Era una mañana bastante bonita, al parecer había nevado, y había signos de que volvería a nevar, las casas adornadas con pequeñas cositas que te decían que era época navideña, más específicamente 23 de diciembre. En el cuartel general de central, no se hacia mucha la presencia de la navidad pero de todos modos se notaba que había gente a la cual le gustaba decorar; y esta festividad en particular. Roy Mustang en su oficina tomaba café, su lugar de trabajo constaba con un pequeño arbolito navideño, cortesía de Hughes, decorado no muy detalladamente, pues solo tenía una que otra esfera de algún color, y algún que otro muñequito de un reno, pero nada más, no es que el coronel fuera anti-navidad, simplemente no tenia tiempo para andar gastándolo en eso, así que de decorarlo se encargo Hawkeye. Además del pequeño pino, solo habían algunos adornos de color, comúnmente, verde y algunos detalles rojos.
Se encontraba solo, sus subordinados no estaban, quien sabe a donde se habían ido, pero sinceramente le daba igual, solo quería estar con un persona en ese momento, desgraciadamente para él, su personita especial, estaba seguramente con su hermano disfrutando de su mutua compañía , no es que le molestara, pero … el quería más atención por parte del rubio, algo que demostrara que al menos en alguna parte de él le tenia alguna clase de afecto, quería pasar aquella fecha especial con él, así que de algún modo tenia que buscar una excusa para que fuera el día antes de navidad, el día llamado, noche buena, simplemente no entendía la denotación de eso, nunca había pasado una noche buena, vivía solo, así que pasaba esos días, soló, algunos años Hawkeye o Hughes se pasaban a hacerle compañía, pero ellos también tienen su vida, ¿Qué podía decirle a Edward Elric, para que lo vaya a ver? ¿Qué excusa podría darle?, pensaba y pensaba nuestro pelinegro amigo, pero nada se le ocurría hasta que recordó un programa de televisión, allí unos amigos se reunían el 24 de diciembre a intercambiar regalos, se supone que ponen sus nombres en algún recipiente o sombrero y después iban sacando para ver a quien le tenían que dar el regalo, se supone era secreto, una practica sumamente interesante, ¿Por qué no? Le diría que es una especie de acto de compañerismo o algo por el estilo. Y así estuvo toda la tarde pensando que decirle, ya que si no le tocaba darle regalo al joven alquimista, de todos modos le daría una carta, así que tenia que pensar en sus palabras. Hawkeye llego unos minutos después de que Roy hubiese terminado de escribir ese dichoso texto. Le explico eso del “acto de compañerismo”, a Hawkeye le pareció divertido, pero ¿Cómo notarlo? Si ella era casi inexpresiva, de todos modos, le aviso a sus compañeros, entre ellos, Hughes, Havok, Farman, Fury, Breda y por ultimo llamo a los hermanos Elric, si bien el acto era solo para los militares, no iba a dejar que los hermanos pasaran la “noche buena” separados así que simplemente lo invito también.
- ¿acto de compañerismo? – pregunto el mayor de los Elric al escuchar a su interlocutora.
- Si, veras al coronel se le ocurrió esto, así se afirmaran los lasos, jefe-esclavo…- ella solo repitió las palabras de su querido señor.
- Mmm… suena extremadamente tonto….además mira cuando lo avisan ¿cuanto tiempo tengo para comprar un regalo? Y ni siquiera se a quien se lo haré… - decía, la verdad, la idea era interesante…pero…tener que ir a ver al coronel lo ponía nervioso, además ¿que pasaría si le tocaba justo tener que darle algo a el?
- Mira Edward, por eso tienen que venir ahora a sacar un nombre, los esperamos- y colgó
- ¿Eh? Me colgó, pero que… supongo que iremos…
Y mientras lo hermanitos se preparaban, en el cuartel sierto guapo hombre hablaba con su mejor amigo.
- ¿Enserio? – Pregunto el hombre que llevaba lentes.
- Así es… solo necesito que me ayudes, ¿será posible?
- Claro Roy, aunque no se me hubiera ocurrido que tu le dirías de este modo, no te conocía romántico – se burlaba amistosamente Hughes
- Maes…. – le respondió Roy ya cansado de esta actitud de parte de su amigo.
- Bien, no te enojes, yo me llevo al pequeño, pero ¿crees que querrá separarse de el?
- Pues no, pero al menos inténtalo, además solo será un rato no planeo raptarlo… - rio por lo bajo, era una idea tentadora…
Ya había pasado un tiempo, y estaban todos los subordinados de Mustang y Hughes reunidos en la oficina. Quien llevaba el sombrero, de motivo navideño, como el que lleva santa claus, era el orgulloso padre de Elisya. La coloco en el centro de ellos, pues mandó que se sentaran en una ronda, y fueron sacando en orden, auque, el dueño de tal idea, se limito a quedarse en su sillón detrás del escritorio, de allí cuando todos terminaran de sacar el nombre, el tomaría el que quede. Además desde allí tenia una muy buena visión de donde estaba su rubio favorito, estaba sentado en el suelo exactamente frente a él, el destino será, claro el destino, claramente Hughes no lo puso estratégicamente en ese lugar para gusto de su mejor amigo, no, eso es seguro.
Ed estaba frente a el, de su lado derecho se encontraba Alphonse, y en su lado izquierdo, Havok, al lado del fumador, estaba Breda, y de el Fury, estando Hawkeye a su lado, pasando a Hughes y nuevamente Alphonse. Empezaron a sacar los nombres, pero nuestro pequeño alquimista estaba nervioso, ya que sentía la mirada del coronel, pero no tenia la valentía de mirarlo, pensó “ demonios, porque me mira, no se da cuanta de que ..me hace sentir raro…”, bien no es que no supiera que sentía algo mas que…respeto hacia aquella persona de profundos ojos, es solo que sentía unas terribles ganas de ir hasta el y lanzársele encima, pero eso seria muy raro, no se iba a arriesgar, pero ese hombre lo miraba y se le hacia difícil pensar en otra cosa, y cuando le toco a el sacar un nombre, no respondió, su hermanito Al tuvo que sacarlo de su mundito para que regresara a este, algo avergonzado fue hasta el centro, antes de agarrar un nombre alzo la vista encontrándose sus miradas, la de el y la del coronel, inevitablemente se sonrojó, y saco rápidamente el papel, para distraerse en algo, pero y ¿si le tenia que dar algo al coronel?
No, que haría, ni sabría que regalarle. Dudosamente abrió el papelito el cual estaba doblado en cuatro, para su grandiosa suerte, el papel decía claramente “Alphonse Elric”, que alivio.
Ya todos con sus nombres, Mustang mandó a que se fueran a hacer otras cosas y que lo dejaran en paz, sonó algo agresivo, pero ya todos conocian como era Roy así que simplemente obedecieron, Maes le dejo el papelito en su escritorio, y se coloco el gorro navideño, largándose de ahí.
Ya tranquilo revisó ese “papel mágico” y… no era Edward el nombre que aparecía, si no “Maes Hughes”, suspiró, al menos no era muy difícil imaginar el regalo que le haría. Bien, ya tenia casi todo listo, los nombres, el regalo, y la carta, ahora tenia que esperar hasta la tarde del día siguiente, para que se entreguen los regalos, seria a la tarde, así ya a la noche pueden tranquilamente pasarla con quien quisieran.
Ya era 24 de diciembre, y en la casa de los Elric, la cual estaba decorada muy bonito, gracias a los toques especiales del pequeño Alphonse quien decoro con motivos de gatitos con sombreros navideños, muy gracioso cabe destacar. Bien adentro había un árbol mediano, el cual decoraron juntos, y que quedo muy bello, con una estrella en la punta de color dorada.
Alphonse estaba envolviendo su regalo el debía entregar a Roy Mustang, fue difícil pero encontró un folleto para piromaniacos y lo creyó conveniente para el coronel alquimista de la llama… era broma, no se fijen, lo que Al le preparo, fueron una galletitas con forma de una llamita, colocadas en una cajita en la cual dibujó el circulo de alquimia que utiliza el jefe de su hermano, le pareció divertido, y lo envolvió en un papel color azul con toques plateados, realmente se veía todo perfectamente hecho, además destaquemos que Al cocinando era muy bueno.
En tanto a Eward quien le debía regalar algo a su hermano, decidió darle una remera color negro, con unos dos gatitos ambos de color blando, y encima de ellos estaba grabado “ I love cats” y debajo de ellos decía “They are cute”, era gracioso si la mirabas de la forma en que Ed lo hacia, le pareció perfecto para su pequeño hermano a quien le conocían por la fascinación por aquellas criaturas. En fin, lo envolvió en un papel verde y rojo, nada original.
Como ya era la hora se marcharon al cuartel, Al estaba feliz ya que se sentía bien con el regalo preparado para el hombre sarcástico, llamado Roy, y Ed simplemente, como cada vez que iba, estaba nervioso. Es que ese dichoso coronel el dia anterior lo había estado mirado bastante, pero no de manera rara, simplemente lo miraba como “no tengo nada mejor que hacer así que te miro”, eso no era raro. No lo era ¿verdad?.
Todos estaban reunidos y tenían que llevar el regalo en una bolsita para que no se viera como estaba envuelto, si no te darías cuanta de quien fue antes de tiempo, se supone, habia que dejar una nota diciendo quien rayos era quien le daba el regalo.
Ya con todos los regalos el “director” de esto, el señor Maes Hughes les entrego el regalo a cada quien según decían las notas de cada uno. Para la sorpresa de Ed a él Hughes le entregó dos cosas: un regalo y una carta, ¿no era solo un regalo lo que debían darle? Pero daba igual leyó lo que decía en el sobre “para mi pequeño”, eso lo enojo un poco bastante... siempre debían fastidiarlo con eso.
Sin mas la abrió, leyendo y ¡valla! ¡Era una declaración de amor! Pero no estaba firmada, solo decía “si sabes quien soy, y me correspondes, ve a mi casa esta noche por favor”, ¿Quién le envió esto? A ver… su hermano no, ya que seria muy raro y además nunca le diría pequeño, pensó un rato “pequeño” “ven a mi casa” eso quería decir que ya conocía la casa, pero de los únicos que sabia donde vivían era de Hughes, lo miro, estaba mostrándolo un foto de su hija a la teniente, y de…Mustang…lo miro, estaba hablando con Havok, mejor dicho riendo, eso le molesto un poco, para luego sonrojarse al ser descubierto por Roy, quien giró su vista al sentirse observado, y ¿si Mustang sentia lo mismo que el? Su corazón empezó a latir mas rápido, talvez y solo talvez podía dejar de soñar eso, y se hicieran realidad sus fantasias…por que de todos modos Hughes casi nunca le molesto con su altura, y el único que le molestaba con eso aun en momentos especiales como estos, era definitivamente…el fastidioso pero siempre guapo Roy Mustang.
Ya en la noche el Coronel estaba comiendo esas deliciosas galletitas hechas por al, le agradecería en sobremanera, realmente eran deliciosas, mientras esperaba la llegada del rubio pequeño alquimista, si es que se daba cuenta, quien sabe talvez no siente lo mismo o ni se ha dado cuanta de quien es, en fin de todos modos lo esperaría no tenia nada mejor que hacer, además de comer la afamadas “galletitas fuego”. Espero y espero pero nada, hasta que ya después de las diez, alguien toco la puerta del coronel, curiosamente había perdido la esperanza de que su amor fuera, y creyó que talvez era su amigo, la abrió sin importancia, pero para su sorpresa era un muy cansado y algo empapado de nieve, al parece nevaba y ni cuenta se había dado, edward elric quien tenia las mejillas de un color ligeramente carmín haciendo ver realmente lindo a sus ojos.
- acero, vaya sorpresa – le dijo con si nada
- …coronel yo…- estaba a punto de decirle su razón de ir a verlo pero roy le hizo pasar para poder cerrar la puerta, pero se quedaron ahí no entraron mas.
- Que se te ofrece – lo miro totalmente tranquilo con una sonrisa en sus labios
- Yo… - estaba rojo por que ese hombre tiene que tener una sonrisa tan cautivante y esos ojos no ayudaban en nada, realmente preciosos de un color gris, que bonito, pero se dio cuenta de se quedo callado un tiempo contemplando al coronel y decidió retomar sus palabras, aunque algo nervioso prosiguió – coronel…usted…me… ¿me dejo esta carta? – le mostró el papel
- ¿Esta carta?…mmm…sabes algo…- se acerco a el y le susurro - …si…- edward sintió una sensación tan raramente linda al sentir la respiración del coronel, tenerlo cerca no le dejaba en sus cuatro sentidos…no esperen tiene cinco sentidos, el coronel le hacia perderse así que no sabia bien so tenia cuatro o cinco.
- Coronel…- fue callado, ya que roy posiciono un dedo un los labios del menor.
- Mira – señalo al techo, ¿Qué había? Pues una plantita, o un adorno, no lo veía bien el pequeño, hasta que se dio, era un muerdago, ohh vaya que tenia todo preparado. – ya sabes que hay que hacer…es la tradición…
Edward estaba rojo, pero sonrió tímidamente dejando que roy lo tomara por al cintura para acercarlo, y que luego colocara sus manos en su mejillas para acercar su labios, estaba en la nube nueve, podía sentir el rose de los labios de mustang, hasta que se unieron, cuantas sensaciones sintió, era indescriptible, sentía algo raro, pero fascinante, y además era la primera vez que besaba a alguien y se sentía genial hacerlo, en especial con alguien como el, quien besaba muy bien, eso labios sabían tan rico, pero roy rompió el beso. Ed lo miro, por que hizo eso si se sentía tan bien, el ojinegro tomo una mano del rubio y lo llevo al living, allí lo sentó en el sofá, y se sentó junto a el, para iniciar otro beso, y con una mano soltó el cabello de ed y acariciándolo, suave, era muy suave, en tanto a ed poso sus manos en las mejillas de roy para acercarlo mas, quería profundizar ese beso, roy entendió, y paso su lengua por la comisura d los labios de ed, pidiendo permiso, siendo concedido por el dueño de los labios, así roy con su lengua exploro detalladamente la boca ed hasta toparse con la lengua ed, empezando a batallar ambas por ver quien producía mas placer (XDD) un hilillo de saliva quedo entre ambas bocas cuando se separaron para mirarse, ambos se veían de un modo especial, elric beso la mejilla de roy, sonrojándose ambos, y en repuesta mustang empezó a besarlo en la frente, en la nariz, en la dos mejillas, en labora, y bajando a su cuello el cual deleito como su fuera comida, dando pequeños mordiscos en el mismo, ed así con los roses que le proporcionaba esta persona que para el era el amor de su vida, a quien amaba y deseaba tanto, soltaba algún gemido pero muy bajito, de todos modos roy podía oírlos, lo cual le incitaba a seguir besando esa superficie inexplorada, dejando a cada paso un pequeña marca que claramente decía “roy estuvo aquí, para de besar el cuello y fue a sus labios y los beso apasionadamente, el beso que recibió y profundizo el pequeño de la casa, estuvieron un rato así, recibiendo, sintiendo y amándose mutuamente, hasta que la “señora” respiración hizo acto de presencia, se tuvieron forzosamente que separar, se miraron, no necesitaban decirse nada, roy se acostó en el sofá y ed instintivamente y recostó también solo que encima de el, sintiendo el vaivén de la respiración de su amado, además de sentir palpitar su corazón, solo se quedaron así, mientras roy acariciaba la cabecita del niño, caricias que el rubio amaba sentir, nunca había experimentado algo parecido, su primera vez y definitivamente la mejor.
- coronel…lo amo…- fue lo único que dijo
- también te amo…mi pequeño… - y se quedaron callados sintiendo la presencia del otro.
Al fin nuestro amado coronel fuego entendió por que la gente se emocionaba con estas fechas, pasarlas con la gente que mas quieres es simplemente algo que te da felicidad, compartiéndola mutuamente, las personas necesitan de otras personas, estar con tus personas o persona amadas es absolutamente necesario, a veces no se cumple de estar con ella y otras si, lo importante es aprovechar cada momento con esa persona que hace que tu mundo se mueva…lastima que la personas solo se dan cuanta de ello en estas fechas del año…
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wooo espero q la pasen bien! ;)
ya saben tomen muchio alcohol xD
aprovechen!
reciban muchios roys!! (pa mi esos son regalos xD)
m largo