Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

COLECCIONISTA DE CANCIONES por Adid

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Pareja: Fiddleauthor (unilateral [¿?]) y FiddleStan


Canción: Así Fue – Playa Limbo (Con todo el respeto que me merecen Don Juanga y Doña Durcan, esta es la versión que más me gusta =3)


ADVERTENCIAS: Spoilers del Journal 3


Nota: Toma lugar en “Un mundo mejor”, que (de acuerdo al diario) es una de las dimensiones que visita Stanford y en la que pudo detener la amenaza de Bill a tiempo y formar su propio Instituto de Rarezología con Fiddleford. Me gusta pensar que la razón de que las cosas le salieran tan bien no fue tanto el que  Stan sí hiciera lo que le pidió sino que aquí sí supo como pedirlo.  O sea: su yo de esta dimensión supo ser más sensato y empático tanto con Stan como con Fiddleford.


Nota2: No pude evitar que este ficlet superara las 1k palabras si quería que expresara todo lo que quería. En realidad creo que hubiera podido ahondar mucho más en esto pero por el momento ni mi tiempo ni mi inspiración me lo permiten. Como sea, no es lo suficientemente largo como para considerar publicarlo aparte así que lo añado también  a esta serie.


Nota3: Aunque el ficlet es desde el POV de Stanford, la canción la oigo como si fuera el POV de Fiddleford.


...Soy honesto con él y contigo

A él lo quiero y a ti te he olvidado...

 

Era el segundo día que estaban trabajando en el arma que derrotaría a Bill y Fiddleford le estaba terminando de explicar los detalles de cómo utilizar elemento que le serviría como combustible con éxito.

-¿Qué?

Preguntó Mcgucket cuando se dio cuenta de la insistente mirada que le dirigía Stanford. Parecía un poco desconcertado pero no perdía su aire amable ni su ligera sonrisa.

-Nada… Solo… estaba pensando en mi propia dimensión.- Contestó Ford con sinceridad.

No podía dejar de preguntarse cómo estaría su propio Fiddleford, si alguna vez lo habría perdonado por no hacerle caso y todo el daño que le provocó, seguramente debía odiarlo. Sabía que el hombre frente a él era alguien completamente diferente, a pesar de parecerse tanto. Aún así quería decirle tantas cosas, disculparse.

Todo lo que Stanford podía apreciar en esta realidad era literalmente la realización de todos sus sueños. Le hacía tan feliz que aquí hubiera logrado tener todo lo que alguna vez deseó, y de pronto se preguntó si eso incluiría al que fue su asistente. Era obvio que seguían siendo amigos, ¿por qué otra razón seguirían trabajando juntos después de tanto tiempo? Quizás incluso eran más que solo amigos. Tal vez en este mundo no hubiera sido tan tonto como para no darse cuenta de lo que realmente sentía por él y hubiera tenido la oportunidad de hacer algo al respecto. Le encantaría preguntárselo, pero el mismo Fiddleford le había advertido que lo mejor era que no supiera demasiado de ese universo y de su yo de esa realidad. Sin embargo no podía evitar perderse en lo bello de esa idea. Siempre había sido un soñador después de todo.

Su respuesta había hecho que la sonrisa de F se agrandara un poco, enternecido.

-Se siente raro que me mires tanto…- comentó con cierta timidez-  no sueles ponerme tanta atención… es decir, mi Stanford no lo hace… es decir ¡el Stanford de esta dimensión!

Se corrigió enredándose con sus propias palabras al tiempo que se ponía un poco rojo, seguramente debió pensar que lo que había dicho sonaba raro pero a Stanford no le molestó. Al contrario, encontró su actuar demasiado adorable, de verdad se parecía tanto a su Fiddleford.

-Deberían colocar un letrero de “cuidado, nerds trabajando” en la puerta ¿no creen?

La repentina voz hizo que ambos dieran un pequeño brinco, ninguno había notado que otra persona habían entrado a la habitación donde estaban. Stanford reconoció la voz de inmediato y no pudo evitar que un retortijón de pura furia asaltara sus entrañas, el cual solo aumentó cuando dirigió la vista al recién llegado.

Ahí estaba Stanley, era imposible no reconocerlo. Se notaba que los años habían pasado, sin embargo al igual que Fiddleford, se veía bastante bien conservado. Su cabello  entrecano estaba pulcramente acomodado hacía atrás y vestía un traje muy elegante.

-Stanley ¿qué haces aquí?

Fiddleford dio voz a la pregunta interna de Ford, aunque claro de una forma mucho más civilizada de la que hubiera usado Ford de haber hablado.

-Necesitaba que Stanford revisara y firmara unos papeles, y no podía perderme la oportunidad de comprobar si lo del Ford salvaje que había aparecido era verdad.- Contestó Stan con voz relajada y alegre. – ¡Uy! Y parece que no solo es real sino que no le caigo muy bien. –

Añadió al percatarse de la mirada que Stanford le estaba lanzando en ese momento, sin perder su sonrisa. Ford seguía sin atreverse a abrir la boca. Sabía que ese Stanley no era el mismo que lo había arrojado por el portal, sin embargo el enojo que seguía teniendo contra su hermano por su estúpida insensatez seguía estando presente. Fiddleford se había levantado de su asiento y dirigido  a donde estaba Stanley.

- Además… me dieron ganas de pasar a saludar a mi esposo a su trabajo…- añadió Stan con algo de coquetería cuando el otro estuvo a su altura.- ¿Eso es un crimen? Demándame.

Fiddleford se había cruzado de brazos pero pareció suavizarse con eso último.

-Por lo que sea- dijo con una pequeña sonrisa- creo que lo mejor es que te retires. Podría ser peligroso.

-¡Qué aguafiestas! Pero como usted mande. Solo quería echar un vistazo. No piensas quedarte hasta muy tarde ¿verdad? Recuerda que Tate viene esta noche con su familia a cenar.

-No te preocupes. No creo que tardemos demasiado. Solo  estamos afinando los últimos detalles.

-Bien, nos veremos más tarde entonces. – Se acercó hasta donde estaba y le dio una pequeña nalgada y un ligero beso en la mejilla antes de salir por donde había llegado mientras se despedía  escuetamente del “Sixer salvaje”.

Fiddleford  había abierto enormemente los ojos ante las acciones del otro hombre pero no pareció realmente molesto, al contrario, con una sonrisa en sus labios dejó escapar un pequeño suspiro de  alegre resignación. Stanford, en cambio, se había quedado de piedra ante la interacción entre esos dos. ¿Qué es lo que había dicho Stanley? ¿Esposo?

-Disculpa la interrupción- Comentó F mientras regresaba a su lugar, dispuesto a continuar  con su trabajo desde donde lo habían dejado.

-¿Estás casado con Stan?

Por más que Stanford intentó no decir nada al respecto, le fue imposible. De todas las cosas absurdas que había visto en todas las dimensiones que había visitado, sin duda esa era la peor. Tenía que ser alguna especie de broma o malentendido.

Fiddleford frunció un poco el ceño ante la pregunta que sonó  más como una acusación. Contestó un escueto “sí” antes de intentar  retomar su trabajo otra vez.

-Pero ¿qué paso con tu esposa? ¿La dejaste por él? ¿Desde cuándo un hombre puede casarse con otro hombre? Y ¿por qué con Stan? ¿Qué hace él en instituto?

Ford no podía contenerse. Nada tenía sentido. En su dimensión la unión sentimental entre dos hombres era considerada una aberración, no se diga un matrimonio, eso no era siquiera posible (una de las razones por la que le había sido imposible aceptar su propia atracción). Aunque, para el caso, lo que realmente le molestaba y quería preguntar y no se atrevía era ¿por qué no con él? ¿Qué pudo haber visto alguien como Fiddleford en alguien… pues… como Stan? No tenían NADA en común.  ¿Es que acaso el Stanford de esa dimensión no tuvo nada qué decir al respecto?

Fiddleford lanzó otro pequeño suspiro que Ford no supo identificar si era de cansancio o resignación pero esta vez sí pareció un poco molesto. Seguramente sabía que no regresarían a lo que les atañía si no eran contestadas las dudas del otro primero.

-Sara y yo nos divorciamos hace mucho tiempo. Nuestro matrimonio siempre había tenido sus fallas y al final decidimos que lo mejor era la separación. Stanley y Stanford- hizo un énfasis en el nombre como para señalar que se trataba de otra persona y no de él-  se reconciliaron cuando todo se estabilizó y el peligro de Bill había pasado. Ford le ofreció a Stan trabajar con nosotros hasta que su propia situación se estabilizara y resultó que Stan fue de grandísima ayuda como negociador para conseguir fondos para los proyectos y vender nuestras ideas y patentes, por lo que terminó convirtiéndose en un socio perpetuo. Ahora dirige un museo de rarezas donde se exhiben algunos de nuestros hallazgos que son aptos para el público. Stan y yo nos fuimos conociendo y agradando más con él tiempo hasta que una cosa fue llevando a la otra. Y  en este mundo no hay  tanto problema con matrimonios del mismo sexo aunque eso ha sido solo apenas desde hace algunos años.

Explicó Fiddleford rápidamente y de la manera más clara y resumida que se le ocurrió. Stanford no estaba satisfecho, aún tenía muchísimas dudas. Necesitaba saber tantas cosas, encontrar algo de sentido a ese mundo que de pronto ya no le parecía tan de ensueño como en un principio, pero se contuvo. Saber todo eso no le serviría de nada, no debía olvidar que ese mundo no era ni sería jamás el suyo y por lo tanto no tenía ningún derecho a exigir explicaciones.

-¿Te molesta?

Preguntó F con una repentina tranquilidad, haciendo que el mismo Ford se tranquilizara también un poco, percatándose de que seguramente su reacción se había visto exagerada y fuera de lugar.

¡SÍ!

-No- Terminó mintiendo con calma.

-Lo siento.

Stanford lo miró con sorpresa y se encontró que el hombre lo miraba con una sonrisa triste en el rostro. Se dio cuenta de que él no era el Stanford al que estaba dirigida esa disculpa. Negando con la cabeza se decidió a que lo mejor era terminar con lo que estaban haciendo para que pudiera salir por fin de esa dimensión y dejar a sus habitantes seguir con su vida mientras él se dedicaba a cumplir con su misión de acabar con Bill Cipher y toda su locura.

 

***~~~***

Notas finales:

Debo confesar que para mí la pareja ideal de Stanford es Fiddleford (y viceversa). Sin embargo el FiddleStan también me gusta bastante y eso es porque lo encuentro ¡extremadamente adorable! Digo, ambos son dos hombres que tuvieron que enfrentar demasiado y sufrir mucho (en alguna forma o medida por culpa de Stanford) y que se merecen poder llegar a ser felices (y patear a Stanford :V). Y pues, si eso es algo que pueden lograr juntos pues qué mejor uwu


Como siempre, gracias por leer =D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).