Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cada noche contigo por Korosensei86

[Reviews - 53]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Pau se despierta después de conocer por fin a Lee Soo Jin. Pero su recuerdo no ha quedado sólo en el sueño. Aunque desayune con su familia y vaya al instituto, no puede dejar de pensar en ese misterioso chico de ojos oscuros...

Atravieso el estrecho pasillo de mi casa, con las piernas aún agarrotadas. Es difícil tener flexibilidad muscular después de una caída tan estrepitosa a la realidad. En mi penosa andada hago un esfuerzo por no llevarme por delante alguna foto familiar o cualquiera de las ilustraciones del Árbol de la Vida que mi madre tiene colgadas en las paredes color lavanda.

Afortunadamente, ante la ineficacia de la mayoría de mis sentidos, mi olfato me despierta, captando el hipnótico aroma a tostadas y café ,y me guía hacia la cocina. Lo primero que veo es la espalda de mi madre danzando en la inmensidad de sus blusas de algodón orgánico. Se da la vuelta al oírme irrumpir en la pequeña habitación, como un elefante narcotizado en una cacharrería. Unos rayos de sol tempraneros se cuelan entre su cabello color trigo.

 

—¡Ah! Fill, ¿ja estàs aixecat? (¡Ah, hijo! ¿Ya estás levantado?)— me saluda con el ritmo familiar, arenoso y truncado de su catalán materno—. Estava a punt d'anar a despertar-te una altra vegada (Estaba a punto de ir a despertarte otra vez).

—Bon dia, mamá— me limitó a murmurar entre bostezos.

Cojo el plato de tostadas recién hechas que me pasa, sin mirarlo, casi por instinto y sin pensar, como una hormiga que sigue al resto. Busco a tientas, en las brumas de mi lento despertar, un sitio donde sentarme a desayunar y lo hallo al lado de mi hermanita, la cantante tempranera. Incluso con todo mi flequillo enredado cayéndome por los ojos, puedo ver como, a diferencia de mí, aún desborda energía ya desde buena mañana.

Situada a mi izquierda devora cruásanes rebosantes de mantequilla y sanguínea mermelada de fresa con los modales y la frugalidad de un monstruo de peli de serie B. Resulta todo un misterio saber donde los puede meter después, pues Neus ha heredado el metabolismo rápido y la constitución escuálida de mi madre. Se supone que otra de sus herencias maternas es ese mismo color de pelo tan bonito, entre el rubio oscuro y el castaño claro, pero mi dulce hermana decidió ocultarlo con unas chillonas mechas verdes, azules y moradas que le recorren parte del trasquilado flequillo diagonal. Yo, por mi parte, he salido a mi padre, un morenazo del Sur.

—Bon dia, germanet (Buenos días, hermanito)— saluda entre tragos, en esta lengua que, como un código secreto compartimos mi madre, mi hermana y yo, casi como si de una cuestión de ARN.

—Bon dia, germaneta. Ja t'has cansat de cantar, que menges tant? ( Buenos días, hermanita. ¿Ya te has cansado de cantar, que comes tanto?) —le replico yo, avivado por la rabia de mi desagradable despertar—. A veure quan t'adones que en aquesta casa no tots estem bojos com tu (A ver cuando te das cuenta de que en esta casa no todos estamos locos como tú)

—¡Oooooooh, no aprecien el meu aaaaaaaaaaart! ¡¡Els BTS són amor, hombre!! (¡oh, no aprecian mi arte! ¡¡Los BTS son amor, hombre!!)—ríe ella—. Però jo t'estimo igualment, germanet. (Pero yo te quiero igual, hermanito)— y me lanza un beso burlona.


Sé que es mi hermana, y no me gusta pegarme con mujeres si no es por asuntos deportivos, pero me dan ganas de asestarle un puñetazo en la toda su jeta embadurnada de mermelada.

—El Pau té raó (Pau tiene razón) —tercia mi madre—. Podria haver veïns dormint (Podría haber vecinos durmiendo).

Yo me apresuro a celebrar mi victoria con un gesto de chulería, sin percatarme del volcán que está a punto de explotar al otro lado de la mesa. Y es que mi yaya Hortensia no ha nacido para pasar desapercibida demasiado tiempo seguido.

—¡Ya están otra vé los shiquilló hablando en arameo! —brama, enarbolando tanto su cigarrillo matutino como su cerrado acento andaluz—. ¡MIENTRAS YO VIVA, EN ESTA CASA SE HABLA ESPAÑÓ!

—Madre— interviene mi padre, quien hasta entonces no había separado la nariz de su tablet—. Deje que los chavales hablen en lo que quieran. Después de todo, esta es también su casa y hablan catalán con Montse desde pequeños.

—¡Pues no, no me da la gana! ¡Que parejco tonta, sin enterarme de ná! —chilla agitando sus rizos gris oscuro con un movimiento rapido y altanero de cuello que dejaría atontado a Bruce Lee—. Y tú, a ver cuando te dejá de tantó miramientó catalanihtá. ¡QUE ERÉ DE UN PUEBLO DE JAÉN, POR DIÓ! ¡ Y aún dice que ha llamado a mí nietó... ¡PAU Y NEUS! ...¡POR MÍ!

—Pues claro, madre—le aclara mi padre haciendo acopio de paciencia—, Por los abuelos.

—¡PERO SI MÍ PADREH SE LLAMABAN PABLO Y NIEVES!— se escandaliza mi yaya.- ¿ME VÁ A DECIR AHORA QUE ES POR MI?

En lo que a mí y a mi hermana respecta, intentamos en vano no atragantarnos con las risas, ante la incapacidad de mi abuela para percatarse de la verdadera traducción de nuestros nombres. La yaya Hortensia esgrime una expresión de dramática autocompasión mientras da una calada de su cigarrillo, tocándose el pecho.

—¡Ay, mi corasón! ¡Mi corasón! —se lamenta—. Si ej que, me vaís a matá a disgutó...

—Madre —suspira mi agotado progenitor—. Si tanto le preocupa su salud de pronto, más le valdría dejar de fumar.

La ceja de mi abuela se arquea peligrosamente, como un gatillo que se presiona antes de un duelo. Toma aire como quien recarga su energía hasta de desparramarla en un láser abrasador.

—¡NI MUERTA NI ENTERRÁ ME VAIS A QUITÁ EL CIGARRILLO DE LA MANO! ¡ME OYÉ! ¡ NI MUERTA NI ENTERRÁ! ¡¡Llevo fumando dehde anté de que nacierá, no voy a pará ahora!!

Entonces, sin perder su sonrisa conciliadora, mi madre aparece flotando en su blusa y sus pantalones hippies, cual hada de cuento, dispuesta a soliviantar la discusión.

—Bo, bo, Hortensia. —comienza a hablar, doblando las vocales con su acento cantarín—. Noto mucha tensión en el ambiente esta mañana, y eso no es favorable para esta familia—. Se coloca delante de mi abuela, entre mi hermana y yo, como si quisiera crear un círculo de energía—. Debemos agradecer al Universo la felicidad y la oportunidad que nos brinda el convivir todos juntos. Puede que seamos muy distintos, pero eso es algo que debemos aprovechar para aprender a convivir en la diferencia y amarnos los unos a los otros, con nuestras virtudes y defectos.

Si mi padre es un ingeniero de caminos nacido en Andalucía, mi madre, catalana con pedigrí, es una terapueta New Age. Estas son las uniones extrañas que sólo pueden existir en Barna.

Tras esta combinación bizarra de memes de Paulo Coelho, no puedo evitar poner los ojos en blanco. Mi madre se da cuenta, y por muy pacifista que finja ser, opta por darme un capón cariñoso.

—Por cierto, yaya —digo en castellano—. Buenos días.

Una gran sonrisa se abre en su rostro, cambiándole por completo. Sin que pueda reaccionar, se avalanza sobre mí.

—¡Vé! ¡Esto é otra cosa!— anuncia mientras me cubre de besos a pesar de la distancia de la mesa—. ¡Ay, mi Pausete! ¡Mi niño, mi tesssssorooooo, la cosa má bonita del mundo!

Poco después, mi abuela decide abandonar su sentida interpretación de Gollum, para dirigirse hacia mi madre.

—Y tú, Montse, ya disculpará, que sabé que te quiero como una hija—. a lo que la interesada se limita a reaccionar asintiendo, en un gesto, como no, conciliador.

Entonces, la tranquilidad de mi hermana, dando cuenta de su interminable desayuno me llama poderosamente la atención.

—Por cierto—, le comento todavía en castellano—. ¿Cómo es que estás tan pancha? ¿No tienes Uni?

Antes de contestarme, mi hermana se chupa los dedos enguarrados de mermelada con parsimonia.

—Pues hoy sólo tengo unas optativas por la tarde, así que voy bien, gracias. Sin embargo —dice mientras adopta una mirada sarcástica, por encima de sus gafas de pasta—, ¿Adivina qué? Tú sigues teniendo iiiiiiiiiinstiiiiiiiiiii.

Trago saliva cuando me percato de las implicaciones de lo que acaba de soltar y me decido a hacer la fatídica pregunta.

—¿Qué hora es?

—Las ocho y cuarto—. replica mi padre sin inmutarse.

Por puro instinto, miro el reloj para confirma una terrible verdad que no porque así lo quiera deja de ser menos cierta.

—¡HOSTIA PUTA!

—¡¡NIÑÑÑÑOOO!! ¡ESA BOCA!— me reprende mi yaya Hortensia.

 

Tras perder un tiempo vital, procurando que mis padres se apiaden de mi y me justifiquen el ya más que inevitable retraso de la primera hora, me visto con lo primero que pillo y enfilo hacia el metro con las pomposas palabras de mi madre en los oídos:

—No, Pau, no. No te vamos a disculpar más. Sólo cuando aprendas a aceptar las consecuencias de tus actos, el Universo verá que estás preparado para recibir de él todo lo que le pidas.

Mi padre fue mucho más conciso y claro:

—Lo tienes tú poco claro, chaval— observó en un chasquido de lengua.

Pero, el silbido de los raíles y el incesante latido de los traqueteos bajo mis pies se siente como una nana consolatoria que el metro canta sólo para acallar todas las críticas y recriminaciones, con algunas interrupciones, claro:

“Propera estació: Plaça de Espanya, Próxima estación: Plaza de España.”

Lentamente mi corazón va dejándose arrastrar en este vals tan cotidiano y conocido, se amansa y entonces, vuelve a aparecer él. Como si nunca se hubiera ido, como si su preciosos rostro se hubiera convertido en el fondo de pantalla de mi mente, delante de la cual, los otros pensamientos son tan solo una neblina pasajera.

Y no puedo evitar sonreír como un imbécil. ¿Quién me iba a decir que tan singular y bella criatura estaba detrás de todos esos sueños húmedos? Desde luego, mi inconsciente tiene un buen gusto. El solo recuerdo de la fricción de su brillante y tersa piel me pone los pelos de punta. Y sin embargo, en todas las veces que he cerrado los ojos para trazar en mi fantasía el contorno de otro cuerpo masculino, nunca antes reparé en un asiático. ¿Tantos años con la loca de Neus no habrán perturbado mi mente?

Una idea peregrina y atrevida explota en mi cerebro de pronto. ¿Y si fuera real? Tal vez otra persona, como yo, perdida entre la frontera de los sueños y una realidad gris, alguien que como yo, no se atreve a ser él ante el resto y se contenta con un sucedáneo de ficción.

No sería tan imposible, ¿o sí? Después de todo, él tenía un nombre y mi imaginación no suele dar para tanto:

“Lee Soo Jin, Lee Soo Jin”, cantan mis recuerdos. El mismo nombre que esta noche me sonó a escupitajo, ahora se cuela entre los ruidos del metro como un pedazo de verso perdido en una papelera.

¿Y si fuera real? Dios, en el fondo sé que me empeño en esta tontería por lo mucho que me encantaría que así fuera, el haber conectado con otro ser humano más allá de las fronteras de miedos y autoengaños. Bueno, si no es sólo un producto de mi mente calenturienta lo más seguro es que ya no vuelva a ver. Quizá esta noche me encuentre con otro. La perspectiva me aterra en cuanto la contemplo, y es que yo ya no quiero a cualquiera. Lo quiero a él, sólo a él. No puede desaparecer de mi lado, con todas las cosas que me gustaría saber de él.

Casi me veo a mí mismo recibiéndole con un ramillete de preguntas estúpidas, dispuesto a ensamblar ese misterioso y atrayente puzzle.

Chico, ¿de dónde vienes? Que es un misterio. ¿A dónde vas?

Exactamente, ¿es chino, japonés o coreano? Por el nombre que me dio, se puede descartar que sea japonés, así que será chino o coreano. Dios, si es coreano y Neus se entera, le dará un derrame de la alegría.

¿Cuántos años tienes? ¿Eres mayor que yo?

No, no lo creo. Era tan pequeño, tan delgado, como alas de mariposa a punto de desquebrajarse... Dudo mucho que tenga más edad que yo, y de pronto, tras esta conclusión, yo mismo me sorprendo de las ganas que me dan de cuidarle. Quiero volver a abrazarle, protegerle, como si fuera una rara y preciosa obra de arte con vida propia que restaurar y mantener.

“Tu rostro es tan pequeño y bonito. Luces tan fresco como una lechuga, tan suave.”

Y es que da igual cuántas veces escanee mis recuerdos en busca de un defecto. Con esa piel tan delicada y pulida, como si no tuviera poros, con los contornos de su cuerpo tan bien delineados como si hubieran sido dibujados por un artista travieso... ese chico es sencillamente perfecto.

“Bonita nariz, eres tan bonito. Con solo mirarte me siento feliz.... Pero, ¿de dónde vienes? Eres tan bonito.”

Sí, su nariz parece cincelada con un mimo casi divino, tanto que me dan ganas de alargar la mano y recorrer con las yemas toda aquella intrincada pero limpia sucesión de curvas. ¿Y qué decir de sus ojos? Esa mezcla de tonos oscuros, traslúcidos, profundos, cálidos parece digna de ser plasmada en un lienzo de arte contemporáneo. Aún así, esa inusitada belleza me hace estremecer cuando recuerdo la energía con la que esos ojos llamaban a los míos, como un par de imanes oscuros.

Tiene el pelo más negro que he visto jamás. Es como si se tragase la luz, pues de lo oscuro que es resulta casi brillante, como una luz de neón en una carretera nocturna. Pese a ello, parece tener una textura muy, muy suave y apetecible. Los mechones le caen sobre la frente como una cascada de azabache. Me encantaría revolvérselo, despeinarlo, para volver a peinarlo otra vez en un ciclo tan tonto como infinito. Pero, ante todo, me muero por volver a robarle un beso.

Tiene una boquita tan pequeña, que sólo parece el broche de oro de su cara. Se coloca en mitad de todo, cual florecilla a medio abrir en una maceta, rosácea y carnosa. Pero dentro tiene una lengua roja y cosquillosa, bañada en saliva que aguarda que la saquen a bailar. ¡Y cómo no hablar de su olor! ¡Su olor! He olido parques en primavera menos fragantes que el hueco entre el hombro y el cuello de ese chico.

Maldita sea... Creo que me estoy enamorando. ¿No seré tan idiota como para enamorarme de mi propio sueño, verdad? ¿Verdad?

“La flecha de Cupido atravesó mi corazón. De todas formas, eres una belleza. Cualquier chico puede enamorarse de ti después de mirarte. Necesito acercarme a ti, antes de alguien más te robe. Te morderé por encima del hombro primero.”

En esos hombros tan estrechos, tan blanquecinos, de unas curvas tan redondeadas y seductoras. Su cuerpo visto por partes, es perfecto. Me pregunto cómo quedará su figura estando de pie.

 

De nuevo, todas estas preguntas chorras se amontonan en mi mente como una lista de tareas por realizar...

¿De dónde vienes? ¿Me dirás tu nombre?

Lee Soo Jin, ¡¡Lee- Soo-Jin!! Pura lírica.

Tengo mucha curiosidad. Estoy realmente curioso.

Y como un niño que redacta en su mente la carta a los Reyes Magos, me veo a mí mismo acribillándole dialécticamente:

¿Cómo es tu familia? ¿Tienes hermanos o eres hijo único? ¿Tienes muchos amigos? ¿Qué estudias? ¿Te gustan los chicos? ¿Cuál es tu tipo? ¿Te gusta yo? (¡Por favor, dí que síii!)

¿Qué te gusta hacer? ¿Qué tipo de música te gusta escuchar? ¿Has escuchado la de “Despacito”? ¡Aquí es muy famosa! Aunque a mi ya me está empezando a rallar...

¿Te gusta ver pelis? ¿Qué pelis te gustan? ¿Marvel o DC? ¿Dulce o salado? ¿Te gusta la pizza con piña o la odias? ¿Eres más de Coca-cola o de Pepsi? Seguro que eres de Pepsi, porque eres demasiado dulce...

¿Haces deporte? Yo hago Taekwondo, y soy bastante fuerte. ¿Quieres ver mis bíceps? ¿Sabes? Te podría cuidar muy, muy bien....

Vaya, eso me recuerda que la última vez fui un poco bruto con él. Quiero creer que a él también le gustó, pero, ¿Cómo estar realmente seguro de estas cosas? Y vale que estaba un poco harto de no enterarme de nada, pero posiblemente tampoco fuera culpa suya. No creo que él me hiciera eso a propósito, pues se veía tan confuso como yo. Además tiene, no sé, un aspecto demasiado entrañable como para sospechar de él. Sólo con pensar en la manera tan adorable que tenía de sonrojarse y avergonzarse por un cumplido me hace querer sonreír como un niño en un parque de atracciones el día de su cumpleaños. ¡Dios, es una auténtica monada! Y eso provoca que me odie más. ¡Está decidido! La próxima vez lo compensaré! Seré muy, muy bueno y cuidadoso con él, como esa solo ese prodigio con piernas se merece. Lo cubriré con besos, tras más besos. Lo abrazaré con tal profundidad que no querrá a nadie más.

“ Yo soy de Europa, y tu de Asia. Pero somos iguales. Incluso aquí en Barcelona, o allí en Pekín, todos están enamorados.”

El tren da un bamboleo que me devuelve a la realidad del vagón. Estoy rodeado de gente buena y decente que, concentrada en sus asuntos, ignora mis asqueroso y turbios pensamientos. Por si acaso, me coloco la mochila en el regazo, como mera precaución. Estos son los devastadores efectos que ese chico ha causado en mi.

Pronto la chirriante megafonía anuncia mi parada y yo salgo del metro, en busca de la salida que más cerca me deje del instituto. Pero Lee Soo Jin no abandona mi mente ni siquiera en estos momentos. Se ha instalado en ella como una canción pegadiza, o como una predicción astrológica especialmente favorable, un pequeño destello de luz que me resguarda de la penumbra de hoy. Siento la tentación de utilizar su recuerdo como si fuera un farolillo, con el que poder alumbrar mi triste día a día.

Notas finales:

Antes de nada, gracias por leer este fic. Espero que les esté gustando. 
En segundo lugar, me gustaría hablar de los idiomas que uso en el fic, y es que aunque creo que es importante que sepan que Pau habla catalán con su familia, que su abuela habla en dialecto andaluz cerrado y Soo Jin evidentemente habla coreano, voy a intentar no hacer animaladas y mantener los otros idiomas al margen para ayudar a la comprensión. 
 
El catalán solo aparecerá en pocas frases como presentación de los personajes y la mayoría de cosas importantes se dirán en castellano. Por su parte, como es lógico, los diálogos entre personajes coreanos cuando no haya nadie de otra lengua serán en español también. Los sueños es terreno neutral, así que también hablan castellano. 
 
En cuanto a Hortensia, intentaré que la transcripción de su acento no evite que las palabras sean reconocibles. Así que si alguien no se entera de algo que me lo diga...
 
También hubiese querido hacer un cap un poco más largo que abarcara todo el día de Pau, pero me temo que he tenido que cortarlo para que no quedara muy largo... Supongo que intentaré poner una segunda parte en el siguiente o bien intercalaré con el principio de día de Soo-Jin. Ya me dirán si tienen preferencias al respecto.
 
Y finalmente, un saludo y que les vaya muy bien.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).