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¿Límites? No hay... por chibibeast

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Notas del capitulo:

¡Pidan un deseo! ¡He cumplido con mi palabra de actualizar sin que hayan transcurrido 24 horas! (?)


Una aclración: el color del cabllo de los chicos es real, Ruki y Reita lo tuvieron de colores brillantes en su momento.


La etiqueta que mencioné en el cap anterior es LIME.


Sólo eso. ¡A leer!

La oscuridad y silencio de la habitación les recibió. Un espacio de 5x5, sin muebles; apenas un televisor miniatura de 15 pulgadas, tal vez, un refrigerador pequeño, un estante reducido lleno de cuadernos/partituras, pósters de artistas famosos, una guitarra eléctrica y un bajo r13;conseguidos antes de desligarse de sus padresr13;, una mesa alta que era utilizada como un guardaropa r13;estratégicamente, dividida en tres con trozos de cartónr13; y la mesita de té. Una ventana tapada con cortinas roídas y un baño r13;inodoro, duchar13; era a lo que se referían como hogar.


Los futones estaban enrollados en un rincón, pertenecientes a: Akira Suzuki, Kouyou Takashima y Takanori Matsumoto. Debido a desafortunadas y, a la vez, afortunadas coincidencias terminaron viviendo juntos, siendo integrantes de la misma banda.


Entraron arrastrando los pies, casi cayendo al quitarse los zapatos. El bajista fue directo al baño, mientras, el guitarrista desenrollaba los futones; la verdad, es que lo que menos quería hacer era dormir, en su mente un plan se maquinaba.


Cuando el mayor regresó del baño, lo primero que divisó fue un trasero meneándose al ritmo de un tarareo; reconoció la canción tarareada, el trasero  y sus manos apretando los firmes glúteos escondidos debajo de la tela jeans. El pelinegro dio un respingo, el toque le tomó desprevenido, sin embargo, le permitió estar. Después de todo, no era la primera vez que Akira daba indicios de querer dominar su cuerpo y mente con el contacto piel a piel e ir más lejos… ni sería la última.


Eran amigos con derecho, hace un mes, aproximadamente. Aunque tenían año y medio de conocerse, mas, eso no les impedía traspasar los límites en búsqueda de placer mutuo, en vez de salir a la caza de desconocidos. Además, era mucho mejor que auto-complacerse.


Sobre los edredones ya extendidos en el piso, ambos se acomodaron… iniciando el acto carnal. El sexo borracho no era su favorito, estando algo despejado gracias al aire frío des exterior, podría disfrutarlo.


Akira elevó la zurda, enredó sus dedos entre los mechones azabaches, forzándolo a darse un profundo beso;  chocaban los labios, mordían, lamían… sus lenguas danzaban adentro de sus bocas, rozando el interior de la cavidad. Se sostenían fuertemente en un abrazo, sentían como si de llamas se tratase el ardor que corría por sus venas. Los dedos de Kouyou se deslizaron a través del cuello de la camisa del teñido, consiguiendo tocar la piel tibia; este jadeó, acarició desesperado el torso contrario.


El menor fue arrinconado sin escapatoria, debido al peso arriba suyo. Él abrió las piernas, permitiéndole colarse en medio y moverse, simulando la frotación de sus miembros, aun resguardados en las telas. El calor traspasaba los jeans, no podían detenerse, sus penes crecieron duros en cuestión de segundos.


Uno rompió el beso, recorrió corrió con la mirada desde la cabeza hasta el notorio bulto del otro, lamió su labio inferior ante la expectativa.


r13;Quítate el pantalón.r13; ordenó. Kouyou obedeció, de inmediato. Le ayudó a quitarlos junto al bóxer, arrojó la prenda a un lado; Akira se recortó, pegando sus pechos y estiró un brazo, buscando la loción que sabía permanecía tirada al pie de la mesita de té. Era algo que rara vez aplicaban, guardaban una apropiada lubricación, sólo que sus cerebros no procesaban bien. Un agarre helado, liso a la erección de Kouyou le hizo sacudirse en shock. Akira observó fijamente el pene de su amante, duro y la punta ligeramente húmeda de pre-semen.r13; Tan dispuesto a mí, podría verte de esta manera siempre.


r13; ¡Aki!r13; gimió. Contrayendo los muslos, cerrando los puños contra las sábanas a falta de un mejor lugar del cual sujetarse. Incapaz de detener los movimientos de su cadera al deslizarse en la empuñadura contraria, suaves quejido escapaban de su garganta; le encantaba la sensación de las callosidades de aquella palma alrededor de su virilidad.r13; Más…r13; rogó.


Asintiendo al pedido e ignorando la aflicción del azabache por alcanzar el clímax, dedos resbalosos descendieron hacia los testículos, terminando en la apertura de su trasero. Sin pedir permiso, un dedo ingresó fácilmente, a este le siguieron dos más, que el anillo de carne apresó. Kouyou se tocaba, acariciaba cuanto alcanzara, se masturbaba, a la vez que empujaba a favor de los dígitos, acompasados y descontrolados; embestía su propia diestra, percibía la entrada y salida de las falanges, su interior se contrajo ante el giro de muñeca inesperado, una presión profunda previa a la aceleración del vaivén.


Un alarido cortado se escuchó, una vez la próstata fue masajeada, aquel punto que, inevitablemente, le hacía estremecer. El bajista arremetía, doblando los dedos, golpeando el punto dulce repetidas veces. Mordidas y succiones fueron repartidas a lo largo del pálido cuello, dejando marcas rojizas de las que se preocuparían luego.


Le era difícil inspirar aire a sus pulmones, la temperatura acrecentaba, le quemaba y advertía el inminente orgasmo.  Akira se apoderó de los carnosos labios, un cambio de ángulo bastó para que en un gruñido, Kouyou, yaciera lánguido, agitado y retorciéndose debajo del otro cuerpo. Redujo la velocidad, justo cuando la palma y torso del azabache eran salpicados por la blanquecina espesura eyectada.


El sentimiento de disconformidad vino cunando el teñido de rosa salió de él, quedando vacío y siendo, absolutamente, consciente de cuán usado y expuesto estaba su culo; era una extraña sensación de alivio y decepción cuando el bajista puso distancia. Le vio levantarse, dirigirse r13;obvia, incomodidadr13; a la esquina donde guardaban los futones, regresó arrastrando el suyo, lo estiró en el aire, dejándolo caer al piso mal puesto… sin ceremonia alguna, se lanzó encima de este, cayendo en una posición que prometía despertarlo con un grave dolor de cuello.   


Kouyou suspiró fastidiado porque no tuvo oportunidad de continuar desahogando su lujuria, ya que si este rosadito r13;como le gustaba molestarlor13; cerraba los párpados estando ebrio, no había fuerza natural ni anti-natural que le disturbara. Dándose cuenta de la derrota r13;y satisfechor13; cubrió sus genitales, se acomodó en la calidez proporcionada por su cama y decidió dormir.


Pensándolo bien, había una erección todavía latente… no fue tocada ni liberada en ningún momento… Bah, ¿qué importaba? Tuvo una buena sesión de masturbación, ahorcada de ganzo, sacudida de bestia, cómo quieran decirle. Podía dormir tranquilo, una nueva ocasión se presentaría, le recompensaría el esfuerzo.

Notas finales:

La estiqueta iba a ser LEMON, pero me dio pereza xd

Aparte, hace meses me prometí a mí misma que no volvería escribir sexo... pues, no puedo confiar ni en mí, también me incumplo jajaja

Les dije que esto no era algo impresionante, igual espero que les halla gustado.

*inserte miles de corazones*


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