Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Colores complementarios por Musa Lockheart

[Reviews - 303]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Después de un tiempo inperdonable, lo sé >_< llega el capítulo 12 de colores complementarios. He pasado unos meses muy chungos de síndrome de la hoja en blanco y sin embargo, estos días no paro de escribir. Decidí ponerme a empezar otra historia más cortita a ver si me volvía la chispa Sasunaru y ha funcionado. 

Nos vemos al final del capítulo!!!

M.L.

Estoy sentado sobre mi saco de dormir, esperando a que Sasuke termine de cerrar nuestra tienda de campaña por dentro con el candado. Así nos aseguraremos de que Sakura no pueda dar el coñazo e interrumpirnos. No creo que esté tan loca como para sacar un machete y ponerse a rajar la tienda, aunque ya lo creo que siempre puede sorprendernos.

 

Pero la verdad, tengo tal temblor desde los tobillos hasta el cuello que me da vergüenza que el teme se de la vuelta y caiga en la cuenta de que estoy más nervioso que la primera vez que se me olvidaron los calzoncillos de repuesto para ducharme y me tuve que volver en plan comando hasta mi casa. Visto así no parece tan grave, pero con mi don estaba convencido de que todo se torcería de forma que acabaría enseñando todo el mandado en plena calle con una pérdida inmediata de mi dignidad.

 

Sasuke se aleja de la puerta de la tienda. A pesar de que es una grande y hay bastante espacio, nunca en mi vida me había parecido tan pequeña. Sasuke se sienta sobre su saco de dormir y se queda mirándome, serio. Yo ya no se hacia donde mirar, así que miro el suelo con un interés nunca visto. Escucho una risilla del capullo engreído que tengo sentado delante y me siento más pequeño que la hormiga que me sube por el dedo gordo del pie.

 

-¿Te diviertes, Uchiha? –digo escondiendo media cara detrás de mis rodillas con gesto de fastidio.

 

-Mucho –reconoce, apoyando la cara en una de sus manos y sonriendo de medio lado.

 

-Oggg… eres un sádico, ¿lo sabías? –tengo que tener la cara como un tomate.

 

-Es que eres de lo que no hay, dobe –dice mientras apoya una rodilla en el suelo y se arrastra hasta sentarse a mi lado, en mi saco.

 

Siento como si una manada de ñus estuvieran en plena estampida dentro de mi estómago. Trago saliva cuando siento cómo el costado de Sasuke entra en contacto con el mío. Unos dedos empiezan a hacerme cosquillas por la zona entre la camiseta y el pantalón, creo que estoy totalmente agarrotado por los nervios y aunque quisiera no podría moverme.

 

-Dobe… -escucho la voz tranquila aunque con un puntito de estar riéndose a mi costa que no me hace gracia.

 

-¿Sí, teme? –enfatizo mi insulto aunque no quede ni un poco convincente.

 

-Si sigues hecho una bola humana infranqueable me lo tomaré como que me estás rechazando –dice sabiendo perfectamente que me voy a poner como un tomate por enésima vez.

 

-Es que creo que mis músculos no quieren moverse –le reconozco, dando un bufido.

 

Sasuke hace un sonidito que denota claramente que se está aguantando la risa, todo un detalle por su parte, y se acerca aún más a mí. Me agarra uno de los brazos que envuelven mis rodillas y siento como algo húmedo y caliente comienza a recorrer despacio mi cuello.

 

Esto no está pasando, es decir, Sasuke Uchiha no puede estar besándome el cuello de forma total y absolutamente porno. Y yo no puedo estar siendo tan subnormal de no coger y violarlo ahora mismo. ¿Tanto tiempo esperando este momento y ahora me voy a quedar agarrotado como una nena? No señor. Le ordeno a mi cuerpo que se mueva y, muy despacio y con algunos segundos de retraso a mi orden, me voy volviendo un poco hacia él, moviendo la cara hacia la suya hasta que deja de entretenerse con mi cuello y se queda mirándome, muy, muy, muuuy cerca. Y entonces, esa mirada de autosuficiencia, esa sonrisita de medio lado prepotente, que me está diciendo a gritos: bésame, venga, que sé que lo estás deseando.

 

El muy cabrón. ¿Por qué demonios tiene que saber lo mucho que me gusta?

 

Acepto el reto y aunque total y absolutamente acojonado, acorto la distancia entre los dos y le beso. Nunca he besado “de verdad” a nadie. Estoy más perdido que el barco del arroz, así que intento dejar de hiperventilar mientras muevo los labios sobre los suyos y asomo la lengua tímidamente. Noto cómo su boca se tensa contra la mía y soy consciente de que se está aguantando un poco la risa. Eso no me ayuda ni un poco, maldito bastardo pelo de pincho… pero aun así, no me acobardo. Sasuke acepta la invitación y comienza a acariciar mi lengua con la suya, despacio, húmeda… ay…joder, me acabo de empalmar. Menos mal que mi postura no me compromete demasiado.

 

La mano de Sasuke está empezando a avanzar por mi espalda bajo la camiseta. Mientras le beso, todavía tengo la sensación de que no me puedo creer que me esté pasando esto a mi.

 

Prefiero no pensar en lo que esto significa, si a Sasuke le gusto o si simplemente quiere enrollarse conmigo. Lo pensaré luego, mañana, dentro de un millón de años, ahora me importa más bien poco.

 

Lo único en lo que puedo pensar es en que Sasuke me está empujando hacia atrás en el saco de dormir y que ni siquiera me preocupa que se dé cuenta de que tengo una erección del tamaño de la torre Eiffel. Ahora mismo tengo el calentón más grande que haya tengo en toda mi adolescente existencia, y un tipo que está altamente comestible se está colocando encima de mí mientras me come la boca. ¿Se le puede pedir más a la vida?

 

-¿Eso es el móvil? –me pregunta el muy bastardo con una sonrisita prepotente de las suyas mientras deja caer su cuerpo sobre mí.

 

-Pues no… es tu enorme ego, que se ha metido en mis calzoncillos–le digo disimulando la vergüenza mientras me atrevo a agarrarle del cuello y tirar de él hacia mí para seguir besándole.

 

A Sasuke parece divertirle mi respuesta, y se deja arrastrar para comenzar a besarme de nuevo. Poco a poco va subiendo la temperatura. Noto cómo al propio Sasuke se le va levantando algo por ahí, contra mi pierna. Nos pegamos como si así fuéramos a conseguir quitarnos esa sensación de presión en el bajo vientre, haciendo fuerza el uno contra el otro mientras nos comemos la boca. Sasuke me agarra las muñecas y me las pone sobre la cabeza, y yo creo que me voy a derretir aquí mismo si sigue siendo tan jodidamente parecido a mis fantasías en las noches solitarias. Cuando pienso en cómo terminan estas, me pongo un poco nervioso y los huevos se me suben de corbata.

 

No me malinterpretéis, la parte que domina ahora  mi cerebro, es decir, mi pene, se está frotando las manos con todo este magreo cachondo y desenfrenado con el morenazo del año. Pero por otro lado, conociendo cómo suelen terminar las escenitas de sexo homosexual y viendo el cariz que está tomando esta situación, empiezo a tener claro dónde encajo yo en todo este puzzle sudoroso y carnal y es algo a lo que uno, por muy gay que sea y muy enamorado que esté, tiene que hacerse a la idea poco a poco. Y no se, abrir la boca ahora para decir “oye Sasuke… hazlo con cariño” no me parece la cúspide del erotismo.

 

Empiezo a temblar otra vez como si fuera un flan. Yo no tengo ni idea de la experiencia que tendrá Sasuke en eso, las intenciones o expectativas que deposita en mi persona, o más bien en mi cuerpo en este momento, y eso me asusta un poco. Parece que se da cuente de que me he convertido en una maraca de repente porque deja de besarme y, tras soltar dos o tres suspirillos y con la voz ronca más sexy que haya escuchado nunca, pregunta:

 

-¿Pasa algo, Naruto? –afdogkhlkdhld… si que pasa, pasa que como digas mi nombre así otra vez me corro aquí mismo. Así que no me hagas avergonzarme, bastardo.

 

-…. –decido que el silencio otorga y Sasuke, respirando hondo como para “calmarse”, me pica con un dedo en el moflete.

 

-Eh, tu… -se echa un poco hacia un lado en lugar de seguir totalmente encima de mí- ¿qué te ha entrado de repente?

 

-Es… es que… -esto va a sonar tan a doncella virgen que me lo pienso un buen rato antes de responder- es que yo nunca…

 

-Ni yo tampoco, dobe –dice tan pancho. Entonces… ¿por qué mierda él parece tan seguro y tan tranquilo y yo parezco un flan?

 

Su mano se desliza poco a poco por mi cadera y se agarra con los dedos firmemente a mi pelvis. Me mira con ese puntito de lujuria que me pone el corazón a bombear a toda pastilla y vuelve a acercarse para besarme.

 

Oh, al carajo. Que sea lo que tenga que ser. Que me meriende cuando y como quiera, fuerte, flojo, arriba, abajo, del derecho o del revés. No está la vida como para acobardarse teniendo a semejante moreno dispuesto a ello en tu tienda de campaña.

 

Le correspondo al beso y me agarro también a su cadera, moviendo la mano tímidamente hasta su trasero. Llevo tanto tiempo queriendo estrujar esa masa firme y redonda que cuando la tengo bajo mis dedos no me contengo. Sasuke hace un sonidito altamente sugerente que interpreto como que no le ha molestado en absoluto. Se apretuja más contra mi cuerpo y introduce las manos de nuevo bajo mi camiseta.

 

Empieza a tironear de la cinturilla de mi pantalón… interpreto lo que pretende y siento cómo me va subiendo el calor a la cara. Me arden las orejas solo de pensarlo. Pero él no parece darse cuenta, porque una vez lo ha desabrochado se dedica a juguetear con los dedos en el borde de mis calzoncillos. Demonios, si no lo ha hecho nunca, ¿de dónde saca esa seguridad y esa intuición?¿será cosa de los genes Uchiha? Si además de ser buen estudiante y estar macizo también es una máquina de sexo de forma natural, empezaré a cabrearme seriamente con mi genética. El mundo no debería estar tan mal repartido.

 

Ay, dios… Sasuke está deslizando los dedos dentro del pantalón, por encima de mi ropa interior. Esto no puede estar pasando. Cierro los ojos intentando concentrarme con todas mis ganas en no echarme a temblar de los nervios y en controlar un poco la excitación que siento. Se me escapa un suspirillo traidor y entonces Sasuke sonríe contra mi boca y cierra su mano sobre la abultada tela, moviéndola hacia arriba y abajo. Me agarró a él y al saco de dormir como si me fuera a despeñar por un precipicio o algo parecido. Madre de dios… Sasuke me está tocando las partes nobles por encima del calzoncillo y ya siento que me va a explotar el…

 

-Sasuke… -como siga haciendo eso me voy a avergonzar mucho a mí mismo. Muchísimo.

 

El muy bastardo se limita a seguir haciendo lo que hace mientras se dedica a besarme y lamerme la cara, la oreja y el cuello. Por dios por dios… esto… no… puedo… JODER… joderjodernononosisiohdiosnomejod-…as.

 

NO.

 

Dime que no puede ser.

 

Dime que no soy tan cretino de haberme corrido solo con esto. Sasuke se ha quedado petrificado, mientras yo suelto el agarre que tengo en su pantalón y en el saco de dormir y siento como me vuelve a correr la sangre por los dedos. Tierra, trágame, trágame y entiérrame tan hondo que me queme el culo en el centro de la tierra. A ver si así aprendo a no ser un pajillero desesperado adolescente con problemas de eyaculación precoz.

 

-Esto… je –va a hacer uno de sus comentarios de cretino egocéntrico, lo estoy viendo venir- eso ha sido rápido, dobe.

 

Le pego un empujón y me doy la vuelta hacia el otro lado, intentando asfixiarme con mi saco de dormir tapándome la cara con él. Me pongo a gruñir y a maldecir por lo bajo a todos los fantasmas de todos los eyaculadores precoces de la historia y a mi don por no haberme dejado ser normal por una maldita vez.

 

-Eh, tú… -me da con el dedo en la espalda- era una broma, atontado. Vamos… sal de ahí.

 

No le hago maldito el caso, prefiero no volver a sacar la cabeza de debajo del saco nunca más en mi vida. Siempre acabo quedando en evidencia, no importa lo que pase. Es como una capacidad innata que tengo para ser un pringado.

 

-Eres un capullo –le digo desde mi escondite. Que al menos mi orgullo quede intacto.

 

-…sí, es posible que lo sea un poco –reconoce el bastardo, que agarra la tela de mi saco e intenta apartarla- lo siento.

 

Emerjo lentamente de debajo de éste, permitiendo a Sasuke que lo aparte. Es la primera vez que el orgulloso Sasuke Uchiha me pide perdón desde que lo conozco. ¿Significa eso que, tal vez y solo tal vez… yo le guste también aunque sea una enésima parte de lo que él me gusta a mí?

 

 Aprieto los morros en modo cabezón mientras Sasuke se limita a revolverme el pelo sin agobiar. No me puedo mosquear con él, por mucho que acabe de tirar por el suelo y pisotear mi orgullo de hombre homosexual primerizo en las perversas artes del magreo adolescente.

 

-Oye, Teme… -me aventuro a preguntar.

 

-…¿Hn? –hace un sonido interrogativo mientras sigue jugueteando con mi pelo.

 

-Tú ya sabes que me gustas… y eso –le digo medio en voz baja, como si me fuera a dar menos vergüenza por decirlo más bajo- Y yo… ¿Qué piensas tú… de mí?

 

Sasuke hace un sonido parecido a una especie de respiración/risa/bufido jocoso ante mi pregunta y por casi un momento siento mi orgullo herido. Hasta que dice las palabras mágicas.

 

-¿Te acabo de hacer una paja… y todavía tienes que preguntarlo, usuratonkachi? –por un momento abro la boca para replicar, pero la cierro. ¿Esa es su manera de decirme que sí? Joder, ya podría estirarse un poco más. Yo que se, no es que yo sea precisamente una damisela moñas que necesite una declaración de amor eterno pero esto de Sasuke ya es pasarse de soso.

 

-Hombre… no soy tan corto, joder, pero… -veo que Sasuke niega con la cabeza y me pasa un paquete de cleenex- ¿eh? ¿y esto?

 

-¿No te vas a limpiar? –dice levantando una ceja.

 

-Ahhh… sí, claro, pero es que… -le miro como demandando un poco de intimidad y me mira escéptico.

 

-¿Ahora te va a dar vergüenza? –sonrisa prepotente again. Ogg… cómo me gustaría borrarla de su cara ahora mismo. Le agarro de la camiseta y le acerco hacia mí, dándole un beso y metiéndole la lengua hasta la campanilla, para terminar mordiéndole el labio de abajo antes de separarme.

 

-Calla y date la vuelta –cojo los cleenex y me vuelvo hacia el otro lado de la tienda.

 

Veo a Sasuke cerrar la boca, que se le ha quedado abierta por la impresión y acto seguido se da la vuelta pacíficamente. No me jodas, acabo de encontrar un método magistral y altamente placentero para poder domar a la bestia.

 

Voy a tener cuidadito de no pellizcarme, no sea que ahora la vayamos a liar y me despierte.

 

 

 

 

 

.o.O.o.O.o.O.o.

 

 

 

 

 

Me despierta un asfixiante calor humano que inunda toda la tienda y la claridad del día que se cuela por las rendijas de ventilación. Noto además una enorme fuente de calor pegada a mi costado y vuelvo la cabeza para ver a un Sasuke dormido con la cabeza hacia el lado contrario y con el brazo por encima de mi barriga. Los dos estamos reliados en el mismo saco de dormir y eso me recuerda lo que pasó ayer por la noche. Me muero, alucino, me vuelvo a morir, vuelvo a alucinar y finalmente me pongo la mano en la frente y susurro:

 

-Hay que joderse –Sasuke y yo estamos liados. Y no ha sido uno de mis sueños eróticos. Creo.

 

Me rugen las tripas y hago algo de memoria. Al final nos acostamos sin cenar. En el sentido literal de la palabra, claro. Después de limpiar a los que ya nunca serían mis hijos de mis partes nobles y cambiarme de ropa interior insistiendo en que Sasuke no me mirase en el proceso, se acopló en mi saco de dormir y tras comerme los morros una última vez, se echó a dormir y se quedó frito.

 

Me pellizco. Ya sabéis, solo por corroborar.

 

Vale, sí. Estoy liado con Sasuke. El mundo es maravilloso…

 

…espera. Hay un pequeño, ínfimo, diminuto y minúsculo detalle. Y no hablo del tiempo que tardé en correrme ayer. Hablo de que Sasuke sigue teniendo oficialmente “novia”. ¿Y eso dónde me coloca a mí, por muy chantaje que sea? Es más… ¿qué leches somos Sasuke y yo? Si es que somos algo. Y más importante… ¿cómo nos vamos a comportar delante de la gente?

 

Estas son un sin número de dudas que probablemente Sasuke pasará tres pueblos de aclarar, claro está. Noto cómo se revuelve y se da media vuelta hacia el otro lado, como toda una marmota Uchiha. Y yo, con cuidado de no despertarle, me deslizo fuera de la tienda con la ropa para darme una ducha. Aún me noto ligeramente “pegajoso” por lo de anoche y por el pequeño microclima que se ha creado ahí dentro mientras dormíamos.

 

Respiro hondo el aire de la mañana. Apenas hay nadie despierto. Una buena ducha… eso me ayudará a poner en orden mis ideas y pensar en cómo comportarme a partir de ahora en esta situación.

 

 

 

 

 

.o.O.o.O.o.O.o.

 

 

 

 

 

-Ayer te estuve buscando –una más que enfadada muchacha de pelo rosa con el ceño muy fruncido intercepta a Sasuke cuando sale de su tienda.

 

-¿Y qué? –pasa de ella y sigue caminando hacia la zona de las duchas con la toalla en el hombro.

 

-No se si lo recuerdas… pero ya no puedes hacer lo que te de la gana –le decida una sonrisa “dulce”.

 

-Mira, Sakura. Esto empieza a ser ridículo –ella frunce el ceño de nuevo- tú no quieres que yo sea tu novio. En realidad a ti te gusta el dob-..

 

Sakura le pone la mano en la boca antes de que termine.

 

-¡Cállate! No tienes ni idea de lo que dices.

 

-¿Por qué no dejas de fastidiarle? Nunca le vas a gustar. Sabes de sobras que no eres su tipo.

 

-Claro, y esta charla tuya es de lo más altruista –le dice cruzándose de brazos.

 

-Sakura… tú no vas a enseñar esa foto y los dos lo sabemos –ella mira el suelo apretando los puños.

 

-Te equivocas del todo. Él fue el primer chico que me gustó. Y luego fuiste tú. Pero no sois normales, ninguno de los dos. Y no os vais a salir con la vuestra –con lágrimas en los ojos, da media vuelta.

 

Sasuke la observa alejarse mientras se masajea las sienes, intentando apaciguar el creciente dolor de cabeza que le provocan los desvaríos de esa molesta chica.

 

 

 

 

 

o.O.o.O.o.O.o.

 

 

 

 

 

Salgo de mi ducha más despejado y más tranquilo que después de siete años de hermitaño en el Tíbet, aunque igual de cachondo también solo de pensar en cruzarme con cierto portento masculino de la creación. Pero una especie de masa furiosa con el pelo teñido de rosa me embiste con las manos y me empuja contra la pared.

 

-Deja de fastidiarme –me dice Sakura totalmente fuera de sí y con los ojos rojos a punto de echarse a llorar.

 

-¿Qué? ¿Yo? ¿Qué tripa se te ha roto? –maldito Sasuke, ¿le habrá dicho él algo sobre lo que pasó anoche?

 

-¿Por qué siempre tienes que quitarme todo lo que quiero? –se echa a llorar y me estampa una especie de papel en el pecho.

 

Lo agarro y miro a ver qué puñetas es, y se me suben los colores hasta las orejas.

 

-Pero serás hija de… ¡tú me robaste la ropa en el vestuario! –la foto refleja a un abochornado yo, en pelota picada y en proceso de intentar cubrirme ridículamente con el rollo de papel higiénico.

 

-No fui yo, fue un favor. Y también alguien te hizo la foto con el móvil –lo dice tan pancha la muy cerda. Como si la gente normal hiciera esas cosas todos los días.

 

Entonces me acuerdo del chantaje que le estaba haciendo a Sasuke y toda la conversación de ayer y me vuelvo a poner como un tomate. Sakura le ha enseñado la puta foto a Sasuke. Claro, joder… ¿no me va a hacer una paja? Si ya me ha visto las pelotas un par de veces, tiene que estar cansado de tanta publicidad y ha decidido probar el producto. Espera, céntrate y deja de pensar guarradas que esto es serio y tienes una fémina en modo berserker delante de ti.

 

-¿Y ahora qué vas a hacer? ¿Chantajearme a mí? –cruzo los brazos y me quedo mirándola. Parece sorprendida cuando le digo eso. Ahá. Eso no te lo esperabas. Percibo una expresión dolida en su ya bastante contrariado rostro y aprieta los labios.

 

-… pues sí, en realidad sí –mierda, que no es ninguna broma, ha cambiado el chantaje de dirección- si no quieres que esta foto salga publicada por todo el instituto cuando volvamos, tienes que alejarte de Sasuke.

 

Y dicho esto, se da media vuelta y echa a andar con paso firme mientras se seca las lágrimas.

 

¿Y yo qué se supone que tengo que hacer ahora?

 

Que esto es una total y absoluta humillación pública, joder. Es decir, estoy más que acostumbrado a ellas, pero así a nivel general que todo el instituto me vea en pelotas como si fuera la portada del interviú no es una experiencia que me apasione conocer, la verdad. Pero es que lo que me pide… me está pidiendo que ahora que por fin he conseguido que alguien que me trae completamente de cabeza se fije en mí, lo mande a paseo.

 

¿Por qué? ¿Por qué demonios no puede simplemente ahogarse en sus patéticos celos y dejarme tranquilo? ¿Por qué lleva desde que la conozco haciéndome la vida imposible? Desde el primer día que puse un pie en ese instituto. Con lo buena que parecía al principio...

 

 

 

Flash Back --////

 

 

 

Acababa de llegar y no conocía a nadie de mi clase. Me senté en un sitio prudencialmente lejos del principio de la clase, no fuera a ser que llegase con el pie izquierdo el primer día y empezase a coger fama de desastre.

 

-Hola –una chica con el pelo rosa se acercó a mi pupitre- ¿me puedo sentar contigo?

 

Nervioso porque un ser humano me estaba dirigiendo la palabra, me aparté un poco y miré la silla vacía. Luego la miré a ella. Y sonreí.

 

-¡Claro!

 

 

 

Fin Flash Back --////

 

 

 

¿Quién me diría a mí que esa niñita tan simpática acabaría tirándome un cubo de agua por encima al final del día? No tenía ni idea de qué era lo que le había hecho a Sakura para que me odiase tanto, pero era un hecho innegable.

 

Y así me encuentro, totalmente jodido y sin saber que hacer porque todo lo que había madurado y decidido durante mi relajante ducha se me acaba de ir por el retrete.

 

Lo mejor sería poder contarle esto a Sasuke… pero ¿cómo se lo cuento si no me deja ni acercarme a él? Bueno, puedo hablarle cuando no nos vea nadie. Eso.

 

Me escurro por todo el camping en modo detective secreto, intentando no cruzarme con Sasuke si por un casual se ha despertado ya. Si me lo encuentro y cuando me ve Sakura está al acecho a saber qué puede hacer la loca esa con la poca intimidad y dignidad que me quedan.

 

-¿Se puede saber qué haces?

 

-¡¡AHHH!! –pego un salto y casi me caigo de culo al suelo. Joder, es Sasuke. Miro nervioso hacia todas partes y por suerte no hay Sakuras a la vista. Me agazado detrás de uno de los árboles perdidos que hay por el campamento.

 

-Dobe… -el tono de Sasuke empieza a sonar impaciente y semi mosqueado.

 

-Shhh! Sakura no puede vernos juntos, Sasuke –éste frunce el ceño en modo interrogante- me ha… -me pongo como un tomate- me ha enseñado la foto.

 

-Oh. Vaya –bien Sasuke, muy expresivo por tu parte, aunque en esta ocasión agradezco que no hagas bromitas sobre su contenido- ¿te ha chantajeado?

 

-Sí… me ha dicho que si me ve contigo, la publicará por todo el instituto –pongo cara de cerdito caminando hacia su San Martín.

 

Sasuke se frota las sienes mientras frunce el ceño. Se le ve claramente malhumorado con este asunto.

 

-¿Y qué vas a hacer? ¿Le vas a hacer caso? –me mira interrogante, serio. No se exactamente qué quiere que le responda a eso. Él mismo ha estado haciéndose pasar por su novio precisamente para… oh. Claro. Sasuke ha estado protegiéndome todo el tiempo.

 

Y ahora yo… ¿qué se supone que tengo que hacer? ¿Pasar de él a pesar de que ha estado todo este tiempo siendo molestado por mis problemas? Pero… si no hago lo que me dice… solo de pensarlo me entran ganas de que me trague la tierra.

 

Necesito meditar esto.

 

-Sasuke… esta situación es un poco delicada –me siento muy pequeño cuando le digo esto.

 

-…. –no dice nada y me escruta con sus oscuros ojos negros, inexpresivos y a la vez cargados d algo que no termino de descifrar- entiendo.

 

Y dicho esto, se da la vuelta y sale andando hacia otro lado del campamento.

 

Mierda. Mierda, mierda, mierda.

 

Creo que está molesto. Se ha ido, se va, y está molesto por lo que acabo de decir.

 

Y yo… no sé qué demonios es lo que debería hacer. 

Notas finales:

Y aquí está. El penúltimo capi de Colores Complementarios. Esta historia no podía quedar inacabada y me alegro de haber recobrado la inspiración. Espero que lo hayáis disfrutado y que me perdoneis por la espera.

El próximo es el último capítulo. 

Nos vemos allí dentro de espero no mucho tiempo!!!

Y para quien quiera otro bocadito SasuNaru, que mire mi nuevo fic: Ciencias Físicas.

Besitos~


Musa Lockheart


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).