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Cold Love por RozenDark

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Notas del capitulo:

NOTAS: Hola, he regresado y con continuación para ustedes (^3<)/


En fin, los personajes de Yuri On Ice son propiedad de su respectivo autor y los demás de mi propia autoría. Como dije antes, la historia original de “Besar a un ángel” o “Kiss an angel” es propiedad de Susan Elizabeth Phillips, yo solamente utilicé algunos puntos para darle un poco de salsa a la historia xD. Las imágenes utilizadas a lo largo del fic son propiedad de sus respectivos autores.


 


Y sin más que decir, les invito a leer ^3^/

"Castigo Injusto"

 

~.°.~.ღ.~.°.~

 

Yuuri hacia lo que podía para seguirle el paso a aquella mujer de nombre Lilia. La Alfa ya lo había presentado como se debía a los demás integrantes de aquel circo, además de enseñarle con lujo y detalle todo lo que se hacía en el circo.

Si bien, “Ice Castle” no tenía animales y, por ende, no había que atender, ni limpiar jaulas, todos los días en las mañanas, se limpiaba como se debía la pista de hielo. También se debían verificar las casetas en la entrada y hacer la limpieza general del lugar. Hacer inventarios, no solo con lo que las personas de allí necesitaban para vivir, también para las chucherías que vendían para el disfrute del público.

Yuuri lo admitía, estaba nervioso de trabajar en aquel lugar, pero de alguna u otra manera, el trabajo era un tanto parecido al trabajo en el hotel de su madre. Aunque eso no lo tranquilizaba para nada, más cuando su madre y hermana casi nunca lo dejaban ayudar en el lugar.

 

—¿Tienes alguna duda? —

 

Yuuri parpadeo un par de veces, para darse cuenta de que estaban en la caseta de cobro. Espabilo cuando la Alfa lo llamó de nueva cuenta.

 

—Perdóneme, estaba un tanto distraído —, respondió apenado.

—Lilia suspiro de manera cansada —. Dije que por el momento tú te encargarás de cobrarle a la gente —, externó aquello, mientras señalaba la caja registradora —. El proceso es simple, solamente te sentaras a preguntar por la cantidad de boletos, tecleas la cantidad y listo, la pantalla te dirá el precio. Solamente cuando te den el dinero, tecleas la cantidad que te entreguen y así se abrirá la caja —, explicó de manera rápida —. Por lo pronto, te entrego la llave de la caseta, la función empieza a las siete de la noche, así que tienes unas tres horas para acomodarte y darte un baño.

 

El Omega asintió de manera nerviosa, mientras tomaba entre sus manos la llave de la caseta. Obviamente estaba aterrado con aquella responsabilidad, pero debía acatar las órdenes si no quería que su esposo se lo reprochara.

Decidió hacerle caso a la mujer, y fue directamente al remolque donde había visto entrar a Víctor esperando que este lo ignorara, en lugar de mirarlo con repulsión.

 

o.~~.o

 

Víctor por su parte, ya había tomado un merecido y ansiado baño. Justamente estaba preparándose mentalmente para el show de esa noche, todo con ayuda de una foto de el mismo, cuando era un mocoso Alfa con sueños demasiado grandes.

 

—Siempre debo recordar lo idiota que fui en esa época —, se dijo a sí mismo con demasiado reproche.

 

Tuvo que dejar de lado sus tortuosos recuerdos, cuando escucho la puerta de entrada ser golpeada con insistencia. Con rapidez, guardo la foto en uno de sus cajones y lo cerró con llave.

Justo antes de abrir la puerta, respiro de manera profunda para darse valor. Sin duda su peor error, fue aceptar las demandas de aquel Alfa Katsuki, más cuando veía al gordo y desaliñado Omega que tenía como esposo.

 

—¿Por qué tardaste Víctor? —, Lilia no fue nada discreta al preguntar aquello, menos para ocultar su furia.

—Justo salía del baño —, respondió el Alfa de azules ojos.

—Lilia suspiro con resignación al ya saber lo que ese insolente hacia —. No soy quien para decirte nada, solo he venido a traerte a tu esposo. Ya lo he presentado y le he dado la llave de la caseta, él se encargará del cobro y entrega de entradas —, explicó seriamente —. Los veo a las siete en punto en sus puestos.

 

Víctor solamente asintió de mala gana, para después darle paso al lugar a ese Omega.

Yuuri quedó algo sorprendido al ver lo mal que estaba aquel remolque. Si no recordaba mal, durante el recorrido que Lilia le había dado, había visto los remolques de los demás miembros del circo y todos eran nuevos y en muy buen estado, pero el que compartiría con su ahora esposo, no solo se veía oxidado por fuera, por dentro podría jurar que se veía peor.

 

—Como podrás notar, no tengo una mansión, ni tengo dinero para tirar, así que, de ahora en más, vivirás aquí sin queja alguna.

 

Víctor esperaba alguna queja o alguna riña, pero el Omega asintió con la mirada baja. Poco le importó, decidió que mejor descansaba un rato, ya luego se preocuparía en otras cosas.

Yuuri por su parte, decidió que mejor tomaba una ducha y descansaría lo más que el contado tiempo le permitiera.

 

o.~~.o

 

La noche llegó y con ello, el ruido se hizo presente. Víctor por su parte, no tuvo ni un poco de tacto para despertar a su esposo. Se le notaba molesto por haber tenido que hacer, lo que Yuuri debió hacer.

 

—No soy quien, para levantarte, tú deberías estar más atento en tus horarios —, le dijo furioso —. Ve a tu posición o Lilia te va a descontar la paga y créeme, yo no soy quien, ni tengo la responsabilidad de mantener a vagos.

 

El Alfa no espero siquiera al Nipón, simplemente salió ya listo y con sus patines en la mano, sin siquiera mirar atrás.

El Omega por su parte, se puso de pie con aires perezosos, pero a su vez ofendido por las duras palabras de su esposo. Fue a paso lento hacia aquel pequeño cuadrito que era el baño y algo asqueado por cómo se veía se lavó la cara, evitando recordar cómo tuvo que bañarse.

Sin más que hacer, respiro profundo, tomó las llaves de la caseta y salió de aquel lugar, sin recordar poner seguro del remolque.

 

o.~~.o

 

Para cuando llegó a la caseta, la Alfa Baranovskaya lo esperaba de brazos cruzados y el ceño más que fruncido.

 

—¡Lamento mucho mi demora! —, atinó a disculparse con una reverencia.

—Tienes suerte de que aún no hay gente, pero en verdad espero que esto no se repita —, le advirtió seriamente —. Es mejor que comiences a prepararte, porque ya hay gente estacionándose. Después de la venta, vendré personalmente a buscarte para llevarte a ver de qué va la función —, externó aquello.

—¿Solo es una función? —, preguntó extrañado —. Digo, normalmente los circos tienen gasta tres funciones el mismo día.

—La función suele durar hasta tres horas, dependiendo de los actos que nosotros ofrezcamos al público. Por el momento, las funciones durarán dos horas, cuando mucho dos horas y media. Esto se debe a que últimamente no estamos atrayendo la atención como antes, aún cuando Anya y Víctor ponen su máximo esfuerzo.

—Ya veo —, murmuró sorprendido el Omega.

 

No se dijeron más, la Alfa se fue sin decir nada más, dejando al Nipón Omega, comenzando hacer su trabajo como vendedor de entradas.

Al principio el Omega, se revolvía con tantas personas, pero después de unos minutos, le había agarrado la onda al ritmo rápido del cobro y entrega de entradas. Recordando así, sus días en su amada Hasetsu, como cuando ayudaba a su amada madre en aquellos atareados días en los que su posada se llenaba a más no poder.

Fue cuestión de unos treinta minutos, cuando al fin, Lilia llegó para buscarlo. Contó de manera rápida y precisa todo el dinero ganado y lo guardo en la caja registradora. Se aseguró de cerrar perfectamente el sitio.

 

—¿Todo listo? —, cuestionó Lilia con seriedad.

—Sí, conté el dinero y lo guardé donde usted me dijo, también cerré la caseta con llave —, respondió sonriente —. ¿Quería que le diera el dinero? —, inquirió nervioso.

—No. Normalmente después de la función se arreglan esas cosas —, dijo —. Por ahora, quiero que veas el acto del circo.

 

Yuuri asintió ansioso por ver el espectáculo que montaban en aquel circo. En verdad quería ver y recordar aquellos días de su infancia, cuando veía por televisión al joven patinador ruso, Vitya Nikiforov.

 

o.~~.o

 

Si le preguntaran a Yuuri, si no estaba maravillado con lo que veía, él mentiría si dijera que no. Aquel espectáculo era magnífico, todos ponían de su parte, para hacer posible aquello, pero al fijar su mirar en el público, veía que se estaban aburriendo, y no era para menos. Si bien en el turno de los otros, fue más que magnífico, la pareja de ahora no tenían sincronización alguna.

Víctor se movía con toda la gracia y elegancia tan característica en él, pero Anya no lo hacía, aún con su perfecta belleza y sus aires llenos de grandeza, la Beta no era buena para hacer pareja de patinaje con aquel Alfa.

 

—Tú también lo notaste, ¿no? —, Lilia preguntó aquello, sin dejar de mirar a la pareja en el hielo.

—¿Disculpe? —

—Que Anya no es lo que dice ser. No atrae la gente que dice atraer y lo más importante, no tiene sincronía alguna con Víctor —, respondió sin tapujo —. Es una lástima que nadie más acepte estar con Víctor en la actuación.

 

Yuuri asintió ante las palabras de la Alfa. De alguna u otra forma, creía entender la razón por la que nadie quería actuar con aquel Alfa, después de todo, una cosa es ser amigos y otra ser compañeros de trabajo.

 

—¿Y por qué nadie quiere ser la pareja de Víctor? —, preguntó algo intrigado, aun así, esperaba a que la Alfa le respondiera.

—Lo has visto. Puede que tenga una cara de ángel que no es capaz de romper un plato, pero él no es nada agradable desde hace un buen tiempo —, respondió Lilia, sin decir nada más del pasado del Alfa Felstman.

 

Yuuri asintió aún más intrigado, es decir, podía entender el porqué del odio de Víctor hacia su persona, pero se supone que aquellas personas eran conocidos y amigos, ciertamente no podía entender a ese Alfa. Además, a su buen ojo, hasta el joven Omega Plisetsky era mejor patinador que aquella Beta, incluso podría afirmar a que Yuri Plisetsky podría atraer más al público si él y Víctor hicieran pareja durante la actuación.

Y no es que denigre el acto de Anya, eso sí que no. El acto de la Beta Petrov, si bien era bueno, dejaba mucho que desear en lo que el patinaje se refiere, y al parecer, la única manera en la que la joven atraía gente, era cuando coqueteaba con cuanto hombre del público se cruzara y eso lo demostró cuando el show dio por terminado.

No pasó mucho tiempo, cuando él y Lilia estaban en la caseta, viendo salir a todas las personas, cuando de manera repentina, Anya Petrov apareció haciendo gala de todas sus “armas” para llamar la atención de alguno que otro Alfa o Beta.

 

—Muy bien Yuuri, es hora de ver el dinero —, dijo Lilia en voz alta, mientras abría la caseta.

 

Yuuri asintió ansioso y nervioso, esperando no haberse equivocado con sus cuentas. Pero se preocupó y angustio demasiado cuando vio que la Alfa contaba todo el dinero ganado, unas cuatro veces más.

 

—¿Cuánto se supone que reuniste Yuuri? —, preguntó con seriedad.

—Yuuri dio un saltito ante aquella repentina pregunta —. Estoy seguro de que se juntaron unos quince mil dólares —, respondió más que nervioso.

—¡Ya veo! —, murmuró con molestia —. ¿Entonces por qué solamente hay diez mil dólares? —, inquirió furiosa.

 

Si había algo que a la Alfa Lilia Baranovskaya le enfurecía, era que le quieran ver la cara de estúpida, ella había tratado de manera dura, pero cordial a aquel Omega, y este le había pagado de aquella atroz manera.

 

—No lo sé —, respondió como pudo —. Yo conté el dinero, por lo menos unas cinco veces y lo dejé donde usted me dijo, también cerré la caseta. ¡Usted lo vio! —, Yuuri estaba nervioso. Estaba completamente seguro de que había hecho las cosas bien.

 

Anya por su parte, aún seguía en aquel lugar, acompañando a un hombre Alfa, hacia la salida. Obviamente había escuchado todo lo que Lilia discutía con aquel afuerino, así que, sin evitarlo, se acercó a la mujer, todo de una manera demasiado presuntuosa y orgullosa.

 

—Tal vez deberías ir a su remolque y revisar sus pertenencias —, sugirió —. Digo, ¿no fue para nada al baño o algo?, además, si es como dice, es muy probable que no oculte nada.

 

Petrov no espero respuesta, simplemente se alejó de ese par, para regresar con aquel Alfa y acompañarlo a la salida. Al menos estaba segura de que había metido la intriga en Lilia.

 

—Sabes que debo revisar tus cosas —, murmuró, de acuerdo con lo dicho por la Beta. Recordaba muy bien que hubo un momento en el que el Omega fue al baño. Miró con dureza al Nipón, mientras se disponía a caminar.

—Lo sé, pero me parece algo injusto, puesto que yo no he robado nada —, respondió nervioso el Omega.

 

o.~~.o

 

Víctor se sorprendió al ver y escuchar la manera en la que entró Lilia a su remolque, pero al ver la mirada que esta traía y la mirada nerviosa del Omega, supo que algo no andaba bien.

 

—¿Qué hizo? —, preguntó con seriedad.

 

Lilia se calmó, aunque sea un poco al notar como Víctor liberaba su furioso aroma Alfa, poniendo aún más nervioso al pobre Omega.

 

—¡Víctor, esto lo arreglo yo! —, sentenció seriamente —. No voy a mentirte, falta dinero y el único sospechoso es tu esposo —, respondió —. He venido para revisar sus cosas.

 

El Alfa Felstman asintió completamente enojado. Le dio paso a la mujer, pero no permitió que Yuuri entre siquiera.

No pasó mucho tiempo, cuando Lilia dejo de revisar. Se dio la vuelta con el fajo de billetes faltantes y su mirada denotaba una gran decepción dirigida al Omega.

 

—Esto significa un gran castigo —, le dijo —. Cada persona de este circo, trabajó duramente por el dinero. Este dinero se reparte en partes iguales y crees merecer más con tan solo unas horas en el lugar.

—¡Yo no robe nada! —, alegó el Omega con desesperación.

—¿Y cómo llegó el dinero donde estaban tus pertenencias?, ¿fue magia, quizás? —, Victor golpeó con fuerza la puerta de entrada, asustando aún más al nervioso Nipón —. Yo me encargo del castigo Lilia.

—Lo siento, pero ya te he dicho que yo personalmente me encargaré.

—Víctor la miró mal —. Lo siento, pero no —, dijo —. Es mi esposo, aunque odie decirlo, por lo tanto, cualquier error que él cometa, a mí me perjudicara, además, tú no harás nada para que pague como se debe.

—Te lo advierto niño, no voy a permitir que hagas algo de lo que tú también te puedas arrepentir —, le dijo seriamente.

—No te preocupes Lilia —, el Alfa miro con burla a su nervioso esposo —. ¿No dijiste que necesitabas que alguien entretuviera a los niños? —, preguntó —. Bien puede usar la botarga para vender toda la mercancía infantil y repartir folletos en la calle, ¿no, Yuuri?

 

El Omega se había asustado con aquella mirada. Porque aquella mirada, no traía nada bueno consigo.

 

o.~~.o

 

Ya había pasado una larga semana con aquel injusto castigo y Yuuri podía jurar que había bajado más de tres kilos, no solo por la depresión que su “esposo” le hacía pasar, también porque todo el día, hasta altas horas de la noche, debía usar aquella fea, pesada y maloliente botarga con forma de un cerdito, que hasta a él asustaba.

Y, por si fuera poco, cada que pasaba cerca de algún miembro del circo, estos murmuraban a sus espaldas toda clase de improperios hacia su persona. Con todo eso abrumándolo, Yuuri no creía poder resistir.

 

—¿Y a dónde va el marrano ladrón? —, preguntó con burla la Beta Petrov.

 

Para nadie pasó desapercibida la reacción del Omega japonés. Este había apretado con fuerza sus puños, hasta tornarlos blancos.

 

—Iré a lavar esto —, respondió, mientras señalaba de mala gana aquel disfraz.

—¡Oye!, yo he tenido la decencia de hablar contigo, a pesar de que eres un sucio ladrón y me respondes de esa manera —, Anya se acercó sin miedo alguno a ese insolente —. ¿Qué me dice que no te llevas algo más y por eso tienes tanta prisa? —, preguntó aquello, feliz de haber insertado más dudas en los demás habitantes del circo.

 

Yuuri estaba harto. Ese día no era el indicado para hacerlo enojar. Despertó con un terrible dolor de cabeza y cuerpo y lo que quería hacer, era llegar a ese sucio lugar al que debía llamar “hogar” y dormir hasta que su tormento vuelva a iniciar al día siguiente, pero aquella mujer no se lo permitía. No lo pensó ni dos veces, lanzó al suelo la odiosa botarga y se acercó a la Beta.

 

—¡Puedes revisarme si gustas! —, exclamó furioso —. No tengo nada que esconder.

 

Anya Petrov se quedó helada al ver las miradas llenas de reproche dirigidas a su persona. Vio con odio al Omega y sin decir nada más, decidió retirarse, con una idea un tanto más divertida.

 

—¿Alguien más quiere decir algo? —, preguntó el Omega.

 

Nadie dijo nada más, simplemente decidieron retirarse a descansar a sus remolques. El Omega por su parte, decidió recoger aquella botarga e ir directamente a lavar aquel infierno con el que estaría atado por un mes más.

 

o.~~.o

 

Para cuando Yuuri logró llegar a su remolque con aquella botarga, ya era media noche. Se extrañó de ver las luces encendidas, pero no le tomó importancia, simplemente colgó como se debe la botarga y se adentró al lugar, llevándose la sorpresa de ver a Víctor esperándolo.

 

—¿Así que sigues haciendo de ladrón?, ¿acaso no fue suficiente el castigo que te di? —, inquirió de manera fría.

—¿Perdón? —, Yuuri no entendía a lo que Víctor quería llegar —. Fui directamente a lavar la botarga, aun sabiendo que no se secaría para la mañana —, explicó.

—Víctor rio divertido —¿Y yo me voy a tragar eso?, ¿no? —, formuló aquellas preguntas —. Anya personalmente me dijo que andabas muy sospechoso, y no, no voy a revisarte, porque lo más seguro es que ya lo escondiste. Pero créeme, esto solo hará que tu castigo aumente —

—¡¡NO!! —, gritó fuera de sí —. Ella me agredió, puedes preguntarle a cualquiera. Yo solo la puse en su lugar.

—Por favor Omega, no voy a creer nada de lo que me digas —, Víctor se acercó furioso al menor, no creyendo en su insolencia al tratar de defenderse y menos al hablarle de aquella manera a un Alfa como el —. Es muy obvio lo que sucedió, un Omega acostumbrado a tener en bandeja de plata lo que quiere, no puedes soportar el trabajo. Tu madre y tu hermana no hicieron nada bien contigo.

—Yuuri lo miró con rencor —. No las metas a ellas —, murmuró como pudo.

—El Alfa ensancho su sonrisa —. Tu padre me habló mucho de todas las tonterías que haces, de cómo eras tan inútil para tu pobre madre, no solo por ser un vago —, calló por un momento —. También como un Omega casadero. Mira que esperar a tener a tu madre y hermana muertas, para hacer que tu padre te case de una manera en la que parece como si él hubiera pagado para que estén contigo.

 

Víctor estaba furioso, sí. Si había algo que lo hacía enojar, era ver a algún oportunista querer sacar ventaja. Así es como veía a aquel Omega ladrón, pero todo fue de mal en peor cuando sintió un leve golpe en su mejilla.

No supo cómo, ni porqué, solo tenía en cuenta de lo que había hecho, cuando volvió en sí y vio a su esposo tirado en el suelo, una mano en su mejilla y liberando su dulce aroma lleno de terror.

Algo en ese aroma, despertó una parte de su antiguo yo, una parte que creía haber olvidado.

 

—¡Lo lamento Yuuri! —, quiso acercarse al Omega, pero este salió huyendo al baño.

 

Yuuri solo podía escuchar los incesantes golpes que el Alfa otorgaba a la puerta, todo mientras se veía con insistencia al espejo, haciéndose la muda promesa de hacer que Víctor Felstman se trague sus palabras. Él no sería más aquel gordo y desaliñado Omega, no señor.

Yuuri recuperaría el peso que tenía antes de perder a su amada familia y retomaría su amado patinaje, para hacer a Víctor caer ante su seductor baile.

 

—¡Quiero ser la mujer más hermosa de la ciudad que seduce al galán! —, murmuró aquello que su antigua entrenadora solía decirle —. Sacaré a relucir el Eros que llevo dentro y haré que caigas a mis pies, Víctor Felstman —, murmuró aquello, recordando los consejos que daba su héroe del patinaje, Vitya Nikiforov.

 

 

Continuará

Notas finales:

NOTAS: ¿Y alguien creía que todo sería igual a la historia original?, aquí podrán notar que no es así xD


 


Pero bueno, esto fue todo para este capítulo. Y si les gusto y me lo hacen saber con sus hermosos comentarios, se los agradeceré muchísimo (^3<)/


Y bueno, cualquier falta ortográfica, no duden en informarme xD


Y como buena persona que soy, les doy adelanto de lo que pasará en el próximo capítulo…


*Yuuri logra llegar a su peso ideal.


*Yuuri convence a Lilia para que lo entrene y lo deje patinar en el último número como sorpresa para todos.


*Víctor queda fascinado con esa nueva faceta de su marido.


Todo eso y más en “Sacando El Eros Que Llevas Dentro”


Y si el fic es de su agrado y me lo hacen saber con sus hermosos comentarios, se los agradeceré muchísimo :D


En fin, nos leemos pronto


Chau chau (*_-)/


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