Pasaron los 2 días que quedaban para comenzar mi entrenamiento con Laxus. Era una gran diferencia luchar contra Gray que contra Laxus, pero me esforzaría. No me permitiría trastabillar. Ciertamente Laxus se estaba conteniendo. No tenía de decirlo para darme cuenta. Pero claro, esto solo es un entrenamiento perfecto para cualquiera que deseé mejorar rápidamente.
Erza llego al gremio después de una semana. La misión clase S que había tomado duraba un mes pero Erza la termino de 11 días. “vencer a un monstruo”, pero la verdad es que no sé si el monstruo fue por el cual se creó la misión o quien la tomo. No sé qué me haría Erza si le digo que pienso que la veo como un monstruo, pero me da mucha risa porque a la manera en que yo la veo, ella es mi inspiración para ser tan monstruosamente fuerte como ella.
- Llegue – pronunció abriendo las puertas del gremio.
- ¡Erza! - Grite de alegría al verla. Corrí para abrazarla y ella me correspondió el abrazo.
- Haru ¿Cómo estás? - estuve por responder pero su sorpresa me agarro desprevenido - ¡Haru! ¡¿Por qué estas así?!
No hizo falta verme a mí mismo, aun duelen. Tengo moretones por todo el cuerpo causados por el entrenamiento con Laxus. Sonreí nervioso.
- Estoy entrenando con Laxus... - mas no pude terminar de hablar.
- ¡Laxus! ¿Cómo te atreves a lastimar a Haru? Lo mataré – soltó Erza avanzando decidida a la sala de los magos clase S mientras Laxus la miraba con su cabeza recostada en la baranda de madera.
- Erza... - la tome del brazo logrando que esta me mirase – ¿Me enseñarías a usar la espada?
Erza cambió su gesto a uno de sorpresa.
- ¿Te estas esforzando? - me preguntó la peliroja.
- Sí – hice una pausa para ordenar mis palabras – No quiero que me veas como a un niño, quiero aprender teniendo en cuenta la fuerza de los enemigos que pueda encontrar.
Creo que fue mala idea decir aquello puesto que el brillo en sus ojos me demostró que el entrenamiento sería tan arduo como si ella mirase frente a sí a alguien que tiene que superarla en poco tiempo. Aun si es lo que busco, este entrenamiento más el que ya Laxus me está dando van a ser una fuerte razón para rendirme. Erza esa misma tarde me regalo una espada y empezamos mi entrenamiento. Creo que ellos no lo saben, pero Erza y Laxus entrenan de una manera muy semejante, si es que no exactamente iguales. Me hablan fuerte a la hora de mostrarme mis errores y me regañan aún más fuerte cuando repito tales errores.
Tal cómo lo pensé era agotador entrenar con Laxus dos horas y las dos horas siguientes con Erza, pero el doble entrenamiento tendría que tener resultados rápidos. Pensé en muchas ocasiones abandonar ambos entrenamientos, de renunciar, pero luego pensaba que abandonar el entrenamiento sería como abandonar mi deseo de encontrar a mi hermano, solo por eso seguí sin importar cuan doloroso terminase siendo el entrenamiento.
Han pasado tres meses desde que empecé a entrenar con Erza y Laxus. A decir verdad Laxus está cambiando y no creo que sea para bien. Cada vez pareciese endurecerse más y exigir más. Cada vez es más rudo a la hora de entrenar, no le puedo seguir el paso, es muy difícil, pero siento que no ha dejado de ser el cariñoso Laxus que no falto ni un solo día a verme en la enfermería. Quiero pensar que es temporal.
- Levántate – ordeno – Si no puedes con esto entonces mejor abandónalo.
Eso me dolió muy en el fondo de mi alma. ¡Maldición me estoy esforzando! ¡¿Qué es lo que me hace falta?! No estoy cometiendo errores. Mis reflejos no han mejorado, mi postura es buena, no he cometido errores de ninguna clase, siempre estoy pendiente de mi postura y de no bajar la guardia. Quisiera preguntarle a Laxus ¿Qué es lo que estoy haciendo mal? Pero es su deber como mi tutor mostrarme el error que estoy cometiendo, pero yo sé bien que mi error es no poder soportar los golpes de Laxus. Quiere crearme una resistencia, pero pienso que por muy entrenado que este no será suficiente para que mi cuerpo de niño aguante tanta fuerza, mas no me quejaré ni me excusaré. Yo escogí este entrenamiento, ni quise que me mirasen como a un niño, así que por ello, porque fui yo quien decidió esto, no me excusaré, lograré superar las expectativas de Laxus no importa lo que cueste ni cuánto tiempo transcurra.
“Lograré que te sientas orgulloso de mi”.
- ¿Por qué sigues levantándote? – preguntó con semblante serio.
- Porque para alcanzar todo lo bueno se tienen que atravesar los caminos más difíciles – pude ver la mirada de Laxus aflojar y mostrarse con más calma – No basta con soñar. Si todo fuese fácil, todos lograrían sus cometidos – Laxus sonrió levemente y bajo el rostro, creo que no quería que notase que estaba sonriendo.
- ¡¿ENTONCES QUE ESPERAS?!
No sé bien que fue lo que se prendió dentro de mí, pero pude sentir claramente esas inmensas ganas que tenia de mostrarle a Laxus que el tiempo que dedico para entrenarme día a día sin falta no fue en vano. Quería mostrarle que su entrenamiento estaba dando frutos. Hubo un detalle del que no me percaté por no parar de pensar en cuanto quería que Laxus se enorgulleciese de mí, ese detalle fue sentir una corriente de energía que tomaba mi brazo derecho y de la palma de mi mano que estaba en contacto con el suelo se formase un círculo mágico de color plateado. Laxus me miraba perplejo al ver él también el círculo mágico. El círculo media a como mucho 30 centímetros. Este sello comenzó a volverse de color café y tan pronto como se comenzó a teñir empecé a sentir una conexión con la tierra que nos rodeaba, esta conexión se hacía más fuerte mientras más se teñía el círculo mágico. Tal conexión me permitía sentir la tierra como cada cosa que entre está o sobre esta se hallaba, pero temo que no fue más que un pequeño territorio, un cierto diámetro alrededor mío.
Cuando el sello se tiñó por completo de marrón sentí como cierta presión envolvía mi mano comenzando desde el dorso de mi mano en el cual se hallan marcas de aquel color café expandiéndose hasta mis dedos, pero solo por la cara de arriba de mi mano. Sentí como dicha energía se instalaba en la zona tomada por las marcar y como poca de la arena se apegaba a la zona cubierta de marcas. No entendí claramente, tampoco me preocupe por analizar ese suceso. Me levando corriendo hacia Laxus el cual saliendo de su asombro es coloco en posición defensiva con los brazos cruzados. Salte intentando ganar impulso en dirección del dragón Slayer del trueno y golpeé el brazo izquierdo de Laxus arrimándolo unos insignificantes 2 o 3 centímetros, pero eran más de lo que nunca empujé a mi tutor. Vi como Laxus rápidamente movía su brazo derecho el cual estaba detrás del Izquierdo en su posición de defensa y buscaba golpearme desde abajo aprovechando que aún estaba suspendido en el aire, mas no salió como él creía puesto que con mi mano izquierda tome su puño impidiendo que este me golpease y usando el impulso que me aportaba para elevarme unos centímetros más en el aire, dar una vuelta y patear el mismo brazo izquierdo de Laxus con el cual se defendió de lo que pudo ser un golpe en su cabeza. Ya pateando su brazo volví a dar otra vuelta pero esta vez impulsándome para alejarme de Laxus.
Tan pronto toque tierra me coloque en guardia y subí me defensa esperando un contra ataque de parte de Laxus. Ahora estoy un poco feliz y decepcionado por mi repentino despertar mágico y decepcionado porque tan pronto como golpeé a mi oponente desapareció todo rastro de magia.
- Haru – me llamo Laxus calmado haciendo entender que ya no estábamos practicando. Por lo tanto podía bajar la guardia - ¿quieres ir por un helado? – eso me asombro y a la vez me alegró – Yo invito.
Solo salí corriendo hacia Laxus para poder caminar a su lado mientras este se daba la vuelta para empezar a caminar en dirección de Magnolia. Pronto llegue a su lado para caminar junto a él. Nuestro campo de entrenamiento es en medio del bosque cerca de una cascada que no pasa de los 20 metros de alto. La primera semana Laxus estuvo entrenándome atrás de la edificación del gremio pero me sentía nervioso que Erza, Gray o cualquier otro se molestase con Laxus por ser tan rudo, por ello le planteé que fuera en otro lugar, y a la vez pensando que así podría tener un lugar especias en donde entrenar cuando él comenzara a tomar misiones. Así yo podría tener un lugar en el que sentir que me acompañaba aún sin él estar presente. Fue así como hicimos la búsqueda de todo un día un entrenamiento muy divertido. Laxus me enseñó cómo según el panorama, las raíces de los árboles y el comportamiento de algunos anímeles podía guiarme de todos esos patrones para conseguir una fuente de agua. La opción de estar cerca de un cuerpo de agua fue por mí, porque me encanta bañarme en algún lugar en el que pueda sumergirme, así que cuando encontramos la cascada me sentí demasiado feliz. Al principio a Laxus no le gusto porque no había un espacio en donde los arboles no estorbaran, así que le propuse a mi tutor que despejar el espacio también podía ser entrenamiento. Corte cada tronco, saque cada raíz y limpié la zona que sería para el entrenamiento de cada maleza. Fue duro. Toda una semana talando, desraizando, desmalezando. Mi sorpresa fue que justo al comenzar la semana siguiente de haber “Limpiado” el campo de entrenamiento. Al llegar a las 4 de la tarde de aquel lunes, Laxus con sus propias manos había construido una casa con los troncos de los árboles que yo tale. Era pequeña, pero la creo con el propósito de tener un lugar donde refugiarme por si llovía, a eso le respondí que esa casa no era para yo refugiarme, era para ambos.
Camino con Laxus con una sonrisa tan grande como jamás creí que volvería a sonreír. Tantas cosas buenas me han ocurrido en este tiempo que no creo que algún día vaya a ocurrir algo malo. Pienso que todo ha sido tan bueno y feliz que hasta creo que no faltará mucho para conseguir a mi hermano.
- ¿De qué sabor quieres Haru? - pregunto Laxus una vez estando en el puesto de helados.
- Galleta – respondí.
- Chocolate con nueces – pidió él.
Mientras esperábamos yo miraba como Jet y Droy se discutían diciendo las razones por las cuales un es el más apto para salir con Levy mientras que el otro aportaba a su propio favor. Ellos no tienen remedio y Levy no está enamorada de ninguno de los dos. También vi a Loki más lejos coqueteando con un grupo de chicas. Típico.
- Ten – dijo Laxus haciéndome reaccionar y aceptar el helado – te lo mereces por tu arduo esfuerzo.
Eso me hace sentir bien, el saber que una persona valora lo que hago.
Agradezco y vuelvo a ver a las personas. Nos sentamos en una banca mientras degustábamos de nuestros helados. Aun no son las 6 y los matices anaranjados del cielo contrastan bien con la luz amarillenta que ilumina la ciudad. Sigo comiendo de mi helado y puedo ver cómo pasa una pareja con una niña sobre los hombre del padre y un niño tomado de la mano de su madre, pero el niño peleaba por tomar la mano de su padre, la mujer lo soltó y el niño sin esperar tomo la mano de su padre que ya estaba esperando tomar la manito de su hijo.
No supe el momento en que mi mirada entristeció. Sí, tuve una madre a la que nunca le solté la mano porque me hacía sentir importante, querido, pero no tengo ni un solo recuerdo de haber caminado de la mano de mi padre. ¿Hay alguna diferencia? Y si la hay ¿Cuál es? ¿Qué se siente? Una lágrima se me escapo. ¿Cómo es tener un padre que te quiera y te cuide? De pronto miré a Laxus y sentí que ya sabía lo que sentía. Miré mi mano izquierda y el helado que se estaba derritiendo en mi mano derecha.
Una mano me quito el helado y tan pronto me lo quitaron reaccioné, miré a mi acompañante y este estaba lamiendo las partes por las que mi helado se estaba derritiendo. Me devolvió mi helado y se levantó tomándome de la mano. Sí, me sonroje, no lo niego, pero es que no entendí a que iba aquello.
- No tienes por qué entristecerte. Yo seré tu padre todas las veces que quieras – eso me quito el habla.
Quiero llorar. Toda la imagen y lo más parecido a uno siempre ha estado cerca de mí, no me ha dejado ni un solo día, y ahora estoy aquí con lágrimas en los ojos, lágrimas de felicidad que siento que nada podrá ser mejor regalo que alguien con gusto me permita ver en su persona aquello que tanto anhelé tener.
Se me escapo una risita al sentir algo frío colocarse suavemente en mi mejilla. Era Laxus posando su helado en mi mejilla.
- Te ensuciaste ahí – soltó inocentemente.
- No me ensucie, tú lo hiciste – dije riéndome por ello.
Él se rio. Me hizo feliz verlo y escucharlo reír. Apreté la mano de laxus y el apretó mi mano de regreso. Me sentí seguro, aliviado, protegido, fuerte y a la vez cómodo. ¿Eso es lo que se siente tomarle la mano a tu padre?
Caminamos hasta el gremio y soltó mi mano. Me trajo sano y salvo ante el gremio. Me dijo que si me traía tarde para mi entrenamiento con Erza tendría que aguantarle su sermón, eso me pareció gracioso puesto que él es más fuerte que ella.
- Haru, iré a una misión que dura dos semanas, ¿no tendrás problema con el entrenamiento verdad?
- No. Prometo que entrenaré día a día – Estoy feliz, entusiasmado, pero más que todo motivado.
- Será grande Haru – dijo Laxus despeinando mis cabellos antes de darse la vuelta.
Mientras caminaba me di cuenta que el equipo Raijinshuu estaban esperando a Laxus. Freed me saludo con su mano seria. Evergreen y bickslow ni siquiera se molestaron en verme. Cuando Laxus se les unió empezaron a caminar y fue cuando Evergreen habló. No sé lo que le dijo a Laxus pero este frunció el ceño. Supongo que dijo algo puesto que Evergreen se molestó. Volvía a hablar, esta voz escuche su voz pero no entendí lo que dijo, ellos no dejaban de caminar. Supongo que no es de mi incumbencia, por ello me doy la vuelta para entrar en el gremio.
- Ya llegué – dije entrando al gremio.
- Haru, ¿Te pasa algo? – preguntó Gray.
- No es nada – pero es que me preocupa el por qué Evergreen estaba molesta, pero eso no se los diría.
- ¿Entonces por qué tienes esa cara? – me preguntó Macao.
- Es que… vi a un perro callejero. Me da lástima.
- Pues no creo que haya mucho por hacer. Erza salió a una misión – me aviso gray.
- ¡Ya estoy de vuelta! – gritó Natsu atrás de mí llegando con Happy.
- ¿Qué no sabes entrar sin hacer escandalo? – preguntó Gray serio.
- ¡¿Quieres pelear ojos caídos?! – lo desafió Natsu.
- ¡¿Cómo me dijiste ojos picudos?!
Se agarran a pelear entre ellos.
- Ya empezaron otra vez – dijo Cana desde donde estaba con su tarro de cerveza.
- Pelear es de hombres – se les unió Elfman.
Esto se convertiría en un desastre sin nadie que les ponga carácter, y el maestro estaba solventando unos problemas personales. No daba para más, si no puedes contra ellos, úneteles. Sé que soy muy fuerte, puedo enfrentarme a Gray, Natsu y todos en el gremio. Así mediamos fuerzas, pero siempre me ganan, pero he llegado a ganarle a Natsu en una ocasión. Sé que soy tan fuerte como ellos pero cuando empiezan a usar magia dejo de ser un oponente para ellos y me convierto tan solo en uno más del mar de los débiles. Si supiera como forzar a mi magia a salir podría medirme contra ellos con completo. Mis victorias ante Gray no cuentan porque me doy cuenta que siempre tiene miedo de lastimarme, en cambio Natsu se lo toma muy enserio. Gray se basa de posturas, pero según Laxus mi postura es mucho mejor que la de Gray.
Con todo eso no me desanimo. Para mi edad soy todo un oponente para cualquiera. Mi entrenamiento con espada también es muy bueno, puedo sostenerle a Erza por un minuto de esgrima o probando nuestra velocidad de ataque en su máxima velocidad sin su armadura de velocidad. Solo puedo igualar a Erza por un minuto porque mantener esa velocidad es muy difícil y me canso rápido. Erza dice que si en tres meses la puedo igualar por poco tiempo entonces no le sorprendería que en un año o dos la iguale completamente. Pero claro que lo que me preocupa es que Erza hizo ese análisis basándose únicamente en su fuerza propia, quiero decir que, para poder igualarla con sus armaduras especiales tardaré unos 4 o 5 años después de igualarla en su estado normal, pero estoy más que consiente que eso solo sucederá si ella no sigue haciéndose más fuerte, y eso lo dificulto.
Tengo que pensar en el presente y divertirme, de nada me servirá mejorar sin disfrutar de cada momento que me ofrece este maravilloso gremio.
- Hombre, ¿¡Quién me golpeó!? – preguntó Elfman.
- JAJAJA ESE FUE HARU JAJAJA – grito Natus entre risas.
- ¿A si?
Hasta aquí llegue. Elfman transforme su brazo derecho, Gray se posicionó, Natsu envolvió sus manos en fuego, Loky creó un círculo mágico, así como todos los demás. Levy estaba en una esquina con leyendo un libro así que aproveche el desastre que estaban causando todos para huir y acercármele a nuestra amiga de cabellera azul.
- Haru, ¿Cómo estás? – Saludó - ¿Te sirvió de algo el libro de la otra vez?
...
Han pasado unos cinco meses desde que comencé a entrenar con Laxus y con Erza. Cinco meses de duro esfuerzo.
Desde que Laxus volvió de la misión que duro dos semanas se ha estado comportando muy extraño, más de lo normal; siempre fue serio y distante, pero ahora es más severo con todos. Cuando entrenábamos en las últimas 5 semanas no me enseñaba, solo me mandaba a volar de un golpe diciendo que soy muy débil, que no valgo la pena, que no merezco estar en Fairy Tail y que nadie en el gremio lo merecía.
Las cosas han cambiado; Natsu reta a Laxus como de costumbre, pero no existe batalla, tan solo hace que Natsu coma tierra. Erza y Laxus no paran de pelear, el equipo Raijinshuu no se aparecía por el gremio más que para tomar alguna misión y volver a partir, y por si no fuera poco, el gremio ha estado decaído por la pérdida de una gran amiga, Lisanna Straus quien murió hace tan solo tres días.
En estos tres días, he estado entrenando con Romeo. Es dos años menor que yo pero igual le he estado enseñando lo que he aprendido, y debo decir que aprende rápido, pero claro, son posturas, mantener la guardia arriba y como golpear o patear, más no me atrevo a enseñarle a combatir con un oponente aun.
Hoy se supone que hare mi primera misión, la hare acompañando a Natsu. Happy se quedaría en el gremio por sentirse enfermo, pero Natsu necesitaba desahogar su tristeza y de eso me pude dar cuenta. La misión se trataba de demoler un edificio ubicado en la ciudad Clover, que es la ciudad en donde está ubicada la sede a donde acuden los maestros de gremio para sus reuniones semanales. La misión será sumamente fácil puesto que estaba al lado del mago más destructivo del gremio, lo extraño era lo que pagarían por cumplir la misión; 1.000.000 de Yenes por demoler dicho edificio edificio, eso es demasiado extraño, es decir, es demasiado dinero solo por demoler un simple edificio.
Al llegar al lugar en el que se encontraba el edificio Natsu salió corriendo hacia la edificación para después saltar con fuerza y crear un círculo mágico en aire.
- ¡Vuelo del dragón de fuego!
El edificio se desplomo en poco tiempo que Natsu impactará en la primera planta del edificio, pero no estaba vacío. Antes de que se cayera por completo muchos magos enfurecidos habían salido de la edificación para ir en nuestra contra. Desenvaine mi espada dando por un hecho la batalla en la que nos veíamos involucrados. Había perdido a Natsu de vista, pero la verdad es que ni me preocupaba, él podría cuidarse incluso mejor que yo.
Me veía envuelto de magos pero pocos podían golpearme, esquive muchos golpes y ataques mágicos mientras les proporcionaba pequeños cortes, nada grave. Mas no pude dejarlos pasar después de notar la insignia en sus cuerpos. Era la insignia de “Serpent Smiling”, esa era la insignia de gremio de los mismos que me habían quitado a mi madre. Solo notar ese detalle y dejó de importarme lo que les pasase. Desenvaine una segunda espada que Erza me regalo para que aprendiera a luchar usando dos espadas a la vez. Ya no les hacía cortes inofensivos, ahora cortaba todo lo que estuviese de por medio; dedos, brazos, piernas, cabezas. No merecían perdón después de lo que le hicieron a mi familia. Puedo decir que no supe que me sucedió pero, no pensaba, solo veía frente a mí el más justo de los castigos que les podía dar a los miembros del gremio de degenerados que aún me hacen tener pesadillas con mi madre, que me hacen llorar cada que veo a mi alrededor y no veo ni a mi madre ni a mi hermano.
Alguien toma mi espada haciéndome reaccionar, y al girar mi rostro para ver quien detuvo mi espada, me sorprendió que la detuvieran con la mano desnuda, ¡por el filo de mi espada! Al ver quien es me quedé atónito. Un hombre de cabello blanco y ojos grises, pero a ese hombre ya lo conocía, era uno de mis tres violadores.
- Así que estabas ahí... A Shanon le gustará verte de nuevo.
Mi valentía se convirtió en miedo al mirarlo sonreír. Estiro su mano buscado tocarme y fue cuando mi temor me hizo perder toda valentía y en un acto desesperado busque alejarme de él.
- ¡Aléjate de mí! – grite soltando ambas espadas y poniendo mis manos entre él y yo.
Un pequeño círculo mágico apareció en mi mano, tan pequeño que entraba en la palma de mi mano. Él se sorprendió. Un minúsculo rayo de luz tan fino como una aguja se disparó golpeando su hombro. Deformando su rostro a tener un gesto de dolor intenso.
- Argh –dio un paso para atrás – ¡eres un maldito mocoso!
Se impulsó para tomarme pero antes de dar un paso adelante… nuevamente… deja vu.
Un rayo cayó del cielo provocando una gigantesca explosión que daño a todos en el campo de batalla, menos a mí. Me vi entre el brazo izquierdo de Laxus y su pecho. Él con solo su mano derecha freno la explosión que nos dañaría a nosotros. Bajo su mirada hacia mí y se le veía algo molesto.
- Haru, no quiero enterarme que has vuelto a matar. ¡La vida no es un juego!
No sabía cómo reaccionar ante lo dicho por Laxus además de estar confundido por dos razones. La primera porque no entiendo cómo es que Laxus llego hasta aquí ¿Cómo supo donde estaríamos? Y segundo porque que alguien pase de no hablarme a hacerlo… tenía que estar muy preocupado o eso creo yo. Su grito me hizo caer en cuenta que lo que hice estuvo mal.
- ¡Laxus! – Grito Natsu corriendo hacia nosotros – ¡Ten más cuidado mierda! ¡yo estaba ahí!
Laxus me dejo en el suelo y así como un rayo llego, así desapareció. Miré a todos los miembros de “Serpent Smiling” sorprendido. No estaban muertos, tan solo estaban ¿derrotados? ¿Vencidos? Quizás heridos pero no muertos, a excepción de los que yo mate. Pero sin importar cuanto buscara con la mirada, por ningún lugar estaba el peli-blanco.
- ¿Listo para volver a casa? Haru. – pregunto Natsu sonriendo.
La verdad… Natsu era alguien muy especial. Sin importar la tristeza, el dolor o el sufrimiento, siempre volvía a sonreír. Siempre buscaba las maneras de ser fuerte y sacar lo mejor de él y eso me inspiraba a esforzarme más, a ser mejor, y también, me hacía sentir bien ver una sonrisa entre momentos de tristeza. Siempre estaba dispuesto a hacer reír a todos, intentando ser feliz por cuanto se pueda.