“Aominecchi:
No sé si seguiré estando contigo cuando estés leyendo esto, siento mucho ser cobarde y no decírtelo antes, siento no poder seguir contigo por más tiempo, pero mi vida está llegando a su fin. No tuve elección, yo amo estar contigo, amo ver tu sonrisa mientras jugamos juntos, amo como tus manos encajan perfectamente con las mías, amo tu forma altanera de decirme las cosas cuando estas molesto, y amo tus intentos fallidos por tratar de hacerme reír hasta los últimos momentos.
Sé que sabes que algo no anda bien en mí, sé que has notado mi debilidad al jugar, fue inevitable, la enfermedad me consumía lentamente.
NO QUIERO DEJARTE SOLO.
Quiero seguir diciéndote cada día que te amo, pero ya no podré hacerlo más. Quiero recordar cómo nos conocimos y como llegamos a ser tan unidos hasta este tiempo.
Yo no te diré que encuentres a alguien más y seas feliz con él o ella, en realidad no me molestaría que lo hicieras pero no quiero lastimarte diciendo que lo hagas porque sigues vivo, realmente no soporto la idea de verte con alguien más, tomados de las manos, sonriendo, y no ser yo, pero no te diré que no rehagas tu vida, pero en verdad me cuesta escribirlo.
Siento mucho no haber pasado más tiempo contigo, las veces que cancelé nuestras citas por sesiones fotográficas, perdóname, perdóname por no haber luchado contra esta enfermedad, por no haber tomado ningún tratamiento, no quería verte devastado, y yo sé que tú hubieras hecho lo mismo por mí.
No quiero que te sientas culpable por mi decisión, quizá con un tratamiento hubiera logrado vivir 4 o 5 meses más, pero no quera ver la angustia en tu rostro, las lágrimas correr por tus mejillas, la ansiedad de saber mi estado de salud.
Me hubiera gustado casarme contigo, ser algo oficial, una familia, sentirnos unidos por siempre y sentir que esto no terminaría ahí.
Si te preguntas cuando me enteré...
Fueron 4 meses atrás, en nuestro aniversario, yo intenté mostrarme feliz, la cena y el ambiente eran maravillosos, no quería arruinar tu sonrisa perfecta, no quería ver tu mirada llena de lágrimas, jamás me lo hubiera perdonado, no quería verte caer conmigo.
Yo jamás olvidare el 22 de febrero del 2009 fue el día en que te conocí, en el que te vi por primera vez.
Y hoy 30 de julio del 2017 puedo asegurarte que donde quiera que este te estaré cuidando, te estaré esperando, que no cometas ninguna estupidez, eres fuerte, podrás superarlo, algunas palabras están borrosas por las lágrimas que dejé caer sobre la hoja y sé que mi caligrafía no es la mejor de todas pero entenderás lo que quiero decirte, tu no mereces esto Aomine, muchas gracias por todo, siento mucho haberte molestado todo este tiempo... pero la verdad es que me divertí a tu lado.
Se feliz.
Mereces algo mejor...
Quiero creer que nos volveremos a encontrar y nos volveremos a enamorar y así podremos estar juntos...
Te veré ahí.
Hasta luego… Aominecchi.
Te amo, te amé y te amaré por siempre.
Atte: Kise Ryouta
PD: Me diste un gran susto cuando me viste escribiendo, siento mucho haberte mentido pero no podía decirte que te estaba escribiendo una carta de despedida.
Me encanto ver tu mirada de nuevo.
Gracias por el último beso.
Jamás me cansare de decírtelo.
Te amo Aomine Daiki.”
Sólo arrugue el papel y lo tiré al suelo.
¿Cómo era posible?
¿Jamás vería esa mirada dorada de nuevo? ¿Jamás volvería a ver ese cabello rubio? ¿Dónde estaba Kise?
¿El hasta mañana que me había dicho ayer fue una mentira?
Era una mala broma ¿cierto?
- ¡KISE...!
Me desplome en el suelo
Un mar de lágrimas inundó mis ojos.
Ese maldito rubio...
Estaba solo.
Me había dejado.
Aun había tanta cosas que quería hacer, tanta cosas que no le dije...
¿Por qué?
Ya será...
- Te veré en la otra vida Kise... te prometo que seremos felices por siempre...-sonreí ligeramente y saqué una fotografía tuya de mi cartera, la vi fijamente y vi tu radiante sonrisa, mi corazón se quebró por completo y la abrace fuertemente buscando consuelo -Te amo... Y siempre lo haré