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Mi novia y mi prometido por RedGlassesGirl

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Mi novia y mi prometido - Capítulo 5

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—Nunca he... Nunca le he dicho a nadie sobre esto. Ni siquiera a Murata, ni a mi madre, por mas que insista a veces sobre el tema, ni a mi hermano... ah, no, pero a él nunca se me ocurriría contarle nada al respecto. Pero bueno, la cuestión es que... de verdad traté. O tal vez no. Me estoy enredando de nuevo. Dije que empezaría por el principio y estoy mezclando todo... La primera vez que lo intenté seriamente probablemente fue la única. Hice lo que era usual, encontré una chica en la escuela que pareciera adecuada, la cité tras el edificio donde todos los demás hacían lo mismo, y me confesé sin siquiera pensar bien las palabras. Fui directamente rechazado, ella dijo que apestaba, literalmente. No fue una buena idea hacer eso después de la practica todo transpirado, pero admito que me dolió un poco. Es algo gracioso de recordar en este momento, pero incluso hasta hace poco me molestó que Murata supiera de eso. Resulta que sobrescuchó mi confesión de pura suerte...

Yuuri se rió solo, recordando cosas que Wolfram no podía imaginar.

—Pero bueno, es una anegdota que no viene al caso. Luego de eso, no fue todo tan protocolario. De hecho fue lo opuesto. Era un cobarde, tenia miedo de hablar y nunca lo hacia a tiempo, pero era yo quien buscaba esas relaciones, y sutilmente mantenía las esperanzas aunque no dijera nada directo. Sabia lo que hacia, y a su vez mantenía distancia. Era el limite de lo que me podía mentir a mi mismo, pensar que eso podría funcionar para mi. Y mientras lo hacia, esperaba que ellas se hartaran solas, o que hicieran alguna pregunta que no podía responder. He escuchado una cuantas el: "¿qué te gusta más, el béisbol o yo...?" Incluso llegue a creerme mi propia excusa barata de que realmente mis relaciones inexistentes con las chicas no funcionaban porque estaba demasiado avocado al deporte. Pero siempre de todo terminaba igual. En nada. Siempre fue al excusa perfecta. Fue similar con Hashimoto, pero ella no es como las demás chicas y mi situación con ella se fue extendiendo. No merecía esto, fui un desgraciado al hacerle lo mismo que a esas otras chicas, aun tengo remordimientos. Tampoco es que defienda lo que le hice al resto. Pero Hashimoto no tenían que sufrir hasta estos extremos mi falta de decisión. Hace tiempo que vengo pensando en eso, que haya pasado lo que pasó y que terminara en un lugar como este... es algo que jamas hubiera esperado.

Yuuri lucia serio, se tomó unos segundos para pensar mientras Wolfram escuchaba atento. El mazoku no quería juzgar aun, especialmente siendo que por fin él había decidido largarlo todo.

—Nunca le di una verdadera respuesta a nadie, duraba hasta que se cansaban y se iban. Así era más fácil hacerme pasar por victima, pensar que ninguna mujer me quería lo suficiente, que no era la chica indicada, o que tampoco era el momento correcto... Y no que era yo quien rechazaba a toda y cada una. Consciente o inconscientemente, era todo una puta mentira. Todas mis excusas baratas que jamás le dije a nadie más que a mi mismo en mi mente no podían cambiar la realidad. Simplemente para mi no funciona eso, no soy esa persona. Supongo que lo que soy es un falso y mentiroso desgraciado.

Había pasado un tiempo desde que Wolfram lo escuchaba maldecir escupiendo las palabras de ese modo, y no era nada menos que hacia él mismo.

El desprecio con le que Yuuri se dirigió a su persona lo tomó por sorpresa. Usualmente su ira e indignación iba dirigida hacia otras personas de baja estima que realmente se lo merecían. A ojos de Wolfram, el joven Maou era una increíble persona, de las más buenas que había conocido nunca jamás en su vida.

—Hace mucho tomé una decisión en este lugar... creo que fue más o menos cuando hicimos ese viaje hacia Seizakoku, o al menos fue en ese entonces cuando empecé a sentir que algo cambiaba... sentimentalmente hablando. —Llevándose la mano a la frente bajó la mirada y se acomodó el flequillo, más para esconderse que por estética, y con una leve sonrisa admitió—: Por lo demás, supongo que ya me gustabas desde el principio porque eres un chico lindo sin rival. El resto pasó tan rápido que fue confuso, aunque en realidad han pasado muchos meses. La idea de perderte de repente cuando había llegado a depender tanto de ti fue un duro golpe para mi. No podía seguir perdiendo personas importantes una tras otra, pero en tu caso... era un tanto diferente. A partir de nuestro reencuentro en aquel desierto todo fue diferente. Estaba tan desesperado que habían muchas cosas que quería decirte y no lo hice en su momento. Aunque, estando ciego, que intentaran matarme tres veces, y todo lo demás sobre la guerra y los zombies... nada de eso ayudó a ponerme a pensar en resolver todos esos otros problemas que tenia en mente. Creo que darme cuenta de lo insignificantes que eran mis puntos de vista infantiles, comparados con cosas tan atroces como la guerra, es lo que me hizo entender que me estaba ahogando en un vaso de agua... Pero aun así, es difícil ver la situación de manera diferente.

—Es fácil decir que los problemas son sencillos al verlos exteriormente, pero estar inmerso en ellos es mucho mas complicado de lo que parece —comentó Wolfram a modo de apoyo.

Yuuri lo miró con la misma cara de desgano y decepción que mantenía desde hace bastante tiempo. Cuando la mano pálida del mazoku rubio intentó acercarse, la detuvo a medio camino en el aire y apretó un poco sus dedos entrelazándolos, observándolo a los ojos detenidamente.

—Wolf —le llamo serio, pero la voz traicionera se quebró un poco—, tu no eres igual que yo. Deberías aprovechar para escapar en este momento. Puedes enderezarlo todo, no tienes porque seguir con esto. Tu puedes quedarte con un una chica si has cambiado de opinión gracias a esto. No puedo mentir y decir que no rezongaré, ni siquiera puedo sacarme de la cabeza lo de recién con Hashimoto y ese bes-... Mm. Terminaría tarde o temprano terminaría por aceptarlo, ¿sabes? Así que no deberías preocuparte por eso.

En ese momento Wolfram se dio cuenta. Yuuri estaba celoso. Y dolido. A pesar de los errores cometidos y todo lo que admitió hacer mal recientemente. Y esas cosas de las cuales no sabia nada y no eran tan recientes. Y de tener esa posible pareja en el otro mundo que de casualidad salió a la luz el día de hoy. Wolfram se dio cuenta que Yuuri solo pensaba en él desde hace mucho tiempo.

Enojado por ya haberlo perdonado tan fácilmente, frunció el ceño y se negó a confundirse con sus sentimientos. —...Eres... ¿qué rayos estás diciendo ahora? Eres un completo manipulador, Yuuri.

El chico japonés resopló un intento de risa una vez, la sonrisa se le torció y aun apretando la mano de Wolfram en el aire agachó la cabeza cuando supo que ya no podía contenerlo. Cerró los ojos con fuerza y frunció el ceño, las lagrimas brotaron de golpe cayendo por el puente de la nariz. Ya no podía ver el tapiz del sillón o sus piernas cruzadas sobre él.

Yuuri sentía emociones contradictorias al mismo tiempo. Ira, hacia si mismo y hacia la escena que se repetía en su mente unas y otra vez, la misma que le causaba el profundo dolor de ser reemplazado por algo mejor y más correcto. Odiaba pensar en Wolfram junto Asami o cualquier otra mujer, no importaba cual, simplemente porque ser abandonado ante una perspectiva mejor era su mayor miedo. Y a su vez, justo ahí en el fondo, aun estaba arraigada la raíz bien enroscada de esa estúpida idea que no quería salir de su cerebro, que a fin de cuentas eso podría ser lo mejor para el chico que había llegado a querer tanto.

El llanto y la angustia tomaron a Wolfram por sorpresa. Sin pensarlo dos veces, acortó la distancia entre ambos y rodeó su cuello con los brazos por inercia, apretando sus hombros y colocando su cabeza contra su cuello. Ni siquiera había pensado las palabras que le dijo, una maldita costumbre que al parecer no había cambiado desde el primer día.

Sus palabras dolientes eran las que habían hecho a Yuuri dar el primer paso en esta relación por casualidad aquel día durante su primer encuentro, y son hoy las que terminan de romperlo para desahogarse en su hombro por completo. Fueron demasiadas cosas que admitir de golpe, era complicado que no llegara a esto.

Cuando Yuuri intentó calmarse forzosamente y alejarse de él antes de tiempo, Wolfram se vio obligado a recordarle lo mismo que dijo hace tiempo. —Siempre tendrás mi hombro para llorar cuando lo necesites.

Era incomodo, pero Yuuri lo aceptó, así como aceptaría el hombro de cualquier amigo. Solo cuando estuvo más calmado decidió intentar ponerle algo de humor a la situación y se separó de él. —De verdad soy un manipulador, estas son lágrimas de cocodrilo... fui yo el que empezó con todo esto, con Hashimoto, y todo lo demás que estuve haciendo mal desde siempre.

Wolfram escuchó sus palabras atento, pero cuestionó la verdad en ellas. Era imposible creerle que realmente pensaba eso. No hay forma de fingir un llanto como ese. Yuuri temblaba como una hoja y aun caían las lagrimas sobre la ropa en su pecho. Lo vio tragar con dificultad, con los labios también temblando y sin fuerzas para esforzarse en pensar de nuevo.

Finalmente, el rey, con los sentimientos a flor de piel, apoyó de nuevo la frente en su hombro. —Necesito este lugar un poco más —susurró, pero no lo abrazó, sino que llevo sus manos hacia sus brazos sosteniéndose a si mismo—. No quiero darte lástima. Si ya habías tomado una decisión, mantenla igual.

Las palabras de Yuuri dolían más al ser sinceras. Que implicara que fuera a dejarlo y seguir adelante sin él era insoportable. Aunque siendo objetivo, de ser el caso que Wolfram se hubiera replanteado algo respecto a esta relación en este momento, el curso de acción más sano para ambos era el que le estaba proponiendo.

Wolfram tomó sus rostro con algo de rudeza y le hizo alzar la vista para verlo directo a sus ojos acuosos. —Escúchame bien. Tu eres la única persona que me interesa. Ha sido así desde el principio y lo seguirá siendo, nada ha cambiado al respecto. Por supuesto que mis votos de lealtad hacia el rey son inquebrantables, pero parece que necesitas que te recuerde que mi promesa de estar aquí para ti siempre, sea mi hombro o mi corazón, nada tiene que ver con eso. Yo también he tomado mi decisión hace demasiado tiempo. Incluso antes que tu. Has llegado tarde, por supuesto.

El chico japonés apenas podía soportarlo. —Eres demasiado directo, Wolf —se quejó apenas moviendo los labios, sus narices tan cerca que podrían rozarse en cualquier momento.

—Es la única manera de que entren mis palabras en esa cabeza tan dura que tienes. De otro modo, entenderás lo que quieras sin tener en cuenta lo que pienso.

Inclinando el rostro, la nariz de Wolfram tocó la suya y su boca selló el beso. Los labios de Yuuri estaban mojados, las lágrimas saladas se interponían en el medio. Negándose a dejarle ir, Wolfram enrosco sus brazos en su cuello, besándole lentamente para reconstruir el ambiente del momento.

Pasando el pulgar suavemente por su mejilla intentó borrar los surcos marcados por la humedad y abrió los ojos lentamente terminando el beso. El ex príncipe observó al joven monarca con la mirada cansada pero cargada de cariño.

—Ahora de verdad no te voy a dejar ir, así que ojalá no te arrepientas de esto. La próxima vez que se te ocurra traer a alguien más entre nosotros, no voy a ser un hombre tan comprensivo. —Suspirando, observó el rostro de este chico sin remedio y frunció el ceño con algo de tristeza, reflexionando—. ¿Por qué siempre que terminamos así es de este modo? —se quejó recordando la excusa de una cama mojada y una risa que pronto se convertiría en lágrimas en la oscuridad.

La muerte de Josak, las disputas con Conrart, un Yuuri delicado a punto de quiebre... todo era muy diferente ahora comparado a aquel momento. Bajo la tenue luz amarillenta que provenía del otro lado de la habitación, Wolfram sintió que esta vez realmente podía protegerlo.

—Al menos no estoy ciego y puedo verte —dijo Yuuri intentando aportar algo de humor de nuevo, esta vez mas sincero, por fin riendo—. Sabes, este es el lado de ti al que estoy más acostumbrado... incluso si da un poquito de miedo.

—Hump. Eres demasiado asustadizo y poco honesto. Me alegro que esté cambiando, aunque sea lentamente.

Rieron sin muchas ganas, las lágrimas del Maou continuaron, pero se le notaba levemente más contento. Acurrucados en el sillón, Yuuri se apoyó en su pecho largo rato en silencio. Envuelto en los brazos cálidos y el cobijo de su cuerpo, poco a poco dejó ir todo y se relajó por completo. Casi sin sorber la nariz, pudo volver a hacer uso de una voz normal para comentar al respecto.

—Se siente bastante bien haber hablado de esto.

Acariciando el sedoso cabello negro, Wolfram también rompió su silencio. —Probablemente hay más que no sepa, pero está bien por ahora. Aun tenemos tiempo, no hay apuro en conocernos, pero definitivamente quiero escuchar todos esos secretos.

Yuuri nunca había dicho que algo fuera un secreto, no había sido necesario. Wolfram entendía perfectamente que clase de confesión había sido esta. Probablemente ni siquiera tuviera que aclarar en voz alta que algo muy importante en su vida acababa de cambiar por completo. Yuuri se preguntó si Wolfram era capaz de sentir también lo liberador que resultaba esto.

—Hace frío —cortó el momento el usuario de fuego—, vamos a la cama para que pueda calentarte las manos correctamente.

Yuuri estaba helado, incluso si tenia las botas puestas, sus pies se sentían como témpanos de hielo. Al acercarse a la cama tamaño King que había aprendido a apreciar con el tiempo, se las quitó con medias incluidas y dudando si cambiarse la ropa del día se terminó metiendo bajo las sábanas. Wolfram no parecía querer cuestionarlo, se comportaba con mecánica normalidad en este momento.

Dentro de la cama, Yuuri tomó la misma posición que antes en su pecho, mientras que Wolfram se acomodó como para mantenerse despierto. Ninguno de los dos sabia bien que decir, especialmente el chico japonés que se sinceró tanto hace unos momentos. En silencio, Yuuri disfrutó del calor que envolvía sus manos y pies, mientras el noble los frotaba suavemente como siempre solía hacerlo.

El Maou estaba necesitado de más afecto, aunque no parecía que el soldado rubio estuviera de humor para hacerlo. La cama, que usualmente los encaminaba a esa tentadora exploración adolescente, no estaba surtiendo efecto. Los sentimientos contradictorios a flor de piel hicieron de este un mal momento.

O tal vez no tanto. Por más que intentó pensarlo de ese modo, Yuuri no lograba sentir que hubiera algo de malo en la idea. Se convenció a si mismo de que podía hacer el esfuerzo. Con su meta firme en la mente, volteó un poco y acercó la boca a al cuello del chico, comenzando a besarlo e intentando encender alguna clase de chispa en esos ojos verdes.

Le tomó un tiempo a Wolfram ladear el cuello, exponiéndolo más ante su iniciativa. Pese a que el chico rubio se demostró desganado, no era una negativa, lo cual para Yuuri fue más que suficiente.

Hasta ahora, si, habían tenido sexo. Varias veces. Probablemente podía contarlas con los dedos de las manos y recodar cada una de ellas, pero a su vez eran las suficientes para dudar respecto a los detalles. La relación entre Yuuri y Wolfram era más profunda de lo que cualquier habitante del castillo pudiera imaginar, y aun así, continuaba día a día con la normalidad de siempre.

La única razón por la cual todo este suceso había sido un golpe duro para la relación, y que recién ahora fueran a solventar del todo lo que pasaba entre ellos, era porque ninguno de los dos se había tomado el tiempo ni la molestia de dialogar en serio. Ambos avanzaban cuesta arriba o abajo como disponía la corriente, sus pilares más sólidos asentados a base de aventuras peligrosas en países extranjeros.

Yuuri, a tono con su actitud más abierta de esta noche, se levantó para acomodarse sobre su cuerpo. Sentado a horcajadas encima de las caderas del chico tendido en la cama que colocó las manos sobre sus muslos, masajeó su cuerpo por debajo del borde de la ropa. Sin desabrochar ningún botón, se agachó hasta su estómago y le dio un beso.

—¿Te molesta esto? —preguntó sin continuar.

La respuesta tardó un momento. —No.

A pesar de darle permiso, Wolfram no hizo ningún otro movimiento que diera a entender que pondría de su parte en este momento. Y puede que luego tampoco lo hiciera, eso también era una posibilidad. Pero Yuuri estaba determinado a hacer esto, incluso si tenia que ser la primera vez que lideraba por completo.

—Dime si quieres que pare. —Utilizó la misma frase que había escuchado muchas veces.

—Estoy bien.

Wolfram no se quedó callado como él solía hacerlo.

Usualmente, la parte de desvestirlo, tocarlo, besarlo, provocarlo y decir cosas vergonzosas al oído la hacia el ex príncipe con afinidad al fuego. Yuuri se limitaba a recibir y responder enérgicamente con su cuerpo cuando se le ocurría como hacerlo. Wolfram era naturalmente directo, parecía no tener problema en manejar la vergüenza y nunca escondía sus ganas de tener sexo.

Hoy... Hoy iba a ser todo diferente.

—¿Puedes apagar las velas? —pidió el rey.

—¿Por qué?

—Con luz se puede ver todo...

—¿Acaso no es esa la idea? No esperes que me levantarme.

Wolfram perezoso. Aunque probablemente esto era alguna clase de huelga o paro laboral encubierto. ¿Qué iba a hacer este inexperto Maou si se le revelaba seriamente el pueblo?

—Solo usa majutsu —reprochó Yuuri un poco más impaciente.

—Ya te lo he repetido cientos de veces, lar artes mágicas no son algo que se usa cotidianamente. —Incluso así, la mirada neutra y expectante de Yuuri entregó el mensaje correcto—. Hmn...

Mirando con negación hacia otro lado, Wolfram rodó la muñeca y extinguió el fuego. La oscuridad se hizo presente, a medias. La vista de Yuuri se posó en el enorme ventanal que dibujaba una figura blanquecina en el piso y parte del techo.

—Las cortinas están abierta.

—Rayos, Yuuri, de verdad que eres molesto —rezongó y se levantó yendo directo hacia los vidrios para encargarse de eso y no escuchar mas quejas al respecto—. Pero que esta sea la única vez.

—¡No las cierres todas! —Wolfram se dio la vuelta con mirada asesina, cómo preguntando "¿ahora qué?"—. Deja una abierta, la del otro lado, lo suficiente para que no esté oscuro por completo...

Le hubiera gustado no hacerle caso, pero el tono agitado con el que interrumpió el japonés le hizo pensar dos veces al respecto. Luego de dejar las cosas tal y como el rey quería, volvió a la cama poniéndose de rodillas frente a él de brazos cruzados.

—No me mires así —se quejó Yuuri—, la oscuridad me trae malos recuerdos.

El mazoku se odió por ablandarse tan fácilmente de nuevo, no estaba seguro de como podía mantener la paciencia con este chico. Probablemente la clave era mantenerse callado en los momentos correctos.

—¿Ahora está bien? —preguntó algo sarcástico sin poder evitarlo.

—La penumbra está bien.

Lo que para Yuuri era suficiente oscuridad, pero no negrura por completo, pronto se convirtió en un ambiente que permitía ver más de lo que imaginaba. Pero no podía volver a quejarse o moriría en el intento.

Así que se entretuvo con un beso, llevando las manos de Wolfram a su rostro esperando que lo acariciara como hacia algunas veces. Y así lo hizo, de una manera dulce que le dio calor en el pecho. No duró demasiado, pero fue suficiente para asegurarse de que aun había algo serio entre ellos.

Recostándose de nuevo, el noble volvió a asumir su papel de espectador inactivo, esperando a ver que es lo que haría el rey a partir de ahora. No podía esconder que realmente tenía curiosidad sobre esto, aceptando contento al chico de cabello negro cuando se inclinó de nuevo contra su cuello. Era una de sus zonas erógenas favoritas, y Yuuri lo tenia más que presente después de tanto.

—Aun tengo problemas con la oscuridad —admitió el joven japonés, tratando de mantener la comunicación activa incluso si seguía con los besos.

—Dime si puedo hacer algo para ayudarte con eso.

—No lo sé... Pero ha mejorado con el tiempo.

—Podemos hacerlo una vez sin luz, y otra con todo abierto. Puede que alguna termine resolviendo tu problema, nunca se sabe.

Yuuri rió contento, por el chiste y porque acababa de confirmarle que estaba bien con la idea de hacerlo.

Con energía renovada, desabotonó la camisa y expuso el blanco pecho. Acaricio la tersa piel y depositó unos cuantos besos, sin tardar demasiado en marcar un claro camino hacia abajo por su flanco derecho. El tiro alto del pantalón del noble se interpuso en el medio. El chico beisbolista se tomó el tiempo de desabrochar los pequeños botones con clama y exponer el resto de la piel escondida bajo de la tela.

A Yuuri le gustaba hacer esto. Hacia tiempo que no se veían, y había extrañado su cuerpo. Puede que su soltura no llegara al nivel que sentía cuando fantaseaba en su casa a solas, pero igualmente ansiaba continuar con su plan de mostrarse un poco más dispuesto.

Tenia la costumbre de dar un rodeo primero, besando alrededor del ombligo y bajando sobre el bello que marcaba una linea recta poco visible, bordeando la ropa interior con los labios sin tocarla, deslizando la lengua levemente por debajo de la tela. Cuando levantó el rostro, Wolfram se reacomodó un poco inquieto, Yuuri podía sentirlo a la expectativa de como continuaría el resto.

La silueta oscura sobre la cama del noble era visible por costumbre más que lo que realmente podía captar con los ojos. Su extraño sentido extrasensorial no estaba surtiendo efecto. Lo prefería de este modo. Tenia su misterio, sin ver, el resto de los sentidos cobraban más importancia. Como el tacto, o el gusto, con los labios, con la lengua, suavemente. El olor se encargó del resto, la esencia privada y tan personal fue un golpe directo.

A pesar de que Yuuri quería ser abierto, aun le daba vergüenza hacerlo. Se alegró de que no hubiera manera de que Wolfram supiera que es lo que pasaba por su mente en este preciso momento.

Aunque el príncipe podía adivinarlo sin tener que ser demasiado creativo con sus ideas. A pesar de eso, con la mente llena de posibles escenas eróticas y la boca de Yuuri muy real acariciando la parte baja de su cuerpo, seguía sintiéndose ajeno. El sexo hoy no seria igual que el resto de las veces. No estaba seguro de si había algo malo al respecto, en realidad, se sentía más natural que las cosas se dieran de esta manera a hacer todo sin mirarse mucho ni hablar demasiado.

La poca excitación de ambos se cocía a fuego lento, era mas una mezcla de sentimientos. Pero cuando llegara el momento de que hierva por completo, tenían la sensación, cada uno a su manera, de que sería perfecto.

Wolfram se levantó en la oscuridad, que ahora permitía ver aun más formas que antes, para sacarse los pantalones. Yuuri sentía la cara roja, rubor real que escocia dentro de sus mejillas, pensando que si el otro chico hubiera sido capaz de verlo hubiera hecho algún comentario incomodo sobre lucir lindo o algo no podía hacerlo.

En ese mismo momento, la mente de Wolfram trataba temas bastante alejados de eso.

Estaba sintiéndose un idiota por haber fantaseado antes durante el día la posibilidad de que Yuuri lo hubiera hecho con alguien más. Era evidente por su forma de actuar que era inexperto, ni que hablar de la primera vez que hicieron algo como esto. Tenia recuerdos confusos, hubieron algunos besos, pantalones apretados y las manos de ambos intentando tocar algo que no sabían bien como hacerlo. Así y todo, había sido lindo. Aunque no vio mucho en la oscuridad esa vez, justo como ahora, y a diferencia de las siguientes veces entre aquello y esto.

A Yuuri no le gustaban las velas encendidas, no era un secreto, pero hasta ahora se había aguantado y nunca había insistido tanto en crear un ambiente en particular. Pero llegados a este punto, con la ropa de Wolfram ya fuera y las piernas desnudas desde sus caderas hasta abajo, comenzaba a pensar que era un buen intercambio. Oscuridad por un Yuuri mucho mas suelto. En el fondo también se preguntaba si esto tendría que ver con la charla.

El rey se movió en la penumbra envolvente levantando los brazos, el bulto negro dio a entender que se estaba quitando la remera.

Tenia sentido para joven mazoku, después de liberar tantos pensamientos, es normal que liberara también su cuerpo. U otras ideas que había estado reprimiendo.

Yuuri no era el mejor en mantener las sensaciones contenidas, y a su vez se merecía un premio por eso. Era una completa oposición de cualidades. Por un lado explotaba rápidamente ante alguna injusticia o situación con la que no estaba de acuerdo, y a su vez lograba empecinarse en jamás hablar o evitar ciertos temas ni con él ni con nadie. A veces simplemente no podía ser honesto. Wolfram era un poco así también, es por eso que podía comprenderlo.

Siendo atento, Yuuri acarició su cuerpo sin inclinarse del todo sobre él, esperando ser invitado primero. El mazoku tomó su mano y lo guió más cerca, aceptando también un beso. La boca que cariñosa tanteó el terreno, enseguida bajó de nuevo por varios lugares sobre su pecho y atacó la entrepierna ya desnuda sin rodeos.

Era complicado pensar mientras él hacia eso. Wolfram se concentró en la sensación suave y el cosquilleo, todos los sentidos enfocados en su pene. Estaba medio duro desde hace un rato y esto terminó de excitarlo por completo. Pero no era necesariamente algo que lo hiciera llegar más lejos, desde hace un par de veces que hasta había llegado a compararlo con alguna clase de beso. Yuuri y él habían tenido el tiempo suficiente, y mal que bien, explorado hasta un punto donde el sexo oral era casi como un beso acalorado de esos que ciertas noches se daban entre ellos.

Pasado un tiempo, el cerebro de Wolfram se distrajo y comenzó a darle vueltas al tema de nuevo. Era tal la insistencia de esta idea que no pudo evitar volver sus dudas reales en la oscuridad.

—Hoy... de verdad llegué a pensar que habías estado con alguien más. —Wolfram se llevó el brazo a la cara y se tapó los ojos por reflejo, escondiendo el calor de la vergüenza—. Tuve algunas dudas serias respecto a eso. Aunque, ya no lo pienso.

A la expectativa de cual sería la respuesta, su corazón se mantuvo tenso. Había silencio, Yuuri cesó sus movimientos, pero Wolfram aun sentía la presencia de su rostro cerca de su piel y la palma de su mano caliente sobre su lado izquierdo.

El rey, que había estado poniendo empeño con muchas dudas e inseguridades, se sintió extrañamente aliviado de enterarse los pensamientos del otro chico, y a la vez fue un batazo en el pecho. Con emociones confundidas, se quedó quieto para poder pensar. Era un alivio y le causaba tristeza al mismo tiempo.

—No puedo... —admitió en la oscuridad.

Para Wolfram, esa fue una respuesta que lo dejó atento a como continuaba el resto, pero no llegó. Algo impresionado, también pensó que esa sola frase tenia mucho sentido. No necesitaba que Yuuri se pusiera a explicarle la charla de antes sobre las mujeres de nuevo, ni tampoco que aclarara que no fue esa chica en particular, o cualquier otra persona, con la que siempre había tenido algo medio en secreto. Porque el único secreto sexual de este Maou era bien conocido ente ellos.

La misma voz familiar se escuchó desde más arriba en la oscuridad. El mazoku imaginó que Yuuri había asumido la típica posición sentado de rodillas que a veces le veía hacer.

—No puedo hacer eso, a menos que... A menos que tenga alguna clase de sentimientos. No me gusta tener solo sexo.

Wolfram había escuchado eso una vez antes, él lo llamaba hacer el amor. Siempre le pareció algo ingenuo y un poco tonto, pero sumamente tierno. Aun asombrado por ver que se animó a decir esas palabras tan directas, observó profundamente a la oscuridad. No podía ver sus ojos.

—Yo también.

No necesitaba ninguna confesión bajo estándares de ese lugar llamado Tierra, tampoco una novela rosa emotiva salida de alguna pieza antigua de literatura mazoku. Estas palabras de ida y vuelta era suficiente entre ellos.

Como diciendo "¿estamos bien?", el mazoku se sentó en la cama y estiró la mano, tomando la sombra negra de un brazo y acercando su rostro.

Yuuri no dudó, enroscando los dedos entre los suyos, fallando en la decisión entre tomarle la mano o el abrazo, y le besó antes que hubiera tiempo a cuestionar su pose. Aunque fuera raro por ser torpe, Wolfram apretó los dedos y continuo sosteniéndole. Yuuri estuvo contento de que él le siguiera el juego. Era raro, sin embargo el rey ahora sentía que lo que fuera que les mantuvo alejados se había roto. Probablemente debido a la aceptación y actitud simpática de su compañero. De un momento a otro, lo soltó sin dudarlo, ahora abrazándolo por el cuello.

Sintiéndose ambos conectados nuevamente, incluso más y mejor que días atrás cuando todo era normal, ambos rieron. Era una sonrisa avergonzada, pero que mostraba inevitablemente los dientes. Era un "perdóname por ser tan tonto".

Entonces, un beso siguió al otro y las manos hicieron el resto. Tirando y acariciando, incluso rasguñando un poco. Las de Yuuri buscando la piel en la parte baja desnuda, y las de Wolfram apretadas contra su pecho, abriéndose paso entre ambos cuerpos.

No recordaba la ultima vez que estuviera tan agitado, ni que Yuuri le respondiera de esa misma manera. Usualmente se contenía, pensado cual seria el punto correcto entre poder ser directo y no incomodar. Pero siempre estuvo seguro de que era él quien más se contenía, y al parecer no era del todo cierto.

Wolfram tenia un don para entenderlo. Era fácil sentir como esta explosión de temperamento era justo como todas las veces anteriores que no se relacionaban al sexo. Era el lado más real de sus pensamientos, cuando Yuuri los sacaba todos al descubierto. No estaba usando palabras como siempre, pero su cuerpo hablaba fuerte y claro. Probablemente estaba gritando: "me gustas, te quiero".

Los incesantes besos y las manos que sin tapujos apretaban distintos lugares lo hacían feliz. Esperaba que se repitiera normalmente, desde ahora hasta siempre, cada vez que estuvieran solos. Y por que no, tal vez algún día cuando no lo estuvieran del todo. Incluso una mirada cómplice de un segundo en público le haría recordar esto.

La insistencia de Yuuri lo tiró para atrás poco a poco, pero mientras él no se dejara caer, él no presionaría para imponerse. Incluso pareciendo imparable, el rey seguía siendo atento. Wolfram cedió con gusto, dando permiso a la manera que su compañero quería, hablando con el cuerpo, y abriéndole la siguiente puerta para que continuara explorando esta nueva parte de si mismo.

Al caer en la cama, algunas ideas del desenlace de esta noche ya eran claras en la mente del ex príncipe. Previendo como continuarían de ahora en más, interceptó la pierna de Yuuri que iba a subirse a horcajadas de él luego de quitarse la ropa primero. La llevó entre sus piernas, una posición rara para Yuuri. Aunque le hubiera encantado tenerlo sentado encima y escucharlo disfrutar del placer de ese modo un poco más abierto, la curiosidad de hacerlo al revés era mas fuerte. Hoy las cosas definitivamente cambarían por completo.

No es que Yuuri no tomara el control ciertas veces, pero la manera en que lo hacia siempre fue distante y contenida. Todo lo que había imaginado probar nunca pudo ser a causa de eso. Pero ahora estaba seguro de que sus fantasías podían funcionar en la realidad.

El rey no retrucó, acomodándose al cambio rápidamente. Con las piernas abiertas, Wolfram le hizo lugar para que finalmente se pegasen sus pelvis. La desnudez era placentera, junto al calor y el leve movimiento inquieto. El mazoku estaba contento, tenerlo sobre él haciendo lo que usualmente era su papel más común le sacó una sonrisa.

Sin querer romper el contacto pero queriendo obtener algo más, llevó la mano de Yuuri por su flanco derecho hacia abajo. El joven Maou entendió enseguida lo que quería, aun ocupando todo el espacio entre sus muslos, su mano acaricio su cadera por fuera hasta llegar a su trasero.

Era normal que Yuuri le estimulara de este modo como un extra, a pedido de él todas las veces. Este chico tan educado que rozaba la ridiculez siempre esperaba permiso para tocar eso. Incluso sucedía mientras lo hacían misionero y Wolfram estaba dentro. De alguna manera, no importa la posición, los dedos llegaban a acariciar entre sus nalgas. No podía quejarse, lo adoraba por completo. Primero la parte baja de su espalda, y luego descendiendo hasta entre medio. Y eso era todo.

No importa la cantidad de indirectas, más o menos sutiles, Yuuri nunca pasaba de este punto. Jugar sobre su piel causándole cosquilleos, o incluso meter los dedos dentro. No importa que le hiciera, nunca pasaba de eso. Era solo Wolfram quien había experimentado el placer de esa clase de sexo.

Estaba cansado de eso. Wolfram estaba seguro de que Yuuri disfrutaba el sexo en todo su esplendor y la penetración especialmente. Adoraba sentirlo excitado gracias a eso, y aun más esas contadas veces cuando se decidió a ser activo y montarlo. Pero hoy seria diferente, lo quería tan activo y emocionado como esas veces, de una manera completamente diferente.

—Tócame aquí —indicó pensando que no sentiría tanto pudor, pero Wolfram terminó alegrándose mucho de que las luces estuvieran apagadas esta vez.

Los dedos de Yuuri hicieron caso, acariciando con más énfasis el circulo rugoso de su piel hasta que humedecerlo fue necesario. Los besos también húmedos acompañaron los movimientos, mientras el mazoku rodeaba su cuello con los brazos y abría más las piernas. No quedaba nada a la imaginación, aunque no estaba seguro de si este chico continuaría evitando el intento de hacerlo.

Con tranquilidad, hicieron una pausa para revolver el cajón de noche. —No puedo encontrar el lubricante, ¿dónde lo pusiste? —preguntó Yuuri con fingida calma.

—Al fondo de todo.

—Ah, cierto.

—Siempre pierdes todo —le reprochó el noble con su actual humor de siempre.

—No es verdad.

Las conversación tan natural se mezcló con una caricia y un beso, de un momento a otro volviendo el juego previo.

Los minutos de tentaciones fueron apreciados, pero Wolfram estaba comenzando a ponerse inquieto. Metiendo la mano entre ellos, empujó hacia abajo con la punta de los dedos la dura erección de Yuuri. ¿Debería decir algo? Dudó. Pero no fue necesario, el simple silencio no terminó resultando incomodo. Finalmente sintió la sensación de algo más grande y duro yendo hacia adentro.

No era significativo físicamente, no era como si el mazoku rubio no estuviera acostumbrado a dejarle explorar su cuerpo. Para Yuuri, tampoco fue tan excitante como hubiera pensado, recordó vagamente aquella otra primera vez. Lo que era significativo era hacer el amor de otro modo, compartir todo, de todas las maneras posibles.

Se tomaron tiempo para los movimientos lentos, las caricias, los besos. Hasta que fue incomodo forzar esos encuentros, disfrutar juntos y a la vez en la soledad de la mente también era parte del sexo. Yuuri con el rostro contra su pecho, y Wolfram con la cara echada hacia atrás apuntando al techo. La palma caliente del chico japonés tomó su muñeca, e inmediatamente el noble busco su otra mano para entrelazar los dedos.

Estaba bien de ese modo, extendiéndose a través de los minutos, disfrutando las sensaciones de la penetración y los suaves jadeos. Yuuri, ya no tan abrumado por las primeras caricias tan especiales del momento, continuó lentamente, cambiando de posición.

—¿Está bien así? —preguntó en voz baja, con un beso sobre su clavícula.

—Mm, si.

Wolfram, ya acostumbrado a la actividad incesante y placentera, no estaba particularmente tan excitado. Y lo agradecía, era lindo extender el momento. Sus gemidos esporádicos, diferentes a los usuales durante otras noches, se volvieron paulatinamente más enérgicos, así como los movimientos del chico sobre él.

—¿Ahí? —La pregunta de Yuuri le sacó una sonrisa, no estaba haciendo nada particularmente osado en ese momento. Solo se limitaba a moverse porque no podía detenerse y se notaba.

—Está bien.

Suave, un poco más fuerte. Todo era bienvenido entre los brazos del mazoku. El joven rey, a sabiendas de como sentía todo su pareja, salió de su cuerpo sumando más lubricante al juego. La nueva sensación mucho más suave fue bienvenida de inmediato. Ya estaban acostumbrados a hacer eso.

Abrazándolo más tenso, Yuuri se mantuvo bien pegado dentro. No fue posible para el otro chico ocultar cuanto le gustaba eso, ni tampoco era realmente necesario hacerlo. Una y otra vez, Yuuri repitió el movimiento. Comenzando a llevar a Wolfram al límite, se emocionó más y más, sintiéndose cada vez más cerca él mismo.

Sus cuerpos transpirados, el olor y los ruidos del sexo. Ambos se sumergieron de lleno en las sensaciones de todos los sentidos. Wolfram se apretó con fuerza contra la parte baja de su cuerpo.

—No pares, así —especialmente rozando su estómago, con ese exacto meneo.

Sintiendo el final cerca, el ex príncipe se tensó y llevó la mano para acariciar enérgicamente su erección. Yuuri aprovechó para torcer el cuerpo, abriéndole paso y penetrando desde otro ángulo más fuerte. Constante, jadeando, rogando llegar a ese momento. Primero llegó el mazoku en su propia mano y sobre su estómago, y poco tiempo después el rey dentro.

Yuuri dejó caer su peso en la cama y sobre Wolfram por un momento, rodando hacia un lado de inmediato, exhausto y con los ojos cerrados. Con la mente en blanco y muy relajado, disfrutó de su cansancio físico como bue amante del deporte. Adorando haber descubierto lo bueno que era eso también durante el sexo. Por supuesto que siempre le gustó esto, solo durante sus largos baños, o ahora que tenia alguien con quien hacerlo.

En la calma de la noche, y luego de que pasara tiempo recuperando el aliento, escuchó una pregunta que en su estado de relax no lo tomó por sorpresa del todo.

—¿Cómo...? Mm... ¿cómo haces para limpiar esto?

—Empuja.

El silencio al otro lado de la oscuridad significó que el otro chico estaba atónito, la respuesta de Yuuri no había tardado y ni siquiera se digno a abrir los ojos.

Para cuando Yuuri preguntó: —¿Pudiste...? —volteando a verle, fue interrumpido rápidamente.

—Ya está. —Wolfram no sentía necesidad de entrar en un debate acerca del tema. Era bastante obvio para ambos que habían cosas que iban a necesitar más tiempo. Pero era bastante lindo para el rey descubrir que también sentía pudor sobre las mismas cosas que a el le costaban trabajo hablar abiertamente.

Pronto la figura del mazoku se hizo presente sobre el chico tendido en la cama. Mirándolo desde arriba más de cerca, le acaricio no tan suavemente. La falta de luz no ayudaba a calcular dónde estaba qué cosa en la silueta del otro. Tomándose su tiempo, Wolfram se quedó observándolo detenidamente, pensando que se veía diferente.

Mientras tanto, la mente de Yuuri divagó sobre que este chico tan lindo es con quien acababa de tener sexo. Y con quien lo hacia muy seguido. Que era innegable que había pasado, tan transpirado, desnudo y despeinado.

—¿Cómo te sientes? —le preguntó el sujeto jovencito y rubio de sus pensamientos.

—Libre.

Tras la leve sorpresa, unas más para ese montón de cosas sobre las cuales pensar luego, Wolfram se alegró genuinamente. —Se nota.

Hubo un momento de cierta tensión especial entre ellos. Había una conexión, y no eran sus manos entrelazadas exactamente. Con los dedos lánguidos y suaves rozando entre ellos, el noble, inclinado sobre la figura desnuda acomodada sobre las sábanas, cambió el tema.

—¿Quieres algo?

—Agua.

—A sus órdenes.

A medio camino de ya levantarse, Yuuri intentó detenerle. —No hace falta que vayas a buscarla. Am, de hecho, siempre eres tu el que hace eso.

—Pero claro, eres el rey.

—No digas eso.

—No hace falta que hagas aspaviento. Digas lo que digas, igualmente es mi trabajo hacerlo.

—Ah, ya te has puesto terco, ¿cierto?

—Puede ser —admitió el mazoku sin hacer tiempo.

Yuuri sonrió, no era el único aquí que se estaba volviendo honesto.

Tirado en la cama de lo más campante con una pierna flexionada y su desnudez en todo el esplendor a oscuras, el Maou continuó reflexionando sobre aquellas otras veces. Esas donde al principio solo pudo disfrutar con el rostro enterrado entre las sábanas porque era más fácil no enfrentar sus miedos. Aunque, sabía bien que esa era la posición favorita de Wolf por excelencia para disfrutar ver su trasero. Sonrió en secreto al pensar en eso.

Le había tomado tiempo soltarse durante sus encuentros más íntimos, y sincerándose consigo mismo, aceptó que solo esta vez se había sentido realmente libre al cien por ciento.

Al final, esto era algo que probablemente pasaría en su vida tarde o temprano, pero que sucedió con este chico. Con Wolfram. Y se alegraba mucho de haberse rendido con aquellos otros planes de contentar a gente que a fin de cuentas tal vez ni siquiera les importaba tanto que hiciera o no hiciera de sus gustos o su vida. Como su familia, que siempre supo que tenían una mente mucho más abierta que el resto.

Justo ahora, la voz en el fondo de su cabeza hizo una pregunta en voz baja. Pero a Yuuri no le molestó a diferencia de esas tantas otras veces. ¿Era realmente tan importante lo que piensan los demás?

Aceptando el agua que Wolfram le extendió al subir a la cama de nuevo, Yuuri se sentó erguido y pasó un brazo por su cuello. Con el vaso en la mano relegado entre sus piernas, le dio un beso. Casto, firme y serio.

En la oscuridad, observó en las profundidades de los ojos color esmeralda el brillo oscuro bastante evidente. Hubo un flash de una larga historia en ellos. Entonces, Yuuri preguntó sin necesidad de aclarar el contexto.

—¿Te gustaría hacerlo de nuevo?

La respuesta fue rápida y sin dudas, cargada de muchos recuerdos.

—Por supuesto.

.

.

.

La pregunta verdadera en realidad era:

¿Volverías a vivirlo todo conmigo de nuevo?

.

.

.

.

.

Fin

Notas finales:

Hola todos,

Gracias por la paciencia y todos los comentarios que me han mandado en distintas plataformas, por supuesto que los leo todos y probablemente en su mayoría también recibieron respuestas.

La razón por la cual pospuse este capítulo fue para publicarlo específicamente hoy día 17. ¡Feliz cumpleaños koizumi17! Ya que te ha gustado tanto este fic, te lo dedico especialmente.

Así también como me gustaría agradecerles a alba-lysz, Kuro_Draco, UkyoNohara y Haqueval Di Vongola. ¡Gracias por todos sus comentarios! Me divertí mucho leyéndolos, es sinceramente muy lindo poder interactuar con la gente que lee de este modo mientras subo una historia. Usualmente me siento sola escribiendo, así que la compañía que me han hecho durante este fic fue un cambio excelente ^^

Ojalá pueda seguir así de activa para que podamos seguir compartiendo momentos como este. Pero ya veremos como se da el ritmo de mis actualizaciones.

¡Nos vemos en otro fic! (o mensajes privados, que pueden mandar si quieren ^^)


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