Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cada noche contigo por Korosensei86

[Reviews - 53]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Apoyados en un asiento que no se amolda a la forma de mi espalda, mis hombros tiran dolorosamente de los músculos de mi nuca, como un viento huracanado tira de unas velas demasiado hinchadas. El sueño de esta noche ha sido profundo y reparador, a pesar de lo cual, mi cuerpo aún padece las consecuencias físicas de un viaje al otro lado del mundo. Profundo y reparador... si no fuera por esa idea atascada que como una termita superviviente amenaza con devorar mis neuronas por dentro, una y otra vez: la certeza cada vez más demostrable de que venir a este lugar no tiene sentido alguno más allá de un absurdo acto de masoquismo.

Coloco la cabeza sobre el cristal de la ventanilla, en la espera de que el frío que el mismo retiene me despeje. Existe un lógico parloteo de fondo en el bus, pero yo no tengo a nadie con quien hablar. A mi derecha, Jaume sigue en su estado medio dormido de robot altamente eficiente que suele durarle al menos hasta media mañana. Sé por experiencia que es mejor no intentar intercambiar con él más de un comando complejo a la vez o te arriesgas a saturar su sistema. Todavía más a mi derecha, en otra fila de asientos, Neus observa la ciudad desde la ventanilla contraria, con una concentración despojada del entusiasmo hiperazucarado del día anterior. La conozco lo suficiente para entender que sigue cabreada conmigo por mi desplante de ayer, y como la conozco, sé que es mejor no insistir. Solo servirá para que se atrinchere más y más en sus posiciones y utilice mis intentos de diálogo como artillera pesada. En fin, ya se le pasará si quiere. En momentos como estos, siento verdadera compasión por Germán, un pobre iluso que no sabe dónde se ha metido. Bueno, me consuelo, dentro de poco toda esta mierda en la que yo también me metí porque quise terminará. Entonces, volveré a Barcelona, tendré que ponerme a empollar como un cabrón para recuperar todo el tiempo perdido y poder terminar el curso y la Evau y luego podré fingir que nada de esto ha ocurrido y seguir con mi vida.


Y sin embargo, por mucho que intente convencerme de lo contrario, vuelvo a otear cada paso de cebra, cada ventanilla de cada vehículo que pasa a mi lado, en busca de una excusa con la que abrirme aún más una herida que me empeño en no cerrar. Y entonces, los hombros me duelen más y más, y me ajusto la cremallera de la sudadera del dojang, y me pregunto si podré entrenar hoy o solo terminaré por autodestruirme del todo.

Al cabo de unos diez minutos, los edificios del campus hacen aparición en el horizonte. De pronto, una especie de enorme cacharro con forma de A con apéndice vertical se cierne sobre la carretera, como una boca triangular de monstruo. Parpadeo desconcertado. Parece sacada de una compilación de las rotondas más feas del mundo, pero antes de que termine de pensar en ello, ya la hemos atravesado. El bus nos deja cerca de la primera acera que ve. A pocos metros de nosotros, un autobús local descarga decenas de estudiantes atareados que corren como diligentes hormiguitas a lo que supongo que serán sus clases: todos con el pelo liso bien cortado, todos con esa cara tan seria que parece fabricada en masa, todos tan iguales los unos a los otros, tan distintos de mí. Si encontrara a Jin entre ese ejército de universitarios sin rostro, destacaría como una pepita de oro en una mina de carbón. El motor deja de vibrar y las puertas del bus se abren para permitirnos bajar.

—¡Pues ya hemos llegado! —evidencia un Jaume con todas sus funciones operativas.

—Yupi —murmuro yo irónico, mientras me preparo a estirar las piernas.

—Antes de iniciar las sesiones de entrenamiento, tengo que encontrarme con el Sabon de nuestro dojang de intercambio para discutir unas cuestiones —anuncia Jordi, micrófono en mano —Hasta entonces, tenéis tiempo libre para pasear por el campus. Eso sí, a las 11:30 de la mañana— la mirada rapaz de Jordi se me clava desde el otro lado del bus— NI UN MINUTO MÁS TARDE, deberéis estar en el Centro Deportivo de la universidad para iniciar las prácticas. Os vamos a entregar un mapa para que no os perdáis. Ahora bajaremos del bus. Haced el favor de llevar vuestras bolsas y uniformes con vosotros. ¡No os dejéis nada!

—¡Sí, Sabon-nim! —asentimos todos, con voz apática, mientras nos vamos levantando uno a uno de nuestros asientos.

Cuando descendemos, nos topamos de bruces con un edificio enorme de granito y hormigón. Unas letras no menos imponentes rezan en perfecto inglés: “Faculty of Engineering. National University of Seoul”. Y es así como me doy cuenta de que estoy mirando como un pasmarote la fachada de una facultad en la que nunca voy a estudiar con mi hermana y mi mejor amigo al lado. Total, solo hace falta alzar un poco más la vista para percatarse de que estamos rodeados de edificios igual o más impresionantes si cabe: unos pobres paletos occidentales en una cordillera de academicismo coreano.

—¡Compadre, este sitio es brutal! —silva Jaume.

—¡Y que lo digas, este campus es como cinco veces el de la Autónoma...! —comenta Neus, mirando el mapa- Y aún estamos lejos del Centro de deportes... No entiendo cómo pretenden que lleguemos ahí a tiempo. Bueno, habrá que empezar a andar. Si vamos por ese camino de la derecha...

—Mira como se quiere hacer la jefa —mascullo yo, irritado.

—¡Oye, nen! ¿A qué viene eso? —me increpa Jaume extrañado— ¿Por qué eres tan borde de pronto con tu hermana?

—Porque ha nacido amargado —replica Neus sin levantar su insultante mirada de sabelotodo del mapa.

—Será que tengo una metomentodo como hermana...—sugiero irónico—. Además, ¿qué haces con la camiseta de ese grupo puesta? ¿Te parecía que llamabas poco la atención? ¿Quieres montar otro numerito como el de ayer en el palacio?

Jaume gira el cuello para mirarnos tanto a Neus como a mí, como si siguiera un intenso partido de tenis protagonizado por los dos.

—¿Pero qué coño os ha dado de pronto? ¡Si ayer estabais de tan buen rollo!—se pregunta intrigado.

—Eso es lo que tú te crees —se burla amargamente Neus.

Jaume arruga las cejas sin entender. Las palabras de Neus parecen haberle creado un error interno en su sistema. Pese a ello, vuelve a la carga, a riesgo de sobrecargarse.

—¡Pero Neus! ¿Tú no estabas tan contenta de estar aquí? —indaga.

—Lo estaba —se queja ella— Pero alguien me ha fastidiado el viaje... ¡Como siempre!

Yo suspiro amargado: la Neus y su manía de hacerse la víctima. Jaume se vuelve hacia mí, para hablar a parte, mientras deja que mi hermana se regodee en su mal rollo.

—Tío, ¿se puede saber qué le has hecho? —me interroga Jaume con actitud de poli bueno.

—¡Ya estamos! —protesto— ¡¿Y por qué tengo que ser yo el que le haya hecho algo y no al revés?! ¿Has pensado en esa posibilidad o ya estás de su parte?

—Nen, que yo no estoy de parte de nadie, solo quiero saber qué co...— Jaume se interrumpe de pronto, con la vista puesta en la lejanía. Soy testigo de cómo en su mirada aparece una evidente señal de alarma—. ¡Qué cojones!

—¿Qué pasa?  —me giro yo, asustado.

—¡LA NEUS, QUE SE HA PIRADO SOLA! —grita histérico—. Joder, que solo me he vuelto un segundo.

—¡¿Qué coño me estás contando?! —grito yo a coro— ¡No me jodas, que es la que lleva el mapa! ¡NEUS, TU PUTA VIDA!

—Lo que nos faltaba, nen —lloriquea Jaume—. ¡Esto es culpa tuya por meterte con ella!

Pronto comprobamos en nuestras carnes que mi hermana tenía demasiada razón: el sitio es enorme. Me encantaría poder pasear tranquilamente por la cantidad de preciosos jardines y plazoletas del que está cuajado como joyas en una corona exageradamente fastuosa, pero me temo que estamos un pelín ocupados intentando buscarla. Terminamos corriendo, sorteando mareas de coreanos, demasiado sorprendidos de ver a occidentales como para encima evitarlos cuando corren. Y mientras tanto, las manecillas del reloj avanzan inexorables. Justo cuando le había prometido a Jordi que nos comportaríamos, la cagamos de estas maneras. Nos va a matar. Algo duro da al traste con mi carrera, tanto que tengo que hacer un esfuerzo para no perder el equilibrio. Desde el suelo alguien me grita como si regurgitara veneno.

—Neo mwohaneungeoya, neo oegyein? (¿Qué haces, extranjero de mierda?)

Levanto la vista y entonces le reconozco: ese rictus de anfibio en una boca demasiado larga para un rostro tan achatado, esos ojos como carboncillos brillando de rabia, imbuidos en superioridad; ese flequillo repelente que no enmascara la fealdad de su cara de trapo, esa actitud prepotente de niñato pijo, todos esos pringados que le ayudan a levantarse... Es el hijo de puta que hizo daño a Soo Jin. Mis puños se retuercen de rabia. Cuando el muy cabrón osa volver a dirigirme la palabra, parece que se está esforzando en echar una flema por la garganta.

—Dodaeche dangsin-i eodieseo chajgo iss-eossseubnikka, eung? (¿A dónde demonios ibas mirando, eh?)

Yo me limito a sostenerle la mirada. No es solo que no entienda ni papa de lo que me está chillando, es que una furia silenciosa ha permeado todos mis músculos y tengo ya bastante con retenerla dentro de mi cuerpo como para además permitirme el lujo de dialogar. El bello rostro de mi Soo Jin deformado en la profanación, los meses de vergüenza y odio hacia sí mismo, la incapacidad de aferrarse a la vida, la certeza de no merecerse ser amado... todo ese sufrimiento gratuito que padeció el ser más hermoso que he conocido fue provocado por la asquerosa criatura que tengo delante. Me muerdo los labios y aprieto los puños un poco más para no ceder a todas las ideas tentadoras que inundan mi mente enajenada.
Sería tan fácil... tan, tan fácil...

Entonces, el muy desgraciado se atreve a cogerme de la sudadera. Mis pulmones chupan oxígeno hasta casi vaciar el aire de alrededor.

— Mwoga jalmos dwaess-eo, bil-eo meog-eul oegug-in? neo sagwahagieneun neomu babo ya? —escupe— AH? (¿Qué pasa, maldito extranjero? ¿Eres demasiado estúpido para disculparte? ¿EH?)

No sé cómo uno de mis puños se ha liberado de la prisión que yo mismo les había impuesto y ha terminado agarrado al antebrazo izquierdo del tipo. Debe de hacerle daño, pues le oigo soltar un chillidito lastimero mientras afloja un poco esa mano. Pese a todo, me esfuerzo por encauzar toda mi ira solo a través de mi mirada. Me enfoco en sus ojos de alimaña como si quisiera derretirlos con una imaginaria visión de láser. Entonces, veo que se da cuenta: ha tenido que ponerse de puntillas para asirme de la ropa porque soy bastante más alto que él. Le debo de sacar dos cabezas como poco, y como si esto no fuera indicador de la mala idea que es tocarme los huevos, estoy muy, pero que muy cabreado. Tanto él como sus amigos ya han empezado a echarse instintivamente hacia atrás. En sus feas caras se dibuja la divertida expresión de estar a punto de cagarse de miedo ahí mismo. Afortunadamente, el brazo de Jaume tira de mí antes de que se me ocurra cometer alguna locura.

— We are sorry —exclama un asustado Jaume, mientras me hace recular envuelto en reverencias—. Very, very sorry.

El tipo se recoloca la ropa y el pelo, como si creyese que con eso recuperase parte de una dignidad que nunca tuvo y vomita alguna maldición más en su idioma antes de desaparecer de mi vista. Por suerte para él ya yo tengo demasiados problemas ahora mismo como para perseguirle y asestarle la paliza que se merece. Además, tengo a Jaume a mi lado, actuando como la voz de mi conciencia.

—Nen, ¿Qué te ha dado de pronto? —me susurra aterrorizado— Has puesto una cara, tío, que es que no parecías ni tú. Y menos mal que solo habéis chocado... Si te llega a mentar a la madre, lo planchas contra el suelo, vuelta y vuelta, a lo Hulk.

—Siento haberte acojonado —me disculpo—. Digamos que me recordó a alguien que le había jodido la vida a otro alguien importante para mí. Y me dieron ganas de reventarle la puta cabeza...

Una gran interrogación se dibuja por encima de la cabeza de Jaume.

—Tío, hoy estáis raros de cojones —exclama—. No me estoy enterando de nada. Anda, vamos a buscar a Neus y mientras la encontramos intenta no ir matando coreanos por el camino como si esto fuera una versión asiática de La Purga.

—Haré lo que pueda —prometo a regañadientes.

Tengo muy claro que si me vuelvo a encontrar con ese engendro, lo reventaré vivo. Es lo que hay.

Jaume y yo continuamos caminando por el interminable campus, flanqueando facultades y atravesando jardines bañados por una extraña lluvia blanquecina de pétalos. Vamos siguiendo los carteles que de vez en cuando aparecen escritos en inglés. Albergamos la esperanza de que si no encontramos a mi hermana a tiempo, al menos podremos llegar al Centro de Deportes a tiempo.

Al final llegamos a otra plaza bordeada por bancos, en la que resuena una alegre y pegadiza melodía. En mitad del césped, podemos distinguir un grupo de chicas, practicando una curiosa coreografía. Son unas cinco o seis. Llevan el pelo oscuro atado en los más diversos estilos de coletas. Enmascaran su diminuto cuerpecito con amplias camisetas por cuyo cuello en ocasiones se cuela algún hombro indiscreto. Llevan shorts que se esfuerzan en hacer honor a su nombre, cubriendo algunas la ingente cantidad de pierna sobrante con medias negras. Pronto reconozco una voz familiar, una voz experta en destrozar las letras en coreano. En uno de los bancos, hipnotizada como un niño delante de una peli de superhéroes, está mi encantadora hermana.

—SORONDA MI LAIKI, MI LAIKI, LAIKI, LAIKI, CHURUN CHURUN CHURUN HEART! HEART! —vocea Neus, ajena al ridículo que está montando.

Y como si esto no fuera lo suficientemente bochornoso, la muy friki empieza a seguir la coreografía poniendo sus dedos en forma de flecha que dispara por encima de clavícula y arco de la cara.


—¡Neus! —la llamo— ¡Yo te mato! ¿Dónde coño te habías metido?

Pero, como es habitual en mi adorada hermanita, cada vez que el K-pop entra en juego, lo demás pasa a un segundo plano.

—¡Calla, que esta me la sé! —continua canturreando y danzando como si tal cosa— GONDA YAO YAMADO DA UO YIGAKALGEEE DOYO GUNDOOOOOOL...

— ¡Neus, no me jodas! ¡Que tenemos que llegar al punto de reunión! ¿Recuerdas? ¡Tenías que acompañarnos! ¡Era tu deber como adulta responsable!

—SOUNA MI LAIKI, MI LAIKI, LAIKI,LAIKI... CHURUN, CHURUN... CHURUN... —prosigue ignorándome.

— Jaume —le pido a mi colega, volviéndome hacia él—. Dile tú algo, que a ti te escucha...


Pero mi mejor amigo acaba de sufrir su propio proceso de abducción... Dios, reconozco qué quiere decir esa expresión de palurdo babeante al primer vistazo.

—Nen, ¿te has dado cuenta de lo tremendas que están esas pavas? ¡Mira, la del centro! ¡Mira! Pedazo piernas que tiene la coreana esa. ¡Y qué culazo! ¡Bua!

—Jaume, tío —le imploro— ¡Resiste! No me abandones tú también.

—Y una cosa te voy a decir: para ser delgadita tampoco va mal de tetas...—prosigue Jaume con su crónica pornográfica—. Ya sabes que ese es un detalle a tener en cuenta.

—Estamos perdidos —me rindo al fin.

La música cambia, dejando sonar unas solitarias notas de guitarra que pronto son acompañadas por un saxo repetitivo y machacón. Mi hermana, todavía en su viaje personal por los grandes éxito del K-pop no podía sino conocerla.

—¡¡¡ OH, DIOS MÍO!!! ¡¡¡ES BBOOM BBOOM DE MOMOLAND!!! ME FLIPA ESTA CANCIÓN!!! —chilla cual verdulera.

—No me digas —mascullo yo, hastiado.

Pero entonces lo flipamos de verdad. De repente, alguien detiene el altavoz que el grupo de chicas estaba utilizando. La del centro, la misma que Jaume no ha perdido ni un minuto de vista, empieza a hacernos señas.

—Neus, creo que quieren que vayas —me atrevo a suponer, sin siquiera llegar a creérmelo del todo.

Neus, igualmente sorprendida, se señala con el dedo intrigada. La del centro la responde con un gesto afirmativo de cabeza y una agradable y hospitalaria sonrisa. A mi hermana le falta tiempo para ir a reunirse con ellas. Así, tras lo que parece ser una especie de aclaraciones iniciales, la canción vuelve a sonar desde el principio. Neus, por su parte, se integra en la coreografía con una facilidad alucinante, como si llevara meses practicando con esas chicas todos esos movimientos tan medidos. Así, al llegar a lo que parece ser el estribillo, todas empiezan a sacudir lentamente la cadera, dejando el brazo izquierdo levantado a la altura del pecho y levantando en ondas el derecho hasta tocarse la mandíbula y la cabeza. Luego, ambas manos tocan los hombros para volver a la extraña posición de inicio y luego realizar lo que parece ser una especie de Dab dance, combinada con un rápido juego de pies. Y vuelta a los saltitos idiotas del inicio... ¡Hasta son capaces de imitar un interludio de algo similar al hip hop en el que se quedan medio sentadas en el suelo con la pose relajada de un MC y para luego soltar los puños al aire con actitud de chungas! Pero solo es un segundo, porque enseguida vuelven los gestos monosos en las manos y las caderas hipnotizantes, en un ciclo aparentemente interminable que deleleita a Jaume y a mí no hace más que minarme la paciencia. Por fin, las bailarinas terminan la canción con los brazos en el aire y la respiración agitada por la ejecución de una coreografía que aunque cursi no debe de ser tan fácil de realizar. Ese es el momento que aprovecho para intentar recuperar a mi hermana.

—¡Venga, va! —le exijo, cogiéndola del brazo— ¡Ya has tenido tu momento de diversión! ¡Ahora nos vamos!

—¡Que me dejes!—me grita ella, sin reparar en lo infantil y caprichoso de su actitud.

En ese momento, la chica del centro arruga el entrecejo en una mirada de confusión y reflexión a partes iguales.

—Jamkkan ... geuge ... seupein-eo ya? ( Un momento, ¿Eso es... español?) ¿Hablasss espanyool?

Autómaticamente, como respondiendo a un botón pulsado en nuestras espaldas, todos nos volvemos hacia ella, procurando no caernos de culo por la sorpresa:

—¡No me jodas! ¡Aquesta coreana parla castellà! —suelta Jaume, con los ojos como platos.

—¿Sabes hablar español? —pregunta Neus, más rápida de reflejos.

—Sssí, un poquicho —responde ella visiblemente encantada, tras lo cual nos hace una reverencia—. Me llamo Park Ha Neul. Ha Neul sinifica cielo en coreano.

—Yo soy Neus —saluda mi hermana—, Y significa Nieve en catalán.

—¿Catalán? —pregunta ella, parpadeando como una de esas muñequitas japonesas de ojos enormes.

—Sí, es que venimos de Barcelona.

— ¡Balserona! ¡Qué interesante! —exclama ella con sincero entusiasmo—. Disen que es una siudad perusiosa!

Entonces, Jaume recupera sus instintos y aparta a mi hermana para intentar acaparar a tal Ha Neul.

Ha Neul... ¿De qué me suena ese nombre?

—Hola, yo soy Jaume —se presenta él engolando la voz y poniendo una ridícula cara de machote aguantándose la ganas de ir al baño—, que en catalán significa: “el amante generoso y ardiente que conquista todos los corazones”.

Tras una sonrisa forzada de incomprensión, la pobre muchacha se toma la soberana gilipollez que acaba de soltar mi amigo como una broma y se la ríe.

—¡Eres muy gurassssioso! —dice— ¡Encantada de conosssserrrte, Jaume!

—Yo sí estoy encantado de conocerte, créeme —replica él, sin perder tiempo en limpiarse la baba.

—Vi que llevasss una camisssetta de BTS —le comenta la chica a mi hermana, pasando por completo del infeliz de Jaume.

Por su parte, mi hermana vuelve a enchufarse modo fan loco del K-pop.

—¡SÍIII! ¡ES MI GRUPO FAVORITO! —chilla.

—¡NO PUEDE SSSER! ¡EL MÍO TAMBÉN! —exclama la tal Ha Neul y no sé cómo terminan las dos cogidas de las manos y dando saltitos. Debe ser el saludo internacional de las fangirls.


—¡Un momento! -le pide mi hermana, separándose de ella un instante— ¡Dime quién es tu miembro favorito de BTS!

—¡Rap Monster! —responde la coreana.

Los ojos de mi hermana se agrandan todavía más.

—¡Ay, Dios Mío! ¡No me lo puedo creer ! ¡TAMBIÉN ES MI FAVORITO!

Y venga a gritar y abrazarse otra vez.

—Tía, ¿no estás harta de que digan que es el más feo del grupo? —se indigna mi hermana.

—¿Quéeeeeeee? ¡Esss mentira! —se ofende Ha Neul— Esss muy, muy guapo.

—¡Eso es! —afirma Neus— ¡Lo que pasa es que no tiene la típica cara de idol como Jungkook o Jimin!

—Claro, tiene una cara distincha pero bonita —confirma Ha Neul totalmente convencida—. Y rapea muy, muy bien.

—Es el mejor rapero del grupo —se reitera mi hermana. Yo por mi parte he visto conversaciones sobre fútbol menos apasionadas—. No digo que Suga o J-hope no lo hagan bien, pero es que nadie puede compararse con RM... ¡JO, TÍA! —vuelve a gritar mi hermana— ¡NO PUEDO CREER QUE HAYA CONOCIDO A OTRA ARMY EN COREA! ¡ERES MI NUEVA BEST FRIEND FOREVER!

Neus vuelve a abrazar a esta chica a la que acaba de conocer, como si quisiera quebrarla por la mitad. Aunque la afectada no parece muy molesta...

—¡AMIGAAAA! —grita ella con su adorable voz de pito— Pero, ¿ssabes qué? Yo tenía entrradas par consssierto de BTS...¡Pero no me dehan irrr!

—¡NO! —se escandaliza mi hermana— ¿Quién es el monstruo capaz de semejante atrocidad?

—Los del club de Taekwondo... —gimotea Ha Neul.

—¿Taekwondo? Nosotros estamos buscando ese club —interrumpo yo.

—¡Sí! Soisssss los espanyolesss que venían al club, ¿no? —concluye Ha Neul.

—Así es —contesto yo— ¿Puedes llevarnos al Centro de Deportes?

—¡Pau, déjala tranquila! —se queja Neus— No le metas prisa.

—Pues como no le meta prisa, vamos a llegar tarde —tercio yo, cada vez más cabreado—, Y te recuerdo que te han dejado a ti a nuestro cargo.

—¿Pau? —susurra una suave voz con acento coreano.

Ese instante es el que Ha Neul, la chica que acabamos de conocer bailando en el campus, se queda callada un momento, como si su mente estuviese efectuando un cálculo muy complejo. Al poco tiempo, noto cómo me repasa con los ojos, de arriba abajo, como si estos fueran un escáner de seguridad. De pronto, su expresión vuelve a cambiar a una que resulta una mezcla entre revelación, angustia y alegría latente.

—¡¿Eres Pau?! —me increpa súbitamente— ¿Conossses a Lee Soo Jin?

—¿Qué? —se sorprende Jaume.

—¿Lee Soo Jin? —repite Neus para luego girarse hacia mí— ¿Se refiere a ese Lee Soo Jin?

—¡Un momento, gente! —exige saber Jaume— ¿Qué está pasando aquí?

Pero yo no puedo responderle. Miles de imágenes circulan por mis neuronas como pulsos de luz, como la sangre por mis concurridas venas, mientras mi corazón parece a punto de saltarme por la boca. Ese chico, el que he estado oteando en mis sueños hace semanas, el que nunca dejé de echar de menos, nunca dejé de amar desesperadamente puede estar aquí.

—¿Dónde está? —me limito a preguntar.

Ha Neul, esa Ha Neul, la amiga de Soo Jin que casi considera su hermana mayor, afila su mirada con intensidad renovada. La seriedad con la que me reponde la hace casi solemne.

—Esstá en el dojang. Está ayudando a plepara la reuunión. Primero, baja hacia Natural Science faculty, luego deretcha y luego isquielda hacia cafetería. Enflente de librería, está Centlo de estudiantesss.

Mi mente va a la velocidad de la luz, aún así intentando refrenarla lo suficiente para captar cada fragmento de la valiosa información que me está dando.

—Vale, primero bajo, luego derecha y luego izquierda. Frente a la... ¿Biblioteca? —recapitulo, frenético.

—¡Sí! ¡Biblioteca! —se corrige ella.

—Gracias —digo antes de echar a correr.

Sé que Jaume me ha gritado algo pero no puedo escucharlo. Ahora lo único que llena mis oídos es el taladro de mis pies sobre el suelo. No puedo detenerme, nada puede hacerlo, ahora que sé que he realizado un viaje de casi 10.000 kilómetros para encontrarlo, que cada paso que dio me acerca un poco más a él. Sinceramente, no puedo pienso un segundo de más.

Es por eso por lo que corro, mientras el viento silba al rozarme como si quisiera animarme.

Lo supimos desde nuestro encuentro
Desde el comienzo todo fue atracción
Mi ADN hoy me está diciendo
que eras tú a quién yo buscaba, amor.

Sí, las cosas nunca fueron normales entre Soo Jin y yo. Pero fueron auténticas. Es como mi madre dijo: Nos conocimos porque nos necesitábamos. De entre los miles de millones de personas que sueñan en este planeta, él me eligió a mí. Nos elegimos mutuamente. Y así apareció entre mis brazos. Nunca olvidaré la primera vez que lo vi, con esa carita ruborizada exudando lujuria. Con un solo vistazo, supe que tenía que ser mío.

Una fórmula matemática
Mandamientos tontos y sin lógica
El destino me prueba, me quiere enseñar
El sueño que quiero en verdad
¡Toma! ¡Toma!
Que ya entre tus manos nuestro destino está

Pero no es suficiente con solo desearlo, ¿verdad, mamá? Tienes que demostrarle al destino que deseas que eres digno de él. Por eso, hemos pasado por tanto. Por eso, no han puesto a prueba tantas veces. Y pese a todos los inconvenientes, mi propia estupidez, el sentido común y la distancia, seguimos rebotando el uno contra el otro como particulas enlazadas cuánticamente de un lado al otro del Universo. Sí, todo esto debe tener un sentido. Todo apunta a ello: como una brújula que inexorablemente marca el Norte, magnéticamente Soo Jin está tirando de mí. Así, después de todas y cada una de estas pruebas, esta vez, sí estoy listo para estar a la altura y reclamar lo que es mío. El sueño debe materializarse en la Realidad.

No te preocupes, esto ya no ha sido una coincidencia
Tan diferentes, baby
Nuestro destino vamos a encontrar.

Alguien me maldice en coreano. Creo que al derrapar al final del camino de arena he debido de golpear a alguien. No podría importarme menos, soy un soldado con una única misión en mente. Ahora mismo, soy el forjador de mi fortuna, el capitán de mi vida y estoy navegando entre mares de parques y asfalto para llegar hacia él. Sé poderosamente que recorrería galaxias para llegar hasta Soo Jin. Hay algo en mi sangre, corriente y palpitante, que, como una especie de GPS siempre me llevará hasta él. Todo lo que haga falta para volver a contemplar esa sonrisa plagada de hoyuelos.

Desde que el mundo fue creado, sigo
Hasta los siglos que son infinitos
en cada vida, yo (en cada vida yo)
Te daría mi amor (te daría mi amor)
Eternamente estará
DNA
Nuestro destino vamos a encontrar
DNA

Mis pies pierden su conexión gravitatoria con el suelo. Mi mente, que en estos momentos está excepcionalmente rápida, imagina una grieta traicionera entre baldosas. Los labios rosados, florales, jugosos como una fresa descuartizada de Soo Jin vuelvan a mi recuerdo de una manera tan vivida que tengo que controlarme para no sacar la lengua y saborearlo en mi imaginación. Pero la fantasía es efectiva, me obligan a no rendirme. Con un movimiento felino, derrapo para reclamar el equilibrio. Vamos, Pau, ahora depende de ti: primero derecha y después izquierda. Así, todos los detalles, todos los momentos vividos vuelven a azotarme esta vez. Son las bridas que me impulsan a ir al galope. Soo Jin. Espero un poco más, solo un poco más.

Solo quiero tu amor, amor
Un verdadero amor, amor
No me dejes, no te alejes
dependiente tú me vuelves

Y es que no me puedo perdonar: en aquel momento no luché lo suficiente por él. Creía que lo estaba haciendo pero solo me estaba engañando. Lo único que hice fue demandarle egoístamente que permaneciera a mi lado, demasiado cómodo con el status quo como para querer evolucionar. Luego, el dolor me enseñó que debería haberle escuchado. Debería haber madurado. Bueno, en cierto modo, es gracias a Soo Jin que me he convertido en un hombre de verdad. Porque él me hace querer ser mejor. El solo hecho de haberle conocido tiene ese sentido. Y es en este momento en el que debo cerrar el ciclo.

Es mi ADN que
te anhela siempre porque
el destino así lo quiso
como amantes somos

A pesar de mis años de entrenamiento, mis piernas empiezan a temblar. No sé si es por el agotamiento de este sprint sostenido o por los nervios, porque cada hebra de mi ser sabe lo importante que es este momento. Me veo obligado a detenerme un instante, atenazado por el dolor abrasador que recorre mi garganta y pecho. Necesito oxígeno para pensar.

Ya no me puedo controlar,
si es que yo te empiezo a mirar
Y es que a veces miedo me da
que hasta me cuesta ya respirar
A esto le llaman un amor del bueno, un amor de verdad (oh, yeah)
Mi corazón late más rápido al verte pasar

 

Muy bien, ya he girado a la derecha y a la izquierda. Vislumbro un edificio enorme en la lejanía al final de la plaza donde me encuentro. ¿Es la biblioteca? Veo gente entrar y salir con libros pero también puede ser una facultad. Vamos, Pau, piensa, piensa...¡No la cagues ahora! Me giro y me topo con un cartel que apunta al Centro de Deportes. Es el edificio de formas redondeadas y futuristas que, como una broma de mal gusto, está justo detrás mío. ¡Bien! Me ajusto la mochila que no ha parado de balancearse en mi carrera, golpeo las piernas para obligarlas a trabajar y me encamino hacia allá. Esta la prueba definitiva, el momento del valor.

No te preocupes, esto ya no ha sido una coincidencia
Tan diferentes, baby
Nuestro destino vamos a encontrar.
Desde que el mundo fue creado, sigo
Hasta los siglos que son infinitos
en cada vida, yo (en cada vida yo)
Te daría mi amor (te daría mi amor)
Eternamente estará
DNA
Nuestro destino vamos a encontrar
DNA

Abro las puertas del recinto como un torbellino, con la respiración partiéndome la laringe. Cada músculo de mi ser clama por un poco de descanso, pero yo no estoy dispuesto a dárselo. No, ahora, no tan cerca. Entonces, me percato, aún con mi vista nublada, que todos los puñeteros carteles están en coreano. ¿Es en serio?

No retrocedas
Nuestro destino vamos a encontrar

Empieza a mirar a mi alrededor en busca de una pista, una maldita señal. ¡Vamos, Universo! ¡Tú me has traído hasta aquí! ¡No me dejes colgado ahora! Entonces, lo veo: un tío vestido con uniforme de taekwondo. ¡Es más, sé quién es! ¡Es el capullo estirado del que estaba enamorado Soo Jin! ¡Pero estoy demasiado encantando de verle como para odiarle, así que corro hasta prácticamente placarle contra la pared! La cara del desgraciado al verse acorralado no tiene precio.

—¡Lee Soo Jin —le grito con la voz quebrada— ¡Where!(¿Dónde?)

—He... he is in the dojang... —contesta él. De pura sorpresa va soltando las palabras como si fuese descubriendo con cada una de ellas que puede hablar en inglés, lo cual agradezco porque se adecua perfectamente a mi nefasto nivel de Listening.

—¡Dojang! ¡Where! —insisto.

El pobre tipo señala tembloroso una puerta que se haya al final de un pasillo. Yo lo suelto de golpe, casi tirándole al suelo y voy corriendo a completar mi camino.

No te arrepientas, baby
por siempre, por siempre, por siempre, por siempre...

Dada la velocidad que traigo, mi mano prácticamente se estampa contra la puerta al empujarla. Un rayo de sol proveniente de los inmensos ventanales me ciega un momento, pero tras él, ahí está.

Al otro lado de la sala, doblando toallas, con su precioso flequillo tapándole la frente y capturando luces bailarinas en sus oscuras hebras, la nariz pequeña y redonda de formas tan finas que parecen obra de un meticuloso artesano, al igual que su precioso cuello que adoro mordisquear y esa cadera que está hecha para ser abrazada. Sus labios, con los que venía soñando, permanecen entreabiertos como si suplicaran un beso que no se atreven a desear y sus ojos negros como un abismo insondable, abanican pestañas inusualmente largas para unos párpados que parecen dibujados por un certero pincel. Su piel resulta mucho más cobriza y hasta amarillenta de lo que recordaba, pero sigue emanando luz, sigue siendo la piel tersa, delicada pero fuerte que la punta de mis dedos echa en falta.

Es él. No hay duda.

Mi amor estará

—¡SOO JIN! —bramo como si de un grito quisiera acortar de golpe la poca distancia que aún nos separa, y es que cada centímetro lejos de él me abrasa la piel como un ácido corrosivo.

No te preocupes
Ya no es una coincidencia
Tan diferentes, baby
Nuestro destino vamos a encontrar

En cuanto le alcanzo, noto que está temblando. La toalla que aún sostiene entre las manos está a punto de caer al suelo. Se la sostengo para devolvérsela.

—Pau? Wae? (¿Por qué?)— susurra con una expresión de profunda confusión que roza el terror— Why are you here? (¿Por qué estás aquí?)

Venga, Pau, es hora de utilizar el poco inglés que te ha dado tiempo a repasar.

La,la, la, la, la
Nuestro destino vamos a encontrar
DNA 

—I come here for you... (Vine aquí por ti)—le digo rozándole los labios entreabiertos con el dedo pulgar— For you, my beatiful Soo Jin (Por ti, mi precioso Soo Jin).

La, la, la, la, la
Nuestro destino vamos a encontrar
DNA

No sé en qué momento justo lo beso, pero lo hago. Mis labios se cierran sobre los suyos adaptándome con precisión milimétrica al espacio que me han dejado. Con una mano sostengo su cabeza para ahondar en el contacto y con la otra me aferro a su espalda. No es de extrañar: estamos los dos hechos para encajar el uno con el otro. Así, deslizo mi lengua contra la suya y todo es tan sublime como lo recordaba: la acidez de su boca cítrica, el tacto cosquilloso de su lengua entrelazándose con la mía. Mi boca sobre la suya sofoca un gemido y cuando me separo de él, sus mejillas han adquirido el tono rojizo y lujurioso que recordaba. Dios, es adorable. ¿Por qué no recordaba que era tan, tan adorable? Siento que debo pedirle perdón por haber olvidado que podía llegar a ser así de encantador.

Y sin embargo, los ojos de Soo Jin, tintineantes como un montón de luciérnagas atrapadas en frascos en mitad de una noche cerrada, han empezado a perder lustre. Su cuerpo que al principio estaba rígido como una estatua de metal se va fundiendo, hundiendo su peso en mí. Una exhalación ofendida recorre la sala cuando él, simplemente, se desmaya en mis brazos.
Entonces, a mis espaldas surge una voz, muy conocida y no menos cabreada, que hace que se pongan los pelos de punta y me recuerda donde estoy.

—¡¡¡NÚUUUUUUÑEEEEEEEEEZ!!! ¡¡¿QUÉ COÑO SE SUPONE QUE ESTÁS HACIENDO?!!

Al levantar la vista y girarme, logro atisbar a Jordi, acompañado de un desconcertado señor de mediana edad, que tiene la vena de la sien izquierda a punto de reventar. A su lado, acaban de llegar corriendo Neus y Ha Neul. Se están tapando la boca, tal vez intentando atrapar un grito indecoroso. Jaume, por su parte, tiene la mirada fija y desorbitada; y los labios tensos, como si todo él se hubiera congelado de pronto al contemplar algo que es incapaz de comprender. Es como esa historia que me explicó de niño con un héroe y un monstruo que al mirarlo, de lo horrendo que era, te convertía en piedra.

Notas finales:

Bueno, el momento que todos esperábamos ha llegado. Evidentemente, la historia no ha terminado todavía, aunque no sé cuando podré seguir escribiendo el resto. 
 
Hace ya un año que empecé a proyectar este fic, concretamente esta escena que me vino a la mente al escuchar la versión en español de Kevin y Karla de DNA de BTS. Había escuchado hablar del grupo hacía tiempo pero nunca me había interesado escucharles mucho más allá de Not Today que simplemente aparecía en mis redes sociales cada dos por tres. Estaba apartada del K-pop. Sin embargo, la escena que estoy describiendo en este cap, me vino a la mente en cuanto entendí el significado de la canción. Me impactó de inmediato y entró en relación con una serie de ideas que estaba teniendo por entonces: como la idea del amor como una fuerza que transciende la emotividad o el intentar crear algo parecido a Your Name (aunque el fic, lógicamente, es inmensamente más cutre). Así que bueno, estoy orgullosa de haberla escrita al fin, por mucho que me rechine no haberla transmitido 100% con la epicidad que pretendía.  Eso se debe sin duda a que aún tengo muchas cosas que mejorar en mi forma de escribir.
Solo aclararé un par de cosas:
1) La letra de la canción no es una traducción directa como en otras veces, sino la adaptación de Kevin y Karla.
2) Los errores de Pau hablando inglés son pretendidos. El capullo se olvidó de los verbos irregulares por la emoción del momento (y porque no se los sabe). 
 
Y bueno, no sé cuando voy a volver. Solo espero que sea medianamente pronto.
 
Gracias inmensas por seguir aquí y apoyarme en cada capítulo. 
 
Chao.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).