Bill empezó a despertar, quiso estirarse pero vio limitados sus movimientos al sentir unos brazos afianzados a su cintura, se puso nervioso ante su casi desnudez mirando levemente hacia atrás y vio a Tom tras el profundamente dormido, nunca había dormido con nadie así y la vergüenza lo inundo. Exhalo frotándose delicadamente los ojos y con cuidado se alejo del chico de cabellera negra incorporándose y metiéndose al baño de prisa.
Tom por su parte, sintió que el calor a su lado que lo hacía sentir bien se desvanecía, era un sentimiento familiar para él así que tanteo la cama sin abrir los ojos buscando a su acompañante, y luego recobrando la conciencia asustado abrió los ojos y dio un bote en el colchón incorporándose. No lo podía creer, se había quedado a dormir en la habitación de un hombre, de Bill, y eso lo hizo sentirse raro, compartir la cama con un chico no era cualquier cosa y nunca se lo hubiera imaginado, aunque a la vez tenía una sensación de seguridad, un sentimiento que rara vez percibía con alguien, no comprendía que era lo que pasaba.
Luego el pelinegro se dio cuenta de la ausencia de su compañero de viaje y se quedo pensativo, al oír el agua de la regadera correr era señal de que estaba dándose una ducha. Intuyo que ya le había dado muchas molestias al rubio y sigilosamente se marcho a su habitación. Quería acostarse a dormir nuevamente, pero sabía que se le haría tarde y no quería recibir una reprimenda del mayor así que con pesadez empaco sus cosas, apenas eran las ocho y media de la mañana, tendría tiempo para hacer sus maletas y tal vez tomar el desayuno antes de ir al aeropuerto.
Pasado un rato, Bill no se extraño de no ver a Tom en su habitación cuando salió del baño, así que igual empaco sus pertenencias y luego fue a ver al otro chico. Toco su puerta y en cuanto Tom le abrió se sorprendió de ver que ya había empacado e incluso lucia aseado, el olor de su perfume inundo sus fosas nasales y después tosió un poco sacándole un gesto de confusión al joven pelinegro.
- Veo que ya estás listo. Solo una sugerencia Tom, la idea es bañarse con agua, no con perfume- expreso sagaz el mayor y Tom frunció levemente el seño pero luego se normalizo restándole importancia.
- Vale. ¿Vamos a desayunar antes de irnos?- propuso Tom sonriente.
- Si, tenemos tiempo- respondió Bill viendo el reloj en su muñeca izquierda.
Un rato después y pasado el desayuno, ambos jóvenes esperaban su vuelo para ir a su siguiente destino, Bill lucia serio mientras que Tom chateaba en su celular con su amigo Georg.
- ¿Cómo te va con el fotógrafo?- decía su amigo curioso
-Bien. Nos la hemos llevado en paz, aunque no sé si soporte todo el viaje con él- contesto el pelinegro.
-¿Por qué lo dices? ¿Es muy mandón?- inquirió Georg.
-No. Bueno si, algo, pero no es por eso. No sé, solo que hay algo que me hace sentir raro a su lado- manifestó sincero Tom.
- Ya, tranquilo. No te hagas ideas y relájate. Tal vez esto les sirva para que se puedan llevar mejor. Al menos ya lo aguantas.
- Pues debo confesar que mi opinión de él ha cambiado un poco, aunque no puedo confiarme al cien por ciento aun.
- Aliviánate hermano, disfruta el viaje. Te dejo porque tengo trabajo.
- Nos vemos.
- Ok. Cuídate.
El pelinegro cerró la conversación y se estiro en su asiento, Bill estaba leyendo atentamente, Tom quiso decirle algo pero en eso el sonido local los puso en aviso de que era momento de que abordaran. No se dirigieron la palabra hasta que estuvieron en sus asientos y Tom se preocupo por la actitud del fotógrafo.
- Bill- lo llamo- Se que nuestra relación de trabajo no es muy amena ni sencilla, pero creo que te empiezo a conocer y quisiera que nos lleváramos mejor- propuso Tom nervioso y Bill suspiro.
- Yo no tengo ningún problema contigo muchacho, solo si llevamos las cosas en paz y somos profesionales lograremos satisfactoriamente nuestra labor- murmuro Bill aun con semblante serio.
- Ok, pero a eso me refiero. No seas tan duro contigo ni conmigo. Es decir, aun eres joven, tienes que divertirte mas con lo que haces- explico el menor de pelo negro.
- Créeme, me divierto lo suficiente. Solo que el trabajo es trabajo, y entiendo el que quieras que socialicemos, pero quiero que te quede bien claro que solo somos compañeros Tom. Sé que no te agrado desde que me conociste, así que no quiero incomodarte.
- Admito que aun no me agradas del todo, pero quiero tratar de que nos llevemos bien.
- Pues no te preocupes por eso, ya veremos qué pasa.
Tom resopló y cerró los ojos intentando dormir, necesitaba relajarse. Realmente ese chico rubio lo perturba bastante, por más que trataba de ser amable. No podía evitar sentir aun algo de desprecio por él, pero lo que más le intrigaba es que ese sentimiento iba cambiando poco a poco por interés en el fotógrafo.
En cuanto llegaron a Leipzig ambos chicos se instalaron plácidamente en la casa que la familia de Tom tenia ahí, Bill se sintió muy cómodo en la cama de su habitación y se durmió un rato para descansar del viaje.
Tom por su parte decidió salir al balcón de su habitación y fumar un poco, quería despejarse de sus pensamientos pero no podía, aun no podía creer que apenas hace unos días nunca sea hubiera imaginado estar en una situación como esa, viajando con un extraño que conoció en un bar. El teléfono interrumpió sus cavilaciones y sin ver la pantalla contesto.
- Hola- dijo distraído.
- Hola amor, ¿Qué pasa contigo? Ni una llamada desde que te fuiste. ¿Cómo estás?- expreso su novia al otro lado de la línea.
- Cindy, estoy bien. He estado ocupado- dijo suspirando.
- Me imagino, espero que ese fotógrafo de quinta te este tratando bien- indico ella con tono molesto- Se que los fotógrafos son arrogantes y muy criticones- agrego en un resoplido.
- Si, no te preocupes. Es bueno en lo que hace, debo admitirlo, y su actitud no ha sido tan mala, me esperaba algo peor- respondió Tom sincero.
- Como sea. Te extraño- dijo la chica más tranquila.
- No estaré lejos por mucho. ¿Tu como estas?- pregunto indiferente Tom dándole una calada a su cigarro.
- Bien, supongo que debes estar cansado- menciono la chica y luego suspiro.
- Si, de hecho ahora quiero descansar un rato- expreso el pelinegro y luego bostezo.
- Ok. Te dejo entonces. Nos vemos- murmuro ella colgando y Tom inhalo profundo aliviado.
El joven se termino su cigarrillo y se dirigió a la sala de la casa para ver un poco de televisión, tal vez eso lo distraería. Cambio canales al azar y le dejo en una película, la cual solo vio un poco pues unos momentos después cayó dormido. Tras un par de horas, un movimiento constante en el hombro lo despertó y parpadeo rápido visualizando a Bill llamándolo, el pelinegro se estiro incorporándose.
- Oye, no te quería molestar pero tengo hambre. ¿Hay algo de comer aquí o tengo que salir afuera?- cuestiono Bill cohibido.
- Si, yo me encargo. Espera- articulo Tom apenas y dando un largo bostezo se puso de pie.
Tom ordeno al servicio de la casa que les prepararan algo de comer, en poco tiempo ya les estaban sirviendo y gustosos los jóvenes degustaron sus alimentos.
- ¡Vaya! Hace tiempo que no comía comida casera- dijo algo nostálgico el chico rubio.
- ¿Te gusta?- cuestiono el anfitrión sorprendido.
- Si, está muy buena. Felicítame a tu personal- anuncio Bill sonriente.
- Ok, gracias. ¿Te gustaría sacar algunas fotos hoy, o esperamos hasta mañana?- expuso Tom sin despegar la vista de su comida.
- Es algo tarde ya, pero si me gustaría darme prisa para no presionarme al final. Podríamos salir un rato y ver si obtengo unas buenas fotos nocturnas- respondió Bill pensativo.
- Como digas, conozco algunos lugares buenos de por aquí que se ven bien de noche- convidó el menor.
Bill asintió ligeramente y siguieron comiendo, Tom termino pero no se levanto de la mesa esperando al otro, en eso una pequeña niña apareció danzante por donde ellos estaban. El mayor la miro curioso y luego observo a Tom como pidiéndole una explicación.
- Es Kary, la hija de la cocinera. Ambas viven aquí- murmuro Tom y la pequeña noto a los dos chicos que la observaban.
- Hola Tom- saludo la niña alegre.
- Hola Kary. ¿Cómo has estado? Mira que grande estas- insinúo Tom sereno.
- Bien. Hace mucho que no venias- dijo la chiquilla brincando en su lugar.
- Si, pero es que he tenido mucho trabajo, por eso no había venido- contesto Tom sonriendo levemente.
- Ah bueno. ¿Y él quien es? Es muy lindo- pregunto Kary acercándose a Bill.
- Él es Bill- dijo Tom viendo al otro chico y luego a la pequeña.
- Ooooh, ¿y es tu novio? ¿están en una cita?- volvió a cuestionar la niña interesada, el rubio casi se atraganta con el bocado que tenía en la boca por tal declaración y rápido tomo un poco de agua.
- No, no- se apresuro a decir Tom- Bill es… un amigo. Trabajamos juntos. Lo invite a dormir aquí- justifico inquieto.
- Oh- exclamo la niña- Es que se ven muy bonitos así juntos, como si fueran novios. Tú lo miras muy raro- indico la nena simpática.
- Hahaha- rio nervioso el pelinegro- Oye dile a tu mami que Bill la manda felicitar, que la comida estaba muy rica- le mando y la niña se echo a andar de prisa hacia la cocina despidiéndose animosamente de los chicos.
- Simpática la pequeña- dijo de pronto con una ligera sonrisa Bill terminando de comer y dándole una mirada inquisitiva a Tom.
Tom volteo a ver al joven fotógrafo, sus miradas se conectaron al instante viéndose fijamente, como tratando de memorizar las facciones del contrario, Bill se relamió ligeramente los labios y soltando un sonoro jadeo se marcho mientras Tom aun intentaba comprender lo sucedido y lo dicho por la chiquilla. Sin duda ya le habían dado más en que pensar los comentarios de Kary.