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Appassionata por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

 

Hola, un poco tarde pero aun a tiempo. Gracias por leer, espero que les guste el capítulo de hoy.

 

Risoluto: Decidido.

 

 

No quiero despertar. Me siento tan cómodo, se que afuera de las cobijas hace frio.  Qué raro, yo no tengo aire acondicionado, ¿está lloviendo otra vez?  No puedo escuchar nada. Suspiro, sin moverme. ¿Qué es ese olor? Yo no uso ese perfume. También hay mucha luz ¿deje la luz encendida? Mi habitación no tiene tanta luz. Abro los ojos, e intento sentarme. No sé que me aterra mas, si no reconocer donde demonios estoy o el dolor que me devolvió a la cama apenas intente moverme.  ¿Dónde estoy?  Ahora que estoy más despierto y veo bien la habitación,  recuerdo donde estoy, mejor recuerdo como llegue.


Anoche estuve aquí con Rhys. 


Ayer me entente que tenía una hermana.


Ayer tuve sexo con Rhys.


¿Y dónde está Rhys?  Estoy solo en la cama, solo con una sabana encima.  ¿Se ha ido? Uf, solo espero que no haya entrado nadie más aquí mientras dormía.  Alcanzo a ver mi camisa en el suelo, ¿Dónde quedo lo demás? Debo vestirme antes de que regrese…


—  Tsk ¿es una broma?—  ¡No puedo moverme! Es molesto, parece que he corrido por horas y no puedo mover las piernas. Además, me duele la espalda, ¡Y el trasero! Por dios, anoche esto no se sentía tan mal. Juro que no.  Solo puedo moverme un poco hacia el borde de la cama, y más que moverme me arrastro sobre la cama. ¿Cómo voy a salir de aquí si no puedo ni pararme? ¡Quiero ir a casa! la puerta se abre, y él entra a la habitación. No me ve,  entra distraído. Yo me quedo congelado, a aunque deseo taparme como niño con la sabana hasta la cabeza. Sin duda lo haría si eso no implicara moverme.  Rhys me da la espalda, solo trae puesta la ropa interior… una ropa interior muy ajustada. Sigo sin considerarme homosexual, pero no puedo dejar de mirarle: Su espalda, las piernas,  y porque no, el trasero también.   Se da la vuelta tan rápido que no me da tiempo para mirar a otro lado, o a fingir que estaba durmiendo.


—   buenos días.


—  eh… si… yo…—   no puedo pensar cuando me sonríe así, casi desnudo y mirándome fijamente. Arg, quiero taparme con la cobija. No sé si él vio mis intenciones, pero camina hasta la cama y se sienta a mi lado. 


—  ¿no te has arrepentido?


— ¿Qué? ¡No!— le miro sorprendido. ¿Cómo se le ocurre eso? ¿En serio soy tan poco confiable?—  ok, un poco, pero solo porque no puedo moverme.


—  oh, claro, claro. ¿Quieres que te ayude? Iba al baño, podría…—  ¿otro baño juntos? Si, la verdad si quiero lavarme, pero…—  no puedes hacerlo tú solo.


—  Está bien—  es vergonzoso. Estoy desnudo, y no puedo moverme mucho. Rhys me ayuda, me es insoportable sentarme, así que me levanto a la primera, cargando con la sabana.  Si a Rhys le parece gracioso, no se ríe. 


—  ¿No prefieres que te lleve?—  ¿cargando? Ni loco. Le miro, frunciendo la frente.


—  tampoco es para tanto. Solo no me dejes caer—  no es tan molesto como esperaba, una vez que me quedo un rato de pie.


—  Tienes que dejar la sabana—  mi gemido de resignación le hace reír—  vamos, tampoco será la primera vez que te veo desnudo—  eso no lo hace menos vergonzoso. Ah, luego terminara recitando esos versos que hacen que todo sea más vergonzoso.


—  lo hare si prometes no recitar nada—  eso le borra la sonrisa. ¿¡Estaba pensando hacerlo de verdad!?  Ja, pues qué bien que se me ocurrió esto. Sonrió. El suspira y asiente.  Suelto la sabana, sin mirarlo. Si lo miro, querré salir corriendo y terminare haciendo alguna tontería, porque no puedo correr. Estoy temblando, estoy avergonzado por esta situación, de recordar lo que paso anoche, y de seguir aquí todavía, dando la cara.


Rhys me sostiene todo el tiempo, siento su brazo a mí alrededor.  Había esperado una tina y un baño enorme, pero en realidad es un baño normal, con una puerta corrediza de cristal. Me sostengo de ella mientras él mueve las llaves de agua y ajusta la temperatura.


—  ¿sabes? pensé que no te encontraría por la mañana.   


—  si hubiera despertado primero, posiblemente no estaría aquí. O me hubieras encontrado en la sala—  murmuro eso ultimo con pena. No hubiera podido llegar muy lejos como estoy ahora.


—  entonces me alegro que no despertaras primero. Debes descansar un rato, seguro estarás más cómodo después del baño—  me dice, pasando las manos por mi cabello.  Tocar su piel mojada me causa un escalofrió—  ¿tienes hambre?


—  no.


—  ¿duele mucho?


—  no mucho, pero siento las piernas como gelatina.


—  Sostente y cierra los ojos—  sus manos me enjabonan el cabello. El aroma su shampoo es lo que olí antes, en la cama.


—  puedo hacerlo solo ¿sabes?— resoplo cuando hablo para no tragar jabón. Le oigo reír, sus manos me limpian el shampoo de la cara y luego me besa. Corresponder a sus besos ya no me acompleja.


—  lo sé.


 —  Déjame enjabonarme—   eso puedo hacerlo todavía… hasta que tengo que bajar a mis piernas. No puedo inclinarme. Cuando volteo a mirar a Rhys, él ya está sonriendo extendiendo su mano para que le pase todo.


—  ¿en qué piensas?


—  en… nada—  admito.


—  Umm…—  retengo el aire cuando se agacha y su mano toca mi pierna—  estas muy… tranquilo. Pensé que estarías a punto de sufrir un colapso nervioso, o un ataque de pánico.


—  muy gracioso. Soy un adulto, se lo que hago—  o creo saberlo—   e-estamos saliendo ¿no? hacer estas cosas es normal—  ojala mi voz no hubiera temblado. Estoy un poco nervioso, así que no siento que se ha detenido.


—  ¿eso piensas? 


—  sí. ¿Puedes apresurarte?—  sé que no he sido de lo mejor con él,  y que quizá no le he dado muchos motivos para pensar que estoy poniendo de mi parte.  


—  ¿no estás molesto ni asustado porque lo hicimos?


—  No—  él me mira, aun agachado. Es una posición vergonzosa, pero me olvido de eso cuando le veo sonreírme. Una sonrisa… tan feliz. ¿En serio yo le hago tan feliz? ¿Esa sonrisa tan radiante es por mí?—  me… me estoy cansando.


—  ah, sí. Lo siento—  dice, y sigue enjabonándome.  La botella del shampoo está frente a mí, la alcanzo y vacío un poco en su cabello—  ¿Elián?


—  Cierra los ojos, y levántate—  me he repetido muchas veces que no soy un chiquillo, que no quiero que me trate como una mujer. Estar con Rhys me hace feliz, me gusta verle sonreír como me ha sonreído por una cosa tan pequeña como decirle que  estaba bien tener sexo…—  ¿siempre has tenido el cabello así?


—  a veces un poco más largo, curiosamente es perfecto para todos los papeles. Lo puedo dejar despeinado, o peinarlo y el personaje cambia mucho—   me ha obedecido, tengo que alzar las manos para terminar de enjabonarle. Nuestras caras están tan cerca que le beso. Sus manos me rodean la cintura.


—  No podemos hacerlo aquí—  murmuro.


—  Si podemos,  pero tú no puedes hacerlo ahora sin lastimarte—   me suelta y pasa sus manos por su cabello, quitando los restos de espuma.


—… ¿eso no te molesta?—  joder que hasta yo se que esta es una buena oportunidad. 


—  no exactamente, estoy pensando en las veces que si podremos hacerlo.


— pervertido. Dame una toalla ya y ayúdame a secarme—  Rhys se enjabona antes de cerrar las llaves y jalar las toallas. Me siento mucho mejor cuando puedo cubrirme. Me logro mantener derecho, sin tambalearme mientras Rhys se seca y yo, bueno, al menos lo intento. Logro secarme un poco antes de que Rhys me quite la toalla. Él ha sujetado la suya en la cintura,  me siento un poco más confiado.


—  te prestare algo de ropa, creo que te quedara más o menos bien. ¿Seguro que no quieres que te lleve? Podrías caer.


—  Creo que puedo hacerlo—  aun así me voy sujetado de Rhys hasta la habitación.  La camisa que me da me queda bien, pero los pantalones me quedan un poco grandes. Me dejo caer con cuidado en la cama, suspirando. Esto está siendo muy molesto. Solo me siento cómodo estando acostado.


—  no será así siempre.


—  ¿Umm?—  Rhys se  recuesta a mi lado—  ¿Qué quieres decir?


—  que no siempre será tan incomodo, las primeras veces lo son, pero cuando te acostumbras…


—  ¿Habías hecho esto antes?


—  Por supuesto—  ¡¿Ehh!? ¿Lo hizo? ¿Con quién? ¿Qué rayos está diciendo?—  ¿Elián?


—  tengo hambre.


—  ah, iré a preparar algo—  vamos, eso paso hace tiempo ¿no? es normal que haya tenido más parejas en el tiempo que no nos conocimos. Yo también las tuve. Es normal, es normal y no debe molestarme eso.  ¿Por qué me importaría con quien más salió Rhys?  Ah, aunque no puedo imaginar la clase de personas con las que salió. Basta, lo mejor es no pensar en eso. Enciendo la televisión, pero no hay nada que me guste. Cambio los canales hasta encontrar el canal de música clásica y me quedo escuchando con los ojos cerrado. ¿Dónde deje mi violín?


Rhys tenía razón, me siento mucho mejor después del baño. Suspiro, notando que las sabanas de la cama son nuevas ¿Cuándo las cambio?  Bah, no importa. Me relajo escuchando a Mozart. Casi puedo imaginarme tocando.  No creo que Rhys se tarde mucho. Es muy sorprenderte que todo siga igual, los mismos canales aburridos, la gente ocupada en sus propios asuntos, y el mundo sigue igual aunque haya tenido sexo con un hombre. No es tan malo, esto sería como cuando tienes miedo de ir con el dentista, o subir a alguna atracción en la feria que parece peligrosa: asusta al inicio,  porque no sabes que es lo que pasara, pero una vez que lo experimentas, resulta que no es para nada como habías pensado. Incluso parece tonto haberse preocupado tanto por eso.  Así logro entender mejor a esos dos chicos, así cualquiera podría...


—  ¿umm?


—  ¿te dormiste? Traje algo—  bostezo. La habitación huele a comida.


—  ¿Qué hora es?—  me siento, intentando no hacer muchos gestos de dolor. Rhys me pasa un plato con un omelette.


—  casi las diez de la mañana.


—  ¿no tienes que hacer algo?


—  ¿Jugo o café?—  señalo el jugo—  hasta la tarde, solo la función de hoy. ¿Y tú?


—   no, estoy de vacaciones, hasta dentro de dos semanas inicia el curso, y creo que no tengo conciertos, al menos no de Naomi. Mis padres no me han hecho uno desde que decidí seguir con el teatro al aire libre.


—  oh… ¿quieres que te organice un concierto? Tu solo.


—  no. Así está bien—  no creo poder hacer un concierto justo ahora—  quiero quedarme en cama.


—  Eso es fácil de hacer—   término de comer primero,  vaya que tenía hambre.  Cuando termino me vuelvo a recostar en la cama. ¿A alguien le importara que no haya llegado a mi casa? no creo que nadie esté pensando en mi.


—  ¿Dónde está mi violín?


—  En la sala… tu teléfono ha estado sonando—  me lo extiende.  Llamadas,  de mi madre, de Naomi y en su mayoría de Luka, además de un par de mensajes de Lydia.  


—  Luka ha estado llamando— murmuro—  de seguro quiere saber si iré hoy a la obra.


—  ¿Iras?


—  supongo que no. le diré que mañana.


—  Entonces iré también mañana—  me besa la mejilla. Ah, supongo que puedo ser un poco egoísta hoy ¿no? me abrazo a él.


Pasamos el día juntos, acostados en la cama viendo televisión o hablando a ratos, después de la comida llega esa persona, le escuchamos llamar a Rhys. El suspira, y se levanta. Yo bostezo, debería intentar levantarme, ahora que estoy solo comienzo a cansarme de la cama.  Odio admitir que Rhys tenía razón, aun resiento estar parado, pero ya puedo hacerlo solo, incluso caminar.


—  Rhys, debo volver a mi casa


—  ¿tan pronto? ¿Quieres que te lleve?


—  quisiera ir por mi auto. Lo deje en el lugar del concierto de ayer.


—  ah, si… ¿puedes llevarnos? Iremos por su auto y luego pasaremos a dejarlo—  no es una petición, porque ya ha tomado mi violín y  me hace señas para que le siga.  Paso por su lado sin mirarlo, y en todo el camino Rhys va hablando conmigo. 


—  ah, Rhys… sobre tu hermana, no necesitan decirlo a todos. Está bien.


—  ¿No vas a molestarte cuando lo digan de nuevo?—  niego con la cabeza—  ¿y con alguien más?


—  ¿saldrás con alguien más?


—  a veces salen rumores de que salgo con la protagonista de la obra en la que estoy. O que tenemos algún amorío—  ah, vaya. Así que estas cosas son las que habrá comúnmente. No puedo estar molestándome cada que Rhys sea visto con alguien y comiencen los rumores.


—  está bien.


—  ¿seguro?


—  Si—  Rhys me acompaña en mi auto hasta mi casa, el tema de sus posibles amoríos queda olvidado de la conversación.  Ah, aunque dije que no me molestaría pienso no podre aguantarme mucho cuando vea algo así, y terminare causando problemas entre nosotros. Conocerte bien a veces apesta.


¿Qué puedo hacer para evitarlo? Algo que me haga más confiable, que no me haga decir alguna tontería y hacer que Rhys termine por dejarme o yo le deje en medio de un berrinche. Si eso pasa, todo terminara. Ja, es curioso, primero no quería que comenzara nada,  y ahora no quiero que termine. No soy tonto ni mucho menos irracional, no cuando todo está a favor de algo, y ya no puedo negar que no siento nada por Solange, o Rhys. Quizá le quiero desde hace mucho más de lo que me gustaría admitir.   ¿Por qué es tan difícil aceptar que le gustas a un hombre? Si yo hubiera tenido un poco mas de objetividad… si no fuera tan inseguro… ¿Qué podría hacer? Necesito mejorar eso…


 


Se me ocurre algo hasta la siguiente tarde, cuando estoy tocando en central park antes de que inicie la obra. Todavía no llegan todos, y me quedo viendo como pasea la gente más allá de donde estamos, mirándonos en ocasiones. Ah, sí, pienso que es una buena idea. Me sorprende lo alegre que me pone la idea, porque incluso estoy tocando una de esas canciones difíciles como si nada. La gente comienza a acercarse y Solange ni siquiera está aquí.


—  está muy sonriente hoy ¿debería preocuparme?—  su mano se apoya en mí, un toque que parece causal pero yo lo siento mucho mas intimo.


—  no.


—  ¿Qué paso?


—  Estaba pensando, y decidí decirle a todos, sobre nosotros… si tu quieres, claro—  añado al darme cuenta de que no le había considerado en mis planes.


—  ¿Qué?—  rayos, debí preguntarle primero. Bajo el violín y le miro. Es molesto, muy molesto no verle el rostro. Me gusta ver su mirada cuando está feliz.


—  ¿no? pensé que era una buena idea. Si prefieres que…


—  ¿es en serio? ¿No es una broma?


—  ¿Por qué iba a bromear con algo así? Incluso…—  ¿nadie nos escucha? Parece que no—  pensé en decírselo a mis padres. ¡Pero aun no estoy seguro! Pensé que decirlo primero a alguien más me ayudaría a hacerlo más fácil para mí, porque en algún momento le tendré que decir a mis padres…—  él me presento a su hermana, aunque no es igual y dudo mucho que mis padres estén contentos con esta decisión.


—  Elián…


—  eso había pensado, pero… lamento no haberte tomando en cuenta. Pensé que te gustaría.


—  mierda ¿Por qué no les dices ahora y así puedo besarte? ¿Por qué tienes que ser tan irresistible cuando no puedo hacer nada?


—  Suerte para la próxima—  sonrió y vuelvo a tocar. Claro, pensarlo es fácil, pero conforme va pasando la obra, me voy poniendo nervioso, muy nervioso. Me he equivocado más veces de las que pude contar, me cuesta respirar y tengo que limpiar mis manos cada poco tiempo porque me sudan.


—  ¿Estás bien?—  Moira es la primera que se me acerca cuando terminamos—  pareces enfermo.


—  Me hacía falta tomar un poco de aire…—   no creo que pueda hacerlo, debería dejarlo para otro día. Ah, pero todos están aquí, si espero, quizá después no estén todos…y… ¡No! Debo dejar de poner pretextos. Lo que sí sé que no podré hacer es reunirlos a todos ¿Qué diré? ¡No puedo pedirles que se reúnan!   


No tengo que decir nada,  todos están ahí, hablando sobre algo que no logro entender. ¿Están hablando de la siguiente obra?


—  Elián ¿tienes algo que decir?


—  ¿eh? No—  Luka me sonríe, ¿acaso sabe lo que yo…?—  ah, bien… no es sobre la obra, pero… solo quiero decirles que…—  ¡No puedo seguir! Todos me están mirando, ¡yo nunca había tenido pánico escénico! Rhys me hace una seña, al otro lado de los demás. No entiendo que me quiere decir, y sé que debo estar mirándole con pavor. Ah, vamos solo debo decirlo—  Rh… Solange y yo estamos saliendo—  digo, justo cuando nadie dice nada, y nadie sigue sin decir nada. No debí hacerlo, ¿Por qué no espere? O solo me lo hubiera quedado en secreto.  


—  sí, bueno ¿entonces seguimos con Romeo y Julieta o intentamos la que trajo Evania?—  dice Luka.


—  Luka, ¿puedes esperar? ¿No estás viendo que el chico esta aterrado?—  ah, me quiero sentar, siento la cara caliente.


—  sí, lo note, gracias Dante. Pero alguien tenía que decir algo—  como si Luka no lo supiera ya.  Miro al suelo, y respiro profundo. Todo está bien,  supongo que la gente se sorprenderá si les digo que estoy saliendo con alguien a quien supuestamente no conozco.


—  ¿Eso es verdad?—  Tabita me mira y luego a Solange.


—  Sí, llevamos unas semanas saliendo—  Tabita ¿ella no estará interesada en Solange? Se puso muy triste cuando se marcho ¿habrá algo más oculto detrás de esa tristeza?


—  ¿A quién le importa lo que hagan?—  Bastian es el único que parece aburrido de todo.


—  Bastian—  Evania le da un golpecito en el brazo—  podemos decidir otro día la obra. Está oscureciendo pronto, y posiblemente llueva—  y con esas palabras, todos se ponen a recoger como si no hubiera pasado nada. Y para ser exactos, no paso nada. Creo que exagero demasiado con esto… como siempre.


—  ¿Estas mejor?—  Rhys se inclina a mi lado.


—  sí, solo… creo que solo es la primera impresión de decirlo a muchas personas. Yo… le había dicho a Lydia que salíamos antes. También Joshua lo sabe.


—  ¿se los habías dicho?


—  Joshua nos vio besándonos y Lydia quería salir contigo—  me encojo de hombros. No ha sido nada fácil y es más agotador el alivio que siento después de ver que en realidad al único que le importa eso es a mí. — Iré a ayudar a recoger—  le sonrió y voy hacia donde están guardando la ropa.


— Elián.


—  ¿Necesitas ayuda?—  Evania ya se ha cambiado la ropa, y está arreglando de nuevo su cabello.


—  no, solo… espero que no pienses que son groseros. Bastian puede serlo a veces, pero nadie piensa que este mal que ustedes salgan.


—  ah…


— me alegro mucho por Solange, ¿Sabes? Le conozco desde hace tiempo y le tengo mucho cariño, es una persona muy especial e increíble, merece una persona que le quiera. Eres muy afortunado de salir con él—  ¿Acaso es una clase de amenaza? No parece una, pero es como si me dijera que será culpa mía si algo sale mal.


—  entiendo.


—  tú también pareces una buena persona, y Solange estuvo muy feliz desde que te trajo.


—  En retrospectiva es un poco obvio—  Dice Sergio, y yo pego un brinco de la sorpresa ¿Cuándo llego aquí? ¿Y qué tanto ha escuchado?—  aunque si terminan mal será incomodo. No eras gay ¿o sí?


—  No.


— lo supuse. Bueno, ¿entonces no es ningún mafioso o ex presidario? ¿Tiene el rostro deformado?


—  Sergio—  me pongo a reír. Era de esperar que ellos se rían  de algo así como una familia y que se preocupen por ellos mismos. No, me equivoco, también se preocupan por mí, también soy parte de ellos ahora.


—  ¿acaso no tienes esa duda? Apuesto a que Elián ya lo sabe.


—  ¿Lo sabes? ¿Cómo es? ¿Le has visto sin mascarse?—  Moira llega también, recargándose en mi.


—  ¡claro que le ha visto sin mascara!  ¿Te imaginas una cita tal y como están ahora? no podrían entrar a ningún lado, ya ven raro a Solange cuando vamos a la tienda.


—  Elián—  los dos me miran, me limpio las lágrimas de la risa.


—  sí, le visto sin la máscara—  no tiene caso mentir, así que decir la verdad me ahorrara muchos dolores de cabeza al mentir con algo—  pero no les diré.


—  ¡Elián!—  ahora Evania es la se pone a reír. Sergio y Moira me miran, un poco molestos y decepcionados.


—  lo siento, hice una promesa—  no exactamente, pero es divertido. Cierro la maleta en la que estuve metiendo toda la ropa.   


—  Elián, vamos.


—  Nos vemos mañana—  me despido, caminando hasta Rhys, quien ya trae mi violín.


—  Parecían muy alegres por ahí—  me dice, tomando mi mano. Respiro profundo y reprimo mis ganas de soltarme.


—  Me preguntaban si era verdad que eras un mafioso, o si tenías el rostro deforme—   el recuerdo me hace sonreír. Rhys también ríe.


—  bueno, quizá algún día les diga. 


—  ¿vamos a mi casa?


—  ¿A la tuya?—  mi casa está más cerca, además ¿no tiene que ir a trabajar?


—  hay algo que quiero mostrarte—  me sorprende cuando se detiene en la calle al lado de un auto, su auto.


—  hey, déjame conducir. Serás muy bueno recitando todas esas frases cursis, pero no eres muy bueno manejando.


—  No lo hago tan mal, siempre he tenido a alguien que conduzca, pero puedo…—  extiendo mi mano para que me las llaves. El refunfuña algo, por la máscara no puedo escucharlo, pero deja caer las llaves en mi mano.


—  ¿Sabes?—  le digo, cuando ya hemos subido al auto y estoy por incorporarme al tráfico—  me he decido.


—  ¿Sobre qué?—  por fin puedo mirar su rostro, con el cabello alborotado.


—  le dire a mis padres. Sobre nosotros—  Evania tiene razón, Rhys es increíble, sin duda es alguien con quien cualquiera querría salir, tanto que en serio parece sacado de esas obras antiguas y románticas que tanto le gustan. Es alguien de quien puedes sentirte orgulloso, todos hablan maravillas de él a pesar de que es un poco tonto. Eso debería ser suficiente para cualquiera.

Notas finales:

 

Gracias por leer, nos leemos la próxima semana


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