Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Appassionata por Silence Tsepesh de Lenfet

[Reviews - 61]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola,  lamento la espera, pero aquí ya esta el siguiente capitulo :D

Stretto: es un recurso en el que la línea de una voz se interrumpe y es reanudada por otra voz; por un lapso, las voces se traslapan durante un tiempo y, por tanto, empiezan y terminan en distintos puntos

El lugar cada vez está más lleno, con cada persona que entra también crece mi ansiedad. Me mantengo alejado de todos, intentando pasar desapercibido sin mucho éxito que digamos, pues el lugar es amplio y no tiene salones donde pueda ocultarme a excepción del baño y ya he pasado por ahí varias veces. Me quedo observando a las personas, caminando de un lado a otro, saludándose, sonriendo. Un camarero pasa delante de mí y tomo una copa de champagne.


— ¿estás preparado, Elián?— mi mamá, con un vestido azul largo y un peinado bastante elaborado, me mira con aprensión.


—  Si…— aprieto con fuerza el estuche del violín. 


—  te vez algo pálido—  no es para menos, he visto a Naomi aquí, al igual que varias personas conocidas entre los músicos. Estoy más nervioso de lo que había esperado.


—  estoy bien.


—  no has ido a saludar a los invitados.


—  mamá, no es mi fiesta ni nada. No soy el único que va a tocar—  mi mamá sonríe, toma la copa que tengo en la mano, a la cual solo le di un par de tragos.


—  estará todo bien. Esperan que toques con esta chica, no recuerdo como se llama, pero está en el piano ahora mismo—  sí hay una chica ahí, rubia con un vestido rojo y su cabello en perfectos rizos.  La veo acomodar su vestido.


—  Entiendo—  no sé qué piensa tocar esa chica.


— Deberías ir hacia allá—  suspiro antes de caminar hacia allá. Veo a mi padre mirarme fijamente.  Me ajusto la corbata antes de llegar con la chica, ella me sonríe, inclinando la cabeza. Ishani llega a mi lado, con un vestido blanco. No me sonríe, parece incómoda. Las personas comienzan a agruparse, hasta ahora solo había sonado una ligera música.


—  ¿Quién inicia?— pregunta la chica del piano. Tiene los ojos color café, y la nariz un poco larga para su rostro.


—  ¿Por qué no inicias tú? Te seguimos después—  ella sonríe, y se gira hacia el piano.  Sus dedos parecen volar sobre las teclas, se mueven rápidos, ligeros sobre todas las piezas, produciendo la música. Comienza tocando algo que no conozco, y luego la va cambiando lentamente a la clásica canción de “Para Elisa” mientras toca, me quedo mirando mi reflejo en los cristales de las ventanas que dan a la terraza del edificio. Lo primero que veo es el color de mi nueva corbata.  ¿Por qué la use?  Simple: me hizo sentir más confiado.  No por lo que me dijo, si no que me recuerda los días que pase en central park con los demás. También traigo el anillo.


No me siento  muy diferente, no suelo creer en estas supersticiones y mucho menos si es un desconocido el que me la dio. Ahora no puedo negar que Solange sea confiable. No estoy ni cerca de comprender lo que quiere decirme, pero algo es algo.


¿Soy tan bueno como me lo han hecho creer? Tengo que demostrarme a mí mismo que así es. Apoyo el violín correctamente y comienzo a seguir las notas de la canción. Es difícil porque no es una canción para violín, pero nadie dice que no pueda tocarla, no seré el primero que la toca en un instrumento que no es el original.  Sonrió cuando la chica disminuye el ritmo de su versión para acoplarse a la mía.  No me queda tan mal, considerando que es la primera vez que toco algo sin conocer la partitura. Suspiro cuando termino, unos momentos antes que el piano. Ishani se pone a tocar cuando acaba la música.  La chica del piano me sonríe.  


Seguimos tocando, una canción tras otra. Ishani y la chica tocan juntas también. Al final los tres tocamos juntos. No tenemos un orden  para las canciones, ni un tema. Yo solo voy tocando lo que recuerdo, lo que ya se. Cuando terminamos y los asistentes comienzan a aplaudir, suspiro. Mis manos están temblando. 


—  Tocan muy bien—  la chica del piano se levanta, estirando sus brazos y luego lo extiende hacia Ishani y luego hacia mi—  soy Lydia.


—  Ishani.


—  Elián.


—  que reunión tan animada ¿No?— miro alrededor. Las personas se han puesto a charlar o a pasear en busca de quien sabe que—  ¿Vienen acompañados?— yo niego mientras Ishani responde un sí.


—  Pero es mi hermana—  añade—  y no creo que le interese mucho la música. Ahora mismo debe estar hablando con algún chico en la terraza.


—  mis padres están aquí, pero no vine con ellos—  ni pienso quedarme con ellos.  Ella suspira.


— que suerte, vine sola porque un profesor me invito. ¿Pueden creer que no pudo venir al final? Estaba muy nerviosa antes de tocar, hay muchas personas importantes aquí.


—  ¿En serio?— Ishani pone una sonrisa nerviosa. Sé que ella no esta tan bien posicionada como para rodearse de personas importantes.


— claro, reconocí a algunos productores.


—  Pero eso no debería importarnos mucho ¿o sí? a menos que piensen en sacar algún disco o algo como solista—  uso una silla cercana para comenzar a guardar el violín. Es raro pensar en un disco cuando no usas tu voz.


—  pero igual sería bueno conocer a alguno ¿no crees?— me encojo de hombros. Lydia sonríe—  ¿vamos a dar una vuelta?— vuelvo a encogerme de hombros, Lydia es quien camina primero, entrelazando su brazo con el mío. Ishani camina también a su lado.   


 — ¿Vienes seguido a estas reuniones?— le pregunto, porque a diferencia de Ishani, se nota que Lydia esta cómoda. 


— Sí, aunque no suelo tocar siempre, normalmente solo son reuniones sociales—   la música se detiene otra vez, y un grupo de chicos se comienza a instalar para tocar como lo hicimos nosotros. Les miro acomodarse—  ¿deberíamos ir a socializar un poco?— me pregunta.


—  no lo sé—  por educación pienso que sería bueno poner un poco de atención a los que van a tocar, o al menos fingir que ponemos atención—  genial…— murmuro cuando una mujer se acerca a Ishani y la saluda. Nos vemos rodeados por un grupito de personas que se ponen a saludarnos y a presentarse, iniciando charlas sobre lo bien que tocamos y lo mucho que les gusto.  Cuando la otra presentación termina, nos vemos en medio de más personas. Saludo a muchas personas, pero ya ni me tomo la molestia de aprender sus nombres, son demasiados como para intentar recordarlos.


—  Elián…— mi mamá me toma del brazo,  apartándome. Hace rato que Lydia me ha soltado—  eso estuvo esplendido—  sonrió, y noto a mi padre a su lado. Él me mira, se ve contento.    


—  ¿estuviste practicando eso?


—  No—   sonrió con orgullo.


—  Hubiera sido mejor si lo hubieras practicado—  suspiro, deseando llevarme la mano a la cara y restregármela con fuerza.


—  ni siquiera sabía que iba a tocar Lydia, además, Ishani también estaba aquí y…


—  Pudiste hacerlo tú solo—  me detengo. Es cansado, esta situación… haga lo que haga nunca puedo hacer que mi padre este contento. Sé que lo mismo pasa con mi mamá, aunque ella muestre orgullo y me felicite, nunca es suficiente. Para todo lo que hago hay un pero. Les miro antes de darme la vuelta y caminar a la salida. Ya no tengo quince años para que me estén diciendo estas cosas, no dependo por completo de ellos, aunque el lugar donde vivo si es obra de ellos. Me mantengo de lo que pagan en la orquesta donde hasta hace dos semanas tenía un puesto seguro.


—  ah, aquí estas—  me detengo en la calle, cuando veo a Naomi alcanzarme—  te estuve buscando allá cuando desapareciste entre las personas.


—  Tampoco había tantas personas—  respondo.


—  ¿hiciste lo que te pedí?


—  Descanse, sí—  ella me dirige una larga mirada. Se ve más alta y elegante que cuando está en su oficina.


—  Regresa cuando quieras—  estoy tentado a decirle que no lo hare, que no pienso volver porque fue injusto que me sacara de esa forma para iniciar. Me quedo callado.


—  gracias. Yo… debo irme—  digo al fin, solo porque ella sigue viéndome. ¿Qué es lo que ve ella en mí? Me gustaría saberlo. ¿Acaso también está esperando siempre algo más de mí? ¿Algo que no puedo dar?


Bah, toda la alegría que me dio volver a tocar se ha ido al desagüe. Regreso a mi departamento, a ratos me siento contento y otros desdichado. Sin duda voy a volver,  porque esto es lo que quiero y no desperdiciare la oportunidad de estar en el lugar que me he ganado.


Me despierto tarde al día siguiente, y lo primero que hago es sonreír al ver mi violín en la silla al lado de la cama donde suelo dejarlo. ¿Qué más da lo que paso anoche? Bien, me importa, pero me importa más el hecho de que pude tocar, que no solté el arco mientras lo hacía y que la música fue buena. A los invitados les gusto, a mi me gusto y eso debería ser todo. Claro que un debería es más sencillo que la realidad, la realidad es que si me importa que no quedara tan bien, que  pude hacerlo mejor y eso. No quiero pensar en eso.   


—  Joshua, ¿Qué haces?— preguntó cuando le veo sentado en el pasillo, mirando a la puerta de su departamento. Parece… muy concentrado.


—  intento buscar inspiración.


—  ¿mirando la puerta?


—  Intento ver el universo—  aprieto los labios para no reír. Creo que Joshua está pasando por un bloqueo también. Me agacho a su lado y miro la puerta también.


—  ¿Por qué no vamos a comer algo? Podemos dar una vuelta por ahí. Joshua suspira, y me mira antes de levantarse. Me enderezo también.


—  bien. ¿Cómo fue tu presentación?


—  ¿Cómo sabes todo eso?— le respondo, mirándole con reproche.


—  tengo contactos.  No pude ir a la reunión, porque sé que no me dejarían entrar. Pensé que quizá si escuchaba algo de música se me ocurriría algo. No intente ir—  me dice cuando abro la boca para decirle que si quería ir debió decirme.


—  ¿Qué se supone que harás?


—  no lo sé, eso es lo increíble ¿no crees? Solo surge la idea y listo.  Tengo dos semanas para entregar algo, no me gusta sentirme presionado.


—  Dudo que a alguien le guste—  caminamos hasta el mismo lugar a donde me invito él hace días.  


—  ¿y cómo fue entonces? tu concierto.


—  no fue un concierto. Y creo que fue bien, nadie parecía horrorizado ni escuche algún comentario que me dijera lo contrario.


 


—  te he escuchado tocar a veces, cuando paso por tu puerta. Me parece que lo haces bien, aunque no se mucho de música.


—  gracias—  quisiera decirle que también pinta bien, pero no he visto ninguna de sus obras, no puedo decirle eso—  ¿Por qué no he visto una pintura tuya?


—  falta de coordinación. Normalmente los termino en la escuela, en casa trabajo todo el inicio, y luego los dejo allá. ¿Quieres ver uno? Creo que tengo una foto por aquí…


—  déjalo así, algún día veré uno.


—  La próxima vez que tenga uno en casa te llamare—  me dice, guardando el teléfono que había sacado y en donde estaba buscando la foto que me dijo—  ¿Por qué traes tu violín?


—  ah… costumbre—  respondo. Si, lo he estado cargando todo el día. A pesar de que solo hice esto porque Solange me lo dijo, me hace sentir un poco más confiado.  Ah, Solange. No le he visto desde hace dos días.  Me cuesta un poco admitir que de no ser por él, es posible que no hubiera podido tocar. Tampoco le agradecí apropiadamente los regalos. Aun es temprano…


—  oh, mira, hay una función de teatro esta noche ¿vamos?— Joshua señala un cartelón.


— ¿A esa?— es una obra bastante… femenina, a mi parecer. Es una de esas nuevas obras modernas y cómicas que están presentando. Es justo la clase de obras que mis padres no aprobarían—  ¿Por qué no?


—  bien. ¿Primera función?— busco la hora, que está escrita en letras más pequeñas a un lado.


— Claro… oye, hare algo ahora mismo ¿te molesta si…?— él hace un gesto desdeñoso con la mano. Estamos en la esquina del edificio donde vivimos—  gracias, nos vemos en la tarde.


—  No tardes mucho—  me dice, le sonrío y me doy la vuelta.  No tengo idea de si encontrare a los demás en el mismo lugar, así que daré un par de vueltas en el parque. Normalmente Solange me encuentra primero, espero que esta vez sea igual.


Cuando llego al lugar donde suelen hacer la representación, no hay nadie. Suspiro, siguiendo de largo. No puedo recorrer todo el parque, no me alcanzara el tiempo para reunirme con Joshua. Ah, debí pedir al menos el número de alguien para preguntar donde estaban, ¿y si no están aquí hoy? Sé que a veces hacen su show en las calles, en lugares lejos de aquí.  


Ah, quizá sea mejor volver a casa, este lugar es muy grande. Daré vuelta por el otro lado, si no están ahí, lo dejare por hoy.


¿Esos son aplausos? Tengo que apresurarme, casi corro  para salir de la curva que hace el camino, y lo primero que veo es la carpa, pequeña y verde oscuro, que usan de escenario. Sonrió. Las personas no dejan acercarme, así que las rodeo y termino detrás de la carpa.  Tengo que meterme arrastrándome.  Hoy están de nuevo con romeo y Julieta.


—  El manto de la noche me esconderá de ellos, con tal de que me quieras que me encuentren aquí. Más vale que acabe mi vida por su odio, que prorrogar la muerte sin tener tu amor..—  recita Solange. Está haciendo de Romeo ahora. Me quedo mirando cómo actúa junto con Moira. No hay narrador hoy. Ah… ¡Que genial! Me agacho, sacando mi violín. Se me ha ocurrido una idea. Justo cuando llega el momento trágico de la historia, comienzo a tocar.  A excepción de Moira y Solange, todos voltean a mirarme. Cierro los ojos, mientras dejo que la serenata de Schubert le dé un efecto más dramático. Intento ir al paso de la obra, al final alargando la nota.  


Las personas comienzan a aplaudir de nuevo,  no entro a escena, me quedo en mi lugar, viendo como los demás se despiden del público. Oh, Luka no está, supongo que por eso ahora Solange hizo de romeo. 


 —  ¡Elián!— Evania es la primera que llega conmigo, me abraza con dificultad debido a su vestido y me da un beso en la mejilla. Tabita y Sergio también se acercan a mí. Sobre el hombro de Evania veo a Solange, un poco más alejado de todos. Le sonrió. Él inclina la cabeza.


—  es bueno saber que no eres solo un extra mas—  Bastian tiene una sonrisita engreída en el rostro.


— deja en paz al chico, Bastian—  Dante le pone una mano en el hombro. Yo sonrió, y al fin me veo liberado de Evania. 


—  es una pena que luka se lo haya perdido, pero es fantástico, hoy dejaron mucho más dinero que otros días.


—  Dejen a mi violinista estrella de Juilliard—  todos me miran con sorpresa, y siento que me sonrojo. ¿Qué presentación es esa? Lo que es mas ¿no lo sabían? Tampoco es para tanto. Le entrecierro los ojos.


—  me haces sentir como si viniera de Marte. Solo toco el violín—  Solange se para a mi lado.


—  bueno, chicos, tengo cosas que hablar con Elián ¿les encargo la limpieza?— el ambiente se rompe. ¿Quiere hablar conmigo? Le miro, hablando con Moira.


—  Si nunca recoges nada de cualquier modo—  se queja Bastian. Solange me toma del brazo y me saca sin decir nada más del  lugar. Apenas y me dejo volver a guardar mi violín.  Me cuesta un poco seguirle el paso al inicio.


—  oye… ¿Qué haces? Podíamos hablar delante de los demás, tampoco es para tanto—  le oigo reír y se detiene.


—  lo siento, solo pensé que preferirías tener un poco de espacio… tu concierto de ayer fue soberbio. Realmente eres maravilloso.


—  fue bien, voy a volver a las clases y ensayos mañana.


—   oh, ¿ya no vendrás supongo?— eh…. Un momento ¿Qué fue lo que dijo antes? Menciono mi concierto de ayer, no lo de hoy. Ayer. ¿Cómo sabe que paso en ese concierto? ¿Cómo sabe cómo toque?


—  ¿Cómo lo sabes?


—  bueno, si estudias a lo mejor…


—  eso no, mi concierto—  Solange se queda inmóvil. Se pasa la mano por los cabellos desordenados—  estuviste ahí—  susurro. No es una pregunta. Solange estuvo en la reunión.


—  sí.


—  ¿Cómo? Era una reunión privada y…


—  tengo mis contactos. Claro que no fui así, mi preciado violinista—  se ríe.  Ah, claro que no, lo hubiera notado—  quería ver como tocabas una vez más.


—  ¿Por qué?


—  Si no recuerdas la más ligera locura en que el amor te hizo caer, no has amado—  le miro, ¿Qué se supone que me quiso decir?— de cualquier modo, me hizo feliz ver que llevabas mi regalo.


—  ah, eso… si, gracias, me gusto mucho.


—  sabes, viéndote tocar, pienso que si llegas al punto de odiar donde estas, si no quieres volver a ese lugar, yo podría conseguirte un trabajo.


—  ¿Tocando en el parque?— sonrió—  gracias, pero por ahora seguiré ahí, me siento mejor ahora. No creo que haya aprendido eso de poner alma en la música, me gustaría seguir viniendo aquí. ¿Crees que podría seguir viniendo?


—  cuando quieras. ¿Sabes? El otro día que tocaste aquí no pude apreciar bien, pero cuando estas tocando, pones una expresión muy tranquila, es tan evidente que naciste para crear música Elián.  


—  ¿ah, sí?


—  sí. Estaba sorprendido de que tuvieras dudas, llegaste a mi tan dudoso sobre tu talento… ¡Y no hay razón para ello! No cabe duda de que sabemos lo que somos, pero aún no sabemos lo que podemos llegar a ser.


—  hablas chistoso, Solange. Pero gracias, es agradable saber que al menos tu si disfrutas cuando toco.


—  todo un placer, pero me temo que no soy el único que lo hace… Elián ¿crees que podría darte un regalo más?


—  ¿Qué?— ah, ¿mas? no me gusta mucho recibirlos,  mucho menos de alguien que conozco desde hace poco tiempo.  He conocido a personas que son así, que les gusta dar mucho de ellos, y siempre me han incomodado.


—  Otro regalo ¿sí?


—  Si no es muy caro… me sentiría mal si me das algo más.


—  ehh, me temo que te hare sentir muy mal, porque te daré algo que solo yo puedo darte, por eso lo hace mas valioso.


—  ¡¿Qué?! Espera, no…— Solange se ríe.


—  mi preciado violinista, no te asustes. Tú serás quien le dé el valor al final, ya lo veras—  le observo, dudoso.


—  Bien.


—  ah, pero para este obsequio tienes que tener los ojos cerrados—  suspiro y hago lo que dice.  Ríe de nuevo, lo siento más cerca de mí, y algo suave rodea mi frente y cae a mis ojos. Levanto la mano—  no, no, harás trampa, me asegurare que no sea así.


—  ¿y es necesario vendarme los ojos?


—  Si—  me toma de la mano y me hace caminar.


—  ¿qué es esto? ¿Un ejercicio de autoconfianza?— él se ríe más fuerte, y unos pasos adelante me suelta—  Solange… oye… esto no es divertido.


—  no, no lo es. Detente—  ah, al fin—  aun no te quites la venda.


—  ¿Solange?— pregunto cuándo dejo de oírle. No escucho más que el viento y algunas risas lejanas. Algo me hace cosquillas en la mejilla, levanto la mano, pero otra me la detiene—  ¿Qué…?— mi mano sigue sujeta. Siento una respiración cercana, y unos labios sobre los míos.  ¿Me…?


¿Me está besando?


Me siento mareado, y frio, muy frio. No me muevo.


 Solange… él… es un chico… me está besando un chico. Doy un paso hacia atrás.


—  Elián…


—  Suéltame…— me quito lo que me cubre los ojos a tirones. Solange está de pie, con la máscara puesta de nuevo. No... No puedo hacer esto. Me doy la vuelta y me alejo de él.


Solange no me llama.

Notas finales:

Solange no se anda con rodeos :p  Y ahora que las cosas comienzan a componerse para Elian, llega otro problema XD

Nos leemos la siguiente semana.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).