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By Kookie... [Jikook/Kookmin] por NUCITABts

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Notas del fanfic:

Antes de leer éste Os me gustaría hacer algunas aclaraciones para que no haya confusión :)

 

#1- Jungkook tiene problemas del habla, si acaso puede pronunciar dos u cuatro.

 

#2- Usa una máscara porque a causa de un incidente en su pasado su rostro quedó irremediablemente marcado. Nunca se quita la máscara.

 

#3- Sus padres contrataron a Jimin para que lo cuidara ya que Jungkook tiene (como dije sutilmente) algunos retrasos.

 

Y pues ya, creo que son todos :))

Pero no sabía que eso que sentía era enfermo, descabellado, una aberración. Algo completamente fuera de los límites mentales de otras personas, pero él... 

 

—¡Ah...! 

 

... lo disfrutaba y lo deseaba con fuerza. 

 

Su máscara, perpetua en su rostro se movía ligeramente por las sacudidas de las penetraciones, dejando ver sólo un tramo de sus facciones. 

 

—¡S-sí, uhg...! 

 

No quería cerrar los ojos, sabía que a Jungkook no le gustaba y se enojaría con él si lo hiciera. Su boca se abrió, sacando gemidos de dolor y placer y supo por los ojos enormes y brillantes de Jungkook que aquel acto le había encantado. 

 

Jungkook lo embistió más fuerte.

 

—¡Ah... ahg... ah! —arañó su pecho y enterró sus uñas en él. 

 

Otra embestida.

 

La idea de no ver el rostro del ser que le poseía le excitaba, mandando latigazos de placer por todo su cuerpo en movimiento. La bruma de calor se hacía cada vez más espesa y sólo era consciente de lo que tenía dentro de él, golpeándolo, desgarrándolo como sastre por dentro. 

 

—¡Jungkook... sí! A-ah.

 

Y no paraba; sus manos abandonaron aquel pecho níveo y sudoroso y se dirigieron sobre su cabeza para aguantarse del copete de la cama. Se dio un leve golpe pero eso no le impidió elevar las caderas para atrapar esa embestida y recibirla de manera brusca en su interior. 

 

Jungkook le miraba con esos ojos, diciéndole con una mirada todo el placer que sentía mientras entrada y salía. 

 

—J-ji... J-ji —era lo único que el chico podía decir, más allá de esa sílaba su boca no podía articular. 

 

Pero se enterró y dio hacia arriba con la fuerza de una ola salvaje. 

 

—¡Jung...!

 

Y lo repitió cientos y cientos de veces. 

 

—¡Kook! 

Jimin dejó esa posición de piernas abiertas y obligó a Jungkook a acostarse en el colchón. Sin perder tiempo se puso sobre él y alineó el miembro ajeno a su entrada. 

 

—Te va a gustar esto, Kook —musitó componiendo una sonrisa conciliadora—. Yo montaré tu pene y tú te moverás contra mí, ¿lo entendiste, Jungkook? 

 

Jimin esperó que él asintiera para dejarse caer con fuerza y clavarse de una sola estocada la virilidad. Lo percibió más grande, más grueso, más completamente suyo. 

 

—Kook, Kookie... lo haces muy bien, ¿lo sabes, verdad? Eres un n-niño bueno... hmmm —su cabeza se fue levemente hacia atrás y cuando quiso cerrar los ojos, una mano grande y poderosa cogió sin delicadeza su mandíbula. 


—No, J-ji... ojos no. 

 

—Lo siento, Kookie, no lo haré de nuevo, ¿me perdonas? 

 

Jungkook asintió y Jimin comenzó a subir y a bajar erráticamente sin despegar sus miradas. 

 

—¡Kook, lo haces t-tan bien! ¡Oh, demonios, sí!

 

Lo montaba sin pausas, firme y sin ataduras. Sus manos se habían hecho dueñas de los pezones del otro chico; los estiraba y se hacía de ellos con posesividad. 

 

Bajaba, subía, bajaba, subía y se volvía a sentar sobre el pene de Jungkook con sus saltitos veloces. 

 

Se dio un tiempo para respirar.

 

—Eres tan g-grande... mi Kookie —amenizó sus movimientos con un vaivén lento, deslizándose encima de la polla resbaladiza del menor—. Me sien-to tan lleno, uhmm.

 

El chico de la máscara miraba a Jimin sobre él con devoción, adoración y con ojos obsesivos. Desde que sus padres le dijeron que traerían a una nueva niñera sintió la necesidad de ser un niño bueno. En las mañanas cuando Jimin aún dormía, él lo observaba a través del tapiz de las paredes, en las tardes, cuando Jimin salía a sacar las ratas del jardín de su casa, él le preparaba un sándwich con jalea de moras y le decoraba con un vaso de jugo de naranja, en las noches, cuando Jimin se iba a dormir y le cantaba su canción de cuna, pedía un beso de buenas noches. Jimin se lo daba porque había sido un niño bueno. Y al día siguiente, era la misma rutina. 

 

No podía hablar, se le dificultaba y su cara la ocultaba tras su máscara, escondiendo de Jimin su fea cicatriz.

 

Jimin sudaba y llevaba sus manos a ése cuello, a ésas clavículas que le volvía loco. Su vaivén seguía siendo lento: adelante, hacia atrás, empapando el pene de Jungkook con la particular humedad de su interior. Bajó por ése pecho, jugando de nuevo con esos pezones erectos y que apuntaban a él. 


 

—Tú t-también pudes tocarme, Kook —se irguió veinte grados hacia el frente, continuando recibiendo las lentas penetraciones del pelinegro bajo él—. Vamos, Kookie... dame tus manos —el chico obedeció, dejando que Jimin tomara sus manos. El pelirojo hizo que Jungkook lo explorara, pasándolas por su cuello, por su pecho, sus pezones, su abdomen, su vientre, su pene rebosante de semen que clamaba por atención. Una que Jungkook aún no sabía darle.

 

—J-ji... 

 

—Shh, yo te enseñaré —hizo que Jungkook cerrara sus manos entorno a su pene. Gimió, provocando que el chico de la máscara gruñera al sentir ese delicioso sentón en su pelvis—; apriétame —le dijo con voz suave. 

 

Jungkook obedeció.

 

—Mgh... muévelas, resbálalas por mí de arriba hacia abajo —de nuevo el de máscara acató. Jimin echó su cabeza ésta vez hacia adelante, aproximándose más para pegar sus frentes. Estaba jadeando, deseoso de esas manos satisfactorias. 

 

—B-beso... J-ji... b-beso a J-jungkook. 

 

—¡Ah! —su glande había sido apretado. 

 

Apretó sus paredes, absorbiendo más adentro la polla de su Kookie. 

 

Se agarró de los hombros del menor y estampó sus labios en lo se podía tocar a través de aquella máscara con los de él, metiendo su lengua de una por la pequeña apertura. Sabía que a Jungkook le gustaba jugar con ella, le escribía en cartas infantiles que se sentía bien chuparla y Jimin no impediría que ese capricho se cumpliera. 

 

Jungkook se separó ligeramente, cogiendo su lengua fuera de sus bocas y envolverla en sus labios. El pelirojo sonrió internamente, notando que especialmente hoy su Kookie estaba más juguetón. El de la máscara de un momento a otro apretó su lengua a mitad de camino, formando una estrecha 'o' y Jimin supo qué quería. Así que retiró su lengua un poco, ni si quiera llegando a la punta y luego, como si de un trasero se tratara, penetró el orificio que dejaba Jungkook para él. Entraba y salía de la boca en 'o', siendo Jungkook el que la chupaba y la succionaba suciamente para él y sólo para él. 

 

—Mgh —gimió ahogadamente cuando por cuenta propia Jungkook había metido un dedo en él, extendiendo más su entrada maltratada.

 

La polla de Jimin de nuevo había quedado desatendida pero ya no importaba. A ninguno de los dos mientras la cinética continuara.

 

Abrió completamente su boca y su cabeza se empezó a mover con elevada velocidad, adentrándose entre los labios de Jungkook con chasquidos obscenos.  

 

Era como si sus bocas estuvieran teniendo sexo, siendo él mismo el activo en ese peculiar contacto pervertido. 

 

Cuando por fin Jungkook dejó ir a su lengua, se enteró de que no sólo el pene de Jeon lo estaba llenado, sino también su dedo anular.

 

—¡S-sí, demo-nios, Kook! —reanudó las embestidas en él y no fue lento. La carne de sus cuerpo chocaba como si no hubiera de otra al tiempo en el que el dedo del de la máscara los seguía de forma rítmica. De sus labios escurría saliva producto de su lujuria y de sus ojos las lágrimas del poderoso placer. 

 

—¡J-jimin... J-jimin... Jimin! —alzaba las caderas hacia arriba como le había enseñado él, metiendo su pene más más duro en ese estrecho ano, disfrutando de la succión. 

 

Al pelirojo le gustaba exprimirle todo a Jungkook y que todo su líquido caliente se vaciara dentro de él. 


 

Sabía que estaba a punto de llegar cuando su vientre se tensó, así que se apresuró e hizo de las sentadas más erráticas, montando a Jungkook desesperadamente. 


 

—Kookie... Kookie b-bebé, ya va a ser h-hora de terminar. 

 

El chico lo miró con ojos brillantes, apreciando cada parte de su rostro como siempre. Como una obra de arte. 

 

—C-canción de c-cu-cuna... —murmuró con la voz ronca, baja y quebradiza cuando Jimin tapó por inercia su boca para que no siguiera saliendo saliva.

 

Por canción de cuna, Jungkook se refería a los gemidos y quejidos que soltaba Jimin en medio del sexo; les gustaba le gustaba escucharlos todas las noches antes de irse a la cama, amaba como cantaba Jimin, pensaba que su voz era preciosa. 

 

—Ya n-no lo haré, no ll-llores, Kook, te c-cantaré —se quejó arduamente al Jungkook dar en su punto dulce—. P-pero tienes que darme más ahí... más rápido Kookie bebé. 

 

El menor sacó su dedo de golpe y cogió sus caderas con posesividad propia de él para clavarse más en Jimin, que se había quedado apoyado con sus manos en pecho de Jungkook y su trasero levemente alzado para facilitar más las entradas y salidas.

 

El sonido que provocaban era sordo, húmedo y morboso,excitante y estimulador.

 

Después de la nube de placer, ambos abrieron sus ojos cuando se corrieron. Jungkook empapó el interior de Jimin de su semen a rebosar y el pelirojo había explotado en dirección a la máscara del menor, que sin que pudiera verlo, Jeon había compuesto una sonrisa. 

 

 

Media hora después de que Jungkook se deslizara fuera de Jimin y que todo haya sido expulsado afuera de él, los dos chicos estaban acostados plácidamente en la cama del dueño del castillo, respirando acompasadamente.

 

Esa mis noche, a través de la máscara, Jungkook había mirado a Jimin, viéndose frágil.

 

—¿J-jimin ama a Kookie? —fue su pregunta vulnerable. 

 

Y Jimin sintió sus ojos cristalizarse, por ello, se abrazó con todas sus fuerzas al cuerpo de Jungkook buscando calor.

 

—¿J-ji?

 

—Te amo, te amo demasiado, Kookie bebé. Nunca dudes de ello. 







Carta al señorito Park Jimin, de parte de los señores Jeon:

Te debemos todo a ti Park Jimin, por cuidar de nuestro hijo, por no apartarse de su lado y huir como los anteriores cobardes. Gracias por no tratarle como un monstruo, él no lo es, sólo se siente sólo y por eso actúa de esa manera.

Te dejamos ésta carta porque sabemos que lo dejamos en buenas manos y porque sabemos que aprenderás de él y lograrás amarlo tanto como nosotros lo hacemos y lo haremos por siempre.

Dile a nuestro pequeño que sea un niño bueno y que se comporte bien cuando Yoongi traiga los víveres. Hazle saber que lo amas para que no se siga sintiendo sólo.

perdónanos por escapar así pero nosotros ya no podíamos.

Adiós y gracias, Park Jimin. 




 

—¿Encontraron el cadáver de Hoseok? Dicen que fue hallado en el bosque, cerca de la casa de los Jeon —informó una señora, llamando la atención de varias personas más en aquella parada de autobús.

 

—Fue herido de una tubería en la cabeza. La prensa dice que intentó violar al niñero del loco de los Jeon —especuló otra con gesto atemorizado.

 

—¿Quién? ¿Park Jimin? —inquirió interesado un señor que antes leía un periódico.

 

Entre ellos un chico de cabellos rojos, cubridos por una gorra negra, de ojos avellanas pero escondidos tras unos lentes y ropas simples, escuchaba todo con atención.

 

—Ése mismo. Él vive ahí con el loco, no sé si aún esté vivo. Bueno, si supuestamente lo intentaron violar, de seguro se ha de haber vuelto loco igual que el niño Jeon —dijo la misma señora del principio con crueldad, sin saber que ése mismo del que hablaban, con oídos atentos, les prestaba atención con una sonrisa burlona apartado de ellos.

 

—Me imagino que sí, probrecito de él. Lo que le tocó vivir. 

 

—Pero la policía dice que ahora el castillo está solo, porque según ellos fueron a investigar y no había nadie habitando allí. Prohibieron cualquier paso hacia allá, nadie puede pisar esa propiedad sin la autoridad del dueño externo de la casa —informó el hombre.

 

Las señoras abrieron sus ojos, sorprendidas.

 

—Pero si hace menos de un día encontraron los cuerpos de los Jeon cerca del río, ése que está al lado de la propiedad de la familia Kim. —tragó saliva la mujer— ¿Quién entonces es el dueño de tremenda edificación?

 

Fue ahí cuando Jimin se dejó ver y todos los presentes abrieron su boca con el impacto surcando sus rostros y los colores drenados de él.

 

—Yo soy el dueño del castillo y les aseguro que no soy un loco —les guiñó un ojo y de un parpadeo, Jimin se había largado de ahí con unas sonrisa victoriosa.

 

—Kookie bebé me espera en casa y a él no le gusta esperar —canturreó sintiendo el calor subir a sus mejillas y se perdió camino al bosque para no volver nunca más a la ciudad.

 

Desde ese entonces, a ninguno de los dos se les volvió a ver y mejor así, porque inoportunos ya no les molestaría. Bueno, el único contacto que tenían con la sociedad era Yoongi, el chico de los víveres que dos veces a la semana iba al castillo para llevarles comida y conversar con ellos.

 

—¡Kook! —y se repitió los mismo de todas las noches. Jimin siendo empalmado en el pene de Jungkook de manera ruda. 

 

—J-ji... 

 

De un rápido movimiento, el cuerpo Jimin estaba apoyado sobre sus manos y rodillas.

 

Jungkook entró de golpe, robándole el aliento.

 

—K-kookie bebé. —Jimin arremetía hacia atrás con su trasero, igualando rítmicamente las entradas de Jungkook; su boca estaba abierta, babeando y dejando salir sus gemidos con placer— M-más... más rápido, Kook...

 

Su súplica no quedó en el aire y después se vio así mismo siendo sacudido como nunca mientras su propia mano le regalaba placer. 

 

"No eres un monstruo, Jungkook" , "Siempre estaré junto a ti, Kookie"

 

"Siempre será por ti, Kookie, sólo por ti", "Te amo... Kook"

 

 

 

FIN

 

 

Notas finales:

Jeló😊


Ésta vez vine con un OS muy diferente a los que suelo escribir?) muy lemonoso en realidad :s pero personalmente me gustó mucho, quedé satisfecha :D y espero que a ustedes también les haya gustado, en verdad.


Y aunque no suelo hacer esto...


 


b S P A M b


 


Me gustaría que se pasasen por mis otros OS y dejaran aunque sea un review d84;, son de género Fluff :)


 


Son estos:


Vecino [Vkook/Taekook]


→Amor, antojos y unas fresas [Jikook/KookMin]


→Panda... [Jikook/KookMin]


 


No digo más, gracias por leer... 😂😂


Chaoo😊👋


 

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