-¿¡que mierdas está pasando aquí!? - interrogó Bardock con el ceño fruncido, pisando sin querer el rastreador al entrar por completo a la habitación.
-¿Bardock? - preguntó el rey viendo en intervalos a Goku y Bardock, frunciendo el ceño hasta formar una única línea con sus cejas.
El peliflama al darse que cuenta de que al que acababa de besar no era quien creía, lo apartó de un empujón pero solo logrando que retrocediera unos cuantos centímetros.
-¡¿quién demonios eres?! - preguntó el castaño con voz amenazante, sabiendo que ahora sí que la había regado feo. - Bardock, puedo explicarlo, no es lo que parece, yo...
-tu.... El.... - Goku logró articular esas palabras apenas saliendo del estado en Shock, aunque sus ojos seguían desorbitados, el color rojo de sus mejillas había sido substituido por uno azul intenso.
-¡¿por qué demonios besaste a Kakarotto?!
-¿K...Kakarotto? - preguntó el mayor boquiabierto, ¿cómo había podido hacer cometer semejante equivocación?
-tu... Yo... El... ¡L-lo siento, tengo que ir por mi esfera! - exclamó Goku recuperando el habla, trató de salir de la habitación pero la puerta le fue bloqueada por el brazo de su padre.
-de aquí no se va nadie hasta que me digan que cojones acaba de pasar - exigió saber el saiyan de la banda roja.
-n... No, yo no sé qué sucedió - balbuceo el saiyajin criado en la Tierra.
-¿por qué carajos le diste tu armadura al imbécil de Kakarotto?
-y dale con Kakarotto - refuñó Goku recordando que ese nombre no le gustaba.
-¡por qué no es Kakarotto!
-por una fregada, o me explican o ¿qué mierdas?
-¿por qué besaste a Kakarotto? - volvió a preguntar Bardock golpeando con su puño el muro de la habitación.
-¡por qué pensé que eras tú! ¿Satisfecho? ¡Yo no tengo la culpa de que tengas clones por hijos! ¡Y para colmo le das una de tus armaduras! ¿Cómo diablos quieres que los identifique? - preguntó cabreado, ¿desde cuándo el rey tenía que darle explicaciones a uno de sus tantos soldados?
-púdrete Vegeta - respondió indignado, una puta banda en la cabeza, una puta banda, ¿no era suficiente para distinguirlo?
-yo no tengo por qué rendirle cuentas de mis acciones a nadie - contestó de forma orgullosa, ¿cómo demonios no se dio cuenta de que Kakarotto no tenía la mejilla rajada?
-te daré un buen motivo, SOY TU PAREJA.
-y yo el rey - contraataco sabiendo que pagaría muy caro su error más adelante.
-¡Kakarotto!, ¡sígueme! - ordenó Bardock tomando con rudeza las ropas de la cama, sin hace contacto visual con ninguno.
Goku solo asintió y dejó pasar por alto el hecho de que le habían dicho Kakarotto en varias ocasiones, pues aún no lograba digerir lo que acababa de pasar.
Padre e hijo salieron de la habitación, dejando al Rey en el centro de esta, sintiéndose cada vez más molesto.
¡Si hubiera sido otro el que le hubiera gritado ya lo hubiera mandado encerrar en los calabozos!
Pero aun así, no se podía imaginar a Bardock tras las rejas de una celda.
Unos minutos después, él también salió, pisando sin piedad los trozos del rastreado hasta volverlo añicos.
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-Ammm yo... - trató de hablar Goku sin saber que decir, ¿que acababa de pasar?
Bardock ignoró al menor/mayor y continuó con su caminata silenciosamente hasta llegar al comedor, entró y dejo al otro fuera y en cuestión de segundos regreso.
No dijo nada, solo le entregó la esfera y la muñequera y con la cabeza le indico que continuará siguiéndolo.
Finalmente llegaron al laboratorio.
Rápidamente Goku reconoció el lugar, era donde había despertado cuando llegó a ese planeta.
-anciano, dame otro scouter - pidió sorprendentemente calmó, asustando a los lacayos que custodiaban el lugar, ¿de cuándo acá tanto amabilidad?
-sí señor - respondió sacando uno de color rojo de lo que parecías ser una vitrina, lo entregó mientras trataba que sus ojos no hicieran contacto visual con el saiyajin, ahorrándose el preguntar que le había sucedido al otro rastreador que hacía unos minutos atrás le había dado.
-veo que Kakarotto ya está estable - comentó uno al ver a Goku portar ya la armadura saiyajin en vez de ese 'horrendo traje naranja' con el que apareció inconsciente.
-colócate esto en tu oreja izquierda - ordenó entregándole la máquina - la necesitarás para saber el poder de pelea de cualquiera y para que te puedas comunicar con los demás.
-yo no necesito eso - respondió al fin de forma normal, parecía que la tensión de la situación iba disminuyendo, pero con eso solo las preguntas y dudas aumentaban - puedo detectar el ki sin necesidad de esa cosa.
-¿ki? - pregunto arqueando una ceja dando a entender que no lo seguía, al igual que los sirvientes que parecían estar en el mismo estado de desconcierto que el saiyajin.
-el ki es la fuerza de las personas - aclaró pensativo, hacía mucho que el antiguo Kamisama le había explicado eso y ahora no recordaba el concepto en sí, ahora eso ya era una habilidad innata de su ser.
-como digas entonces - murmuró - necesito que me tengan varios ejemplares de esta cosa para antes de que el sol se oculte - dijo entregándole el gi naranja al anciano.
-seguro señor - respondió sin preguntar nada, cada vez los saiyajin se comportaban más extraño ese día.
-pero yo pensé que quería que usará esta horrorosa cosa - dijo Goku señalando su armadura con el ceño fruncido hasta que recordó lo que sucedió en la habitación, ahora entendía el cambio de decisión del de la cicatriz.
Bardock no le contestó y sólo se limitó a salir del lugar y sin necesidad de darle la orden de que lo siguiera, Goku salió tras él.
Puertas, desviaciones y más pasillos después, Bardock por fin se detuvo delante de una puerta y sin tocar entró a la habitación.
-más vale que recuerdes como llegar aquí que esta será tu habitación - contesto la interrogante del menor, quitándose del marco de la puerta para permitirle entrar, pero en lugar de eso, Goku se quedó estático donde estaba.
-Goten y Trunks ya lo sabían, ¿cierto?
-¿saber qué? - preguntó frunciendo el ceño sin notar la incomodidad del otro.
-lo de... Él y tú - aclaró bajando la mirada avergonzado.
Bardock solo torció su boca, sonriendo de forma burlesca, recordando aquel día en que habían llegado, el día en que Goten había acusado al rey por actos de canibalismo.
-sí, y déjame decirte que tu mocoso es tan imprudente e idiota como tú.
-¿puedo preguntarte algunas cosas? - pregunto y el otro sólo asintió - ¿cómo es que funcionan las relaciones aquí?
-¿cómo que como funcionan?
-en la Tierra, al parecer tiene que ser una mujer y un hombre para poder hacer 'eso' - aclaró desviando la mirada, dando a entender que se refería al beso con el rey Vegeta.
-ya te lo dije, eso es una tontería total.
-¿entonces? ¿Aquí no hay mujeres? - pregunto curioso, pensando que Vegita parecía ser un paraíso.
-si serás imbécil, claro que hay, si no no hubieras nacido, ¿o como piensas que se reproducen los saiyajins? ¿Por medio de huevos?
-ese hombre, ¿era el Rey verdad? ¿Es el papá de Vegeta?
-es el padre del príncipe, ¿alguna otra pregunta más? - preguntó corrigiéndolo pero enseguida entendió a donde quería llegar con eso - ni lo intentes.
-¿que? ¿Intentar qué? - preguntó ladeando la cabeza.
-no intentes acercarte al príncipe de esa forma.
-el está con él otro, ¿verdad? - preguntó secamente apretando los dientes, recordando como Kakarotto se había referido a Vegeta, había dicho "su príncipe".
-¿de qué hablas? - preguntó Bardock arqueando una ceja sin darse cuenta de lo obvio.
-vi cómo reaccionó Kakarotto cuando escucho lo que hice, también su preocupación cuando Vegeta se marchó molesto.
-tiene sentido lo que dices - murmuró - después de todo tu eres él, son la misma persona al fin de cuentas... Vaya, que guardadito se lo tenían - el pelipalmera mayor suspiró - pero creó que al fin de cuentas no me sorprende.
-¿eh? ¿Por qué lo dices?
-préstame atención y más vale que entiendas, que no lo voy a volver a repetir.
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-Kakarotto, ¿ingresaste las coordenadas correctas? - preguntó el príncipe Vegeta, comunicándose con el pelipalmera a través de su rastreador.
-si Vegeta, no necesitas preguntar lo mismo cada vez que salimos a una misión - le contestó exasperado, aún no olvidaba las indirectas que Vegeta le había dado.
-estas tan imbécil que no quiero perder mi tiempo buscando terminar en otro planeta como aquella vez, ¿que acaso ya lo olvidaste?
-no, no lo he olvidado - refuñó Kakarotto, esa vez no había sido un error, sino una emboscada planeada por Napa y otros saiyajin a los que había humillado una de tantas veces, lástima que no quedó rastro de ellos, así no pudo comprobar que todo había sido planeado.
Las naves con forma esférica se fueron elevando y a velocidad de la luz salieron de la atmósfera del planeta, sin notar que a su vez otro par de naves traspasaban la atmósfera.
Después de diecisiete años, dos saiyajins regresaban a su planeta natal.