Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Colores complementarios por Musa Lockheart

[Reviews - 303]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Bueno, aquí está el capítulo diez. Espero que os guste y nos vemos al final.

Capitulo 10

 

 

 

¿Quién entiende a Sasuke Uchiha? Yo, desde luego, no. Me ha hecho tragar al menos cinco litros de agua de piscina ésta mañana con sus bromitas, parecía la mar de sociable, y de repente se convierte en un amasijo de atractiva irritación de ojos negros que va persiguiendo los rincones más oscuros y solitarios del camping con su mp3. Cada vez que intento dirigirle la palabra encuentra el modo de evitarme, ¡ni que hubiera sido ninja en su otra vida!

 

Me dejo caer en el césped de la parcela y no me molesto en disimular mi enfado. Al menos podría avisarme con antelación cuando se decida a hacerme el vacío, porque empiezo a estar un poco arto de sus cambios de humor sin sentido. Entiendo que quizás mi reacción de esta mañana haya podido resultarle algo incómoda…pero, ¿tanto como para dejar de hablarme?

 

Entro en la tienda para huir un rato del sol, y veo algo rectangular dejado cuidadosamente sobre el saco de dormir de Sasuke. ¿Un libro? ¿…Un diario secreto?

 

Me aproximo, mi enfado en un lejano segundo plano ya, mordiéndome el labio ante la curiosidad. Estar en un camping cutre donde tu compañero de parcela y objeto de tus deseos te ignora, hace que le veas un inquietante atractivo a cualquier estupidez que pueda entretenerte. Mis manos toman el objeto entre ellas. Es un libro.

 

Tiene puesto un separador, así que lo abro por la zona en la que Sasuke-kun ha dejado su lectura. Conociéndole seguramente será un pelmazo dramático y aburrido, sin embargo me recuerdo por qué estoy haciendo esto: curiosidad y aburrimiento. Sin problema, entonces.

 

Comienzo a leer las líneas de la página y alzo la ceja ante el elevado tono de su lectura. Vaya, así que a Sasuke le va la literatura erótica…y parecía…no, definitivamente no parecía tonto, en realidad. Sin embargo, un pequeño detalle en el contenido de aquel perfectamente descrito acto sexual entre dos individuos me llamó la atención por un momento. Cerré el libro de golpe, con el corazón palpitando salvaje y la boca tan abierta que podrían haberme colado otros cinco litros de agua con cloro directamente en el gaznate. Eran dos hombres. Sasuke estaba leyendo un libro erótico y gay.

 

Mi mente procesó esa información, incrédula. Definitivamente he debido equivocarme al leerlo. Tembloroso, recojo el libro de nuevo entre mis manos y vuelvo a buscar la página señalada por el marcador. Leo, con algo de ansiedad. Definitivamente gay. 

 

Mucho.

 

Como si quemara, cierro el libro y vuelvo a dejarlo exactamente donde estaba, tratando de que no se note que nadie lo ha movido de su sitio. Empiezo a barajar en mi mente las opciones. La gran pregunta es…

 

¿Si Sasuke lee un libro erótico de homosexuales…

 

…eso significa que él lo es?

 

Bueno, definitivamente no es estrictamente necesario que sea así. Puede haber otro tipo de explicación, a lo mejor sacó ese libro por accidente y ha decidido terminar de leérselo porque no le molesta que los protagonistas sean gays. Pero, demonios, si está leyendo ese tipo de escenitas digo yo que su punto tendrá que verle al tema, ¿no?

 

Me paso la mano repetidamente por el pelo, confuso. El recuerdo de Sasuke ésta mañana, pasando por todas las gamas de rojo una detrás de otra en nuestro pequeño y extraño encuentro en la piscina me hace hiperventilar de nuevo. ¿Y si…?

 

Vale, para. Pongamos que Sasuke no camina, galopa por la acera de enfrente. ¿Qué tiene eso que ver conmigo? Realmente no es que sea precisamente el Don Juan del mundo homosexual. Además, él sabe que me van los tíos y, que yo sepa, ni una sola vez ha intentado meterme la lengua hasta la campanilla. Lo habría notado.

 

Y además, estaba el tema de Sakura. Eso realmente si que no encajaba en ésta nueva y maravillosa versión de Sasuke. Aunque, si hacía memoria al pasado…

 

¡Claro! ¿Cómo podía haber estado tan ciego? Sasuke es un gay reprimido, está todavía más dentro del armario que yo, y por eso utiliza a Sakura como tapadera. Bueno, digo yo que, ya que iba a echarse un farol se podría haber buscado una novia un poco más soportable. Por eso tenía esa expresión tan desolada, el pobre…Lo que había estado intentando decirme estos días era que en realidad Sakura no le gustaba.

 

Decidido, salí de la tienda de campaña para encontrarle. No fue muy difícil descubrir su aura de oscuridad en uno de los merenderos alejados de las criaturas vivientes. Seguía sin entender por qué se había picado conmigo, pero ahora yo estaba algo enfadado con él por no haberme dicho que también le gustaban los chicos y pensaba echárselo en cara.

 

Cuando me vio acercarse, su mirada resentida me perforó con fuerza, pero la resistí, con determinación, y me senté a su lado, tirando de uno de los cascos de su mp3.

 

-A ver que nos entendamos, teme. Tengo una cosa que preguntarte –de repente mi tono demandante vaciló.

 

Sasuke parecía ahora mucho más receptivo a mi acercamiento, y me miraba expectante, pero no enfadado.

 

-Y-yo…erm…me preguntaba… -bajé la cara y comencé a jugar con el borde de mi camiseta- Me preguntaba por qué alguien como tú leería algo del tipo en el que un hombre y otro hombre hacen cosas…

 

Pareció palidecer un poco de momento, pero su ceja se alzó aún más, exigente.

 

-…Gays –concluí con un hilo de voz.

 

Pasaron algunos segundos y de repente una risa burlona explotó, mientras se cubría la boca con un puño.

 

-Que tú me preguntes eso, con esa expresión de sentencia me resulta de lo más cómico, usuratonkachi –dijo el muy cabrón, limpiándose aún una lagrimilla producto de su ataque de hilaridad.

 

Volví a respirar.

 

-¿Entonces…es cierto?

 

-¿El qué? ¿Qué leo una novela de homosexuales o que te gusta mirar en mis cosas sin permiso? –se estaba burlando de nuevo, y yo lo sabía.

 

-¿No dice eso nada de ti…? –le tanteé una vez más.

 

-¿Debería decir algo? –sí, sonreía con malicia. Un auténtico demonio- ¿Tanto te cuesta preguntármelo sin rodeos, dobe?

 

Respiré profundamente para la pregunta estrella. No estaba muy seguro de querer conocer la respuesta.

 

-¿Eres gay?

 

Sonrió de medio lado.

 

-Lo soy.

 

Y lo dijo tan ancho, sin abandonar esa sonrisa de prepotencia en ningún momento. La sorpresa, aún cuando me esperaba la respuesta, me catapultó de un golpe a un estado de ira, enfado y resentimiento hacia su silencio sobre el temita. Digo yo, que cuando le confesé que me gustaban los hombres podría haber hecho otro tanto por su parte.

 

-¿Por qué demonios no me lo habías contado antes? –le dije, sin esconder lo dolido que me sentía.

 

-Tenía miedo de que me hicieras algo –dijo muy serio.

 

Me quedé rígido, el color abandonó mi rostro.

 

De nuevo estalló en risas, esta vez sin intentar contenerse ni un poco, secándose las lágrimas con el dorso de la mano y agarrándose la barriga. Y digo yo, ¿por qué demonios cada vez que Sasuke Uchiha acababa revolcándose de la risa tenía que ver conmigo? No es que el muchacho fuera precisamente la personificación de la alegría.

 

-Es broma, dobe –dijo todavía temblando por la risa- nunca me habías preguntado.

 

Lógica aplastante. Sin embargo, molesto por lo mucho que se estaba riendo a mi costa, me crucé de brazos y callé, decidiendo no darle la razón. Quizás estaba un poco decepcionado con su reacción, hubiera esperado que se sonrojase, que se pusiera nervioso, ¡un tartamudeo, al menos! ¡Uno pequeño! Y, sin embargo, ahí estaba, riéndose de mí, encima. Una melena rosa cruzó por mi mente en ese momento.

 

-¿Y qué pasa con Sakura? No entiendo muy bien dónde encaja ella en tu homosexualidad.

 

De repente se puso serio, y supe que las bromas habían quedado de lado.

 

-En realidad, lo de Sakura es culpa tuya.

 

Antes de que pudiera preguntarle al respecto, la voz de Sai nos interrumpió desde lejos. Observé cómo Sasuke cerraba los ojos clamando por paciencia y autocontrol, o eso pareció. Sai llegó corriendo a toda prisa a nuestro lado.

 

-Sakura viene a fastidiar a su media naranja, me temo –dijo con una sonrisa a la que Sasuke respondió con una mirada asesina- así que, he pensado, ¿por qué no molestar yo a la mía?

 

-Sai…-la mirada severa de Sasuke hacia Sai es algo totalmente nuevo de lo que me acabo de percatar. ¿Por qué lo mira así?

 

-Oh, venga, no seas acaparador. Tú ya tienes novia, déjame a Naruto para mí –le sonrió, desafiante- Mira, ahí viene.

 

Sasuke, con la cara que bien podría haber pertenecido a un sentenciado a muerte, observó cómo su novia corría hacia él, agitando los brazos.

 

-¡Sasuke-kuuuuuuun!

 

Le miré con cara de escepticismo.

 

-¿Algún día me explicarás el por qué de esto? –le digo, evitando esta vez el tono de burla.

 

Él se encoje de hombros.

 

-Es mi problema –otra vez enfadado, por lo que veo- tú puedes irte a deshojar la margarita con tu novio.

 

¿Y ese tono?

 

-¿No acababas de decir que era culpa mía? –de verdad que no hay quien le entienda.

 

-Da igual, te tomaba el pelo.

 

-Mira, Sasuke –me enfado- soy tu amigo, ¿vale? Si alguna vez se te pasa un poco esa cabezonería tuya y decides que necesitas mi ayuda, no importa para qué…ya sabes, avisa.

 

Me doy la vuelta y empujo a Sai por la espalda, indicándole que nos vamos. Él intenta cogerme de la mano, pero yo le esquivo eficazmente. Ahora mismo no está el horno para bollos. Primero dice que es mi culpa, luego que no, y entre medio de ello me manda a revolcarme con Sai. Gay o no, me parece que Sasuke está tan lejos de verme como a un posible candidato que me exaspero. Ya ni siquiera sé por qué estoy intentando darle celos con Sai, si en vez de hacer una escenita de enamorado me anima a irme con él a rincones oscuros.

 

A mi espalda puedo escuchar la voz chillona de Sakura parlotear a su alrededor y comportarse como una histérica, como siempre que se trata de Sasuke. Paso de Sai y me dirijo hacia mi tienda de campaña. Voy a por ropa limpia para darme una ducha caliente. Así quizás me sienta algo mejor.

 

 

oOoOoOo

 

 

Oscurece por fin. Con el pelo aún mojado y oliendo a champú, me acerco a la hoguera que Kakashi ha encendido en una de las zonas comunes. La sensación fresca de la noche mezclada con las gotas de agua que me resbalan por el cuello me resulta de lo más agradable. Hago un ligero escáner de la zona.

 

Sasuke está sentado en un rincón apartado, mirando sin mucho interés un pincho de pollo a medio comer. De cerca, su rosada pareja no le quita ojo de encima mientras charlotea con sus amigas. Sai se encuentra charlando amigablemente con algunos amigos.

 

Supongo que, por hacer un poco de vida social no me va a pasar nada. Tengo el apoyo de Sai, en todo caso.

 

Me acerco vacilante al tronco en el que se sientan y le doy una palmada enérgica a Sai en la espalda.

 

-Ey, ¿qué tal? –pongo mi mejor sonrisa de chico hetero. ¿Debería colocarme el paquete?

 

-Hombre, Naruto. ¿Te unes a nosotros? Vamos a jugar una partidita de cartas.

 

-Preséntale, ¿no, Sai? –le insta un chico con el pelo rojo y los ojos verdes.

 

-Claro. Naruto, estos son Gaara, Shikamaru y Chouji.

 

-Hola, chicos -¿chicos? ¿en qué estoy pensando?.

 

-Oye, Sai, ¿cómo es que no me habías presentado a este bombón? –sonríe lascivamente Gaara.

 

¿Bombón?...

 

Oh.

 

-No te pases, Gaara. A Naruto no le va nuestro rollo, ¿no, Naruto?

 

-Ya, claro. Siempre te quedas los más monos, Sai.

 

Sin cerrar la boca un instante, me siento a echar una partidita con ellos. Al final va a resultar que tras años y años de sequía van a salir todos del armario al mismo tiempo. Lástima que me haya colado por el único que no me encontraría atractivo ni aunque me presentara delante suya con los calzoncillos en la cabeza.

 

Dejo escapar un suspiro de resignación y miro hacia donde él se encuentra. Me está mirando, y yo siento cómo el enanito que hay dentro de mi pecho empieza a pegarle patadas al órgano principal de mi sistema circulatorio.

 

-Naruto, tus cartas.

 

-¿Eh? Ah…sí, gracias –tengo que dejar esos espaciamientos mentales o jamás voy a tener una vida social medio decente.

 

Sai me pega un codazo disimulado y se levanta.

 

-Voy por algo de comer. Naruto, ¿vienes conmigo? Aún no has cenado nada, ¿verdad?

 

Un poco irritado por la interrupción en mi intento de ser sociable con el mundo exterior, me levanto y sigo a Sai. Se acerca hasta un lugar donde nadie pueda vernos ni escucharnos y yo me pongo algo tenso. Estar a solas con Sai me pone nervioso, pero en un contexto ciertamente muy distinto a estar a solas con Sasuke.

 

-Naruto, deberíamos…-se calla por un instante-…irnos a la tienda un rato.

 

-¿A la tienda…? ¿Cómo que “a la tienda”? –me rasco la cabeza, sin comprender.

 

-Ya sabes…-se acerca peligrosamente. ¡Ey! ¿Qué hace su mano en mi trasero?- a la tuya…a la mía…para estar solos, sin que nadie nos moleste.

 

Me guiña un ojo. ¿Eso quiere decir que Sasuke nos está escuchando? Quizás estaría feo decirle que sí. Aunque no parece que los celos lo estén torturando, precisamente. ¿Qué daño puede hacerme intentarlo?

 

-M-mejor…podemos quedarnos aquí, y… -intento no pensarme mucho lo que voy a hacer y me abrazo a Sai con fuerza- …no quiero que nadie nos interrumpa.

 

Sai sonríe, comprendiendo, y su mano se aferra con más firmeza a mi trasero. Su otra extremidad se hace paso bajo mi camiseta, y me acaricia la espalda. Sus labios, algo fríos, se posan sobre mi cuello.

 

Es como si me tocase una muñeca de trapo, no siento nada. Tengo ganas de apartarle. De decirle que Sasuke es el único que puede hacerlo. Me reprimo para no revolverme incómodo y que nuestro espectador estrella se de cuenta. El caso es que Sai es muy atractivo. Y amable. ¿Por qué, entonces, siento rechazo hacia su cercanía?

 

Oigo un sonido brusco detrás de mí, y luego algo alejándose, muy rápidamente. Estaba ahí, viéndolo todo. ¿Qué pensará?

 

¿Le habrá molestado, aunque solo sea un poquito…?

 

-Bueno, Naruto. Ahora ya no tengo ninguna duda de que mi primo está loco por tus huesos.

 

-¿Estás seguro de que era Sasuke?

 

-Claro que sí, tontorrón. Si no, no hubiera hecho todo eso. No te voy a empujar fuera de tu armario blindado, si eso es lo que te preocupa –sonrisa inquietante marca Sai, de nuevo.

 

-¡No estoy en un…! -frunzo el ceño y bajo el tono de voz-…no estoy en un armario blindado –susurro, molesto por su comparación.

 

-Deberías irte a tu tienda, a dormir. Yo me iré a la mía para que él piense que seguimos juntos.

 

-Pero no he comido nada…-dormir en ayunas por amor…si hubiera sabido lo sufrido que era estar enamorado, me hubiera retirado a vivir en soledad en las montañas.

 

-Buenas noches, Naruto.

 

Le hago un gesto con la mano y me voy en dirección a mi tienda. Esa que voy a compartir con Sasuke. Esa, tan pequeña. Toda la noche. Con Sasuke.

 

Empiezo a sentir mi estómago lleno de mariposas, libélulas, avispas y todo tipo de bichejos voladores dando vueltas de un lado a otro. Entro y no hay nadie. Probablemente Sasuke se quede despierto un rato más, cenando como las personas normales.

 

Me tumbo boca arriba, pero me lo pienso mejor y me vuelvo hacia mi lado de la tienda. No me hace gracia que Sasuke entre y me vea babeando el sueño de nuevo.

 

Sin embargo, se me hace imposible dormir. Cada vez que miro el reloj, tan solo han pasado cinco minutos. El color azul, ahora oscuro de la tienda, hace que mi mirada se pierda en todo tipo de conjeturas y situaciones imaginarias. Como qué pasaría si Sasuke y yo estuviéramos…juntos. O si no hubiésemos discutido y nos hubiéramos acostado a la vez. Yo le preguntaría más cosas sobre su homosexualidad. Podría incluso intentar tirarle los tejos. Gastar el último cartucho. O hablarle de Sai, y esperar a ver su reacción.

 

¿Cómo besará Sasuke a los chicos con los que ha estado?¿Lo hará con delicadeza?¿Con violencia?¿Los abrazará con fuerza? Seguro que besa condenadamente bien. Aunque dada mi escasa experiencia en besos, seguro que no sabría diferenciarlo. Seguro que yo a su lado, sería pésimo. Es probable que, si Sasuke me estuviera besando, ni siquiera fuera capaz de pensar en ello. Si Sasuke…

 

Un ruido fuera me distrae de mis interesantísimas cavilaciones. Algo aporrea la entrada. Molesto, me incorporo y abro la cremallera de la tienda. Una mano se abre paso dentro, después la otra. La silueta de Sasuke, al contraluz, se cuela dentro del pequeño espacio de nuestra tienda. Me echo hacia atrás de nuevo en mi saco, algo cortado, y le observo de reojo. Se mueve torpemente y aparta sus cosas de encima del saco de dormir. Contengo la respiración cuando le veo alzar los brazos y sacarse la camiseta de manga corta que lleva. Se tambalea sospechosamente hacia los lados y se agarra la cabeza entre las manos.

 

-Oye, Teme…¿estás bien? –le pregunto entre susurros. El sonido de mi propia voz me resulta ridículo.

 

De repente, me mira. Sus ojos brillan desde su posición, con una expresión tan extraña que siento un escalofrío. Se mueve con algo de torpeza hasta donde yo estoy y para mi sorpresa, se sienta a mi lado. No rompe el contacto visual conmigo en ningún momento. Su mano agarra la parte superior de mi saco de dormir y lo abre. Mi corazón late desbocado cuando ve cómo su torso se inclina sobre el mío. Con una de sus manos me agarra del cuello y siento un vértigo inexplicable al darme cuenta de que va acercándose cada vez más y, de repente, sus labios están entrelazados con los míos con ansiosa dedicación. Me recorre un latigazo de calor mientras los bichos voladores de mi estómago se ponen a trabajar a toda máquina de nuevo.

 

Su boca atrapa la mía de forma tan ansiosa que me arranca un sonido que nunca me creí capaz de hacer. Su cuerpo, hace contacto contra el mío y su calor me quema a través de la camiseta. Cuando se separa de mis labios, mi olfato percibe un olor dulzón. Su cabeza se apoya contra la mía y cierra los ojos. La realidad cae como una losa sobre mi conciencia.

 

Sasuke está borracho. Mucho. Y yo estoy cachondo como no lo he estado en toda mi vida. Tengo a mi moreno favorito servido en bandeja y cortado a pedacitos, listo para comer. Caliente, jadeando contra mi cuerpo. Y yo, que soy el subnormal más subnormal de todos los enamorados…

 

Le cojo por los hombros y trato de apartarle. Por un momento parece agarrarse a mí con fuerza, pero al instante se deja caer hacia un lado.

 

-Oye, Teme…¿has bebido?

 

Se le escapa una risita floja y se arrastra hacia su saco de dormir. Se echa hacia atrás, con medio cuerpo fuera del saco y se tapa la cara con el brazo. A los pocos minutos, su respiración se vuelve acompasada.

 

-¿Sasuke…?

 

Aún con el pulso disparado y una erección del tamaño de la torre de Pisa, me acerco con cuidado y me doy cuenta de que se ha quedado totalmente dormido. Observo el cuerpo que no hace mucho estaba pegado al mío, su piel pálida, el filo del calzoncillo asomando bajo el pantalón, su…

 

¡Joder! Es como darle un lametón a un caramelo y escupirlo al instante. Intento controlar mi frustración de adolescente y me paso una mano por la cara y el pelo. Está bien, hagamos las cosas como es debido.

 

Con cuidado, le quito los botines grises, abro el saco de dormir y trato de no despertarle cuando le introduzco las piernas dentro de él. Le tapo con cuidado para que no pille frío. Le miro. No debería estar decepcionado. Muchas chicas, y probablemente muchos chicos soñarían con que él hiciera eso alguna vez, aunque fuera solo por una borrachera tonta. Aunque fuera tan adictivo como lo había sido para mí.

 

Me recuesto en mi propio saco y trato de respirar hondo. Preparado para no dormir esta noche. Mirando el inclinado techo de la tienda, intento aplacar un poco el torbellino de preguntas que me rondan la mente y el impulso de levantarme y abusar salvajemente de cierno moreno borracho.

 

-¿Qué me dirás mañana…Sasuke?

 

 

 

Notas finales:

Bueeeno, bueno, por fin un poco de acción. A partir de ahora, las cosas entre Naruto y Sasuke andarán mucho más interesantes.

¿Qué le dirá Sasuke a Naruto al día siguiente?

¿Soportará Narutin la noche en vela o se tirará encima del Uchiha?

¿Con quién se habrá ido a dormir Sai esta noche?

Chana na na naaaan! 

Nos vemos en el capi 11, muchas gracias por seguir ahí leyendo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).