-¡Hey!- golpeo su amigo en su hombro mientras se sentaba a su lado en la barra
-¡que demonios! ¿Por qué siempre me maltratas?- preguntó con el ceño fruncido
-esta vez es una buena razón- dijo con una sonrisa maliciosa
-para ti todo es buen motivo para golpearme- dijo girando los ojos
-jajajja, es en serio, diabla
-habla rápido que estas haciendo que mi trago se caliente
-hay una chica que te esta mirando desde hace rato, mira disimuladamente atrás de ti
Ella como le daba igual quien la viera, viró sin disimular topándose con unos ojos azules claros que ya conocía a la perfección. La mujer detrás suyo la miro con una sonrisa provocadora al encontrarse con esos ojos marrones oscuros y le quiño el ojo.
Ella volteo rápidamente a mirar a su amigo que estaba con una expresión de duda al ver su reaccion.
-¿quién demonios la invito a esta fiesta?- pregunto sintiendo algo de incomodidad
-no me digas que ya conoces a esa preciosura- pregunto su amigo con picardía
-sí la “conozco muy bien”- contesto refiriéndose a que antes tuvieron una aventura
- ¡huy hombre! – expreso de nuevo golpeándola
- Soy mujer, imbécil- dijo molesta
-para mi eres mi causa, asique te callas-pronuncio con burla- ¿porque te exaltas por la chica? Esta muy buena a mi parecer, tiene piernas torneadas, cintura estrecha, pechos grandes ni que decir de ese parachoques trasero gigan…
-cállate, puerco-lo interrumpió- no es por eso, es porque después de esa noche me anduvo buscando mucho y parece que se obsesiono.
-bueno, si no puedes con el enemigo, llévatelo a la cama, ¿o no era así la frase?
-si quieres apagar fuego, le hechas agua, no gasolina, imbécil.
-bueno si no la quieres también tienes la opción de presentármela. Me sacrifico por ti y me la llevo yo a la cama.
-Te invito a intentarlo para ver como fracasas estrepitosamente porque ella es lesbiana- dijo con burla y seguridad mostrando esa sonrisa segura que a todas luces da la señal de peligro
-cuando veo esa expresión en tu rostro, no me quedan dudas de lo que dices
-ya, sin vainas, ¿quién la invito?
- tu amiga, la que parece tu novia, pero tu dices que es tu amiga y ella también pero eso no quitan que parezca qu..
-ya, ya quedo claro, cállate
-hagamos una apuesta-mostro esa sonrisa maliciosa
-¡oh! Como sabes que no puedo resistirme a las apuestas-menciono sarcásticamente- te escucho
-tomaras hasta quedar borracha, la sacas a bailar toda la noche y si no pasa nada hasta las 5 de la mañana, tu ganas, podrás pedirme lo que quieras pero si pasa “algo” entre ustedes, me tendrás que llevar al lugar mas caro y pagar mis caprichos.
-¿algo mas, su majestad?
-quisiera mas pero lo dejare pendiente, no quiero despellejarte en una primera instancia.
Empezó a tomar vodka, tequila, ron y para no sentirse tan alcohólica unas Mike´s.
-¿En serio unas Mike´s?
-cállate, nadie pidió tu opinión.
- mírame- demandó tratando de verificar que estaba borracha.
Efectivamente sus ojos y el sonrojo de las mejillas demostraban que ya estaba alcoholizada.
-ve por ella tigre
-Diabla-corrigió
-eso mismo dije, alcohólica
Se paro y sintió un leve mareo, llevo el vaso con el trago que le gustaba a Jenifer y lo puso delante de ella en la mesita.
-parece estar sola
-y tu pareces alcoholizada-refutó
-no tanto, aun puedo caminar- dijo de forma graciosa
-estaba sola porque tenia en mi mente estar en compañía de alguien que conozco.
-¿en serio? ¿estoy interrumpiendo tus planes?
- no, al contrario, me acabas de ayudar, ahora solo falta “que me des una mano”-dijo de forma coqueta mientras tomaba el trago.
-quiero bailar, tal vez así se me quite la borrachera.
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Jen le tomo de la mano y la jalo a la pista de baile, la música era reguetón asi que bailaron demasiado apegadas. Jen sabia como moverse bien, era bailarina profesional y “diabla” no podía seguirle del todo el ritmo.
Así como es una experta en la cama lo es bailando, pensó mientras trataba de relajar su cuerpo y dejarse llevar por los movimientos de su compañera. La agarro por la cintura, ambas quedaron tan cerca que podían sentir sus respiraciones. Si seguía asi su amigo ganaría la apuesta, lo miro a lo lejos y este sonreía triunfante, levanto el su vaso en forma de burla, desvió la mirada a su compañera que le dio la espalda apegando su trasero a su pelvis rozándola, sus manos empezaron a cobrar vida y recorrieron su cuerpo sin tapujo alguno, todas las ganas de resistirse desvanecieron, el baile era sexy, inhalo el perfume recorriendo su cuello, para ella era embriagador.
-sigamos la fiesta en un lugar privado-demando con la voz excitada Jen
La jaló hasta llegar a un pasillo que daba a las habitaciones, diabla cargó a Jen en contra la puerta y la beso. Las manos de diabla se metieron fácilmente por debajo del vestido que subió sin problemas dejando a la vista un hilo que poco o mejor mencionado, no tapaba nada.
-alguien…podría vernos-dijo Jen con la voz excitada y agitada
Diabla abrió la habitación y entraron cerrando con llave, las piernas de Jen dejaron de hacer presión en la cintura de diabla cuando sintió en su espalda la cama, estaba en el borde de la misma. Diabla se arrodillo y desajusto la tira de sus tacones e hizo un recorrido lento besando su pierna hasta llegar al interior de su muslo, paso la lengua por sobre encima de su hilo haciendo que ella gimiera. Jen la necesitaba dentro de ella en ese momento y quería sentir su lengua, pero de forma directa sin nada que se interpusiera en el medio. Sus manos bajaron a la cinturilla del hilo y se lo saco con la ayuda de su amante de turno. Diabla vio su intimidad húmeda y sonrió, tomo a Jen por la cintura y puso sus piernas encima de sus hombros empezándole a hacer sexo oral, su lengua se movía ágil, jugando con el clítoris.
-¡mmm! ¡ahhh!- se mordio el labio inferior mientras su mano sujetaban la cabeza de diabla y sus dedos se enredaban en sus cabello.
Diabla escucho sus gemidos por sobre la música y aquello la excito, metio su lengua en la cavidad caliente y estrecha de su amante y esta curveo su espalda, era claro que estaba sensible, sus fluidos salían a borbotones llenando su boca, saco su lengua y se alejó un poco.
-no pares- le pidió con ojos suplicantes
-¿Cómo pararía? Si recién estoy empezando
Su dedo medio se aventuro a la cavidad vaginal y esta la recibió, caliente y húmedo, Jen por instinto cerro las piernas y clavo sus uñas en el brazo de diabla, movió sus caderas con desespero, estaba llegando a su límite, diabla oculto su rostro en el cuello de Jen aspirando su aroma que la excitaba, sintió claramente como las paredes vaginales de Jen se cerraban alrededor de sus dedos, toco su punto G que era fácil de percibir en ese momento, lo hizo tantas veces hasta que su amante llego al orgasmo.
Diabla miro su reloj y vio q apenas eran las 12 y la noche podía continuar con una buena compañía.
Al día siguiente se encontró con su amigo
-¿a donde quieres que te lleve a comer veneno, imbécil?- dijo molesta
-sé que también lo disfrutaste.
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