-¡arg! No pienso quedarme aquí – gruñó dejando a Radithz atrás, comenzando a caminar al interior del palacio.
-espera Kakarotto, ¿Qué estupidez vas a hacer? – pregunto Radithz, debatiéndose entre seguir al idiota prepotente de su hermano o esperar a su pequeño príncipe.
-nada – respondió viendo de reojo al de cabellera larga seguirlo – ese es el maldito problema, no soy capaz de hacer nada, ¡no puedo hacer nada! – gruño golpeando la pared molesto.
-oye, tranquilo, ya sé que estás loco y no me interesan tus problemas pero vas a hacer que te lleven temporalmente a un calabazo por idiota – dijo intentando hacer entrar en razón al cabeza hueca de su hermano.
-¡¡¡AARRGG!!! – gruñó dándole un último golpe al muro haciendo que se agrietara. – le dices a Vegeta que no me busque... – ordeno pero después de pensarlo un poco más recapacito – dile que me busque en la sala de entrenamiento del sector doce. – dijo y comenzó a caminar en dirección contraria a la que iba.
-como si yo fuera mensajero – bufó cruzándose de brazos mirando al pelipalmera hasta que se perdió de vista al doblar la esquina – en cuanto regrese Tarble me largo de este planeta.
***
-estaba tan bien antes de que apareciera ese imbécil – bufo , ya llevaba horas, o al menos eso creía pues mínimo ya le había dado unas diez vueltas al palacio por completo - ¿Cuándo se piensa largar?
Iba maldiciendo, perdido en sus pensamientos hasta que llegó al final del corredor, estuvo a punto de regresarse por donde vino pero al pasar por una habitación que tenía la puerta abierta se detuvo de golpe, escucho a las personas que menos quería ver reunidas intercambiar palabras y sintiendo su lívido aumentar y la cólera apoderarse de su ser, entró a la habitación.
~~~
Goku iba caminando por el palacio tratando de familiarizarse con el lugar, pero la verdad es que esa simple tarea se le estaba complicando, ¿Por qué rayos había demasiados pasillos, salones, habitaciones y de más en el palacio saiyajin? Ya ni la casa de Bulma era tan grande.
Trataba de no pensar en los últimos acontecimientos por lo que se entretenía hasta en la más mínima tontería, como en los extraños y exóticos insectos que se podrían ver por la amplia ventana con detalles biselados o en los lacayos que pasaban cada cierto tiempo y lo veían con reproche.
¿Enserio eso iba a ser su vida? ¿Hubiera sido igual a Kakarotto si nunca se hubiera golpeado la cabeza?
Daba gracias a Kamisama por que no hubiera sido así, si de lo que más estaba orgulloso era de su fuerza, de todo lo que había logrado hacer a lo largo de su vida.
En su niñez venció a la patrulla roja, a Tao Pai Pai , uno de los más grandes asesinos del mundo , se enfrentó a los más fuertes de Tierra en varios torneos de artes marciales, venció al poderosísimo Piccoro Daimaku , les hizo frente a los saiyajines, hizo real la leyenda del súper saiyan, vengó la muerte de todos los saiyajin, murió en batalla pero resucitó, peleó con los guerreros más fuertes del otro mundo, alcanzó la fase tres, venció al monstruo Buu y además era padre de dos saiyajines dignos de ser sus hijos, y aunque uno lo odiara nunca lo negaría como su hijo.
La verdad no se arrepentía de ninguna de sus acciones y no desearía que la historia hubiera sido diferente a como la conocía. ¿Entonces qué cambió?
Nada. Sólo abrió los ojos y se dio cuenta de que todo su matrimonio fue una farsa y que lo que siempre pensó que sentía por su esposa en verdad era una falsa ilusión producto de una promesa y la rutina, por que en verdad a quien eran dirigidos sus sentimientos era al peliflama.
Algo que él no había pedido, más sin embargo estaba destinado a ser.
"La gente pensaba que su héroe mentía
Se rieron de él hasta hacer llorar
El hombre de cabello revuelto no lo soportó
No conocía ese pequeño punto de quiebre
Y terminó reconociendo su propia fragilidad
Y sí, él tenía razón, no tenía nada de malo
Demasiado tarde para todos sus amigos
La mujer peliazul defendió a su viejo amigo
Subestimaron lo mucho que le necesitaban
Y los pobres niños eran más adultos que ellos
El padre del hombre le vio por primera vez
Qué pena mirarlo tan mal
Las premoniciones lo dejaban a la sombra de él
Y si ese hombre era el guerrero más fuerte
Tendría que llamarlo por su nombre: Goku
Las luces se encendieron en su lecho de muerte
Todo parecía tan normal excepto ese hombre
Muchas preguntas sobre Goten y Trunks
Recordaba que por amar a Vegeta era odiado
Ahora sólo necesitaba un lugar a donde escapar.
Dos Kakarotos eran sinónimo de problema
Un botón que le haría regresar a ese pasado
Un hijo arrepentido que perdió a su padre
Una mujer loca que perdió todo por estúpida
Y un saiyajin que sabía a quién le pertenecía"
Suspiro cansado y frustrado, ¿ahora donde carajos se supone que estaba su "habitación" de hospedaje?
Escucho voces algo conocidas salir de una habitación y pues al verse sin más opciones entro.
Dentro se encontraban Radithz, Tarble y Vegeta, los tres o más bien ambos príncipes conversaban mientras que Radithz sólo escuchaba, recargado en un muro con los brazos cruzados.
Los tres saiyajines al darse cuenta de la presencia del saiyajin criado en la Tierra se callaron de repente, como si la conversación de hace unos momentos hubiera estado entablada en su honor.
Goku miró a Tarble y a Radithz pero enseguida pasó su mirada a Vegeta, y muy a duras penas le preguntó.
-Vegeta, mi padre me dijo en qué habitación quedarme pero no se cual sea, ¿tienes idea de donde podría estar mi padre? - preguntó cambiado su pregunta a último momento, pues dudaba que el príncipe supiera cuál era su habitación.
-Dime una cosa Kakarotto - pidió el peliflama mirando con gesto burlón al pelipalmera - ¿es cierto eso que se rumora?
-... - Goku solo frunció el ceño en señal de incomprensión, ignorando el dolor punzante que sentía su corazón al ver y escuchar la gruñona y altanera voz del peliflama.
-por ahí están diciendo que el Rey te beso - respondió con una sonrisa torcida.
Radithz y Tarble sólo se mantenían expectantes, ambos preguntándose si había sido buena idea haberle contado aquello a Vegeta.
El rostro del pelipalmera se volvió de un color entre rojo y azul ante el recuerdo de lo sucedido pero sin embargo no se atrevió a negar ni una sola palabra.
La sonrisa de Vegeta se agrandó ante el silencio del saiyajin menor y no sólo por eso, sino porque justamente en ese momento iba entrando Kakarotto a la habitación, claramente molesto por encontrarlos en la misma habitación.
En ese momento pareció que las cosas sucedieron demasiado rápido para después volverse lentas, como si estuviera compensando el tiempo que corrió a demasiada velocidad.
Vegeta miró a Kakarotto con esa sonrisa tan arrogante que lo caracterizaba y sin que Goku pudiera prevenirlo, fue jalado del cuello para quedar a la altura del peliflama y ser besado por este mismo.
Los ojos de Goku no mostraban otra cosa más que asombro y sorpresa mientras que los de Vegeta no dejaban de observar a Kakarotto, retándolo con la mirada a que siquiera intentará algo.
Radithz no podía creer lo que veía, pues... ¡Era inaudito! ¡Increíble! Pero sobretodo... ¡Inesperado!
Por el contrario, Tarble estaba asustado, al ser el más cercano a Vegeta y Goku pudo notar que todo aquello no era más que una forma para provocar a Kakarotto.
Pero la pregunta que ambos se hacían era ¿por qué?
Kakarotto no soporto ni un minuto más aquella escena y sin pensarlo dos veces tomó a Goku de los hombros y lo separó del peliflama para darle un fuerte puñetazo en el rostro que, en otras circunstancias Goku no hubiera sentido, pero estando aún en estado de shock le había dolido.
-¡¡ ¿qué te pasa imbécil?!! - preguntó Kakarotto mirando con rabia a Goku.
-¡¿por qué rayos me golpeaste?! - preguntó Goku sobándose la mejilla enrojecida que le escocia.
-¡¡ ¿y a un lo preguntas?!! - exclamó lanzándose directamente al pelipalmera, tratándolo de golpear pero esta vez de ninguna forma podía hacerle el menor daño.
-Vegeta, has algo - pidió Tarble viendo como Goku parecía ser acorralado por su alter ego sin embargo su hermano no hizo nada por evitarlo - ¡Radithz! ¡Separarlos!
El de cabellera larga dudo por unos segundos en intervenir pero cuando apenas comenzaban a acercarse, Goku emitió un gran resplandor dorado.
De un solo golpe logró quitarse de encima a Kakarotto que parecía estar muriéndose de coraje al ver que no había logrado hacerle ni un solo rasguño, y usando la fuerza del súper saiyajin le incrustó un certero golpe en el estómago, obligándolo a doblarse de dolor.
-m-maldito - murmuró poniéndose de pie mientras enrollaba su panza con sus manos en busca de mitigar el dolor.
-esta vez no habrá semilla del ermitaño - gruñó Goku, volteo a ver con enojo a Vegeta que parecía más que divertido con todo aquello y sin decir ni una palabra más, salió de la habitación.