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Appassionata por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

 

Hola, espero disfruten mucho este capítulo.

 

 

 

Nocturno: composición breve para piano, de un único movimiento, de carácter tranquilo.

Me quede viendo películas toda la noche.  No podía dormir, y sin mucho menos pude ir a mi cama sin recordar a Solange. Y recordarlo me produce unas tremendas ganas de golpearlo. También me dan ganas de gritarle, porque no me ha llamado, no ha venido tampoco. ¿Cómo se supone que interprete eso? si todo eso no fuera más que una mentira ¿no haría hasta lo imposible por corregir ese error?  


—  Idiota—  ya ni sé si lo digo por Solange o por mí. Esto era una mala idea desde el comienzo, todo era demasiado bueno como para ser verdad.  Y como no, si todo era frases bonitas y salidas geniales.  Al menos muy pocos saben que salgo con él, y ni siquiera con él. Lydia sabe que salgo con Solange, Ishani y Joshua saben que salgo con un hombre. El teléfono suena, y lo miro, dispuesto a colgar la llamada, pero no es él quien me habla.


—  Elián, ¿hola?


—  ¿Qué quieres, Luka?


—  vaya, alguien se despertó de mal humor hoy—  despertar no es la llamada correcta si no he dormido mucho.


—  ¿Qué quieres?


—  hoy habrá teatro al aire libre…


—  no puedo ir.


—  oh... bueno… entonces te avisare para la próxima. ¿Te da problemas ese idiota?—  por su tono no es difícil imaginar que esta sonriendo.


—  Gracias—  cuelgo. No tengo porque aguantarle ahora, solo me pondrá de peor humor y terminare haciendo una tontería.  Suelo hacerlas cuando estoy muy nervioso o de mal humor, espero que no sea la única persona a la que le pasa.  Cuando termino de desayunar, llaman a la puerta. ¿Ahora qué? ¿Solange?  ¿Habrá venido? Si es así… yo… ¡En serio le voy a decir algunas cosas que debí decir hace mucho tiempo!  Si viene pensando que voy a dejar pasar eso, que mejor vaya a hablar con esa chica. Abro la puerta con brusquedad


—  Elián, traje tú…


—  ah, eres tú.


—  ¿qué rayos pasa con eso? ¿Así recibes a tus amigos?


—  ah, no…—  Lydia me mira, poniendo sus manos en la cintura.


—  traje tu chaqueta.  Pensé que  la querrías de regreso hoy, ¿tocaras de  nuevo?


—  si, Naomi me lo pidió…


—  ¿esto es lo que creo? ¡Elián!—  ella sonríe,  entrando y parándose frente a mí, me pica el cuello con un dedo—  ya veo que ayer no tenias frio precisamente.


—  ¡Lydia!—  ¡Me olvide de las marcas! Que idiota. Me cubro como puedo con mis manos, pero eso solo la hace reír más.


—  ya, ya… no creí que fuera de esa clase de chicos.


—  Solo cállate, y dame eso—  le quito el saco. Deseo ponérmelo y ocultarme como si fuera una tortuga. En lugar de eso, y solo para intentar mantener un poco de orgullo, camino al sofá y me siento como si no pasara nada.


—  ¿Mal humor?—   ¿ella también? No es para tanto—  ¿Cómo puedes estar de mal humor sí parece que la pasaste muy bien?


—  no la pase bien.


—  ¿no? espera, prefiero no saberlo. Aun estas saliendo con él chico que me gustaba. Debería haber alguna regla social que impida eso ¿no crees?


—  ¿De qué me estás hablando?—  ella hace como un “Ash” y se sienta a mi lado, casi acostándose de forma poco elegante y apropiada para la postura.


—  quisiera ir contigo a tocar, parece importante y eventos como esos te dan a conocer a gente importante. Tú ya conoces a Konrad, es injusto.


—  no pienso aceptar la oferta de Konrad.


—  ¿Qué? ¿Estás loco?


—  no pienso aceptar nada de esa persona—  si solo se ha estado burlando de mí no quiero saber nada más ni quiero nada que ver con su mundo.


—  entonces podrías hablarle de mí. Yo estoy dispuesta a tocar donde sea—  ¿es mi imaginación o esa frase lleva doble sentido?—  ¿Qué fue lo que te hizo Solange?


 —   creo que está saliendo con alguien más y solo se ha estado burlando de mí.


—  ¿de dónde sacaste eso? ¿Has estado leyendo novelas juveniles?  No creo que eso sea verdad, o sea…


—  cuando sales con alguien a quien no conoces eso pasa—  ella suspira.


—  si sales con personas que conoces sería muy incómodo y aburrido. ¿Ya has hablado con él?—  claro que no he hablado con él, ¡Ni siquiera ha podido venir a intentar explicar que está pasando con esa mujer!


—  ah, es complicado…—  no puedo decirle quien es Solange en realidad. Podría hacerlo,  y estaría en todo mi derecho después de enterarme de que él estuvo saliendo con dos personas. Genial. ¿Por qué tendría que decírselo? Nunca me importo quejarme de mis parejas sentimentales antes, no me queje de Darlene porque me dejo justo antes de un concierto importante porque ella pensaba que no le hacía bien estar conmigo. Ahora quiero quejarme de Rhys—  él no ha venido, ni ha llamado.


—  ¿no? vaya… ¿le hubieras contestado?


—  no.


—  quizá por eso—  o quizá esta realmente muy ocupado… en alguna comida con esa mujer, charlando y bebiendo vinos finos, riendo de alguna tontería, o quizá Rhys le esté recitando algún verso romántico de Shakespeare. ¿Cuándo fue la última vez que me hablo con algún dialogo de esas obras?—  vamos, de seguro tendrá una buena razón. No es por molestarte, pero eres un poco exagerado.


—  ¿exagerado?


—  sí, haces que todo sea mucho peor de lo que en realidad es—  ah, lo sé… lo sabía antes de que me lo dijera, solo cuando estaba con Solange me sentía mejor. Y él solo ¿se burló de mí? no, no creo que lo hiciera, Lydia tiene razón.  Ahora me arrepiento de haberle dicho que me dejara en paz. ¿Pero qué otra explicación tiene esa fotografía?  Ellos sin duda parecen cercanos, pero no se estaban besando, ni nada. Que fueran tomando del brazo no quiere decir que ellos estén saliendo ¿no? Lydia lo hace todo el tiempo conmigo. ¿Rhys se sentirá así cuando me ve así con ella?


Lydia se queda hasta que me tengo que ir, la dejo en la parada de autobús antes de seguir. Rhys todavía no me llama, y mi estado de ánimo está peor que un monitor cardiaco: a ratos me siento triste, ¿Por qué no me llama? ¿Por qué no ha ido? ¿Está saliendo con esa mujer? después me siento molesto justo por las mismas razones.  Y luego, triste otra vez.  Esto apesta.  Es horrible.


—  Ah, Elián, por aquí—  Naomi es la primera que me ve, quizá la única que me reconoce. No hay muchas personas aún por aquí, llegue temprano.


—  ¿Alguien más va a tocar?—  pregunto.  


—  ¿Qué piensas tocar?—  ¿Qué pienso tocar? ah… ¡Ni siquiera  pensé en que tocaría!   Estúpido Solange. ¿Por qué pasa de nuevo algo como eso justo cuando tengo un concierto importante?


—  no había pensado en nada en particular.


—  creo que la persona que tocara el piano esta junto al instrumento, puedes preguntarle qué va a tocar.


—  Claro—   dentro solo están los meseros, terminando de ordenar. No hay nadie en el piano como dijo Naomi. Ah, como sea, dejare que toque primero y luego tocare lo que quiera.  Me quedo sentado, detrás del piano, mirando el teléfono mientras el lugar se va llenando.  Algunas personas se acercan a saludarme y tengo que forzarme a sonreír. 


—  Elián, ve iniciando.


—  ¿Qué?


—  Hay un problema con la persona que toca el piano, así que todo está en tus manos—  genial. No tengo muchas ganas de lucirme demasiado, al menos no por ahora.  Toco las canciones que ya se me, las que podría tocar con los ojos cerrados.  Es un poco aburrido, pues siento que nadie me está poniendo atención.  No es una reunión para mostrar mi talento, ni siquiera sé que es esta reunión. Debí haber dicho que no. esto ni siquiera es un reto, ¿quizá pueda aprovechar para practicar las cosas difíciles?  Las difíciles que me dio él… arg.  ¿Cuándo se metió tanto en mi vida?


Estoy molesto de nuevo, y la música que produzco esta mostrándolo. Los tonos son altos, algo estridentes, pero no por eso estoy tocando mal.  Veo que Naomi se acerca otra vez, y cuando termino la canción, espero a que se acerque.


—  ¿ya puedo terminar?


—  sí, ella ya llego. Tendrás que esperar un poco para la paga, ¿Por qué no comes algo?—  solo quiero ir a casa. 


—  ¿Elián?


—  ah… hola, Darlene—  ¿ella es la que va a tocar ahora?  Vaya, no sé qué decirle. Ella me ve, parece incomoda. Este momento es incomodo.


—  ¿tú eras quien tocaba?


—  si…


—  Elián, vamos—  podría besar a Naomi justo ahora por salvarme de esta situación. Me despido solo con una sonrisa y sigo a Naomi.  Al menos podre irme a casa ya, lo cual siempre es bueno.  Me despido de algunas personas y por fin soy libre.


Alguien me sujeta del brazo cuando casi llego a la salida.


—  ¿Qué…? ¿Rhys? ¿Qué estás?


—  Shh. Ven—  abre una puerta y me hace entrar. Es otro salón, más pequeño que el primero.


—  ¿Qué estás haciendo aquí?—  acabo de revisar mi teléfono y no hay llamadas ni nada, esto es una sorpresa que me deja con la boca seca y el corazón acelerado.


—  estaba esperándote, necesitamos hablar.    


—  Rhys, yo…—  ¿debo disculparme primero por no escucharle o solo volver a preguntar? Y ¿Qué pasa si viene a decirme la verdad? ¿Qué no puede seguir saliendo conmigo?


—  lamento no haberte buscando antes, pero estaba ocupado y Tolya no me dejo libre hasta ahora.  Quise llamarte, pero pensé que sería más apropiado estar presente. Esa mujer con la que me viste… no pensé que fuera a pasar algo como eso, en serio.


—  ¿Qué hacías con ella?


—  me acompañaba a una comida con  productores y posibles inversionistas, yo siempre le pido que me acompañe…


—  ¿la conoces?


—  claro que sí. Ella es importante para mí…


—  ¿Importante?—  murmuro—  ¿entonces fue divertido burlarte de mí? Dime ¿a cuántas personas les contaste lo que hacías?


—  ¿Qué? ¡No, Elián!  Estas…—  pero que idiota—  espera, no te vayas.


—  Suéltame—  le quiero golpear, estrellarle mi violín en la cabeza. ¿Por qué tenía que hacer eso? ¿No le bastaba solo con dejarme en paz? ¿Por qué tenía que llegar tan lejos? pudo solo… él…


—  déjame terminar ¿quieres? Ella es…—  la puerta se abre, haciendo un ruido que se escucha muy fuerte.


—  ¿Rhys?—   la melena castaña de esa mujer es lo primero que veo. ¿En serio?


—  ahora no rose.


—  ¿Qué hace ella aquí?—   siseo. Ella sonríe y entra, quitándose los lentes de sol.


—  así que tu eres Elián—  sus ojos me recorren de pies a cabeza. Ah, ella sabe sobre mí, ¿hasta dónde llego esto? en serio que he sido muy estúpido. Le dirijo una mala mirada a los dos, aun intento soltarme de Rhys.  Esto se está volviendo doloroso, me duele demasiado, tanto que me dan ganas de llorar. Llorar de dolor, de humillación.


—  suéltame. Me largo.


—  espera un momento… ¡Elián!


—  si lo que querías era burlarte de mi hubiera bastado con que solo vinieras tu, no necesitabas traerla también. Ya tengo todo claro, no quiero escuchar más.


—  vaya, no habías dicho que era terco. Tenía tiempo queriendo conocerte, un… placer conocerte al fin—  me duele la quijada de la fuerza que hago para no contestarle con algo grosero.  ¿Por qué ella me está hablando? Como si quisiera oírle decir algo.


—  Elián, te presento a Roseline Leclair...     


—  no…


—  Rhys, no seas idiota. Elián, no necesitas estar celoso de mí, aunque no es culpa tuya si eso entendiste—  eso me hace detenerme unos momentos.


—  Elián, rose es mi hermana.


—  Tú… hermana…—  ¿hermana?—  pero... ustedes… ella…—  Rhys me sujeta del hombro cuando siento que me voy de lado. ¡Ellos ni siquiera tienen los mismos apellidos! Y en lo que leí de Rhys nunca se menciona a  una hermana. ¡Él tampoco menciono una hermana!—  ¡Idiota!—  le doy un empujón—  ¡Pudiste haber mencionado que tenias una hermana!—  Y no dejarme hacer todo este drama. Esto es lo más vergonzoso que me ha pasado jamás.    


—  Auch, si, lo siento…—  le sigo golpeando, aunque no tan fuerte como quisiera. Estoy tan aliviado que apenas tengo fuerzas para darle unos golpes en los brazos—  ay, ya, lo siento, de verdad, no pensé que fuera importante.


—  ¡Me dejaste pensar tonterías! Y… y…—  que vergüenza. Me cubro la cara con las manos—  eres un idiota desconsiderado.


—  Eso ya lo sabemos—  es ella. ¡Esto es tan vergonzoso! Me alegra mucho no haberle dicho nada a ella, o yo mismo me lanzo del piso más alto que encuentre ahora. ¿Cómo iba yo a saberlo?


—  ¡Ni siquiera tienen el mismo apellido!—  Rhys me toma la mas manos, me sonríe. Yo siento que mi cara se ha convertido en un hervidor de lo caliente que la siento.


—  decidí cambiarme el apellido por cuestiones de imagen. No te culpo por pensar que él y yo teníamos algo, aunque sea asqueroso pensarlo—  ella se estremece—  uso el apellido de soltera de mi madre. Aunque no entiendo porque mi hermano nunca te hablo de mi.


—   no se ha presentado oportunidad.


—  ¡¿No era importante decirme que tenias una hermana?!


—  no, eso no es… lo importante es que yo nunca me burle de ti, en ningún momento. Pensé que no me creerías si te lo decía yo, que ella lo dijera es más creíble—  ahora que los veo,  comienzo a ver que se parecen un poco.


—  ¿Por qué nunca han dicho que son hermanos?—  los dos se miran, como si no supieran la respuesta… oh, esperen, creo que ni ellos se lo habían preguntado antes. 


—  la verdad, no quiero admitir que mi hermana me hace la ropa.


—  nunca nos preguntaron por nuestra relación. Mis publicistas dicen que no es algo que se deba saber ahora.


—  Tolya opina lo mismo. A nosotros nos daba igual lo que se dijera de nosotros, no es la primera vez que sale una nota así sobre nosotros. Pero, si tu quieres podemos corregir eso mañana mismo.


—  ¿eh?


—  Aww, no sé qué problema tiene Tolya con él, a mi me parece bueno. Lástima que me perdí su concierto.     


—  Puedo tocar cuando quieras—  respondo, casi trabándome. Ella solo sonríe. Alguien hace ruido fuera de donde estamos. 


—  Será mejor que vayamos a otro lado—  cuando salimos, algunos meseros se nos quedan viendo raro. Rhys me obliga a caminar rápido, mientras Roseline nos sigue como si no hubiera pasado nada.


—  ¿Por qué no me dijiste que tenias una hermana?


—  lo siento, a veces olvido que no todos lo saben…


—  Quede como un tonto—  él ríe, bajando su mano para tomar la mía.


—  oigan, ustedes, aun tienen que llevarme—  llegamos al auto de Rhys. ¿Iremos juntos? ¿Y mi auto? Esta al otro lado de aquí.


—  mi auto…—  no sé si pueda ir con ella sin morir de vergüenza. Rhys me hace subir al auto, en el asiento delantero. Suspiro cuando cierra la puerta.


—  Rhys también puede ser terco cuando quiere—  ella cierra la puerta, acomodándose con gracia en el asiento trasero—  ah, veo que estas usando esa corbata. Yo la hice, Rhys me la pidió para alguien importante.


—  ¿puedes dejar de decir esas cosas? me avergüenzas.


—  No sería tu hermana si no lo hiciera—  le pongo poca atención a lo que dicen, dios, ¿esto pudo ser peor? Tengo la impresión que sí.  No vamos muy lejos  hasta que Rhys se detiene, y Roseline se mueve para abrir la puerta.


—  eh… disculpa, yo no… quería hablarte así cuando llegaste…


—  no, si querías, pero no te preocupes, entiendo. Yo también me pondría celosa si viera a mi novio con alguien como yo—  me guiña el ojo antes de bajar del auto y cerrar la puerta. El auto vuelve a avanzar y por fin me relajo, es un alivio que ella no me odie también. Él silencio comienza a incomodarme, pero no sé qué decir, y Rhys tampoco dice nada. No vamos por mi auto tampoco. Ah, su casa.


—  eh, mi auto quedo en…


—  ¿es verdad?


—  ¿Qué?


—  lo que dijo rose ¿estabas celoso?—  ¡Aaahh! Dios, no.  Me largo, no pienso… yo no quiero hablar sobre lo que paso—  Elián—  me alcanza y ni a la puerta llegue.


—  arg, está bien, si, estaba molesto porque pensé que estabas saliendo con ella. ¡Pero no es mi culpa! Si me hubieras dicho que tú hermana y tú salían y los confundían como pareja, yo no hubiera pensado…—  su boca ya no me deja hablar—  Rhys…


—  ¿me quieres? Porque si no lo hicieras no te hubieras molestado tanto con rose.


—  ¿qué preguntas?  Te quiero…—  balbuceo.


 


¿Cuándo llegamos a la cama? Jadeo cuando me muerde el labio. Solo tengo cabeza para notar que la cama es muy grande. Alzo las manos cuando siento que sus manos quieren quitarme la camisa. Me da escalofríos sentir sus toques. Sus labios besan los lugares donde creo que hizo marcas.


—  ¿Leíste lo que te envié?—  ah, eso… si, lo leí,  aunque me llevo muchísimo tiempo poder acabarlo. Y no porque me asuste el tema del sexo en sí, hacerlo con un hombre…


—  No estoy seguro de que… lugar… es algo… importante…—   maldición, déjame pensar. Su mano bajando por mi pecho hasta más y más abajo me deja sin pensamientos.


—  vamos a intentarlo—  ¿¡Ahora!? Ahogo mi voz con la mano, ¿Cómo puedo negarme si  su mano me está tocando? Arg, maldición.  Intento levantarme, colgándome de su cuello. Casi estoy encima de él, frotándonos. Me cuesta controlar mi propio cuerpo, parece que se mueve solo, buscando sentirse bien. 


—  hey…—  exclamo cuando caigo de espaldas, con él sobre mí. Él sonríe, y tengo una vista de él sin camisa, sus manos bajando sus pantalones… le deseo… deseo tenerlo solo para mí. Cuando se acerca a mi le abrazo, toco su cabello, recorro su espalda y me atrevo a llevar mi mano hasta su entrepierna, recordando lo bien que se siente cuando él me toca. Me siento tan caliente que hasta los besos me parecen obscenos—  ¡Rhys! — exclamo,  clavando mis dedos en su espalda cuando siento sus dedos tocar mi trasero.


—  Inténtalo al menos—  no… quiero… ah…. siento como si varias descargas eléctricas me sacudieran. Sus dedos se sienten fríos.


—  esto no… no me gusta… es incómodo… y ah…— ¡por favor! Esto es…extraño… a momentos se siente bien, realmente bien… ¿Cómo algo así se puede sentir tan bien y a la vez tan incomodo? Quiero que se detenga. No sé si pueda pedir algo así.


—  ¿Elián?


—  No lo sé…— mi voz... ¿esa es mi voz? Intento moverme, pero eso solo hace que sea más consciente de lo que Rhys está haciéndome. ¿Me pregunto algo?  Me besa y todo lo que pensaba se evapora. Su miembro roza mi pierna, su cadera presiona el mío, y luego su mano lo envuelve.


—  ¿Quieres que siga?— murmura, su aliento choca en mi oreja y me produce otra descarga de placer.  Un revoltijo de pensamientos incoherentes sobre lo que hare me viene a la cabeza. Por la forma en la que estoy, no me queda duda de que papel tendré ahora.  Siento un poco de miedo, que no llega a tomar forma debido al placer, a  los besos de Rhys sobre mi cuello, a su mano tocándome el pene, y sus dedos moviéndose dentro de mí… 


—… si…—  logro formar las palabras con mucho esfuerzo.


 


Caigo sobre la cama, jadeado. Rhys apenas me deja respirar un poco antes besarme otra vez. ¿Cuánto tiempo llevamos aquí? se siente tan caliente, todo está ardiendo… abro los ojos cuando ya no le siento. ¿Hace cuanto que no los abría? Creo que he tenido los ojos cerrados todo este tiempo.  Le veo cerca de la orilla de la cama. Ah ¿yo le hice esas marcas?


—  ¿estás cansado?


— No—  su mano sube de mi tobillo por la pierna hasta mi cadera. Me levanto para  alcanzarle, besarle y colgarme de su cuello.  Rhys me levanta, y termino sentado sobre sus piernas. Ya no siento pudor alguno y muevo mi cadera para frotar su miembro. Paso mis manos por su cabello, desordenándolo más si es posible. ¿Sirvió lo que leí? Ni idea.  De nuevo caigo sobre la cama, él sujeta mis piernas—  ¿Qué…?—  sus manos me acarician el cabello, mis mejillas.  No me siento cómodo así, intento soltarme pero su agarre se hace más fuerte. El se inclina, inmovilizándome. 


 ¿Sabía yo lo qué es amor? Ojos jurad que no. Porque nunca había visto una belleza así—  ¿eh? Noo, ¿Por qué ahora? la sangre se me sube a la cara, no puedo mirarlo. Él me besa las manos, que ahora uso para no verle.  Su miembro roza mi trasero, me pongo tenso…—  ¡Usted lo ama! ¡Su miedo, sus terrores, todo eso es amor, y del más apasionado!


—  Rhys, cállate. Es vergonzoso—  oigo su risa—  estás loco.


—  Estaba loco de amor... y por esa causa y también por otras muchas cosas, era capaz de todos los crímenes.


—  ¡Rhys!—  exclamo, justo en el mismo momento que un agudo dolor me hace gritar y retorcerme. Carajo, duele, y duele mucho. ¿Quién mierda dijo que no?—  basta… no… Rhys…—  maldición, duele.


—  Permaneció llorando sobre mí... Junto conmigo... Lloramos juntos... ¡Oh! Dios, infinitamente bueno, en ese instante me concediste toda la felicidad del mundo.


—  si no te callas juro que…—  me interrumpo para inhalar, el me besa—  juro que voy a matarte…


—  tranquilo, tranquilo. No ha sido tan malo.


—  ¿no tan malo? Dímelo cuando tengas un…—  se mueve, entrando mas, me hace gemir—  no…hagas eso…


—  ¿Esto?—  ¡Lo hizo de nuevo! Me cuesta respirar, pensar algo… solo puedo pensar en Rhys, en el doloroso placer de esto. Rhys me besa, me aparta el cabello de la frente, me acaricia el rostro. Le escucho comenzar a murmurar algo, no quiero escucharlo decir más de esas frases, así que le beso. Todo movimiento que hago me hace sentirlo, no me gusta del todo como se siente cuando no se mueve—  ¿aun te duele?


—  Claro que si—  gruño, él jadea, su voz está un poco temblorosa, parece que… oh… se está conteniendo. Arg, ¿Qué más da? Últimamente solo hago tonterías. Muevo un poco la pelvis, presionando hacia él. Los dos gemimos, él un poco más fuerte.  Rhys siempre está pensando en mí, preocupándose por cómo me siento, si me ha ido bien. Y yo no soy tan delicado como para no aguantar esto.  Le muerdo la oreja, eso parece gustarle, lo puedo sentir en mi trasero.  Las piernas se me entumecen y la cadera me comienza a doler también, no es el único malestar que tengo, Rhys no es el único que necesita placer. Él se mueve, su cuerpo frota al fin mi erección y siento un poco de alivio.


Pronto solo escucho mis propios jadeos y gemidos, los gemidos de Rhys, nuestras respiraciones y los intentos por decir algo. Los sonidos de nuestros cuerpos al chocar. Me siento mareado del placer, cientos de descargas me recorren el cuerpo, donde Rhys me toca.  A veces, mientras Rhys presiona contra mí, toca ese punto que casi me hace gritar y ver estrellas, retorcerme del más puro placer. 


—  Ya… no… voy…— me tenso, siento mis piernas engancharse con fuerza de él, y justo cuando toca de nuevo ese punto, termino,  suelto un gemido largo como un ronroneo. Las manos de Rhys se ponen a lado de mi cabeza, su cuerpo pegado al mío sin llegar a aplastarme. Él se mueve dos veces más, me besa y apoya la frente en la mía, con los ojos cerrados. El cabello le cae por el rostro y lo aparto con mis manos.  Le beso.


—  Elián…


—  Tengo sueño—  me siento tan cansado… el ríe, le siento acomodarse mejor, siento una molestia cuando saca su pene de mi trasero, sé que me quejo, pero ya me estoy durmiendo. Sé que levanta, no veo que hace.


— ¿Ya te has dormido?—  murmura en mi oreja. ¿Me dormí?  ¿Cuándo tiempo paso? murmuro un “no sé”, me abraza, y me cuesta mucho encontrar una posición cómoda con él en la cama. No se dormir con alguien más. Dios, como pesa mi cuerpo…—  vuelve a dormir—  me dice.  Suspiro, me gusta este aturdimiento después del sexo, nunca me había sentido tan relajado como ahora.  


Lo último que siento son los dedos  de Rhys trazando figuras en mi piel.


 

Notas finales:

 Lamento si se me fue algun error. 

Algunos misterios ya se resolvierón y bueno, un graaan paso en la historia. Ahora si que pidan para que no vuelvan a retroceder en el siguiente capítulo XD

Gracias por leer <3


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