Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Colores complementarios por Musa Lockheart

[Reviews - 303]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aquí estamos! Sin prisa pero sin pausa. Espero que os guste el capi, la verdad es que yo me lo estoy pasando en grande escribiéndolo, aunque tarde tanto en actualizar. Escribir cuando uno tiene ganas siempre da mejores resultados.

 

Capítulo 8

 

 

Respiro hondo, escondido como una rata tras uno de los armarios de taquillas, viendo pasar de largo esa aura maligna y peligrosa que no deja de gritar mi nombre como si mi vida estuviera a punto de acabar. Llamadme cobarde, pero esa arpía de Sakura lleva persiguiéndome al menos media hora y me estoy cansando de éste jueguecito.

 

Salgo de detrás de mi escondrijo para intentar una huída por el ascensor de profesores y, de repente, se corta mi respiración al ver la cabellera rosa doblar la esquina del pasillo una vez más. Ahora entiendo por qué siempre la acababa quedando en el escondite, encima de tener un pelo llamativo salgo al descubierto en el momento menos apropiado.

 

Va a verme, estoy perdido. Pero antes de que pueda reaccionar, unos brazos tiran de mí hacia dentro del cuartillo escobero.

 

En medio de aquella oscuridad, tan sólo puedo pensar en la presencia que respira pesadamente detrás de mí mientras me agarra aún por los hombros. Por las rejas de la puerta se cuela algo de luz, así que vuelvo la cabeza y me quedo de piedra al ver esos ojazos negros de Sasuke fijos en mí.

 

Realmente es una situación única. Después de nuestro beso accidentalmente tópico y mi huída estelar al más puro estilo de peli americana cutre, me encuentro de lleno compartiendo un oscuro agujero, con el pecado capital más codiciado de todo el instituto pegado a mi espalda. Dicho sea de paso, está mirándome fijamente mientras me sostiene por los hombros. En una ocasión como ésta, es muy probable que mi felicidad futura dependa de las palabras que pronuncie a continuación.

 

-Uh…ah…t-t-t-t-…- adiós primer amor, la elocuencia nunca fue mi mayor don.

 

-Calla, dobe –susurra junto a mi oreja sin inmutarse, para desgracia de mis hormonas.

 

Una parte de mí quiere empotrarlo en la pared de éste mugroso cuchitril y dejarle ese culo tan perfecto como la bandera de Japón. La otra simplemente se dedica a tartamudear incoherencias y me pide a gritos que huya sacando leches de aquí.

 

Ay, dios…

 

A ver si ahora encima de ser gafe voy a tener doble personalidad, que bastante tengo ya con lo que tengo.

 

Me quedo muy quieto mientras Sakura termina de inspeccionar la zona. De repente, la veo detenerse y dirige su mirada hacia la puerta. Se me para el corazón cuando Sasuke me agarra por la cintura y me echa hacia un lado, muy pegado a su cuerpo, para ocultarme. Ahora mismo mis espermatozoides deben estar abriendo la botella de champan, porque noto un cosquilleo delicioso subirme por todo el cuerpo. Puedo sentir perfectamente su calor pegado al mío, muy concretamente cierta zona que abulta más que el resto y que curiosamente está pegada a una de mis nalgas.

 

Inevitablemente para mis dieciséis primaveras esto es más de lo que un individuo joven y sano puede soportar. Aquello ya está duro como el queso viejo y, aún a mi pesar, empiezan a temblarme un poco las piernas. El rato que Sakura tarda en desaparecer de la escena se me hace más largo que la infancia de Heidi y casi dejo escapar un suspiro de alivio cuando Sasuke deshace el agarre de su mano en torno a mi cuerpo.

 

Con toda la dignidad que me permiten mis piernas, que no es gran cosa, me aparto del bastardo y me vuelvo para mirarle, estirando disimuladamente mi camiseta. Si alguien tiene que decir algo, en todo caso debería ser él, que para algo me ha metido en éste agujero. Menos mal que al menos hay ventilación, o podemos acabar repitiendo la escenita del ascensor y ya bastante trote ha tenido mi pobre estómago por su culpa.

 

-Gracias por ayudarme…-rompo el silencio incómodo.

 

-De nada, dobe –se cruza de brazos- con ese don congénito tuyo no se te puede dejar solo, mira la que has liado en un momento.

 

El muy bastardo sonríe de medio lado. No hay que ser muy inteligente para intuir que me he sonrojado hasta las cejas, aunque en este caso agradezco la oscuridad que lo otorga a la imaginación.

 

-Lo siento por lo de antes –oh si, en lo más profundo de mi alma.

 

-Deberías preocuparte por tu pellejo. Si te encuentra Sakura, rodará tu cabeza.

 

-Ya podrías echarme una manita, que para eso es tu…-se me atraganta la palabra en la garganta-…bueno, ya sabes –puedo llegar a sonar tan patético a veces que yo mismo me sorprendo.

 

-En real-…

 

-De todas formas –me apresuro a encubrirme lo más dignamente que puedo- tengo que explicarle el malentendido a Sai…ya sabes, parece que por una vez empiezo a encajar con alguien que se fija en mí.

 

¿Y éste silencio incómodo? Sasuke ha cerrado la boca y su mirada se ha transformado, aunque no sabría decir muy bien en qué sentido. Aún así, tengo la irritante sensación de que a veces debería cerrar mi enorme boca.

 

-¿Te gusta Sai, dobe? –percibo un tono burlón en su pregunta. Vale. Está claro que no le ha importado en lo absoluto.

 

-Yo…-miro hacia el suelo- se me hace raro hablar contigo de éstas cosas.

 

-Normal, cuesta creer qué clase de atractivo se le puede ver a semejante individuo.

 

Le miro irritado por su tono de guapo de la peli y frunzo el ceño.

 

-Pues tú tampoco es que tengas un gusto muy fino, te recuerdo que estás saliendo con la fashion polly –¿es cosa mía o mi tono de voz ha subido demasiado?

 

-¿Por qué te enfadas tanto? –me planta el dedo índice en la frente- ¿Estás celoso, usuratonkachi?

 

Mi sonrojo se transforma en uno de rabia. Noto el calor subirme por el cuerpo y aprieto los puños en la penumbra del escobero. Las palabras suben por mi garganta sin que pueda detenerlas.

 

-Pues que sepas que me gusta Sai, y voy totalmente en serio. Igual eres tú el que está celoso porque no le llegas ni a la suela de los zapatos.

 

Totalmente indignado, me vuelvo hacia la puerta y salgo de allí lo más rápido que me permiten las piernas. Estoy tan enfadado que, aún tras encontrarme con la reina del drama en la entrada, ignoro sus gritos de fan histérica.

 

Quizás no tiene mucho sentido, pero si hay algo en éste mundo que me guste tanto como me irrita, eso es Sasuke Uchiha.

 

.o.O.o.O.o.

 

Sasuke permanecía en la puerta del cuarto escobero, pensativo, dándole vueltas una y otra vez a las palabras de Naruto. Se frotó las sienes con pesadez, sin parar de preguntarse cómo salir de aquella situación. Y justo cuando menos ganas tenía de encontrarse con su mayor dolor de cabeza, una melena rosa apareció junto a él.

 

-No sabía que te interesase tanto la limpieza, Sasuke-kun –sonrió la chica atusándose el pelo.

 

-Qué desconsiderado por mi parte no decírtelo, entonces –la miró escéptico- algo falla en el seno de nuestra relación.

 

La mirada de la chica se volvió dura, al momento, y se posicionó frente a él.

 

-No me tomes el pelo, Sasuke-kun. Sé que ibas a contárselo todo a ese idiota, pero no te pienso dejar. Eres mi novio, y vas a hacer tu papel tal y como yo te diga.

 

-No entiendo qué pretendes conseguir con esto, Sakura. Tú no me has gustado nunca, y te puedo asegurar que, después de esto, no te tengo una especial estima.

 

-No me importa, aunque sea a la fuerza, serás mío. Y no le dirás una palabra a Naruto. Si no…le enseñaré a todo el mundo esa foto, y tú no quieres eso…¿verdad, Sasuke-kun?

 

La mirada de Sasuke se volvió algo amarga de repente. Naruto y Sai empezaban a llevarse bien, demasiado bien, y eso por algún motivo no le gustaba nada. Aunque no quisiera reconocerlo, quizás sí estaba un poco celoso. Sin embargo, teniendo aquella imbécil extorsionándole todo el tiempo, ¿cómo iba a preservar su amistad con la única persona que le importaba algo en aquel estúpido lugar?

 

.o.O.o.O.o.

-Ja, ¿pero qué se ha creído ese teme? ¿No estás enfadado, Sai? –bufé, soltando de un golpe mi lata sobre el pupitre.

 

-No, yo ya conozco a Sasuke lo suficiente como para saber cómo funciona. Seguro que ahora mismo está celoso a rabiar –otra vez esa sonrisa inquietante, lo que me preocupa es que empiezo a acostumbrarme a ella.

 

-Lo dudo mucho. Ya dejó claro con sus comentarios que está colado por esa imbécil de Sakura –miré por la ventana, deprimido- además ¿por qué me engaño? Estoy convencido de que, aún por el casual lejano de que Sasuke estuviera interesado en las delicias del cuerpo masculino, yo sería el último sujeto de su carta –con lo bueno que está saldría del armario con una cola de pretendientes más larga que la del vaticano.

 

-¿Por qué piensas eso, Naruto? –sentí acercarse a Sai peligrosamente hacia mi persona- Eres muy atractivo, si no estuvieras colado hasta las trancas por mi primo, ten por seguro que iría a por todas contigo.

 

Así que eran primos…

 

De repente se me atragantó la cocacola al darme cuenta de que su cara estaba demasiado cerca de la mía. Noté con cierta inquietud que la sonrisa de Sai había desaparecido y que una de sus manos agarraba un mechón de mi pelo para jugar con él. Sus ojos, negros y profundos, y su piel pálida, me recordaron tanto a Sasuke que no pude evitar sonrojarme profundamente. Después de todo, la familia Uchiha debía tener un gen específico que los hacía especialmente macizos.

 

El sonido de la puerta de la clase al abrirse me sobresaltó, pero antes de que pudiera mirar, la mano de Sai me agarraba por la nuca, apretando sus labios contra los míos. Una sensación de intensa molestia me bajó por los brazos hasta las yemas de los dedos y, enfadado, empujé a Sai lejos de mí.

 

Miré hacia la puerta, un poco abierta. No había nadie.

 

El semental besucón me miraba con un gesto divertido pasándose el dorso de la mano por los labios. A él le habría parecido muy gracioso, pero yo estaba para echar chispas.

 

-¿Se puede saber en qué estás pensando? ¿Y si nos ha visto alguien? ¿Y si se enteran de que somos gays…? Sería un desastre, ¡no nos dejarían en paz!

 

-Tranquilo, hombre, que está todo previsto. Era Sasuke el que acaba de asomarse a la puerta y, créeme, dudo que se lo vaya a contar a nadie.

 

Sin saber muy bien por qué, noté una angustia esparcirse por dentro de mi cuerpo y, agarrando mi maleta, corrí a través de la puerta entreabierta donde, segundos antes, Sasuke me había visto besar a mister sonrisas.

 

 

 

Una vez fuera, miré en todas las direcciones buscando la engominada melena de mi objeto de deseo. Busqué por todas partes: en la cafetería, en los vestuarios, en el patio y finalmente me acerqué al gimnasio.

 

Allí, tirado boca arriba sobre una pila de colchonetas, estaba Sasuke. Me acerqué en silencio, inseguro de lo que iba a decirle y por qué iba a hacerlo. Ni siquiera entendía demasiado por qué necesitaba con todas mis ganas explicárselo, si él tenía novia y yo supuestamente estaba consiguiendo mi propósito de darle celos. Pero bueno, ¿desde cuando tiene explicación cualquier cosa que tenga que ver conmigo?

 

Supuse que me había visto entrar, porque ni siquiera se giró a mirarme cuando me dejé caer al lado suya. No sabía qué decirle, así que simplemente me quedé allí quieto, mirando al techo y más callado que en misa. Iruka siempre me enseñaba que, si no tienes nada bueno que decir, entonces es mejor no decir nada. Entre eso y que soy de naturaleza cobarde tenemos la combinación final.

 

-Vaya día de mierda.

 

La voz repentina de Sasuke casi me hizo pegar un bote. Una pequeña esperanza comienza a surgir en mi interior, giro mi cara y me quedo mirando su perfil. Sus ojos siguen fijos en el techo del gimnasio, las manos cruzadas sobre la cabeza y algunos mechones de pelo cayendo por encima de la piel pálida. Es en estos momentos cuando Sasuke me parece adorable, por eso me gusta más que le ocurra cuando está conmigo.

 

¿Estará jodido porque me ha visto besando a Sai? Desde luego el plan de éstos dos petardos empieza a parecerme menos descabellado…

 

-Sakura me fastidia con sus neuras, te salvo el culo y encima me gritas como un histérico…ah, y sin contar que me haya besado un dobe mariquita y promiscuo. Primero mi hermano, luego yo y ahora Sai. Para llevar menos de una semana fuera del armario llevas un ritmo que no veas, usuratonkachi.

 

Mi cara de gilipollas tiene que ser toda una satisfacción para semejante imbécil engreído.

 

-C..¿c-com…-siento la furia concentrarse en mi cara. ¿Cómo demonios puede decir algo semejante y quedarse tan tranquilo?

 

-Hn. Espero que ahora que tienes a Sai para desahogar tus hormonas dejarás de fastidiarme.

 

Pero…pero…

 

será…

 

-¡¡BASTARDO!!

 

 

.o.O.o.O.o.O.o.

 

 

Sasuke cerró la puerta de su casa y se encaminó directamente hacia la nevera. Sacando un par de hielos, los envolvió en un paño de cocina y se los puso sobre el labio de arriba, dejándose caer sobre una silla cercana. Ese dobe se había picado tanto que al final se habían acabado peleando. Sin saber muy bien cuándo habían empezado, comenzaron a revolcarse colchoneta abajo forcejeando sin miramientos y golpeándose el uno al otro. Acabaron tan agotados que, al final, terminaron estirados en el suelo, boca arriba y respirando con dificultad.

 

Y, entonces, sin saber muy bien por qué, habían estallado en carcajadas. Demonios, había sido divertido. Aunque debía reconocer que el dobe tenía buenos puños, esperaba que al día siguiente no se le notase el golpe demasiado.

 

Perdido en sus pensamientos, una sensación cálida comenzó a recorrerle desde el estómago hacia arriba. Sin embargo, justo cuando estaba cediéndole el paso a una sonrisa genuinamente cálida, la sensación de un aura maligna conocida le hizo contenerse.

 

-Itachi, no empieces a…-su rostro se contrajo en una mueca de mala leche-….

 

-Eh, Sasu-chan., parece que no te alegras mucho de verme.

 

-Salto de alegría –apretando la bolsa de hielo contra su cara, se levantó de la silla.

 

-¿Te he hecho algo, primo…? –preguntó apacible- Si es por Naruto, pensé que no te interesaba. Si me he equivocado, dímelo y le dejaré en paz.

 

Sai contempló la espalda del Uchiha, que se había quedado quieto al lado de la puerta de la cocina. Pasaron varios minutos sin mediar palabra, en esa posición.

 

-No –la voz ronca de Sasuke rompió el silencio- Te equivocas.

 

-Ah, eso es estupendo. Supongo que entonces tengo una oportunidad. Lo cierto es que Naruto me gusta mucho.

 

-¿Y a mí que me cuentas? –Sai se fijó en la mueca molesta en la cara de su primo, que se había girado para mirarle- Con quien se revuelque el dobe no es asunto mío.

 

-Ya –sonrió.

 

Mientras observaba a su primo marcharse, un suspiro divertido escapó de sus labios.

 

Desde luego…vaya par de bobos.

 

 

.o.O.o.O.o.O.o.

 

 

-No me lo puedo creer… –farfullo por lo bajo mientras preparo las cosas para el camping- será creído, imbécil, estúpido…

 

Sin embargo, una sonrisa se forma en mi cara. El por qué estoy tan sumamente aliviado después de darme de leches con Sasuke no lo entiendo muy bien. Supongo que, en cierto modo, he liberado muchísima tensión y creo no ser el único.

 

Flash Back

 

-BASTARDO

 

Un impulso me hizo tirarme sobre él a matar. Sorprendido, Sasuke tardó un tiempo en reaccionar. Me sujetó los puños y me hizo perder el equilibrio, poniéndose él encima. Con algo de forcejeo, conseguí volver a encararle. Su mueca de superioridad incrementó mi enfadó y le golpeé en la boca.

 

Furioso, Sasuke me empujó lejos de él, para después acercarse a mí y, cogiéndome de la camiseta, devolverme el puñetazo.

 

Mareado, me dejé caer hacia atrás cuando el muy bastardo soltó el agarre de mi camiseta. Le escuché dejarse caer de espaldas en el suelo. Y entonces, un gran alivio y una sensación de estupidez absurda se apoderaron de mí. Empecé a reírme entrecortadamente, para luego estallar en carcajadas acompañado de Sasuke.

 

Nos quedamos allí riendo, los dos, como si estuviéramos mal de la cabeza, durante varios minutos. Cuando por fin nos hubimos calmado un poco, se levantó y me tendió la mano, con su sonrisa de capullo encantador enmarcándole la cara.

 

Sin más, acepté su ayuda para levantarme y recogimos nuestras cosas.

 

-Nos vemos mañana, teme.

 

-Adiós, dobe.

 

End Flash Back

 

  

Decidiendo dejar de darle vueltas a la cabeza, entré en la cocina para prepararme un delicioso ramen caliente. Era posible que, después de todo, Sasuke no fuera un bastardo todo el tiempo.

 

.o.O.o.O.o.O.o.

 

 

Es una apacible mañana, la primera claridad del día aparece por el horizonte y los pajarillos cantan. Sería precioso si no tuviera que arrastrar este condenado macuto de viaje todo el maldito camino porque he perdido el autobús. Lo que es seguro desde luego es que nada puede borrar la emoción de mi cuerpo hoy. Desde que anoche terminé el equipaje tengo una sensación de nervios en el estómago que no me deja tranquilo.

 

Lo cierto es que, desde nuestra pequeña pelea, Sasuke y yo estamos de nuevo como siempre. Siguen existiendo ciertos obstáculos femeninos, en especial uno de pelo rosa que no se separa del idiota ni con espátula, pero bueno…supongo que deberé aprender a vivir con ello.

 

Haciendo un último esfuerzo, me cargo el macuto al hombro y llego hasta la puerta del instituto. Allí están todos, entre ellos Sasuke y…¿Sai?

 

-Sai, ¿has venido a despedirme? –le pregunto con mi sonrisa tierna mejor fingida.

 

-No, en realidad…-levanta una mano y me revuelve el pelo- mi grupo se ha unido a la excursión.

 

No sé si alegrarme o deprimirme por ello. Aunque, visto por otro lado, sin él probablemente pasaría todo el camping marginado por la pareja del año. Sí, definitivamente era una buena noticia.

 

-Ah, Sasuke-teme, ¿has traído la tienda? –examino a Sasuke con detenimiento. Parece concentrado en cualquier tipo de cosa totalmente ajena a mi persona.

 

El bastardo se quita uno de los auriculares y me mira, como esperando información.

 

-Que si has traído la tienda, teme.

 

-La he traído. Más te vale no roncar por las noches, o te echaré fuera.

 

Tranquilo, Naruto. No es momento para enfadarse, recuerda que hoy estabas de buen humor. Comienzo a dar vueltas de un sitio a otro, nervioso. Quizás deba ir al servicio. ¿Y si viene el autobús?

 

.o.O.o.O.o.O.o.

 

 

-Na, na, Sasuke. ¿Qué hora es?

 

-Las ocho menos cuarto.

 

Todavía son no son ni las ocho. Madre del amor hermoso, ¿y qué hago yo aquí tan temprano? Sai ha ido al servicio, ya sabía que tendría que haber ido yo también. Aunque bien pensado, ir al servicio con él…no, los tíos no hacemos eso y algo me dice que en su caso sería peligroso. Bueno, no pasa nada, puedo dar vueltas. Sí.

 

-Ne, Sasuke.

 

-…

 

-¿Qué hora es?

 

-…

 

-¡Teme!

 

-Las ocho menos cuarto –percibo una venita hinchada en su frente.

 

-Qué lento pasa el tiempo…

 

Sasuke me mira con cara de irritación, pero paso de él. No tengo la culpa de que mister perfecto no se inmute con un viaje. No suelo salir muy a menudo y mucho menos de camping. Voy a compartir tienda con Sasuke…ah, dormiremos en un espacio reducido, y si hace frío por la noche…Sólo de imaginarlo ya me suben los calores. Tiene que ser agradable que Sasuke te abrace. En realidad, cualquier contacto físico con el bastardo tiene que serlo.

 

-Erhm…¿Sasuke?

 

Me dirige una mirada en la que se lee perfectamente “ni te atrevas”. Así que miro hacia la puerta del instituto. Sai no vuelve, ¿qué piensa hacer si viene el autobús y no le esperan? Me pregunto qué clase de plan ha ideado para poner celoso a Sasuke. A veces me da miedo cuando explica los detalles de nuestras estrategias.

 

-Sasuk--¡Ay! –me sobo la cabeza dolorido y miro a Sasuke con furia- ¿¡se puede saber a qué ha venido eso!?

 

Le veo hacerme señas con su habitual cara de póquer y, confuso, miro hacia abajo. El reloj está a mis pies.

 

-Ah…uh…¿gracias?

 

Por su cara, creo que hace el esfuerzo de tener paciencia. Resignándome a tener que esperar, me siento en los escalones de la entrada con el macuto delante. Acaba de llegar Sakura, pero por suerte para mi ya creciente estrés se ha parado a cotorrear con algunas de sus amigas. En el reloj marcan las ocho menos diez.

 

Dentro de poco…empezará la guerra.

Notas finales: Ueeeeee nos vamos de camping!!! Vivaaaaaa! Con lo que nos ha costado, eh? Veremos a ver qué les espera a estos incautos en el camping Paraiso xDD

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).