron a darme cuenta. Pareces ser alguien confiable, ahora entiendo a lo que Bill se refería con que las personas conectan contigo al instante.

-       No te preocupes, creo que ya estoy acostumbrada.

-       ¿Interrumpo?- exclamo Bill haciéndose presente- Estaban hablando de mi, ¿verdad?

-       Claro que no interrumpes Billy, solo conocía a tu amigo Tom- dijo Laura de inmediato- De hecho si hablábamos sobre ti, del buen amigo que eres.

-       Qué bien que ya se conocieron. Ahora vamos a desayunar todos- índico Bill sonriendo- Tom, vas a conocer la agencia donde trabajo hoy.

 

El chico pelinegro asintió sorprendido y salieron del departamento los tres, abordaron el auto de Bill y se dirigieron a un lugar cercano a la agencia para desayunar.

 

Durante el recorrido Bill y Laura platicaban animadamente, mientras que Tom apenas murmuraba algunas palabras, y fue lo mismo en el desayuno por lo que el pelinegro no sabía qué hacer para llamar la atención del fotógrafo, se sentía algo desplazado, inclusive la chica canto un poco a petición de su amigo rubio, y para sorpresa de Tom ella lo hacía muy bien, Laura tenía un sutil acento afrancesado en su voz que hacia su canto más elegante.

 

Después de un rato  ya estaban todos en la agencia de modelaje, varias muchachas se emocionaron de ver a Laura ya que ella les dio su primera oportunidad de modelar, la joven amiga de Bill se volvió una de las directoras más prestigiosas y acababa de conseguir su propia agencia en Paris.

 

Bill aprovecho para darle un breve recorrido por la agencia a Tom y le presento a algunas de las modelos, las chicas no disimularon su interés en el pelinegro abogado, que se quedo a ver como realizaba una sesión fotográfica su rubio amigo.

 

Al final del día, cuando Bill y Tom salieron de la agencia se encontraron nuevamente a Laura, que se acerco a ellos solo para despedirse, pues ya tenía que volver a Francia. Antes de irse le dio una nota a Tom y enseguida le dio un largo abrazo a Bill mientras le murmuraba algunas cosas al oído.

 

Laura se marcho en un taxi hacia el aeropuerto, así que ambos amigos regresaron al departamento cansados y hambrientos con una pizza que compraron en el trayecto, la cual devoraron en pocos minutos. Bill se metió a darse una ducha mientras Tom se sentó en la sala pensativo, recordó la nota que le dio Laura y la saco de su bolsillo abriéndola y leyendo su contenido.

 

“Tom, me alegra que Bill te tenga. Por lo que se, eres alguien muy importante para él, así que cuídalo mucho. Me pareces alguien interesante, de hecho me gustaría hablar contigo otra vez, creo que aun hay algo que nos quedo pendiente de hablar. Te dejo mi numero para que podamos seguir en contacto”.

 

El pelinegro levanto la vista una vez que leyó aquella nota y le dio un vistazo al número telefónico de la muchacha. Suspiro, claro que la llamaría, aun habían cosas pendientes de que charlar, tenía curiosidad por saber que más sabia ella de Bill.

 

-       ¿En qué piensas?- escucho de pronto Tom y detuvo sus cavilaciones mirando hacia su derecha.

-       En nada, solo algunas cosas del trabajo- bufo Tom con voz cansada, luego miro bien y vio a su amigo desnudo solo cubierto por una toalla que le rodeaba la cintura, trago en seco ante esa visión, se perdió en ver como algunas gotas de agua se deslizaban por su piel, ese pequeño detalle le pareció muy atractivo.

-       O en las modelos de la agencia- apunto astuto Bill.

-       No. Eran lindas, pero no pensaba en ellas- dijo apresurado el otro chico reaccionando.

-       Ok, porque ellas no dejan de mirarte, tuve que llamarles la atención un par de veces. Una de ellas de hecho me pidió tu número- señaló el rubio serio.

-       Que detalle, pero no estoy interesado de verdad- murmuro cabizbajo Tom.

-       ¿Quieres salir conmigo?- cuestiono Bill de pronto.

-       ¿Qué? Digo, si- respondió de inmediato nervioso el pelinegro.

-       No es una cita, no te alarmes- lo calmo el fotógrafo sonriendo.

-       Ok, ve a vestirte. Luego veremos eso- expreso Tom juicioso- Se que algún día tendremos una cita real- se dijo mentalmente sonriendo ilusionado.

 

 

 

 

Notas finales:

@.@ Pobre Tom, como no volverse loco con este Bill tan misterioso, pero bueno, al fin sabremos como terminara esto jeje.

Muchas gracias nuevamente por leerme, nos leeremos pronto en el siguiente capitulo ya con el desenlace de esta historia, que espero de verdad les haya gustado. Cuidense, salu2.


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