Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Appassionata por Silence Tsepesh de Lenfet

[Reviews - 61]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

Hola, ya estamos en el penultimo capítulo de esta historia. Espero lo disfruten.

No puedo moverme, y por unos momentos eso casi me hace entrar en pánico, hasta que abro los ojos y me doy cuenta de que Rhys está casi aplastándome y por eso no puedo moverme.  Sonrió, y le acaricio el cabello.


— Rhys… me estas aplastando— le muevo un poco, pero no se mueve— Rhys…— no me siento tan bien como hacer más esfuerzo.


— ahora no.


— ¿ah? Vamos, despierta. O al menos muévete— le empujo, y esta vez funciona, su cuerpo termina en la cama y no sobre mí. Me estiro con cuidado, sintiendo el alivio de no tener su peso encima. Rhys está aquí, él me recuerda… no puedo dejar de sonreír mientras le veo dormir.  Justo por que le estoy viendo, noto los moretones en su cuerpo. En el brazo que veo y parte de su pecho, manchones oscuros resaltando en su piel. Sin contar los raspones que tiene también.  


— ¿pasa algo? Me estas mirando muy fijamente.


— hey…— se me congela la sangre. ¡¿Cuándo despertó?! Pasado el susto, la sangre se me va a la cara.


— ¿Haces eso siempre?— me sonríe, estira la mano y me acaricia la mejilla— buenos días.


— b-buenos días. ¿Estás bien? tus heridas… no debimos… quizá nos dejamos llevar.


— estoy bien. Te aseguro que luce peor de lo que se ve— bosteza— aunque me duele la cabeza, creo que jalaste muy fuerte mi cabello anoche— me dan ganas de golpearle por su poco cuidado a sí mismo— tranquilo, no es peor a que me atropelle un auto.


— no juegues con eso. Pude haberte lastimado.


— Era un lindo riesgo— le entrecierro los ojos, él se estira para besarme— te vez lindo molesto por la mañana.


— oh, cállate. Entonces, ¿puedes recordar?


— umm… no todo. No recuerdo como nos conocimos, pero tengo algunos recuerdos de cuando estaba siguiéndote por todos lados. Recuerdo un concierto también, y cuando lo hicimos también.


— ¿tenías que recordar eso?


— fue lo primero que recordé, lo demás vino mientras venia hacia acá. Si, también recordé donde quedaba tu casa. Vine una vez,  siguiéndote sin que te dieras cuenta.  


— ¿Me seguiste?— intento sonar molesto, pero estoy demasiado feliz. Y un poco avergonzado.


— sí,  quería disculparme y no sabía si volverías… admito que ahora parece un poco malo. Ah, ahora que se lo que había olvidado me siento muy aliviado.


— en serio… lamento lo que paso, si no te hubiera mencionado…


— ya te dije que no importa. No recuerdo aun lo que paso, pero sin duda yo quería estar ahí. No me has dicho como fue.


— mal, aunque no me sorprende. Mis padres no me han hablado desde entonces, pero no me importa, estaba preocupado por ti.


— ah, lamento no haber estado ahí. En serio solo a mí me pasa que me atropellan el día que quiero estar contigo— le doy un manotazo.


— no digas esas cosas. No pase por todo eso para que mueras tan pronto— Rhys sonríe, después de mirarle mal unos momentos me rindo y me pego a él— de seguro tu hermana y Tolya deben estar preocupados también.  


— Deje una nota— responde. Me siento un poco malvado al sentirme bien imaginando a Tolya en la casa vacía preguntándose donde esta Rhys. Aunque ese sentimiento dura poco, pues sé que ya debe saber dónde vivo, y podría venir aquí en cualquier momento— tengo hambre…


— si me soltaras podría ir a preparar algo. 


— no quiero. Comamos aquí—  no se sí pueda moverme muy bien hoy después de lo de anoche.


— tengo una mejor idea, ¿Por qué no vas tú a hacer el desayuno mientras te espero aquí?


— pero si estoy convaleciente.


— no estás convaleciente. Y es tu culpa que me duela la espada— y más aún— así que…— él arruga  la nariz, pero pasa por encima de mí y se levanta.


— Pero hare algo rápido— me dice. Yo me rio, tapándome con la cobija al sentir la falta de su calor. Rhys regresa pronto, con un par de sándwiches y jugo de naranja— tienes muy pocas cosas para hacer un desayuno romántico.


— bueno, vivo solo ¿Qué esperabas?


— flores y tarjetas de amor— se me escapa una risa, que no dura mucho cuando me siento. No duele como la vez anterior, pero sigue doliendo. Creo que incluso puedo pararme.  Se sienta a mi lado, y me extiende el sándwich, pero cuando intento tomarlo lo alza. Al segundo intento, entiendo lo que quiere. Miro a un lado mientras le doy una mordida, él aun sujetándolo— ¿Qué tal?


— bueno.


— Me alegra— está de buen humor. Yo también lo estoy— ah, Elián ¿tus padres te echaron de la casa? ¿Por qué vas a mudarte?


— no me echaron, no directamente. Mi padre dijo que debía encontrar con que vivir de ahora en adelante. No sé si se le ocurra sacarme de aquí o dejar de pagar la mensualidad, así que decidí mudarme. También tengo que pagar las clases.


— ah, ¿y tú auto?


— también es regalo de mis padres. No quiero… tener nada que ver con ellos ahora.


— entiendo.  Lamento no haber ido. ¿Y dónde vive ese chico? Con el que hablabas ayer.


— a dos puertas de aquí. Es la mejor opción, porque los departamentos son caros en esta zona, y si no tendré auto tampoco— me sorprende lo mucho que he pensado en ello. Claro, si pensaba en eso para no sentirme culpable por lo de Rhys, entonces es muy obvio. Rhys muerde su sándwich, mira a la nada como si estuviera pensando algo importante.


— no es buena idea que te mudes con él. Ya no podría visitarte cómodamente si tienes un compañero de habitación— ah, no había pensado en eso. Pero… no tengo a donde más mudarme. Los lugares económicos están lejos y no hay transporte que deje cerca de donde están, tendría que usar taxis o caminar mucho para llegar a la parada— tengo una idea mejor.


— no voy a dejar que me compres un departamento. Ni un auto— añado al ver que va abrir la boca. Me mira, frunciendo el ceño y sonriendo.


— no pensaba en comprarte un departamento.


— ni una casa


— ni una casa. Tampoco un auto. Pensaba más bien en que te mudaras conmigo— me sonríe, sus ojos brillosos, es como un niño al que le han dicho que irá a Disneyland. Es… espera… ¿acaso hablo sobre mudarnos?


— Mudarnos…. ¿juntos?— balbuceo. Vivir con Rhys… puedo ver en mi cabeza una reproducción rápida de como seria eso. Me marea tanto que apoyo la mano en la cama debido a la sensación de que estoy cayendo.


— bueno, eso significan las palabras “Mudarte conmigo” aunque claro, es solo si tú quieres, no te tienes que sentir obligado a nada solo porque lo dije ¿bien? ni porque sientas que me debes algo. Solo… si tú quieres—  Le miro.  La idea… me gusta. Pero también han saltado en mi cabeza las mismas preguntas de siempre. ¿Y si no funciona? ¿Qué pasa si Rhys se cansa de mí? No tendría nada de nuevo— ¿Elián?


— ¿y si encuentras a alguien más? ¿Si terminamos? Yo no tendría a donde ir… si peleamos o algo… yo no tengo nada. Seria tu casa, ¿A dónde iré  si me terminas? Me molestare mucho si luego quieres darme una casa. Te gritare y me iré sin aceptar nada de ti y luego…


— Elián, Elián…— sus manos me sujetan para que le mire fijamente— ¿Me quieres?


— sí.


— ¿quieres mudarte conmigo? ¿Quieres que vivamos juntos?


—… Sí— me besa.


— yo también te quiero, y me gustaría vivir contigo. No tenemos que dormir en la misma habitación si no quieres, te daré tu espacio.


— De todos modos tienes la agenda llena— él sonríe.


— Entonces seré muy feliz de poder verte cuando llegue a casa— ah…vivir juntos… mudarme con una persona con la que tengo poco saliendo. Si no fueran condiciones extremas no lo haría. Pero confió en Rhys— si te hace sentir más cómodo, puedes pagarte un departamento cuando tengas algo de dinero.


— ¿ah?


— Solo es una opción— me dice, y sonríe. Supongo que está bien, hacer esto o lo que sea… no pienso que este mal. Y bueno, es la mejor opción que tengo— te dejare pagar la comida si eso te hace sentir mejor. O ¿Por qué no pagas tu lo que gastemos en nuestras citas?  La verdad es que tengo empleados que hacen el aseo y surten la despensa.


— Ah… eso será nuevo— suspiro, quitándole lo que queda de mi sándwich. No será tan malo, espero que no sea… no, me estoy equivocando, no será malo. No tiene porque ser malo.  Así que… vivir con Rhys ¿eh?


 


 


— ¿Estás seguro de esto?— suspiro, mirando la casa de mis padres. Rhys está sentado en el otro asiento del auto.


— sí.


— Podrías quedarte con él, fue un regalo— ya estoy negando con la cabeza.


— quiero devolverles todo, si voy a hacer esto, lo hare bien. – respondo. Aunque es fácil decirlo cuando se que no hay nadie en casa. Tolya está en el auto de Rhys, con las cosas que voy a llevar en el maletero.


Hoy es el último día que vivo en ese lugar. Hoy es el día que me mudo con Rhys.  Solo vine aquí a devolver las llaves del departamento y del auto.


— Vamos entonces— no pensé que desprenderme de esto fuera tan difícil, porque no me consideraba tan unido a mis padres; sabía que mi música no les llena ni les llenara nunca, siempre hay un tal vez con ellos. Ahora mismo no dudo que me sigan queriendo, pero entiendo que estas cosas pasen— ¿aquí vivías?


— sí, me mude apenas entre a Juilliard.  Aunque pasaba mucho tiempo aquí, hay una sala especial donde puedo tocar.


— Wow. Oye… cuando quise que salieras conmigo yo no quería que terminaras así.


— lo sé. No importa, está bien. Me di cuenta de muchas cosas desde que nos conocimos, y me siento mejor ahora aunque me equivoque.    


— Me alegra oírte— dejo las llaves en la mesita de la entrada. Espero que lo me dijo Joshua sea verdad y las cosas mejoren con el tiempo. Salimos tomados de la mano.  Tolya no nos mira mientras nos acercamos, creo que aún está un poco resentido por el hecho de que me vaya a mudar.


— Es todo— murmuro, mirando la casa. Espero que no sea la última vez.  


 


Roseline está esperando, sentada en la sala de Rhys y leyendo una revista. Es la primera vez que la veo con pantalones.


— Llegaron— dice, bajando la revista. Aun no sé qué pensar de ella.


— Rhys, mañana tienes dos entrevistas por la mañana, una comida con el director y luego la obra. Vendré por ti a las ocho— dice Tolya, leyendo de una libreta pequeña. Luego la cierra y se da la vuelta.


— oye ¿ya te vas? No señor, haremos una celebración por la recuperación y regreso al teatro de Rhys, y porque Elián se mudara, ya he pedido pizza y traje vino. Te quedas— el tono autoritario con que habla  le hace detenerse. Me parece verlo suspirar— voy por las cosas.


— ¿Necesitas ayuda?— le digo, entrando en la cocina. Ella ya tiene un montón de cosas en la mesa.


— sí, gracias.


— oigan ¿Cómo van llevar todo esto? también les ayudo, rose, pusiste de mal humor a Tolya. Cualquier cosa es mejor— Rhys toma los vasos y algunas botellas.


— que se aguante. No puede estar enojado por siempre.


— lo siento, creo que eso es por mí. Si no quiere estar aquí…


— bah, no te preocupes. Él es un gruñón solamente, se enojaría igual si no te hubieras quedado. Nada le hace feliz más que la imagen de Rhys este impecable. Si les llegan a ver entrando juntos o algo así, saldrá en las revistas. Eso es lo que pone de mal humor a Tolya y no que estés aquí.


— Ah… no había pensado en eso— aunque hable con Rhys al respecto antes, decidimos seguir ocultando lo nuestro, al menos por ahora. Y por ocultarlo es justamente eso, no andar exhibiéndonos en público.


— Tolya  lo puede solucionar, solo exagera— me dice Rhys, se estira para besarme y luego sale.  Tomo lo que falta y le sigo.  La pequeña celebración es justamente eso, comer pizza con sodas, vino y otras comidas chatarra, con toda clase de música sonando de las bocinas mientras hablamos.  Se siente muy agradable estar aquí, después de unos tragos, incluso Tolya parece feliz.  Es como si fuera mi casa desde ya, una familia un tanto diferente a la mía.


— ¿Cuándo regresas a clases?


— en una semana.


— ¿y los conciertos?


— hay uno mañana. Y luego también tocare en la reunión con los de nuevo ingreso— eso me ayuda mucho,  ahora no puedo negarme a ningún concierto, e incluso debería estar buscando donde más puedo tocar. Es una suerte que me quede solo este año.


Así pasamos la tarde, contándonos nuestra vida. Y no es que mi vida estuviera vacía antes, es solo como… cuando sales de tu zona de confort y encuentras algo mejor. Sin duda habrá cosas mejores después.  No es muy tarde cuando Tolya y Roseline se van y soy consciente de que ahora vivo en este lugar. Suspiro, mirando mis cosas en la entrada.


— ¿Quieres que te ayude?— Rhys me abraza por la espalda— ¿o que te de un tour por la casa?


— oh, calla, no es tan grande tampoco— sus manos se meten bajo mi camisa, toca muy cerca el borde de mi pantalón. Suspiro, y contengo un gemido cuando me muerde la oreja.


— ¿Entonces?— una de sus manos se mete en mi pantalón y comienza a tocarme con una lentitud que es casi tortura.


— Creo… que… las cosas pueden esperar hasta mañana— apenas y puedo hablar. Siento que las piernas me tiemblan.  Rhys me gira y me besa. Nuestras lenguas se encuentran y se mueven a la vez.  El resto de la casa se vuelve un manchón oscuro mientras vamos a la habitación. El olor familiar de Rhys me inunda la cabeza cuando caemos en la cama.  Sus labios no se despegan de los míos, tanto que me duelen los pulmones.


— te amo— me dice, le beso.  No sé qué más podría querer ahora mismo.  Ahora yo soy quien mete las manos bajo su camisa,  tocando con cuidado al recordar los moretones. Las subo hasta que la camisa me lo impide, y luego tiro de ella. Rhys se endereza y alza las manos. Observo su cuerpo mientras voy sacando la camisa.  Los moretones siguen teniendo mal aspecto, aunque él diga que no duelen.  No soy consciente de cuando mi mano se alza y mis dedos temblorosos rozan su costado.


— ¿Duele?— él niega.


— Está bien— él guía mi mano hasta su pecho, donde siento latir su corazón.  Su mirada… es muy intensa. Bajo mi mano, una larga caricia, hasta el pantalón.  Me sonríe, una sonrisa que causa escalofríos.  Casi se me escapa un gemido de inconformidad cuando se mueve, dejando mi mano en el aire. Escucho algo pesado caer, y luego toma mi pie, me está quitando los zapatos.  Se vuelve a poner cerca de mí y le atrapo entre mis piernas, así es él quien me quita el pantalón primero.


— Rhys…— me quejo cuando comienza a besarme la misma pierna, un lugar demasiado provocativo.


— Me gusta cuando dices mi nombre con ese tono— logro zafarme, y enderezarme para besarle y comenzar a desabrochar sus pantalones. Cualquier cosa con tal que deje de decir cosas tan vergonzosas.  Sus manos me abrazan, las siento, demasiado cálidas en mi espalda baja. Su cadera roza con la mía, ocasionándome un jadeo de placer y que se comience a notar mi erección.    Suspiro,  Rhys vuelve a rozas nuestras caderas, y oculto mi rostro en su cuello.


— Basta…— murmuro, escucho su risa. Le muerdo el hombro, eso le dejara marca. Ah, debería vengarme por la vez anterior, solo puedo alzar la rodilla y frotarla con su entrepierna. Sonrió mientras lo hago,  solo le escucho suspirar. Me quedo sin aire cuando me hace caer, de improvisto, contra el colchón.  Sus manos me detienen, siento su aliento en mi mejilla antes de que me bese. Él se mueve, dejándome libre por unos momentos solo para quitarme los bóxers.  Yo me quedo observando cada movimiento que hace. El me descubre observándole, me sonríe, de nuevo esa sonrisa de anticipación que  me causa escalofríos.  Mi piel se eriza cuando me toca…


Esto es… no sé lo que es.  No consigo mantenerme en silencio, siento a Rhys por todos lados. Demasiado.  Ni caso tiene intentarlo.  El dolor al inicio de cada vez que tenemos sexo se fue hace un rato. 


— ¿Rhys?..— mi voz es un reclamo. ¡No puede dejarme así!  De mi garganta ahora escapa un gruñido de inconformidad. Rhys me extiende la mano, la tomo solo para hacer que vuelva a mí, pero él hace exactamente lo mismo. Me encuentro de pronto sobre él, sus manos en mi cadera.  Él no dice nada, se queda acariciando mi espalda mientras proceso  lo que está  pasando.


— ¿Cómo quieres que sigamos?


— ¿Ah?— ¿Cómo quiero…? ¿Acaso me está dejando elegir?— ¿puedo… hacer lo que quiera?


— Sí, lo que quieras— pasó saliva. ¿Lo que quiera…?  Ah, no… no puedo, esto es demasiado. Le beso, sujetándome de su cuello para moverme,  frotando nuestros cuerpos mientras me acomodo, casi sentándome sobre su pelvis. Vi algo así en una de las tantas páginas que me mostro, aunque no se bien como…


— ah… yo…


— ¿seguro que quieres esto?


— Solo continuemos…— ya no lo veo mientras su mano me sujeta de la cadera, y después siento la presión de su miembro en mi trasero. Aguanto la respiración mientras le siento entrar, despacio, me doy cuenta de que soy yo quien lleva el ritmo.  No me toma mucho tiempo entender cómo funciona esta nueva posición. Es… diferente.   Escucho los jadeos y suspiros de Rhys. Yo solo me sigo moviendo, buscando más placer,  sujetándome a Rhys.  Cuando siento que ya no puedo más, me abrazo con toda la fuerza que puedo a él. Un gemido largo y luego los escalofríos del final, cuando ya no puedo contenerme y mi erección se ha vuelto dolorosa.   Rhys me sujeta, Rhys golpea contra mí un par de veces más, sus dedos se clavan en mi piel con fuerza y luego se relajan.


Me quedo descansando contra él, mientras espero que mi respiración regrese a la normalidad. Sus dedos acarician mi cabello, adormeciéndome.  Mientras dejo que mis ojos se cierren, escucho los fuertes latidos de su corazón, como una canción relajante. Una canción que solo yo puedo escuchar.


 


____________________________________________________________________________


 


Elián sigue dormido cuando despierto, lo cual es raro porque yo suelo dormir mucho y casi siempre alguien más tiene que despertarme. Me acerco a Elián, en algún momento de la noche debimos alejarnos. Supongo que es una de las desventajas de una cama grande,  aunque siendo sinceros no estoy acostumbrado a dormir con alguien más.  Son las siete y media de la mañana.


— Elián…— le toco la mejilla.  ¿Qué tantos recuerdos ya no podre recuperar? Ah, estoy siendo un poco fatalista. A lo mejor con el tiempo siga recordando, y lo importante es que al final pude recodar aunque sea un poco de él.  Me hizo demasiado feliz, cuando lo recordé, ver que Elián seguía conmigo. No desconfió de lo que siente por mí, pero si él no me quisiera, ese momento sería perfecto para alejarse.


— ¿Qué?


— ¿Sigues dormido?— pregunto, solo para molestarlo. Abre los ojos, y me mira, una mirada cargada de mal humor— no sabía que tenías mal humor por las mañanas.


— no lo tengo. Pero fue una pregunta muy tonta— bosteza— ¿ya te vas?


—  Tolya no ha venido por mí, así que no… ¿estás seguro de que quieres usar otra habitación? Esta es muy grande para los dos— comento. Desde que planeamos la mudanza, Elián ha dicho que  prefería poner sus cosas en otra habitación. Acepte para que se sintiera mejor, pero ahora que está aquí no veo porque usar otra si lo único que quiero es tenerlo aquí mismo. Él me mira fijamente, luego su cara  enrojece.


—… ¿quieres que me quede aquí?


— Sí, me gustaría mucho— de cualquier modo le  traeré aquí más veces de las que usara su propia habitación, pero si le digo eso…— vivimos juntos y somos pareja ¿no?


— si… b-bueno, está bien…. ayer hable con luka, y hoy se van a reunir, les dije que iría, tengo tiempo libre y tengo muchas ganas de verlos,  les dije que no irías—  le beso, tomándole desprevenido porque no me está mirando.


—iré la próxima vez. Usa los cajones que quieras— le digo, intentando sonar despreocupado, como él lo intento cuando dijo que sí. Escucho el auto detenerse— ah, llego Tolya.


— no va entrar hasta acá ¿o sí?


— Lo hacía, pero creo que será más cuidadoso— Sé que aunque Tolya se comporte de esa forma con Elián, no le desagrada. Tolya no tiene nada contra Elián,  y aunque lo tuviera, no dejaría a Elián solo porque me lo dice él. Espero, demasiado, que Elián sea esa persona por  la que no tenga ningún problema al decirle a todos que la quiero, esa persona por la que arriesgaría todo y no me importara perderlo, justo como hizo él. Quizá no se dio cuenta al estar pensando en cómo decirlo, pero él dejo todo por mí: un buen departamento, el dinero de sus padres, a sus mismos padres…  Elián lo dejo para estar conmigo. Y eso me hace muy feliz.  


— vamos, Tolya ¿no puedes ir más rápido?


— no seas impaciente.


— es que ya quiero ver a Elián.


— Vives con él, tienes mucho tiempo para verle— me ha repetido eso muchas veces ya, toda la semana para ser exactos, y la pasada, el tiempo que ha pasado desde que volví al teatro— Roseline llamo, dijo que dejo unas cosas en tu casa.


—si, si— la casa está a oscuras mientras bajamos del auto. ¿Elián no está? Dijo que estaba aquí. Miro los mensajes que nos enviamos mientras enciendo las luces.


— ¿Dónde está? ¿No dijiste que estaba en casa?


— Eso pensé…— escuchamos la puerta de la calle abrirse, y unos segundos después Elián entra a la casa.


— ah, lo siento, no pensé que llegarías tan pronto, yo…


— Eso es…— oh, por dios ¿en serio?


— Quería darte una sorpresa, pero llegaste primero— Tolya suspira derrotado mientras le quito de las manos a Elián el pequeño perro, demasiado peludo.


— es tan lindo. ¿De verdad puedo quedármelo?— Elián se pone a reír mientras acaricio al perro.


— traje algunas cosas cuando venía de las clases. ¿Estás besando al perro?


— siempre quise uno.


— me pondré celoso de ese perro.


— ¡No me hagas elegir!— Elián pone los ojos en blanco mientras sigo sosteniendo al perrito, que menea la cola y da lengüetadas.


— ¿y qué es eso?


— ah, debe ser la ropa que te envía Roseline para tu concierto. Se disculpa por no haberla terminado antes.


— oh… ¿y debo usarlo?


— si no quieres tener algo peor, si— Tolya asiente.  Elián suspira, y comienza a dejar las cosas que trae.


 Bueno, entonces no queda más que seguir con la vida.

Notas finales:

 

 

Con este casí final, hay otro inicio  y esta vez les traigo una historia llamada "Besos de vainilla", que podran leer en unos momentos mas.

 Gracias por leer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).