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Appassionata por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola

Otro sábado mas y con ello el final de esta de esta historia. Muchas gracias por haber seguido esta historia y que la disfruratan tanto como yo disfrute escribirla. Quiero agradecer especialmente a: Charlie (Saludos hasta Alemania), MikuChan, Wen, Tatsu, Yasmin_GarciaLoshiieKTfabiola-sanMiny Nazareni, Hoss,Gloomurk, a el/los anonimos y a  Mika Takhesi, Gracias por sus comentarios, este capítulo esta dedicado a ustedes.

Ahora si, disfruten Appassionata.

La música me impide oír cualquier otra cosa. Solo mi violín y yo, produciendo la música que más me gusta.  Las notas salen, alegres, rápidas y si pudiera verlas, tendrían un color dorado, brillante, llenando todo el salón.  La música de los acompañantes me llega muy de fondo, y luego se detiene. Solo se escucha mi violín, una última nota, larga, aguda y todo se llena de aplausos y vítores.   Dejo salir el aire que está reteniendo, y sonrió.   


— Bien hecho— Konrad es el primero a quien encuentro. Sé que Rhys no está porque tiene presentación ahora mismo.


— gracias.


— ¿te has llevado bien con los demás?


— Son agradables—  Konrad me pidió que antes de iniciar a trabajar en el teatro, participara con los otros miembros de la orquesta para poder  conocernos y todo eso.  Aun no termino el curso en Juilliard, así que he tenido muchos conciertos últimamente.


— me alegra oír eso. Es una pena que Rhys no esté aquí,  quería comentarle algo de la obra. No me ha llamado, y no he conseguido su número nuevo.


—  Solo se está lamentando, pero hará la obra— él me sonríe. Konrad me parece un poco perturbador, como si todo lo hiciera pensando en sacarle provecho.


— bueno, que se lamente lo que quiera. No me quejo de que me mostrara a su talentoso violinista, si eres paciente conseguiré buenos trabajos para ti.


— oh, eso sería estupendo— no puedo ponerme a lloriquear por esto ahora que necesito algo para darme a conocer. Esta es la única cosa que he dejado que Rhys hiciera por mí para ayudarme, eso y que de vez en cuando me preste un coche, porque ahora sé que tiene dos pero uno se lo queda Tolya.


— ¡Elián!— alguien me abraza en un abrazo como de oso, y un perfume floral casi me impide respirar— lucias realmente genial con mi ropa allá arriba.


— Gracias, Roseline— es un traje blanco con detalles en tinto y una camisa tinta también, aunque no uno como los que acostumbraba usar. Este, por ejemplo, parece sacado de los viejos conciertos franceses, algo como un balance entre viejo y moderno que no soy capaz de entender del todo, pero que no me hace sentir ridículo cuando lo uso. Este es de los pocos extravagantes que me ha dado, los demás son bastante normales.


— Esto es para ti— me dice, dándome un ramo de flores blancas— Rhys dice que no te gustan las cosas muy ostentosas, así que no te compre ese reloj que vi en la joyería.


— ah, gracias. En serio, con la ropa me basta— ella hace una mueca, como si tener diseños exclusivos no fuera suficiente cosa.


— pero la ropa no me cuesta nada. Si fueras mujer, sería más fácil hacerte ropa ¿sabes?  Ah, Konrad, hola.


— Roseline— él le toma la mano y la besa— me alegra ver que estas tan bien como siempre. Y justo a la persona que quería ver ¿tendrás unos momentos? tengo un par de asuntos de negocios que arreglar contigo.


— Interesante— es como ver a dos tiburones a punto de luchar— ¿te parece si vamos a cenar? No tengo tiempo de comer por venir aquí.  Elián, nos vemos después— ella me besa la mejilla y luego toma el brazo de Konrad cuando se lo ofrece.  Ah, aun no puedo creer que les conozca, y mucho menos una diseñadora importarte me haga la ropa y este a punto de trabajar con uno de los productores más influyentes.  


— ¡Lydia!— ella, Ishani y Joshua se giran.  Ya sin las ropas del concierto, puedo salir con tranquilidad. Camino hasta ellos.


— ¿listo para la cena? Será una celebración alocada— Lydia se me cuelga del cuello como siempre.


— ¿y esas flores? ¿Tu novio?— Ishani las observa mientras trato de no perder el equilibrio. Aún seguimos siendo amigos, y salimos más veces de las que puedo contar, como sigo en el mismo curso que ellas esto es muy frecuente.


— su hermana.


— aun no me has dicho quién es tu novio.nfluyentesenos una diseñadora importarte me haga la ropa y este a punto de trabajar con uno de los productores mas talentosos.  Ni siquiera sé dónde vives, te has vuelto tan misterioso como Solange. 


— aun no puedo decírtelo, pero quizá algún día— sonrió.  Los momentos que pasamos en central park son los que más me gustan cuando estoy con Rhys.


— No es justo— dice. Por supuesto que las preguntas sobre la identidad de Rhys no paran, aunque ya estoy acostumbrado a responder que no les diré.  Vivir así no ha sido tan fácil, acostumbrarme a vivir en casa de alguien más y saber que no estoy pagando me causaba mucho conflicto.  Los conciertos con Naomi no dejan tanto dinero como quisiera, antes claro que podía pagarme lo que quisiera, cuando mis padres aún me daban dinero. Aunque cuando te regalan la ropa…


Aún tengo miedo de que las cosas terminen mal entre nosotros,  pero procuro no preocuparme por eso, no cuando hemos estado bien.  


 


Por la mañana tengo una pequeña demostración en el edificio principal. Estoy guardando mis cosas cuando Lydia me da un codazo en las costillas.


— ¿Qué te pasa?


— creo que están buscándote—me dice, con la voz baja y dando la espalda a la entrada. ¿Qué…?  Miro entre las personas que se entran y salen.  Y entonces la veo, caminando despacio, también buscando. Mi madre camina hacia donde estoy, pero no me ha visto aun. Se me seca la garganta. ¿Qué es lo que hace aquí? ¿Viene conmigo?  Que tonto, claro que debe de venir conmigo, ¿a qué otra cosas vendría?  Me quedo sin moverme mientras me ve y se dirige hasta donde estoy.


— Elián…— su voz es una súplica. Se aclara la garganta— ¿podríamos hablar?


— eh… si…— solo cierro la tapa del estuche y me dirijo hacia la calle. No estoy resentido con mis padres, ya no, y justo ahora que me empiezo a acostumbrar a mi nueva vida… ¿Qué querrá decirme?— ¿Cómo han estado papá y tú?


— bien… tu padre ha estado trabajando, como siempre… Elián ¿y tú?


— ¿yo? Estoy bastante bien.


— ¿seguro? ¿Dónde has estado viviendo? ¿Has podido pagar tus cosas?—el tono con el que me pregunta eso me hace pensar que ella está pensando cosas demasiado extremas.


— estoy bien.


— lamento… esto ha sido difícil.


— ven, te mostrare donde estoy viviendo— le digo, señalando el auto que me ha prestado Rhys.


— ¿es tuyo?


— no, me lo presta cuando tengo que salir o se me hace tarde. Aun no consigo dinero para comprarme uno, pero insisto en pagar la gasolina— Ella duda antes de subir al auto. No sé en qué vino, pero no dejare que se vaya pensando cosas que no son.


— Elián, sigo sin poder entender que fue lo que paso. Fue muy… inesperado. Incluso he estado asistiendo con un terapeuta. Por eso estoy aquí.


— ¿te pidió que hablaras conmigo?


— no exactamente. No pensaba que ser gay fuera algo malo, pero…


— ah, mamá, no soy gay.


— estas saliendo con un chico, para mí eso es ser gay, así que calla y déjame hablar.  No sabía que pensar al respecto, he escuchado muchas cosas sobre personas que salen con personas de su mismo sexo… me di cuenta que no sabía nada al respecto.    


— Sí, ya somos dos— no veo la mirada que me dirige, pero de seguro es esa que me hacía callar cuando era más pequeño.


— creí que te habías perdido, que ya no sabría nada de ti. Me preocupe por ti, eres mi hijo y había dejado que te fueras. Luego supe que seguías dando conciertos, con Naomi.  Se comenzó a decir también que estarías trabajando con Konrad Becket. Estabas bien.


— claro que sí.


— y ya no vi porque tenía que seguir alejada. Entiendo que fuimos muy… estrictos con la música contigo.  Fui a verte a tus últimos conciertos, y te vez feliz. No te veías así cuando tocabas en casa. Tu padre no sabe que vine.


— está bien que te esfuerces.


— entonces… trabajaras en teatro.


— sí,  pero solo una temporada. Me ha dicho que es lo mejor por ahora, para darme a conocer y eso. La paga no es mucha, pero por ahora está bien.


— y… ¿él? Tu… tu…


— ¿él? Ah, Rhys. Él también trabaja— comento, un poco incómodo. Nunca me gusto hablar de mis relaciones sentimentales, ahora mucho menos. Doy vuelta en la calle de Rhys, y mi madre  parece notar a dónde vamos.


—  Elián...  ¿A dónde…? ¿Vives por aquí?


— Sí, aquí— me detengo justo afuera de la casa— no sé qué estabas pensando, pero te juro que no es nada así.


— Oh— claro que cualquiera sabe que esta es una de las mejores zonas. Todo está muy cerca.


— Bach, Ophelia, basta— los dos perros están saltando en la entrada. Mi mama ahoga una risa. Rhys decidió ponerle de nombre “Bach”  al cachorro que le regale, y cuando a los días llego con la cachorra yo le puse Ophelia.


— es una casa bonita.


— a mí me parece innecesariamente grande.


— has llegado temprano hoy ¿no tenías presentación?— la voz de Rhys suena antes de que abra la puerta. También se supone que él no estaría a esta hora en casa.


— ¿No tenías una comida?— respondo, abriendo la puerta.


— Se canceló… ah, hola… debe ser la madre de Elián— Rhys sonríe, y se levanta, extendiéndole la mano a mi mamá— soy Rhys.


— Christine…— suspiro aliviado cuando ella le toma la mano— no me dijiste que no vivías solo.


— No tuve oportunidad— le hago una seña a Rhys para que no diga nada. No sé qué es lo que estará pensando mi madre.


— te conozco. ¿No eres ese actor que hace de Hamlet y Romeo?— ¿Ah? yo ni siquiera pude reconocerle aun cuando fui a la obra, y luego cuando me saludo, según el dos veces. Rhys inclina un poco la cabeza, sonriendo.     


— sí ¿le gusta el teatro?


— Asisto frecuentemente con mis amigas— le entrecierro los ojos a Rhys, adivinando que está a punto de ofrecerle entradas gratis  para sus obras.


— Mamá ¿quieres quedarte a comer?— ella ve la hora y luego mueve la cabeza para decirme que sí. Un rato después nos encontramos comiendo en silencio. Rhys y yo a veces nos miramos, él parece estar un poco preocupado.  


— tengo que irme, tu padre llegara a casa y no le he dicho que estoy aquí.


— te llevo.


— no, no es buena idea que nos vea juntos por ahora. ¿Puedo hablar contigo a solas?— Rhys alza las cejas, pero se levanta y le veo ir a las habitaciones junto con los perros— Elián, esto sin duda es… mejor de lo que había pensado.


— Ya imagino que pensaste— ella se aclara la garganta.


— sí, bueno, te dije que no conocía mucho al respecto.  Me alegra que no fuera así. Aun no estoy muy de acuerdo con todo esto, pero si es lo que quieres…


— mamá…


— pero parece una buena persona. Tú también lo eres. Espero entender un poco más con el tiempo. ¿Te molestaría que viniera un poco más seguido?


— claro que no— ella mueve la cabeza afirmativamente solo una vez.


—  entonces me iré. Ha sido mucho por ahora— me sonríe, duda unos momento y me abraza. No dice nada mientras camina a la salida. Me quedo atontado unos momentos, y la alcanzo ya en la puerta— tengo el mismo número, avísame cuando sea tu siguiente concierto— me dice antes de subir a un taxi, que de seguro pidió mientras comíamos.


— claro.


— adiós, Elián— suspiro cuando se va.  Vaya, esto fue un poco tenso. No sé qué pensó mi mamá de Rhys, pero que lo reconociera como actor fue bueno. Al menos dirá que no estoy saliendo con cualquiera. Unas manos me atrapan y Rhys apoya el mentón en mi hombro.


— ¿se ha ido? ¿Qué dijo?


— que le gustaría venir más. ¡Ah, no le dije que no dijera que estamos saliendo!— miro hacia la calle, aunque es imposible que el auto aun este a la vista. Rhys ríe y me besa la mejilla. Entramos a la casa.


— ya te he dicho que no me importa mucho.


— lo sé, pero… a penas me estoy llevando bien con Tolya. Ah, bueno, no creo que mi madre lo diga— aunque sea de la clase de personas que aprovecha conocer a personas famosas para presumirle a los demás, no dirá que su hijo sale con un actor solo por el hecho de que somos hombres.


— ¿Por qué soy un hombre?


— Por eso— sonrió.


— solo dime que no me odia. Normalmente las personas no me odian, pero…


— creo que no lo hace. Dice que está yendo a terapia. Me alegra que lo intente, aunque ya no hago todo lo que me dicen, me molestaba un poco haber terminado así con mis padres.


— a mí me alegra que te dieras cuenta de que la vida no exigía tanto de ti, tanto sacrificio y cansancio. Solo… ser feliz.


— Soy feliz— Rhys me sonríe. Tiene razón, los problemas que tuve, todo… no era tan importante, solo yo le daba demasiada importancia.  Rhys se adelanta, hablando sobre ir a mi próximo concierto también, y sobre una reunión con Konrad para  pedirle que participemos en la misma obra.


— ah, casi lo olvido— dice, girándose. Me detiene y me da un beso rápido en la boca— Bienvenido a casa— mi corazón se acelera, Rhys sonríe mientras va a sentarse a uno de los sofás. Bienvenido… la sangre me sube a la cara, pero no mucho.  Rhys me hace sentir cosas indescriptibles, todas esas cosas que dicen que sientes cuando estás enamorado. Rhys me descubre mirándolo, y luego extiende la mano hacia mí— Hay para mí más peligro en tus ojos que en afrontar veinte espadas desnudas. Concédeme tan sólo una dulce mirada, y eso me basta para desafiar el furor de todos.


 ¿Más Shakespeare?— sonrió, acortando la distancia y tomando su mano— esa frase ya la habías dicho.


— así, con este beso… muero.


Eres dramático— me rio, pero le beso. Rhys me hace caer al sofá, donde nos quedamos solo besándonos, haciéndonos caricias.  Maldición, le quiero, en serio le quiero— te quiero.


— ¿Por qué no vamos a cenar esta noche? después de la obra. Una cena romántica, muy romántica.


— me gusta la idea.


Si existe algo como la media naranja, la otra persona que te complementa, estoy muy  seguro de que yo la he encontrado. Esto es caprichoso, si eres una mujer, esperas que tu pareja sea un hombre, y si eres hombre esperas a una mujer que te enamore. Lo último que piensas es encontrar a la persona que te hace feliz en alguien de tu mismo sexo. No puedo vivir con miedo toda la vida solo por eso.  Yo encontré a quien me hace feliz, y solo puedo ser más y más feliz junto con él.

Notas finales:

 

 

Con este final incia una nueva historia, así que les invito a pasarse por mi nueva historia "Besos de vainilla". 

Muchas gracias por leer, hasta la próxima.


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