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El reencuentro. por YurikoRose

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-Pero… ¿Porque no llegaron las cartas?… No lo entiendo
-Creo que se por qué
-¿Porque?…
-Supongo que Kamijo tuvo algo que ver, quien más podría beneficiarse de tenerme lejos
-Bueno… No lo sé, Porque haría algo así
-Porque deseaba estar contigo y el verte triste le beneficiaba porque así podía acercarse más a ti

Bajo la mirada pues no podía creer lo que estaba escuchando, ahora tendría que hablar con Kamijo para saber  si el realmente tuvo algo que ver en eso pero… Como hablaría de un tema como ese, negó varias veces al no saber qué hacer pero sabía que averiguaría que paso con ayuda del castaño.

Kamijo caminaba de un lado a otro dentro de su departamento sabía que ahora que Tsurugi había vuelto le hablaría sobre las cartas, no podía permitirse que su preciado Hizaki supiera que él tuvo que ver para que no recibiera ninguna. Camino hacia su habitación y saco del armario una caja de tamaño mediano al abrirla vio las cartas, tomo asiento en el borde de su cama y se mordió los labios al recordar que había leído cada una de ellas, tenía que deshacerse de esas cartas pero como y donde sin que nadie se diera cuenta.

Debo hacerlo ahora mismo antes de que alguien se dé cuenta” Pensó mientras cerraba la caja y la metía dentro de una pequeña bolsa, salió de prisa de su departamento mientras caminaba no se había dado cuenta de que era seguido por un chico un poco más bajo que el pero de cabello negro este le seguía a cierta distancia hasta que vio que no había nadie cerca se acercó corriendo al rubio, cuando el pelinegro le sujeto del brazo el rubio dio un pequeño saltito de susto girando la mirada hacia el otro.

-A donde con tanta prisa –le miraba con curiosidad sin borrar si pequeña sonrisa de los labios-
-Me asustaste, como me encontraste –suspiro mirando a su alrededor-
-Sabes que vivo cerca de aquí cierto –gira la mirada hacia la bolsa que llevaba el rubio- Que llevas ahí
-Nada –negó apartando la bolsa de su vista-
-Espera no será que vas a deshacerte de las cartas que eran para tu amor
-Pues si
-Y ahora porque no me vas a decir que ya no las necesitas, acaso ya te cansaste de leerlas
-No es eso… Como sabes que las leí –miro al pelinegro mientras fruncía el entrecejo-
-Te conozco mejor que nadie y lo sabes así que solo lo supuse pero tú lo has confirmado
-Eres un…. –apretó las manos y tan solo dio un suspiro-
-Si eso ya lo sé –rio mientras metía sus manos dentro de los bolsillos de su abrigo- Anda te acompañare
-Esta bien solo por esta ocasión –comenzó a caminar-
-De acuerdo, umh pero dime porque ya no las quieres no me habías dicho que él nunca supo que su ex pareja le escribía
-Pues sí pero… El volvió y si le dice sobre las cartas pensara que yo tuve algo que ver
-Y déjame decirte que no se equivoca –reía mientras caminaba-


Después de que caminaron un largo rato llegaron a una pequeña colonia de un barrio bajo, el pelinegro se sujetaba el brazo del rubio pues no le gustaba estar en ese tipo de lugares ya que él era un jovencito de clase media-alta al igual que el rubio.

-Kamijo que hacemos aquí –susurro mirando a su alrededor-
-Es el lugar perfecto para deshacerme de esto –siguió caminando-
-Este lugar no me gusta nada vámonos de aquí
-Yo no te pedí que vinieras Mao
-Tampoco iba a dejarte solo con esto
-Entonces no te estés quejando

Se detuvieron al final de una callejuela toda solitaria, el pelinegro giro la mirada a su alrededor al darse cuenta de que estaban completamente solos así que tiro un poco de la manga del abrigo del rubio.

-Que hacemos aquí, me da un poco de escalofrió este lugar
-Aquí tiraremos esto –levanto la bolsa y camino hacia un contenedor de basura que estaba en una esquina-
-vinimos hasta aquí solo para que vayas a tirar eso –se cruzó de brazos-
-Pues si –asintió dejando la bolsa dentro del contenedor-
-Pensé que las romperías o algo así después quemarlas no se algo diferente a solo dejarlas ahí
-Lo único que quiero es que esto se quede lejos de mi Hizaki jamás debe saber que yo tome las cartas
-Entiendo –asintió-
-Vámonos 

Camino hacia el pelinegro tomándole de la muñeca , el pelinegro le siguió y suspiro negando cosa que el rubio vio pero no dijo nada solo siguió caminando hasta salir de ese lugar. Ninguno de los dos se había percatado de que cerca de ellos estaba un jovencito de alrededor de 16 años rubio de piel blanca el cual había visto y oído lo que acababan de hacer, lo que no sabían es que este jovencito era amigo de Hizaki.

Se acercó hacia aquel contenedor de basura y vio la bolsa que el rubio había dejado ahí la saco con cuidado y vio la caja dentro así que la abrió sorprendiéndose al  ver que era las cartas que había mencionado el otro, negó por unos momentos y saco su móvil mientras llamaba a su amigo.

-Oh Yohio que sorpresa –sonrió mientras miraba al castaño quien le jugaba el cabello-
-Lo se lamentó no haberte llamado antes –rio un poco mientras tomaba solo la caja entre sus manos- Puedo verte creo que tengo algo que es tuyo
-Puedes dármelo después aunque… No estoy seguro que cosa vayas a darme no te he prestado nada –ladeo un poco la cabeza un poco confundido-
-Creo que esto no te lo puedo explicar por teléfono así que te veo en tu departamento en media hora si
-Ah… Si claro haya te espero

Miro al castaño quien le miraba algo confundido cosa que le dio risa al rubio pero negó mientras se encogía de hombros.

-Que es gracioso
-Nada solo que me dio risa ver tu expresión –se puso de pie y tomo su mano- Ven vamos a mi departamento mi amigo Yohio dijo que tiene que darme algo no sé qué se refería pero vamos
-Espera a cual departamento
-Al que tú conoces
-De acuerdo, de todas formas iré contigo a donde sea ya lo sabes
-Eso siempre lo he sabido

Caminaron hacia la salida mientras se tomaban de las manos, el rubio sonreía cosa de la que se dio cuenta el castaño así que le dio un beso en la mejilla a lo cual el rubio sintió como sus mejillas se sonrojaron pero tan solo desvió un poco la mirada.
El castaño al ver esa reacción rio un poco y se abrazó al rubio, se acercó a su oído y susurro “Te Amo”al escuchar esas palabras el rubio tan solo sonrió pues sabía que no eran necesarias las palabras ya que el castaño le conocía bastante bien.
Al llegar a su departamento se dio cuenta de que el pequeño rubio ya había llegado y estaba recargado en la pared al lado de su puerta con una caja entre las manos.
Yohio al ver que su amigo llegaba sonrió y se acomodó un poco su vestido rosa claro para después a acomodar sus cabellos rubios. Cuando el castaño vio al otro giro un poco la mirada hacia Hizaki quien sonreía y movía su mano en forma de saludo.

-Yohio hace mucho que no te veo –sonreía mientras le daba un abrazo al otro-
-Es verdad –rio correspondiendo aquel abrazo-
-Oh si ven –sonríe y miro al castaño- Yohio él es Tsurugi es… -se quedó callado-
-Soy su pareja mucho gusto –sonrió-
-Que bonito, es un placer Tsurugi yo soy Yohio –sonrió- Hacen una linda pareja
-Yohio pero que cosas dices –rio algo apenado y abrió su departamento- Pasen

Entraron y tomaron asiento en la pequeña sala que estaba ahí, Hizaki tomo asiento al lado del castaño mientras Yohio estaba frente a ellos.

-Y bien para que querías verme
-Oh si –rio y extendió la caja hacia el otro- Creo que esto es tuyo
-Mío pues que es –abrió la caja con curiosidad encontrándose con las cartas-
-Umh… -tomo una de las cartas- Pero… Como es que tu tenías esto –miro al menor-
-No lo tenía yo –negó varias veces-
-Y-Yohio… De donde sacaste esto… -le miro-
-Bueno las encontré o más bien las saque de la basura cuando las acababan de tirar –miro a ambos-
-Y viste quien las tiro
-Son tus cartas… -susurro acariciando el sobre de una de ellas-
-Si más o menos a uno de ellos lo he visto pero al que iba con el no
-Yohio dime a quien reconociste por favor… Necesito saberlo –dejo la caja sobre la mesa de centro-
-Etto… -jugaba con el borde de la falda de su vestido- No sé cómo lo tomaras Hizaki-kun
-Esto no me da buena espina –miro a Hizaki-
-Yohio por favor… Dime quien fue solo dilo
-Era… -suspiro y les miro- Era Kamijo
-K-Kamijo… -se sorprendió y tan solo bajo la mirada-
-Veo que no me equivocaba –suspira y toma la mano de Hizaki- No te pongas triste
-Lo siento Hizaki-kun –se mordió un poco los labios al verles-
-… -no sabía que decir en realidad así que solo se quedó en silencio-
-Gracias por traer las cartas Yohio –sonrió un poco-
-No podía dejarlas pensé que podrían ser importantes para Hizaki-kun
-Ah… Yohio podrías dejarme solo con Hizaki por favor  -se puso de pie y camino un poco a la puerta-
-Claro que si –se levantó y se acercó a su amigo dándole un abrazo- No quería ponerte así lo siento –se apartó y camino a la puerta saliendo-
-Yohio –salió del departamento cerrando un poco la puerta- Me gustaría platicar contigo otro día sería posible
-Si a Hizaki-kun no le molesta, no hay ningún problema
-No lo habrá no te preocupes –saco una pequeña tarjeta de su bolsillo- Este es mi numero por cualquier cosa, quisiera que me hablaras solo como encontraste esas cartas
-Ah, claro… Etto… -corto un pedacito de la tarjeta y anoto su número- Este es mi numero llámame cuando quieras hablar si
-Si, gracias Yohio
-De nada, hasta luego –sonrió- Oh si, antes de irme cuida bien de Hizaki-kun

Dicho esto el pequeño rubio se marchó, el castaño entro cerrando la puerta detrás de sí y fue a sentarse al lado del rubio.
Este no dijo nada solo apretó las manos sobre su pantalón arrugando la tela entre sus manos.
Luego de unos minutos parpadeo varias veces y giro la mirada hacia el castaño para después fruncir un poco el entrecejo.

-Por qué me miras así –arqueo una ceja mirando al rubio-
-Porque dijiste que eras mi pareja… No lo eres… -desvió la mirada y dio un suspiro-
-Ah… Bueno no lo sé, creo que me deje llevar lo siento –bajo un poco la mirada-
-Esta bien…. Pero ya no vuelvas a decir eso, ahora cambiando de tema…. Tenías razón
-Sobre qué cosa –le miro con curiosidad-
-Con Kamijo… -suspiro-
-Bueno supongo que ya me esperaba algo así por parte de el
-Lo se… -bajo un poco la mirada-
-Hey no te pongas así –le abrazo mientras le daba un beso en la frente- Yo estoy contigo
-Si… -asintió mirando al otro-

Mientras tanto Kamijo se encontraba dentro de un bar en compañía de Mao, el rubio pedía un vaso de vodka y en cuanto se lo entregaban se lo tomaba de golpe el pelinegro estaba un poco sorprendido al ver a su amigo así pero sabía que si decía algo este se enojaría y seguramente se iría a otro lugar donde no pudiera encontrarle, así que solo decidió hacerle compañía pero también no podía estar ahí sin beber nada así que solo pidió un vaso de vodka.
Paso quizás una hora y media y el rubio continuaba con lo mismo seguía bebiendo sin control alguno, el pelinegro se hartó de ver a su amigo en esas condiciones así que le quito el vaso de vodka que tenía en las manos.

-Ya basta deja de beber de esa manera –dijo molesto apartando el vaso del otro-
-Dame eso –frunció el entrecejo mirando molesto al pelinegro-
-Para que lo quieres, acaso pretendes emborracharte hasta perder la conciencia o que acaso piensas marcarle a ese rubiecito tuyo para decirle que tu tomaste sus preciadas cartas
-Así que es verdad –decía mientras caminaba hacia el sin soltar la mano del castaño-
-Hi-Hizaki… -se sorprendió al verle ahí y movió la cabeza un poco viendo al castaño-
-No es lo que tú crees Hizaki –negó varias veces girando la mirada hacia el-
-No te metas Mao –frunció el entrecejo y soltó la mano del castaño-
-Cariño cálmate, será mejor que hables con el otro día cuando este sobrio –tomo la mano del rubio y le alejo de ahí llevándole a una mesa-
-Tienes razón –asintió siguiendo al castaño-
-Como puedes estar al lado de alguien que se olvidó de ti por dos años –se había levantado de la mesa mirando al rubio-
-El jamás se olvidó de mi –volteo a ver al rubio- Fuiste tú quien se entrometió entre nosotros… Te considere mi mejor amigo… Cómo pudiste hacerme algo así…
-Quería que me vieras como algo más que un simple amigo, no lo entiendes yo me enamore de ti –suspiro y le quito el vaso de vodka al pelinegro-
-Esa no es la forma en hacer las cosas –suspiro y miro al castaño- Quiero salir de aquí…
-Claro vamos –se acercó a él y tomo su mano sacándole del bar-
-Hizaki –les seguía torpemente- Espera… Quiero hablar contigo
-Estoy harto Kamijo –se detuvo girando la mirada hacia el otro- Estoy cansado de ti… No quiero volver a verte jamás…

Después de haber escuchado aquellas palabras solo asintió quedándose en silencio, aparto la mirada el rubio y este se fue junto con el castaño.
El pelinegro se acercó a Kamijo poniéndole una mano sobre el hombro, pero este le aparto y suspiro caminando hacia su departamento.


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