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Luna Azul por Rei Moon

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Notas del capitulo:

El segundo capítulo de este fic ;)

Recuerden, un capítulo por día y amo el suspenso, sí, los haré sufrir!

Ojalá les guste!

Ace se tranquilizó mentalizando que era el pelirrojo a quien trataba de ayudar y no visualizar el futuro que le esperaba con el pequeño

− Llegado el momento… no creo su pareja tenga que hacer nada, es su pareja después de todo, yo tengo que respetar su decisión, si se equivoca, estaré ahí para apoyarle, si no, también, si es feliz con su pareja, si lo cuida, lo ama y lo respeta, no hay nada que objetar, somos muy celosos, pero eso no significa que no los aceptemos, tu tampoco estarías feliz si de repente tu pareja te deja de lado para prestarle atención a un desconocido ¿verdad?, eso es similar a lo que sentimos

El pelirrojo asintió, comprendía a lo que se refería el pecoso

− Por otro lado… si su pareja realmente tuviera que ganarse mi afecto podría comenzar regalándome algo de comida deliciosa

− ¿Comida?

− No somos sólo bestias salvajes, la mayoría de nuestra raza está domesticada ya que no somos puros, puedes compararnos con una mascota, tal cual, pero no te atrevas a llamarnos así porque lo lamentarás, sólo en la parte de cómo consientes a tus mascotas puedes hacer esa comparación, por el resto considérate muerto

El pelirrojo asintió, colocó una gran sonrisa

− Me has ayudado bastante

− Lo imaginé, sea quien sea, no le digas que ha sido un lobo el que te lo dijo, eso es algo que debería haber mantenido en secreto

− ¿Y por qué me lo dijiste?

− Sé que no me creerás, pero te lo debo, ahora si me disculpas iré a bajar a Loki para que coman el pastel

Luego de aquello el pecoso se alejó rumbo al trampolín, luego de chantajear al pequeño logró que bajara, comieron el pastel que Marco había llevado para él, abrió muchos regalos y al final les habían dado una bolsa decorada con muchos dulces dentro, Ace se despidió del vampiro, que fue el único con el que había charlado durante aquella fiesta, nunca antes había estado tan cerca de uno y había sentido curiosidad, al final había resultado bastante bien y había podido calmar un poco de culpa al ayudarle con el problema que tenía, el pelirrojo cargaba a sus pequeños uno de cada lado, uno de ellos se encontraba ya dormido, el otro comenzaba a bostezar, el pecoso se despidió contento de ver que los pequeños se encontraban bien, agradecía que sus padres fueran tan cuidadosos con sus hijos, cuando vio el auto del pelirrojo perderse al dar una vuelta volvió a la mansión, Marco se encontraba en la puerta observándolo, Ace no le prestó atención y paso de largo, se encargó de que Loki tomara un baño y luego lo llevó a acostarse, Marco entraba puntual para leerle una historia a su hijo, el pecoso iba a salir pero volvió a entregarle algo al niño

− Casi lo olvido, esto es para ti, feliz cumpleaños Loki

Ace le daba al niño un pequeño bulto de piel amarrado con una cinta del mismo material, Loki lo abrió emocionado, una hermosa piedra azul colgaba de una sencilla cadena, el niño la miró curioso, cuando retiró el envoltorio y la tocó la piedra dejó ver un brillo, Loki volvió a alejar su mano, el pecoso se encontraba casi fuera de la habitación

− Tiene un hechizo, brillará cuando las personas se acerquen a ti con malas intenciones, cuando eso suceda aléjate de inmediato, si no puedes huir aprieta la piedra entre tus manos y pide volver a casa, aunque seas un demonio, el hechizo de transporte debe funcionar, te traerá a salvo a tu habitación, espero que nunca tengas que usarla, hasta mañana Loki

Ace le dedicaba una sonrisa al pequeño, éste le miraba con entusiasmo, bajó de un salto y corrió hasta donde se encontraba el pecoso para abrazarse a una de sus piernas

− ¡Gracias!

− De nada enano, ve a acostarte

El pecoso se inclinó para despedirse del pequeño, éste le dio un beso en la mejilla y volvió a la cama, Ace salió sin prestarle mayor atención a Marco, por lo general el pecoso no hablaba mucho con el antes mencionado, se limitaba a contestarle lo que le preguntaba sobre su hijo y nada más, nunca tenían largas conversaciones ni mucho menos, el rubio era el único que parecía distante con el pecoso, aunque esto a Ace no le resultaba incómodo ni nada, había dado por hecho que era la manera de ser de Marco.

Un rato después el pecoso se encontraba en su habitación leyendo cuando tocaron la puerta

− Adelante

Ace parecía extrañado pero igual invitó a pasar a quien fuera que estuviera tocando, para su sorpresa era el rubio

− Hola Ace

− ¿Qué sucede?, ¿Loki no ha podido quedarse dormido?

El pecoso se levantaba del sillón en el que se encontraba

− No, ya está dormido

Ace dejó escapar un suspiro, temía que Loki hubiera comido demasiados dulces y se sintiera mal, el rubio se acercó hasta donde estaba el pecoso

− El hombre con el que estuviste hablando en la fiesta, tiene una pareja muy celosa, no deberías acercártele tanto

− Lo sé, sé quién es, cuida muy bien de sus hijos, también tienen un buen guardián, Nami y yo no pudimos acercarnos a sus crías

Ace parecía aliviado, el rubio se sintió un poco molesto

− Yo también cuido a mi hijo, si es lo que estás insinuando

El pecoso inmediatamente se disculpo

− Lo siento, no quise ofenderte, no me refería a eso, sé que cuidas muy bien de Loki, está de más pero sé que ese día tuve suerte, bueno… mala suerte… es decir… olvida lo que dije, sé que cuidas muy bien a tu hijo, así que perdona, no era mi intención sugerir lo contrario

Ace no sabía que decir, su intención no había sido insinuarle nada al rubio

− No vayas acercándote a medio a mundo, puedes meterte en problemas, si llegan a enterarse quién eras, armaras un buen lío

− Lo lamento, no quise causar molestias

− En un futuro evita quedarte sólo con alguien, puede malinterpretarse

− De acuerdo

Marco miraba al pecoso, éste no llevaba más que el pantalón de su pijama, el rubio no podía quitar la vista del cuerpo de Ace, se obligó a desviar la mirada, el pecoso mantenía agachada la cabeza así que no podía ver el semblante del rubio, éste tardó más de lo que hubiera querido en reaccionar, Ace no sabía que más decir, pensó que Marco seguía molesto así que levantó el rostro para poder verlo, se sorprendió al ver los ojos del rubio en un color azul encendido con las típicas líneas verticales en lugar del iris de sus ojos, su mirada era bastante intensa, Ace retrocedió un paso, no sintió que estuviera en peligro pero lo hizo por precaución

− ¿Qué ocurre Marco?, ¿estás bien?

El rubio no había alcanzado a procesar las preguntas, era aquella temporada del año en que solía actuar molesto sin ninguna razón, aunque sí que había una razón, Ace se dio cuenta de que el rubio no le estaba escuchando, pudo escuchar un leve gruñido, casi imperceptible, se dio cuenta de lo que andaba mal, miró por las ventanas que aún se encontraban abiertas, había luna llena, devolvió su vista al rubio, éste no se había movido ni un centímetro, se apresuró a la puerta, colocó el seguro en ella, Marco lo había seguido y se recargó contra él aprisionando su cuerpo contra la puerta, el pecoso sintió un ligero escalofrío, aquello de alguna manera era su culpa, había pasado tanto tiempo con Loki que Marco podría confundirle con su pareja.

Marco acariciaba el pecho del pecoso mientras besaba su cuello, Ace podía sentir la erección del rubio pegándose a su cuerpo, con algo de dificultad se giró para encarar al rubio, besó sus labios y Marco correspondió aquel beso, el rubio lo tomó por la cadera pegando sus cuerpos, de esa manera se acercaron hasta la cama, el pecoso se movió rápidamente, abrió la camisa y el pantalón del rubio, dejando libre su erección, Ace quiso arrepentirse cuando se dio cuenta que era más grande de lo que había calculado pero ya no había vuelta atrás, bajó hasta la entre pierna del rubio y comenzó a lamer aquella extensión de carne, Marco dejaba escapar roncos gemidos, el pecoso poseía una larga lengua, que envolvía su miembro, luego de lamer cada milímetro de su miembro, se lo metió a la boca, el pecoso dejaba que la erección saliera y entrara de su boca lentamente mientras la succionaba, el rubio sujeto la cabeza de Ace y comenzó a aumentar la velocidad, podía sentir cómo su miembro alcanzaba la garganta del pecoso, pero aquello se sentía demasiado bien, no se detuvo hasta que se corrió en la boca de Ace, cuando eso pasó, el rubio comenzó a recobrar su cordura, se había perdido mirando al pecoso y había terminado de aquella manera

− Ace  esto… no debió haber pasado

− Lo sé, sé que no era tu intención, pero está hecho así que no te mortifiques

− No, yo… lo siento, no…

− Por eso siempre estabas de mal humor, no tienes a nadie a quien acudir cuando estás en celo, ¿verdad?, por hoy déjalo pasar, pero sería bueno que buscaras una pareja

Marco parecía dudarlo, Ace tenía razón, luego de que su pareja muriera, no había vuelto a buscar a nadie, llevaba 6 años sin poder desahogarse, desvió la vista hacia la ventana, no tenía idea de qué decirle a Ace, fue éste el que rompió el silencio

− Ya te dije que no te preocupes, no iba a dejar que te marcharas así, pero ¿ya estás mejor, cierto?

El rubio asintió, sentía que había utilizado al pecoso

− No dejaré que te sientas culpable Marco, si lo ves desde mi punto de vista, me aproveché de ti, así que no quiero saber nada más del asunto, ni una palabra, o me marcharé de la casa

Marco se sobresaltó, se giró para ver al pecoso que seguía acostado mientras él estaba sentado en el borde de la cama

− ¿Estás amenazándome?

− Sí

El rubio dejó escapar una leve risa

− No tengo más opción que aceptar ese chantaje, no puedo permitir que te vayas y nos dejes solos

Marco se puso de pie mientras se acomodaba su ropa, el pecoso había llevado su brazo a su frente tapando sus ojos, sabía que el rubio no caería con el chantaje y que le molestaría por un tiempo, la próxima vez se aseguraría de llevar algo más encima

− Ace…

− Ve a dormir Marco

El pecoso se giró sobre su costado y cerró los ojos, el rubio no tuvo más opción que salir de aquella habitación.

Al día siguiente Ace sentía que la culpa le caía como una roca sobre los hombros, despertó a Loki más tarde, ya que era día de descanso, esos días, la familia se reunía temprano para desayunar todos juntos, el pecoso entró con el pequeño cargado en brazos, el rubio lo estuvo mirando fijamente desde que había entrado al comedor, Ace bajó a Loki cuando llegaron cerca de su abuelo, el niño saludó al anciano, luego fue a sentarse a un lado de su padre, el pecoso se disculpó con la familia y se retiró, nadie le dijo nada ya que era extraño que Ace no comiera con ellos, la mayoría supuso que tendría algo importante que hacer, salió de la mansión y caminó hasta un parque cercano, ahí se ocultó de la vista de la gente que pasaba y se transformó en lobo, le encantaba el olor de la hierba, necesitaba dejar de pensar en Marco y echarse entre los arbustos lo ayudaba a relajarse, permaneció así por un par de horas hasta que sintió un peso extra en su lomo, abrió los ojos, Marco estaba parado frente a él y Loki se había dejado caer sobre él

− Vamos a dar un paseo Ace

El pecoso volvió a acomodar su cabeza y cerró los ojos

− Ve con tu padre Loki, aprovecha el tiempo que puede estar contigo, yo puedo pasear contigo otro día

El niño puso morritos

− Pero quiero que vayas con nosotros

Ace suspiró y se enderezó, miró al rubio que seguía de pie frente a él

− ¿Enserio quieren que vaya con ustedes?

Marco asintió y Loki gritó

− ¡Sí!

El pecoso se transformó nuevamente, la molestia que sentía al pensar en lo ocurrido había desaparecido, el pequeño Loki seguía sobre sus hombros

− Sólo será por un rato ¿de acuerdo?

El rubio lo miró levantando una ceja

− ¿Tienes algo que hacer, además de dormir?

− Los días de descanso, suelen ser para descansar ¿sabes?

El pequeño se echó a reír

− Sólo por hoy Ace

El rubio le dio la espalda y comenzó a caminar, el pecoso siguió al otro con Loki sobre sus hombros, caminaron por un largo rato, hasta que llegaron a la zona de juegos

− Por ahí no papá, vamos por allá

El niño señalaba hacia el lado contrario de dónde caminaba el rubio

− ¿Cuál es la diferencia?

− Quiero ir a los columpios

El rubio corrigió la dirección y se encaminaron hacia donde el pequeño quería ir, cuando llegaron el pecoso se sorprendió de encontrar al pelirrojo con su pareja, se encontraban cuidando a su hijo menor, los hijos mayores se encontraban en los columpios siendo impulsados por una chica castaña que alternaba entre uno y otro, Ace reconoció a la chica como la guardiana del demonio de ojos grises, Loki se entusiasmó al ver ahí a sus dos amigos, el pecoso no tuvo más opción que subirlo a un columpio e impulsarlo para que compitiera con los otros dos pequeños por ver quién llegaba más alto, la chica parecía cansada, Ace le ayudó a impulsar a uno de los pequeños, para él era mucho más fácil hacerlo con una sola mano, estuvieron así un par de minutos

− Por cierto ¿cómo te llamas?

Luego de un rato la chica parecía haberse cansado de sólo impulsar a uno de los niños

− Soy Ace ¿y tú?

− Nikky

− Parece que nunca se cansan ¿verdad?

− Son niños, es normal

Tan rápido como el pecoso había dicho aquello los pequeños bajaron y se dirigieron a un tobogán, la chica se daba un respiro mientras se sentaba

− ¡Claro que no!, es culpa de ese idiota de cabello rojo por darles tantos dulces, ¡llevan así horas!

El pecoso se permitió reír ligeramente, no se dio cuenta de que el rubio se encontraba observándolo con una mueca de molestia

− ¿El de ojos grises es tu protegido?

− ¿No es obvio?, ¿Quién es el tuyo?

− El pequeño por supuesto

− ¿De verdad?

− Sí

− ¿Entonces el enorme rubio no es tu pareja?

− ¡Claro que no!

− Amigo… no soy nadie para decirte esto, pero como lobo es mi deber decírtelo, apestas a demonio y no precisamente al niño, ¿sí sabes a qué me refiero?

El pecoso sintió cómo el calor se iba a sus mejillas, nunca había reparado en que aún debía llevar el olor de Marco encima, agradecía que sólo ella pudiera olerlo

− Eso fue… un accidente

La chica estalló en risas, llamando la atención del pelirrojo y su pareja, el rubio no había quitado la vista del pecoso

− ¡Qué gracioso!, ¿ahora le llaman así?

− Baja la voz ¿quieres?

Ace se sintió un poco incómodo la chica era muy escandalosa, cubrió su boca, miró de reojo a su alrededor, incluso Loki y sus amigos los miraban desde el tobogán, el pelirrojo y el moreno los veían curiosos mientras que el rubio tenía cara de querer matar a alguien, el pecoso temió que el rubio les hubiera escuchado, se acercó hasta la oreja de la castaña para que sólo ella pudiera oírlo

− Ése hombre da miedo cuando se enoja ¿entiendes?, no tiene que oírnos

La chica asintió e igualmente habló en voz baja

− Entiendo pero, enserio deberías considerar darte una ducha, ¿acaso estaba en celo?, apestas un montón, cualquier lobo que pase cerca de ti pensará que estás marcado

Ahora el que gritó fue el pecoso

− ¿Qué?

La chica hizo señas para que se callara, Ace había sido sorprendido por el comentario

− Yo no fui marcado

− Hueles como si lo hubieras sido

− ¡Que no!

− Apestas

− Ya te dije que fue un accidente

− Yo lo sé, pero ¿qué pensarán de ti si al pasar a tu lado les llega ése olor?

− ¡Tienes razón!

El pecoso sabía que su situación tenía solución, muchas soluciones en realidad pero la más rápida la tenía frente a él, colocó una sonrisa inocente, la chica sintió un escalofrío

− ¡Ni lo pienses!, yo no te voy a ayudar

− Ya me ayudaste diciéndome que apesto ¿no?, ¿qué más da si me ayudas otro poco?

La chica se levantó de la banca en la que estaba negando con las manos

− ¡Ni hablar! ¡Ve a darte un baño!

Ace fue muy veloz y antes de que la chica pudiera huir se encontraba abrazándola como si fueran los más grandes amigos

− ¡Kyyaaaa! ¡Apestas, apestas, apestas! ¡Suéltame!

La chica daba pequeños golpes a Ace, lo único que en ese momento podría quitarle el olor a demonio sería, el olor de otro de su especie y si ese otro demostraba alguna emoción lo suficientemente fuerte como era en éste caso, ese olor se quedaría impregnado sobre el otro, sólo basto que el pecoso girara con la castaña en sus brazos una vez para que ésta le clavara las garras, la soltó y olió sus brazos

− Hueles a dulce

− ¡Y tú apestas!, ahora huelo a demonio ¡qué asco!

− No hueles a demonio

El pecoso se acercó a su cabeza y olió un poco

− Hueles dulce, apuesto a que yo tampoco huelo a demonio

− ¡Jamás en la vida volveré a ayudar a nadie!

La chica señalaba a Ace como si estuviera sentenciándolo

− Eso dijiste la última vez  que cuidaste a Junior chan y hoy viniste con nosotros al parque

La voz calmada del moreno de ojos grises los sorprendió un poco, el pecoso saludo y el ojigris contestó amablemente

− Kid ya me habló un poco de ti, ¿cuidas al hijo de Marco, verdad?

− Sí, así es

− No recuerdo cuándo fue la última vez que vi a Nikky ya conviviendo con alguien extraño

− ¡Eso es muy grosero Law!, que no me veas, no significa que no lo haga

El pecoso asintió a lo que la castaña mencionó

− Puede parecerte poco normal, pero te aseguro que no somos extraños

La chica asintió enérgicamente

− Eso es cierto, él sabe quién soy y yo sé quién es, así que de extraños ¡nada!

El moreno suspiró, esos dos parecían estar en el mismo canal, el pelirrojo se acercaba con el pequeño niño en sus brazos llorando, la chica lo fulminó con la mirada

− ¿Qué le hiciste a Junior?

− ¡Nada!, comenzó a llorar de repente

− Ningún bebé llora de la nada, genio

− ¡Pues no le hice nada!

El ojigris parecía cansado, el pecoso sonreía al darse cuenta que el problema que enfrentaba el pelirrojo era más grande de lo que creía, le dio unas palmadas en la espalda en la chica

− ¡Relájate!, sólo tiene hambre

− Ya lo sé, pero ese tipo no, ¿cómo puede llamarse padre si ni siquiera sabe cómo cuidar uno?

− Te aseguro que él tampoco lo sabía

El pecoso señaló al ojigris, éste desvió la mirada al ser descubierto, el pelirrojo miró un poco asombrado a su pareja

− ¿Enserio?

− ¿Cómo quieres que lo sepa?, Junior chan es muy diferente a Bel chan y a Zep chan

Ace miró a la chica

− ¿Lo ves?

La castaña desvió la mirada, el pecoso pudo adivinar que el pelirrojo le agradecía con la mirada, el ojigris sostenía al pequeño que había dejado de llorar

− No te desesperes, puedes tratar a tu pequeño como un niño normal, no necesitas que Nikky te esté diciendo qué le hace falta o qué debes hacer

La chica iba a reprochar aquello, pero se dio cuenta de que el ojigris parecía consternado, dejó que el pecoso siguiera con lo que estaba diciéndole

− Inténtalo por ti mismo, te será difícil al principio pero te acostumbrarás con el tiempo, podrás distinguir qué está pidiendo, además no tardará en comenzar a querer hablar, es diferente a los otros porque ellos son demonios y tú como su padre podías saber lo que querían sólo con pensarlo, él no es un demonio, es un vampiro pero sigues siendo su padre, la única persona a la que debes recurrir es a tu pareja, él es un vampiro, él sabe cómo debe tratarse a un vampiro, tal vez no a un bebé, pero él sabrá a quién recurrir si se trata de un bebé vampiro ¿no?

El pelirrojo asintió, el ojigris parecía mucho más calmado, la castaña a su lado gruñía molesta, el moreno miró al pecoso

− ¡Gracias!

− No hay de qué, le estoy devolviendo un favor a ella

La chica lo pellizco de las mejillas

− ¿Cuál favor idiota?, ¿ayudando al sin cejas?

El pecoso se soltó como pudo

− ¿Cuál es tu problema?, él te agrada ¿no?

La chica pateó a Ace, éste esquivó el impacto

− ¿Acaso estás demente?

− Tengo razón, él te agrada, de lo contrario no estarías diciéndole lo que hace mal y cómo debe hacerlo

− ¡Cierra la boca!

El pelirrojo se sorprendió al escuchar aquello, ciertamente la chica siempre estaba corrigiéndole todo lo que hacía mal, aunque muy a su manera, el ojigris sostenía su mano y le sonreía

− ¡Ace!

El pecoso se encontraba evadiendo los golpes que la castaña quería atinarle, el rubio se paró a un lado suyo con Loki en brazos, el pequeño parecía dormido, los otros dos pequeños también aparecían caminando agotados, al fin se habían cansado

− ¡Hola Marco ya!

− Hola Law, Kid

El pelirrojo levantó una mano a manera de saludo, Ace se había alejado de la chica mientras que se acercaba a Marco

− Es hora de irnos Ace

El pecoso asintió

− ¡Espera Ace!

El nombrado se detuvo, la chica caminó rápido para alcanzarlo, le dio un pequeño ramo de flores que había cortado velozmente

− Un regalo para ti

− ¿Para mí?

La castaña sonrió ampliamente y se acercó para que Marco pudiera escucharla también

− ¿Acabas de perder tu virginidad, verdad?, ¡felicidades!

La chica se giró aún con la sonrisa en la cara, el pecoso tenía la boca abierta, había esperado la venganza pero no tan pronto, la pareja de casados desviaban la mirada cortésmente, el rostro de Marco se había ruborizado ligeramente, apenas y había podido verlo, había comenzado a andar, el pecoso lo seguía de cerca pero a una distancia considerable

− ¿Por qué hiciste eso Nikky ya?

− Le devolvía el favor

La castaña sonreía maliciosamente, el pelirrojo se acercó a ella sorprendiéndola ligeramente

− Así que… ¿te agrado?

La chica sintió una vena saltarle en la frente

− No te hagas ilusiones pelirrojo, eres el padre de las crías, tengo que soportarte

Los pequeños estiraban los brazos, ambos cargaban a cada uno de los pequeños, el ojigris miraba una última vez por donde se había marchado el pecoso con el rubio

− Espero que Marco lo trate bien, me agrada ese chico

La castaña rodó los ojos

−Lo hará, le dará su “trato especial”, ahora andando, los cachorros van a quedarse dormidos antes de tomar su baño

Mientras tanto el pecoso caminaba lentamente, el rubio había disminuido su velocidad y Ace parecía no querer alcanzarlo, aún tenía el ramo de flores en las manos, era la primera vez que le regalaban algo, aunque se lo hubiera dado por hacerle una broma pesada para Ace aquello representaba un auténtico regalo, no quería deshacerse de él, estaba tan entretenido viendo las flores que traía que no se dio cuenta cuando Marco se detuvo, sólo hasta que chocó con su espalda se dio cuenta de que habían llegado a su casa

− ¡Lo siento!, no estaba viendo al frente

El pecoso se apresuró a abrir la puerta, el rubio entró, Ace fue a buscar un recipiente para colocar sus flores, le gustaban las plantas y si éstas tenían flor, mucho mejor, le encantaba el olor que desprendían, de alguna manera le recordaban su hogar, acomodó las flores cerca de su cama, se acostó en la cama mientras las contemplaba, cerró los ojos, no se dio cuenta en qué momento se había quedado dormido, abrió los ojos de golpe cuando sintió un peso extra en la cama, tal y como supuso Marco se encontraba sentado a un lado suyo

− ¿Por qué las trajiste contigo?

− ¿Te molesta?

− Sí, esa chica estaba burlándose de ti

− Estaba vengándose por lo que le hice, no me molesta, además me las regaló, no puedo tirarlas

− ¿Por qué te acercaste a ella?, ¿no te había dicho que tuvieras cuidado con los desconocidos?

− Ella no es desconocida

− Sí, lo noté, ustedes se llevan muy bien, incluso como para abrazarla de ése modo

− ¿Estabas mirando?

− Estaban frente a mí, ¿cómo no verlos?

− Lamento haberte incomodado, no volveré a salir con ustedes si te molesta

− Eso no es lo que me molesta

El demonio, se dejó caer sobre el cuerpo del pecoso

− Ace…

− Espera Marco, ya no estás en celo ¿por qué quieres hacerlo?

− Me gustas Ace

− Sabes que eso no es verdad, te sientes culpable por lo que hice

− No voy a negártelo, pero igual quiero tenerte

− Debes buscar una pareja a la que ames para hacer esto, no puedo dejarte que me uses sólo porque quieras sexo

El rubio se levantó furioso

− ¿Eso es lo que piensas?

− ¿Qué otra cosa sino?

− ¿No acabo de decirte que me gustas?

− Tú también me gustas, pero eso sólo es atracción física y nada más, tu mereces estar con alguien que pueda amarte Marco

− ¿Estás diciéndome que eres incapaz de sentir algo por mí más allá de lo físico?

− Sí

− No puedo creerlo, ¡eres un idiota!

− Lo siento, seguramente esperabas algo distinto, sé que no es excusa pero… realmente no puedes pedirle a alguien que nunca ha amado que sienta algo por ti, es imposible

− ¿Realmente nunca has estado enamorado?

− No conozco el amor, de ninguna clase, conozco la compasión, la caridad, la lástima, pero no el amor, ni siquiera el cariño

− ¿Entonces qué supones que Loki siente por ti?

− Compasión

− ¿Y mi padre?

− También

− ¿Y yo?

− Hasta hace 2 minutos habría pensado que era lo mismo

− ¿Y ahora?

− Sé que te gusto, pero parece que sientes algún tipo de afecto por mí

− ¿Por qué te has quedado todo este tiempo con nosotros Ace?, ¿por gratitud?

− Al principio sí, pero luego…

− ¿Luego?

− Tengo miedo

− ¿Miedo de qué?

− De que Kurohige vuelva algún día por Loki

− ¿Estás aquí porque crees que volverá?

− Sí

− ¿Y si nunca vuelve?

− Tampoco estaré seguro nunca

− Así que, básicamente estás aquí porque quieres pagar tu deuda, ¿es eso?

− Supongo…

− Te repito ¡eres un grandísimo idiota!

El rubio salió  rápidamente de la habitación, Ace se permitió mirar por la puerta

− Sí, lo soy

El pecoso se levantó y caminó hasta la ventana, observando los árboles más allá de la cerca que había alrededor de la casa, tenía la sensación de que era observado, siempre era lo mismo cuando veía un rincón obscuro, no era tonto, él mejor que nadie conocía lo terco que era Kurohige, él no dejaría perder a sus esclavos y seguramente intentaría recuperarlos, pero eso era lo que menos podía importarle, lo que no quería es que tomara represalias contra la familia de Loki o el mismo pequeño, eso sería lo peor que podría pasar, pero conociendo al hechicero, eso era lo más evidente que podría ocurrir, por eso es que estaba ahí, cuando Kurohige volviera para tomar venganza, se ofrecería en su lugar, protegería al pequeño y a su familia, quería devolver un poco de todo aquello que le habían dado, por un momento vio dos pequeños reflejos, parecían luces, enfocó mejor su vista, eran un par de ojos, el cuerpo de un lobo se dejó ver un poco mejor, sólo podía ser una persona, el pecoso salió de la habitación, se dirigió al patio y se transformó

− Mi familia y yo haremos cacería, les pregunté si podías venir, espero que tengas ganas de correr un rato

La chica movía la cola animada, el pecoso asintió, ni siquiera recordaba cómo era cazar en grupo, había aprendido a hacerlo solo, cuando Kurohige lo castigaba dejándolo sin comer él salía y cazaba algo, siempre compartía su comida con Nami, se reunieron lejos del pueblo, ya no había casas, sólo había bosque hasta las montañas, la ciudad y el pequeño poblado a las afueras habían quedado atrás, la familia de la chica era numerosa, un enorme lobo color negro repartió al grupo, era su padre y el macho alfa, él dirigía la manada y organizaba la cacería, esa noche Ace se divirtió como nunca antes, pudo correr hasta quedar exhausto, persiguieron a un ciervo, él y el hermano mayor de la chica habían conseguido derribarlo, su padre había llegado para morder su cuello antes que se levantara, los cachorros aullaban de felicidad al ver que lo habían conseguido, volvieron a su forma humana para cocinarlo, aunque en realidad sólo era una carne asada, podrían parecer salvajes pero a ninguno le gustaba la carne cruda y Ace no era una excepción, la noche llegaba a su fin, el alba comenzaba a notarse a lo lejos, así que volvieron, el pecoso se sentía feliz de poder correr en una manada, mientras corría pudo recordar un poco de su vida con su familia, pudo recordar el nombre de su hermano pequeño, al que había salvado, conforme corría y miraba a los que le rodeaban comenzaba a ver a su propia familia, aunque aún eran cachorros, su padre los guiaba mientras corrían por una amplia ladera, su madre les había llamado, era la hora de la comida, Ace era el más veloz, uno de sus hermanos competía contra él, en su forma de lobo era totalmente blanco, lo empujaba intentando hacerle perder el equilibrio para que cayera, detrás de ellos mucho más pequeño se encontraba Luffy intentando alcanzarles, corriendo a todo lo que sus pequeñas patitas podían dar, su padre más bien trotaba, de vez en cuando se detenía para ver que ninguno se quedara y volvía a echar a andar

− Ace, Sabo, ¡espérenme chicos!

Pudo escuchar la vocecilla de su hermano menor, el que competía contra él era Sabo, mayor que él por 5 minutos, eran mellizos pero Sabo se parecía a su madre, él por otro lado había salido idéntico a su padre, el pequeño Luffy era el menor hasta entonces, tenía otros dos hermanos que eran demonios Zoro que era el siguiente después de él y Franky que era el mayor de todos, se detuvo en seco cuando se dio cuenta que había llegado al parque que siempre visitaba con Loki, se despidió de la castaña y de su familia, prometiéndoles acompañarlos la próxima vez que salieran de cacería, volvió a su forma humana y fue a sentarse bajo un árbol, el cielo comenzaba a aclararse, las estrellas iban desapareciendo poco a poco, sentía que su corazón latía con fuerza, había recordado a sus hermanos, sabía cómo eran o al menos cómo habían sido, la felicidad que sentía llenaba su pecho, podía sentir una sensación de calidez en su cuerpo, cerró los ojos disfrutando de esas sensaciones, cuando abrió los ojos el sol comenzaba a brillar, se apresuró a llegar a su casa debía llegar antes de que Loki despertará cuando entró se dio cuenta de que era demasiado tarde, podía escuchar los sollozos del niño, corrió hasta donde escuchaba al pequeño, éste se encontraba siendo consolado por su abuelo, el rubio a su lado se encontraba con el teléfono en el oído, cuando lo vio entrar se lo quitó y lo arrojó a la mesa que tenía a un lado, el anciano le sonreía y le dio unas palmaditas a su nieto animándolo a que volteara, el rostro del niño se iluminó al verlo

− ¡Ace!

El pecoso corrió para tomar al pequeño en brazos

− ¿Qué te ocurre?, ¿por qué estabas llorando?

− Pensé que te habías ido

− Claro que no, no me iría sin despedirme, ¿por qué has despertado tan temprano?

− Quería darte una sorpresa

− ¿Una sorpresa?

El anciano se levantó del lugar en el que había estado

− En realidad todos queríamos sorprenderte pero tú nos has sorprendido

El pecoso no comprendía lo que le estaban diciendo, Marco colocó su mejor cara de molestia

− ¿Acaso sabes qué día es hoy genio?

− ¿Lunes?

El rubio chocó la palma de su mano contra su rostro, el niño tiró de su playera

− Hace un año llegaste a nuestra casa, queríamos celebrarlo todos juntos pero no estabas, creí que nos habías abandonado

− Lamento haberlos preocupado, no pensé que fueran a tomarse tantas molestias

El anciano asintió

− Marco, llama a tus hermanos, diles que Ace está bien, comeremos todos juntos hoy

− Como digas padre

El pecoso limpiaba el rostro del pequeño

− Estas hecho un desastre Loki, tenemos que darnos prisa si queremos llegar a tiempo al colegio

Ace sujetó al niño por sus costados y lo arrojó al aire atrapándolo nuevamente, provocando la risa del pequeño

− ¡Otra vez!

El pecoso repitió la acción un par de veces acompañando la risa del niño, el anciano estaba sorprendido, Marco estaba boquiabierto, ninguno de ellos había escuchado nunca al pecoso reírse y mucho menos verlo tan animado, el rubio se perdió en esa sonrisa tan deslumbrante que poseía Ace, su padre al verlo se soltó a reír también haciendo que el pecoso detuviera su juego con el pequeño, el anciano se acercó hasta ellos

− Parece que algo bueno te ha pasado, ¿verdad Ace?

El nombrado sonrió en automático, una amplia sonrisa se dibujó en su rostro, irradiaba felicidad, incluso Loki se veía entusiasmado

− Tienes una bonita sonrisa Ace, ¿por qué no sonríes así siempre?

El niño le había robado las palabras a su padre que era incapaz de reaccionar

− ¡Porque no quiero!

El pequeño puso cara de confusión pero fue arrojado nuevamente al aire

− ¡Sólo bromeo!

Loki reía, el pecoso había pegado sus frentes mientras agitaba su cabeza y el pequeño imitaba el movimiento, parecían divertidos con ello, luego Ace lo cargó en sus hombros

− Vamos enano, tenemos que cambiarte

− No quiero ir a la escuela

− No te estoy preguntando

El pecoso desapareció con el niño al subir las escaleras, Marco se acercó a su padre

− ¿Crees que haya sido porque le dijiste que queríamos festejarle?

− Marco… sé que tú también notaste que Ace aún trae puesta la ropa de ayer, es evidente que no paso la noche aquí y que va llegando, ¿enserio piensas que es por lo que le dije?

− Entonces algo pasó cuando salió que lo puso así

− En mi opinión quizás encontró una pareja

El rubio tragó duro, su padre parecía contento, pero había un problema con eso, el pecoso le gustaba y lo había rechazado, no concebía la idea de Ace enamorado de alguien más cuando él mismo le había asegurado que ni siquiera conocía ese sentimiento, sacudió la cabeza intentando quitar ese pensamiento de su cabeza

− Llamaré a mis hermanos cuando llegue al hospital, tengo que irme

− ¡Que tengas buen día Marco!, si necesitan algo no dudes en llamarme

− Descuida padre, no pasará nada por un día que no vayas

Notas finales:

Olvidé colocar esto antes

Los nombres de los hijos de Kid y Law son

Belphegor y Zeppar (Igual al papá de Law) que son los gemelos demonios y el pequeño se llama Kid (Igual al papá x'D

Gracias por leer!


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