Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Azul hielo por Jade Edaj

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

SNK es de Hajime Isayama.

Ahora, desde el punto de vista de Erwin.

Erwin

Ver a todos esos talentos nuevos en el grupo de los primeros finalistas me hizo recordarlo; a Levi, en sus inicios. Un chico sencillo, callado y malhumorado que con el tiempo aprendió a comportarse y a dar entrevistas; bueno, al menos ahora contesta con lo mínimo. Aprendió el inglés con dificultad y no le gusta, aunque no me lo diga me he dado cuenta que prefiere el español como lengua extranjera, pero por mí se esfuerza a hablar siempre en inglés. Vive con dedicación al deporte, no sale a fiestas, ni algún sitio que no le proponga, nunca se interesó por los vicios u otro tipo de entretenimiento de los chicos de su edad. Es muy hogareño y le gusta estar en casa. En sus ratos libres ordena y limpia a pesar de que papá, cuando aún vivía, le decía hasta el cansancio que no tenía necesidad de hacerlo.

Notarlo entre ese grupo de bribones no me fue difícil. Patinaba a gran velocidad, saltando y esquivando obstáculos con movimientos rápidos y precisos. Sus ojos me miraron con tal fascinación al pasarme de largo, que no advirtió el carrito montacargas que se atravesaba en su camino. Los filosos picos de acero amenazaron con atravesarle las piernas. No pude hacer más que gritarle y su instinto le hizo reaccionar brincando hacia atrás y girando en el aire para evadir los picos. Tuvo una elevación sorprendente y cayó de pie... ¡con un solo pie!, el otro tan sólo le hizo girar en el piso una vez más debido a la inercia y la velocidad que llevaba. Algo magnífico de admirar. Me acerqué corriendo antes de que pudiera reanudar la carrera y desaparecer. Lo tomé fuertemente del brazo, aprovechándome del reciente susto que se llevara, lo atrapé y me propuse terminantemente: no dejarlo escapar. Sus compañeros huyeron asustados, el dueño del negocio a quien habían robado se aproximó lanzando injurias. Evité que llamara a la policía y pagué lo robado al comprobar que tan sólo se trataba de un poco de pan. Luego de eso, invité al niño de diez años a comer y él tan sólo se dejó arrastrar, admirado por cada cosa que le decía. Desde ese instante supe que mis palabras tenían cierto efecto en su persona y busqué sacar provecho de eso.

Desde entonces, él está conmigo, le llevo a todas partes y aunque insisto para que en los eventos sociales a los que asistimos conozca a otras personas, jamás lo hace. Permanece a mi lado en silencio mientras soy yo quien habla y atiende a las personas. Siempre le ha agradado mi compañía tanto como a mí me agrada la suya, pero hoy parece diferente: taciturno, perdido. No me mira cuando le hablo y su desgano es notorio. Está prestando más atención al ambiente y mucho me temo que eso influya en su concentración y en su programa. La gente lo aclama y los competidores lo miran demasiado, quizá sean sólo ideas mías pero la situación parece que le está resultando bastante incómoda esta vez, la mayoría de la gente con la que solía competir y se había acostumbrado no ha sido llamada para representar a su país en esta ocasión. Estos chicos, en su mayoría son novatos en las Olimpiadas de Invierno, tan sólo han escuchado de sus resultados y le temen a sus inalcanzables puntajes.

El mundo entero volcó sus ojos en Levi desde su primera competencia. Campeonatos nacionales e internacionales le abrieron las puertas al niño que siempre sacaba las mejores notas para su clasificación y pronto Levi se vio compitiendo en sus primeras Olimpiadas, en donde venció a veteranos y novatos por igual. Desde entonces su carrera ha ido en ascenso y no ha perdido ni una sola competencia en las que participa. Mentiría si dijera que eso no me llena el orgullo.

Lo observo alejarse para ir a ocultarse en el baño, entiendo perfectamente, también tuve que hacerlo alguna vez para poder apartarme de todo y silenciar mi mente. Se supone que eso debió ayudarle cuando demora, pero lo veo volver luciendo más apagado que antes. Me acerco por si quiere confiarme lo que le pasa pero no lo hace, así que le ordeno que se acomodara en la alfombra y me limito a darle un masaje; sus músculos están tensos como imaginé y es la primera vez que lo veo tan preocupado en una competición.

Cuando le pongo los audífonos, no me gusta la nostalgia que veo en sus ojos, ellos quieren decirme lo que sus labios no se atreven. Pero inicia el último grupo y Levi se prepara para cuando llegara su turno. Así que lo dejo para que se concentre mientras observo los programas de los demás patinadores. La física y las matemáticas van de la mano, sacando las cuentas y conociendo el programa libre de Levi me siento confiado, de la misma forma, trato de transmitirle esa confianza antes de que saliera pero con sorpresa descubro algo de furia en su mirada. Ahora más que nunca me preocupa su actitud, sé que algo le pasa e intento indagar, pero me evade. Tal vez considera que no es el lugar ni el momento para decirme, pero sé que lo hará, tan sólo debo ser paciente.

Mientras lo veo deslizarse hasta el centro de la pista pienso en la conversación que he estado posponiendo desde que nuestro padre murió; si mis sospechas son ciertas, se me ha agotado el tiempo y de esa charla dependen muchas cosas, entre ellas, la carrera de Levi.

Bolero, flamenco, tango o pop. Nada se compara esta noche a la música épica que he elegido para él y a pesar de haberla repetido muchas veces durante las prácticas eso no evita que la emoción me invada cuando escucho los primeros acordes y veo a Levi hacer sus primeros movimientos coreográficos. Su camisa blanca de mangas largas, grácilmente se mueve cuando empieza a tomar velocidad para hacer un ángel; su cravat llena de pedrería despide unos mágicos destellos cuando las luces se reflejan en ella, la lleva dentro de su chaleco negro para evitar que al ondear se adhiera a su rostro y le quite visibilidad; pantalón ajustado y patines igualmente negros complementan su vestuario.

Podría pasar la vida entera mirando su estilizada figura deslizarse a todo lo largo y ancho de esa blanca superficie, para mí siempre será hipnotizante observarlo. Tiene un talento innato, único, sorprendente. Sus habilidades lucen majestuosas con la belleza que las acompaña. Tanto es así, que al inicio de su preparación tuvo una lesión en el músculo aductor del muslo izquierdo por sobre entrenamiento. Me disculpé cada uno de los días de su dolorosa recuperación. Me estrenaba como entrenador, era joven y estúpido, y hay muchas cosas que desconocía todavía, pero aprendí la lección y me comprometí más con la salud de Levi desde ese entonces. Si quería explorar el límite de sus capacidades tenía que hacerlo con un poco más de paciencia y moderación, y no puedo estar más que complacido con los resultados; me atrevo a decir que ahora, no hay nada que Levi no pueda hacer sobre el hielo.

Ejecuta un cuádruple axel limpio y perfecto, toma impulso de nuevo y realiza un cuádruple salchou, y a pesar de que por lo general es poco expresivo, en la pista sufre una gran transformación, cuádruple tou, triple tou. El tema que he elegido, no es especialmente de su agrado, representa un reto y me es grato ver cómo lo está superando. Piruetas en ambas direcciones y un quíntuple lutz. La audiencia queda con la boca abierta ante tal muestra de perfección. Piruetas combinadas, altas, bajas, todo lo tiene controlado... pero que frenara después de tomar velocidad no estaba previsto y que me mirara de esa forma tampoco.

Levi vuelve a tomar velocidad y se prepara para saltar. Como temía... es un salto mortal en lugar de un triple flip. La ejecución es limpia y asombrosa, incluso se sostiene con el pie con el que cayó para realizar otras vueltas y una pirueta Biellman; sus piernas forman una hermosa línea vertical mientras toma uno de sus patines con sus manos y echa la cabeza hacia atrás, muy pocos hombres tienen la suficiente flexibilidad para realizar una de esas de una forma tan majestuosa. Levi sigue demostrando su gran talento artístico, combinando un cuádruple, un triple y un doble; es rápido, único e imparable, estoy seguro que nadie podrá superar esto por mucho tiempo. Técnica, interpretación, expresión y transición, él lo tiene todo, pero está esforzándose demasiado con esa coreografía, está desafiando sus límites, a mí, a los jueces y no espera recuperarse del salto combinado para volver a repetir los mortales, no una, ni dos, sino tres veces más. Aprieto los dientes en espera de una caída o algo peor cada vez que lo veo girar en el aire, siento un gran alivio cuando nada de eso pasa. Me lamento por todos esos saltos, aunque consiga aterrizarlos sobre un solo pie, son completamente innecesarios y no los puntuarán.


Pero el público se pone de pie para ovacionarle, la euforia invade la pista. Los medios enloquecen, el staff no sale de su asombro y yo no puedo quitarle los ojos de encima mientras realiza esa complicada secuencia de pasos que antecede al final. Su cabello toma vuelo mientras gira a gran velocidad, y es tan rápido... que resulta fácil marearse con el brillo de sus relucientes y cromadas cuchillas. Al remate de la música... Levi frena las vueltas y cae hincado sobre el hielo. Me impresiona lo limpio que le ha salido todo y lo mucho que logró transmitir, la gente aplaude y vitorea su nombre, y yo debería estar saltando de alegría porque sigue siendo el mejor de todos, pero lo miro y no estoy satisfecho, hay algo en él que me preocupa. Está en el suelo intentando moverse. Y en las pantallas, descubro una mueca de dolor en su rostro cuando se toca la rodilla izquierda e intenta ponerse de pie, después de conseguirlo vuelve a caer y al parecer se ha quedado sin fuerzas.

La expresión de asombro entre las gradas es seguida de un gran silencio.

Por primera vez en su carrera, Levi necesita del personal médico para salir. Y aunque mi deseo es correr hasta donde él se encuentra, hay ciertos protocolos que me lo impiden. Los murmullos empiezan a escucharse entre la gente. Los medios comentan la noticia del día y los jueces se avocan a las deducciones en los puntajes. Yo sólo pienso en el bienestar de Levi mientras lo traen a mí respirando con dificultad y con los labios tan blancos como la pista; no puedo evitar sentirme asustado.

Lo quiero con bien, sólo eso, lo demás no me importa.

Lo sacan de la pista ante un aplauso atronador. Apenas puedo alcanzarlo, lo levanto en vilo. Soy el único que lo conoce bien y lo estoy viendo derrumbarse no sólo física sino anímicamente. Mientras Hanji le coloca los protectores en los patines no puedo dejar de preguntarme qué es lo que le está pasando, por qué se aferra a mí, esconde su rostro y tiembla de esa manera. Tan sólo quiero llevarlo lejos de reporteros y de toda esa gente curiosa.


En los pasillos, escucho al joven Arlet comentarle a su amigo Jeager que Levi estuvo vomitando en el baño.

—Incluso el más fuerte de nosotros termina desmoronándose ante la presión, —concluye el joven Eren cuando se dirige a su hermana y entrenadora Mikasa.

De inmediato acuesto a Levi en una camilla de la sala de observación para que nuestro propio médico lo atendiera. Está sudando en exceso a pesar de que aparentemente tiene frío pues su cuerpo no deja de temblar. Cosas horribles pasan por mi mente cuando lo veo de esa manera, bulimia, anorexia, drogas... ¿Tan cegado estaba que no lo he cuidado lo suficiente?

—Tiene un poco baja la presión, —dice el doctor después de mirar el dispositivo digital que le ha puesto a Levi en la muñeca, lo ayuda a incorporarse lentamente y le da una bebida con minerales para hidratarlo —también necesito que alguien le quite los patines.

Yo mismo acato la orden, dudo que alguien más pudiera tener el mismo cuidado. Y ante la tensa mandíbula de Levi, finalmente libero su pie; su tobillo izquierdo está hinchado y enrojecido al igual que su rodilla. Lo tratan con frío y le inmovilizan toda la pierna.

—Parece que no hubo fractura, pero es mejor que en cuanto esto termine lo lleve para hacerle los estudios correspondientes.


Mientras recibo indicaciones, noto que Levi aprieta los dientes y hace un gran esfuerzo por no emitir quejido alguno.

—¿Quieres algo más fuerte para el dolor?

Él niega de inmediato, manteniendo la cabeza gacha y el ceño fruncido ocultando la mayoría de su rostro con su cabello—. Van a descalificarme, Erwin.

—No, no lo harán —le respondo y no puedo evitar hacerlo con un poco de severidad, Levi sabe que no me gustan los mortales y sabe también que no están para nada permitidos, el que hiciera uno podría tomarse como algo que hubiese surgido por la emoción del momento pero al hacer cuatro, los jueces podrían verlo como un acto completo de rebeldía, las reglas son claras: sólo podía hacerlos en las galas. Aun así, él no necesita escuchar algo que ya sabe, lo que necesita en estos momentos es apoyo— Las entradas se agotaron por ti, Levi, todo ese escándalo que se escucha allá afuera es por ti, siempre, cada vez que te presentas —pero es la primera vez que mis palabras no son suficientes ante lo que le angustia tanto. Le bajo un poco al tono de mi voz y lo intento de nuevo, después de todo no estoy diciendo más que la verdad—, en mucho tiempo no se verá a otro patinador que pueda causar tanto furor entre la gente, si saben lo que les conviene no te descalificarán.

—¿Estás diciendo que tan sólo soy un producto más de la mercadotecnia, Erwin?

Pero antes de que pueda corregir lo mal que me interpreta, Hanji interrumpe para darnos la noticia. Ella tuvo que quedarse a recibir los puntajes mientras Levi era atendido.

—Tuvimos suerte de que alcanzaras terminar el programa con un colchón abismal sobre los otros competidores. Como Erwin tenía previsto, los jueces reconocieron lo que has conseguido con este desafiante programa y te otorgaron un excelente puntaje en la parte artística. Así que a pesar de las deducciones por incluir saltos prohibidos, has vuelto a imponer un record, Levi.

Pero mi pequeño hermano tan sólo exhala todo el aire que estaba conteniendo y no logro descifrar si es de alivio o resignación.

La plata es para Armin Arlet y el bronce es una sorpresa, Eren Jeager al fin saca la casta, dejando a Marlo sin oportunidad. Ellos entran y ocupan su lugar en el podio como se acostumbra, debido a que Levi no puede apoyar la pierna izquierda, a mí me permiten llevarlo hasta lo más alto y ayudarlo a sostenerse para la premiación. Ni la emoción del momento, la dorada medalla, las flores o la belleza de la "Marsellesa" habían conseguido conmoverlo al grado en que lo han hecho esta noche. Es la primera vez que los ojos de Levi están llenos de lágrimas que lucha por retener, mientras se sujeta de mí con fuerza y aprieta mis ropas. También obtuve medallas en el pasado, no fueron tantas como las de Levi, pero obtuve algunas de oro también. Había subido antes a los escalones y había visto la bandera de mi país ondear en todo su esplendor. Trago grueso al recordar el "God save the King".

Pero este momento los supera a todos, es algo especial y maravilloso, como ninguna de las premiaciones que habíamos tenido antes, y sé que se debe a que estamos juntos, a pesar de estar rodeados de gente, prensa, radio y televisión, estamos uno al lado del otro en lo más alto del podio, donde la culminación a tantas horas de dedicación se ven recompensadas; compartir algo así con la persona más importante en mi vida, no tiene comparación —¡Gracias Levi!— Le susurro al oído por hacerlo posible y cuando menos me doy cuenta, estoy besando su mejilla. Sus ojos parecen salir de sus órbitas cuando voltea y me mira. Para la gente Levi y yo tan sólo somos hermanos, pero ambos sabemos que entre los dos, siempre ha habido algo más.

Antes de sus primeras Olimpiadas, Levi necesitaba verse sexy, moverse sensualmente ante la música pasional que interpretaría, así que para ayudarle a evolucionar en su programa me atreví a preguntarle sobre el sexo. Se sonrojó hasta las orejas y le costó un poco admitir que tan sólo se tocaba cuando cierta urgencia lo invadía. Pero después de abordar el tema durante la práctica de la mañana, en la noche vino a mi habitación del hotel.

"Levi, pensaba en una chica que te gustara lo suficiente para que hicieras eso".

"No hay ninguna chica, Erwin. Quiero hacer esto contigo, quiero que me enseñes qué es lo que quieres que transmita en la pista".

Estaba al pie de mi cama cruzado de brazos, usando su camiseta de dormir únicamente. Entre tanto, yo trataba de fingir indiferencia ante sus desnudas piernas y seguir leyendo mientras le contestaba.

"Levi... tu primera vez es importante, no debes verlo como un deporte u obligación".

"Pero si necesito esto para mi programa, entonces, ¿cómo sugieres exactamente que lo vea, Erwin?"

Era el hermano mayor, su entrenador, el que siempre estaba enseñándole cómo debía hacer las cosas y en ese momento no supe qué responderle cuando me cuestionó.

"He visto cómo me miras cuando hago mis flexiones, deseas esto tanto como yo, ¿no te gustaría comprobar cuán flexible puedo llegar a ser?"

Lo que dijo atrajo mi atención y entonces Levi levantó la pierna hacia atrás hasta que su pie tocó su cabeza, quería ponerme nervioso y lo había conseguido.

"Levi, somos hermanos, no puedes negar ese hecho".

"No voy a negarlo, tan sólo voy a ignorarlo".

Completamente decidido se subió a la cama y avanzó como un felino. Se montó sobre mis piernas tomando de mis manos el libro que leía para lanzarlo a la alfombra, después se despojó de la suave camiseta que cubría su cuerpo. Sus músculos eran perfectos, moldeados a mi gusto con alimentación y ejercicio. Me miró con tanta devoción y anhelo que ya no pude resistirlo más. Cedí ante la lujuria, tomé a mi pequeño hermano por las nalgas y lo enseñé a cabalgar sobre mí con su pequeño trasero masajeando y apretando tan deliciosamente que no advertí la rapidez con la que lo había deshonrado, tan fuerte y tan intenso, que al día siguiente tuve que cancelar su entrenamiento porque no podía conseguir que se mantuviera en pie.

Tal vez sea algo antinatural, castigado moralmente por la sociedad, pero de negarme ese día y los otros que vinieron después, quizás Levi no hubiese llegado tan lejos en el mundo de la competición, sé que lo que siente por mí es su motivación más grande y sé que me he estado aprovechando de esa devoción.

Después del sexo, Levi se volvió insultantemente sensual y atractivo. Una mirada desdeñosa, una expresión de fastidio en su rostro... ahora todo le resulta seductor aún sin proponérselo. Hombres y mujeres por igual se derriten al mirarlo y ante el increíble fanatismo que surgió de su persona quise monopolizarlo.

Dándole un nuevo propósito a lo que hacía, le prometí tener sexo con él las veces que ganara una competencia y aunque el trato no fue justo para él, sigo adelante, deleitándome con su cuerpo y embriagándome con su desnudez, le hago mío dando rienda suelta a mis deseos más profundos y carnales a pesar de sus sentimientos.

Terminados los estudios médicos de Levi, regresamos a la suite del hotel.

Por fortuna él va a recuperarse con desinflamatorios y mucho reposo. Y mientras Hanji le coloca unas almohadas bajo la pierna izquierda, no puedo evitar recordar las palabras de mi padre.

"No te atrevas a hacerle más daño"

—Es un buen momento para hablar... a solas, Levi.

—¡Hanji, no te atrevas a salir! —Levi le dice a nuestra asistente ante mi petición y ella no es la única sorprendida.

—Tranquilo Levi, tu hermano está contento con los resultados, seguro que pasará por alto unos cuántos mortales. ¿Verdad, Erwin?

Pero yo no comparto el entusiasmo de Hanji. Ella lo nota en mi estoica postura y resopla por lo bajo.

—Está lesionado, seguro aprendió la lección, no seas tan duro con él —y creyendo que ese sería nuestro principal tema de conversación, palmea mi hombro y se retira.

Tras cerrar la puerta, el silencio es lo único que se escucha en la habitación.

—¿Por qué los hiciste?

Levi fija su vista en algún punto de la cama y no me habla. Tampoco pienso forzar las cosas, así que tomo asiento a su lado, dispuesto a darle el tiempo que necesita.

Mas en esta ocasión parece poner a prueba mi paciencia. Los minutos pasan y pasan, sin que él cambiara de postura o dijera algo, y con cada segundo me doy cuenta de la angustia que lo rodea y de los conflictos que lleva adentro.


—Por lo fuerte que siempre aparentas ser, di por hecho que tu salud psicológica permanecería inquebrantable y tal vez ahora no quiero comprobar que me he equivocado. Pero necesito saberlo... ¿Vomitaste después de las prácticas?

Algo de rabia mezclada con angustia aparece en su rostro mientras se aferra a las sábanas.

—¿Lo hiciste? —La intriga me consume y no puedo hacer más que insistir cuando veo que sigue sin querer hablarme, ya estoy bastante preocupado—. Arlet te vio.

Aprieta los labios y traga con dificultad, pero no emite sonido alguno, tan sólo asiente despacio y la culpa me invade al pensar que en mi afán por conseguir mis metas haya terminado por orillarlo a hacer algo que lo haya vuelto tremendamente infeliz

—¿Desde cuándo lo haces? ¿Desde cuando...?

—¿Huh...? —Levi se da cuenta del rumbo que toma mi plática y parece algo ofendido—. No tengo ningún maldito desorden alimenticio si eso es lo que estás pensando. Vomité porque tenía demasiada bilis acumulada.

Llamar por fin su atención, escuchar eso de sus labios y saber que su osadía de la noche no pasó a mayores, resulta ser un gran alivio; tanto, que no puedo evitar relajar los músculos de la cara para esbozar una sonrisa, aunque al parecer eso le confunde.

—¿De qué carajos te ríes? ¿Ya no estás enojado conmigo?

—No, ya no... pero al parecer tú sí.

—Y qué esperabas, te atreviste a besarme ante tanta gente. En un país en donde predomina la homofobia, no ha sido nada sensato hacer eso.

—Muy astuto, Levi. Pero estabas enojado conmigo desde antes, no me evadas.

—¡Este es tu puto sueño no el mío! —Entonces sus palabras consiguen inmutarme— por eso, hoy quise hacerte enojar, intenté que me descalificaran porque no quería aportar otra medalla más para tu orgulloso trasero.

Sucede que al poner a prueba la tenacidad de un material, no dejas de presionar hasta que se quiebra.

—Así que, eso es lo que has estado pensando todo este tiempo, Levi... que hago esto por las medallas.

—Desde las prácticas notaste que me sentía incómodo con ese tema de los hermanos. Aun así, te seguí como siempre lo hago porque quería ver lo mismo que tú.

—¿Y lo hiciste? ¿Lograste verlo?

—Sí... lo hice.

—Entonces estoy dispuesto a renunciar a mi sueño si soy yo quien pone demasiada presión sobre tus hombros y te llena de estrés con tal de conseguirlo.

Sus plateados y confundidos ojos me miran sin podérselo creer, y cuando creo que sus lágrimas se desbordarán, traga con dificultad y las contiene. Se lleva las manos a la cabeza y se tira de los cabellos lentamente para terminar sonriéndome con demencia, al parecer ha descubierto algo importante.

—¡Puta! Erwin, —me mira con fijeza y responde ante mi completa expectación— si seré estúpido... lo tenías planeado todo. Tú... Tan sólo querías que pudiera sentir la energía de ese momento entrando en cada poro de mi piel, querías que realizara una buena interpretación... por eso me pusiste a prueba. ¡Maldito! —me dice jugando y empuja mi hombro con fuerza, logrando que perdiera un poco el equilibrio— y yo que me he sentido mal toda la maldita noche por desobedecerte, ¿por qué esperaste hasta llegar aquí para decirme?, me has hecho pasar por tanto desde que esta mañana te escuchara hablar con Mike... sabías que los estaba escuchando ¿verdad?, por eso dijiste que ibas a casarte después de la ceremonia de clausura de los juegos y soy tan idiota que terminé creyendo en esa broma de mierda...

Pero cuando Levi nota que no hay expresión de júbilo alguna en mi rostro, su leve sonrisa comienza a desaparecer y poco a poco sus ojos se eclipsan de nuevo por una enorme nube gris, que pronto los baña de desilusión al notar que me he puesto más serio ante sus conjeturas. Siempre he sido bastante elocuente y pensé una y otra vez lo que iba a decirle cuando el momento llegara, pero no consigo decir palabra alguna ante su semblante.

—¿No es una puta broma?

—Sospeché que ya lo sabías pero no tenía idea de cómo te habías enterado. No sabía que lo escuchaste de mí y de Mike.

—Entonces... ¿Vas a casarte?

—Sí

La pesadumbre cae de nuevo sobre sus hombros y las fuerzas parecen abandonarlo como en la pista.

—Hace algún tiempo que formalicé el compromiso con Marie, pero hace poco acordamos la fecha.

Me mira devastado y sus labios comienzan a temblar.

—¿Qué putas dices? Pensé que tan sólo salías con ella para guardar las apariencias.

—Levi, pensé en el matrimonio desde que mi relación con Marie comenzó. Te pido una disculpa, si es que acaso te hice creer que lo nuestro tenía futuro, pero hoy tenía planeado hablar contigo para aclararlo todo.

—¿Después o antes de que me jodieras?

—¡Levi!

—¿Y a esa perra, ya te la jodiste?

—¡Basta Levi! —Alzo la voz pero no consigo que se callara.

—¿Ella es mejor que yo mamándote la verga? —Mi mano se mueve con voluntad propia y termina por golpearlo.

No puedo ver sus ojos, sus cabellos los cubren, pero las lágrimas que estuvo forzando tanto tiempo por contener al fin ruedan por su enrojecida mejilla, la misma que apenas hace unas cuantas horas besara en el podio. Me siento como basura ahora, jamás le había pegado, yo nunca...

—Oi... ha de ser lo suficientemente buena la puta.

—Ya no te expreses así de Marie. Entiendo que estés enojado conmigo, pero ella es una buena mujer, la has tratado muy poco y no has tenido tiempo suficiente de conocerla. Pero cuando te recuperes, voy a llevarla a los entrenamientos, confío en que la convivencia resulte y lleguen a llevarse muy bien.

—¡Tsh! Es innecesario que digas tantas mierdas, no volveré a entrenar contigo porque me retiraré del patinaje de competición.

—Levi, no debes retirarte ni dejar de entrenar, bastará con que deje de ser tu entrenador...

—Estás pensando dejarme, ¿cómo podría seguir en esto sin ti?

Respiro profundo y me acerco para tomar su rostro entre mis manos. La carita de mi pequeño Levi sólo denota tristeza y angustia al por mayor.

—No tomes una decisión precipitada, no lo hagas por mí. El tiempo que llevará tu recuperación te servirá para pensar mejor las cosas.

Se sujeta de mi brazo y despeja su rostro para mirarme con los ojos llorosos y llenos de esperanza— ¡Ya lo he pensado los suficiente, Erwin! Todo el día, estuve pensando en esto, una y otra vez, y... no me importaría seguir acostándome contigo aún después de que te casaras con ella —su proposición me sorprende... me hace pensar, en el gran amor que me tiene como para ser capaz de soportar una situación así—. Soy el hijo de una prostituta, conozco mi lugar y jamás pretendí ser algo que no era.

—Levi, cómo puedes pensar que te pondría en esa posición —retiro el agarre de su rostro para ponerme más serio y dejar en claro las cosas—. Tú eres mi hermano y lo que siento por ti jamás podrá compararse con lo que siento por Marie, pero debes entender que lo que hemos estado haciendo no está bien y debemos terminarlo. Entiende que tampoco podría estar con ella y contigo al mismo tiempo.

—¿Qué... tu educación de caballero inglés no te lo permite?

Se burla y mientras espera por una respuesta que no llega, Levi se limpia las lágrimas descuidadamente, hasta que su mirada cambia a una más dura y furiosa.

—Esta bien Erwin, respetaré tu decisión... haré todo en cuanto dices, pero no cuentes conmigo para jugar a la maldita familia feliz. Quiero alejarme de ti, cuanto antes mejor, quiero irme lo más lejos posible a un lugar en donde no pueda volver a ver tu rostro ni escuchar tu estúpida voz nunca más... ¡Te odio, Erwin! ¡Tomaste mi corazón y lo hiciste mierda!

Jamás debí permitir que mi relación con Levi fuera tan lejos. 

A pesar de saber que me he ganado a pulso su resentimiento, las verdades duelen y siendo incapaz de soportar por más tiempo la situación, lo miro duramente y cobardemente emprendo la retirada.

—En ese caso, haz lo que mejor te parezca.

 
Notas finales:

N de J: Gracias por leer,  pero también me gustaría conocer sus comentarios.

Me motivarán a actualizar el capítulo III  ;)

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).