13.- After Party
Los niños ya están dormidos y solo la luz de la sala está encendida, la calle está tranquila y silenciosa donde las risas de aquella tarde son reemplazadas con los suaves ronquidos y suspiros del sueño. Parece que todo el mundo está durmiendo, o casi todo el mundo.
Una figura grande y moviéndose muy silenciosamente en comparación de aquella tarde se acerca a la casa del sheriff. Terco semi gigante.
¿Podrían culparlo? Así como su tamaño es imponente su corazón lo es aún más. Es un hombre de buenas intenciones, pero imprudente y demasiado ingenuo.
El susto que se llevó cuando el señor Graves hablo con él, no fue despectivo u ofensivo como otros que le han reñido, pero fue claro y conciso en que su visita fue además de precipitada un riesgo ya que no fue de lo más discreto en llegar con aquella moto voladora, además de saltarse los procedimientos de aduana a lo que todo mago debe someterse en MACUSA cuando viaja es un obvio crimen.
¿Con que cara vera a Dumbledore cuando le explique lo que paso aquel día? Peor aún, ¿Cómo le dirá que gano una enorme multa como mínimo por lo que hizo?
Aun así se encuentra caminando en las calles ya tranquilas de la ciudad en la misma dirección a la cual se dirigió más temprano ese día.
Los postes de luz y las cercas a su lado parecen pequeñas imitaciones para niños por su enorme tamaño, si algún muggle lo viera caminando por la calle aquella noche inmediatamente al percatarse de sus dimensiones seguramente darían media vuelta o cambiarían de acera por lo intimidante que se vía, pero aunque en el exterior sea rudo y áspero el interior de Hagrid solo albergaba uno de los corazones más gentiles.
Es por eso que después de esperar todo un día en el motel y al ver que el día acababa se dirigió a la casa de Harry con su pequeño paquete en mano.
El golpe en la puerta fue tan fuerte que seguramente había despertado hasta los vecinos que en esos momentos se encontraban dormidos, a pesar de que había tratado de ser lo más sutil posible, era un problema típico de la fuerza de un gigante, incluso para los semi gigantes como él.
-¿Quién rayos…?- la puerta se abrió dejando ver al humano que más temprano ese día se había autoproclamado el padre de Harry “Oh, es usted-
Era un hombre pequeño, bueno, para ser sinceros la mayoría le parecía muy pequeños. No parecía muy alegre de verlo, su ceño fruncido y mirada severa se lo dejaba claro.
Pero ahora que lo veía más de cerca y detenidamente sus facciones le parecían ligeramente familiares, si era familiar de Petunia… también lo era de Lily.
-Esa mirada, cielos, ya noto el parecido. Lily tenía esa misma mirada cuando se enojaba, realmente de temer-
-Sí, Lily era intimidante cuando se enojaba- acordó John relajándose un poco a la mención de su prima pelirroja, aun así el ceño fruncido permaneció -¿Qué hace aquí de nuevo señor?-
-Yo… yo no pude… darle su regalo de cumpleaños a Harry-
Hagrid muestra una caja de cartón atada con una cuerda algo deshilachada, es una envoltura tosca y torpe, quizás algo aplastada, y aun así este hombre se molestó en traerla en medio de la noche.
Sigue un silencio entre ese par, su primer encuentro no fue el mejor y este no promete superarlo pero sigue siendo algo torpe e incómodo, Hagrid no dio la mejor primera impresión pero siendo alguien que ha sido burlado y discriminado por extraños casi siempre se ha dejado de molestar en perfeccionar sus habilidades sociales más allá de la cortesía y buenos modales cuando sean necesarios, los cuales precisamente no uso bien más temprano ese día.
-Papá, ¿Quién es?-
-¿Alguien olvido algo después de la fiesta?-
Un par de voces pequeñas y un poco chillonas se escuchan en el interior de la casa, Hagrid contiene el aliento, una de esas voces debe ser de Harry.
-Niños, ya les dije que deberían estar dormidos- John los regaña, pero incluso él sabe que es una tarea difícil de cumplir para el cumpleañero y su hermano después de consumir tanta azúcar ese día. Esta casi seguro que si pudieran ya estarían escalando las paredes por el exceso de energía.
-Unos cinco minutos más por favor- se escuchó la suave suplica de uno de los niños en el interior de la casa lo cual causo en el padre de la casa una leve mueca de exasperación y negar ligeramente la cabeza.
-Estos niños-
-Señor, yo, por favor, déjeme entregarle este regalo a Harry, por favor, no lo he visto desde que era de este tamaño- las enormes manos hicieron un gesto de medir tratando de recordar el tamaño de Harry cuando era apenas un bebe de un año de edad de nacido, una cosa realmente minúscula y frágil.
John Stilinski se consideraba un hombre de buen juicio, llegar a ser sheriff a su edad significaba que sabía hacer bien su trabajo y parte de este era saber cómo juzgar a la gente o darles una oportunidad cuando era necesario, realmente este hombre aun no era de su agrado por la manera en que llego a presentarse ese día, pero no lo iba a juzgar como un “buen” o “mal” hombre solo por eso.
-Cinco minutos, después tendrá que irse señor-
-Rubeus Hagrid, a sus servicios-
-John Stilinski, ya se lo dije más temprano esta mañana pero está bien aclarar esto de nuevo, soy el padre adoptivo de Harry, primo de Lily Evans. Y también soy el sheriff de esta ciudad, con la autoridad de arrestarlo si veo que sea necesario-
Presentaciones tardías pero que dejaban algunos puntos claros, John le puede estar dando la oportunidad de ver a su hijo, pero eso no quiere decir que se pueda quedar y que por la autoridad que tiene simplemente lo puede sacar de su casa si es necesario sin ninguna cortesía.
-Niños bajen, ya sé que han estado escuchando- dice el sheriff llamando a sus hijos mientras deja pasar al enorme hombre que tiene que agacharse para poder pasar por el marco de la puerta.
-Buenas noches señor Hagrid-
-¿Es usted también un mago?-
Un par de niños baja con pijamas a juego con los logos de Superman y Batman en ellas, Hagrid los observa y tarda un poco en adivinar quién es Harry hasta que nota los enormes ojos verdes en el pequeño de cabellos negros diferentes a los de color ámbar del otro niño de cabellos castaños.
-Hola pequeños, perdón por llegar tan tarde en la noche, tu debes ser Harry, vaya que has crecido y este pequeño es…-
-Stiles, mi hermano-
Los ojos de Hagrid se agrandan sorprendidos y mira al mayor Stilinski para confirmar lo que dice el pequeño mago, John asiente como confirmación, no se va a poner a platicar con un extraño a mitad de la noche a explicarle toda su situación familiar y como esta conformada esta.
-Bueno, es un placer conocerte a ti tambien- extiende la mano estrechando primero la de Harry y luego la del niño Stiles.
-Wow, tus manos son enormes- dice el castaño una vez viendo como envuelve fácilmente su propia mano en una de sus palmas.
-Es parte de ser un semi gigante, uno tiende a ser más grande que el promedio-
-¿Existen los gigantes?-
-Sí, mi madre lo es y mi padre era un mago-
-Wow- ambos niños quedan asombrados con este nuevo pedazo de información del mundo mágico, hay tantas cosas que desconocen aún.
-Basta de hablar de mí, sé que es algo tarde y deben estar cansados. Solo quería venir a saludarte Harry, no todos los días cumples once años y traer un presente- extiende la pequeña caja hacia Harry que en sus pequeñas manos parece más grande.
-Gracias-
-Se aplasto un poco por el viaje, pero aun sabe bien-
-¿Qué es?-
-Un pastel de cumpleaños casero, lo hice yo mismo-
-Disculpe señor Hagrid, usted dijo que no había visto a Harry cuando era más pequeño. ¿Lo conocía de bebé?- pregunto Stiles, siendo el niño curioso y perspicaz que era.
-Oh si, de hecho yo fui… bueno, te cargue cuando eras un bebé muy pequeño. Eres casi idéntico a tu padre James, solo que tienes los ojos de tu madre, Lily-
-¿Usted conoció a mi padres?-
-Tus padres eran los magos más excepcionales que he conocido Harry, y estoy seguro que tú lo serás también-
John al ver la sonrisa de su hijo olvida el límite de los cinco minutos y deja que hablen un poco más, los niños bombardean al hombre con preguntas de ida y vuelta y este trata de responder lo mejor posible, mayormente cosas de los padres de Harry. Al parecer James fue muy popular en sus años de estudiante, y su prima tenia las mejores calificaciones en sus años de colegio, sus hazañas al par aún se cuentan en el colegio Hogwarts al parecer o al menos es lo que dice Hagrid.
Después de una hora, y un pedazo de pastel muy generoso dentro de un toper regalado por parte de los niños regalándoselo a Hagrid como despedida, el semi gigante se marcha más contento y calmado.
Tal vez fue una sorpresa saber que Harry termino con una nueva familia, lo cual recuerda debe informárselo a Dombledore cuando pueda, pero al menos los Stilinski parecen gente amable y amigable, algo severo el tal John Stilinski, pero en ese hogar se pudo notar el amor que tienen hacia Harry.
-Buenas noches señor Hagrid, veo que está tomando un paseo nocturno- una voz lo hace parar en seco para dar media vuelta y ver un hombre que parece haber salido de la nada.
-¿Quién es usted?-
-Auror Richard Goldestein, de MACUSA-
-¿Me metí en más problemas?- pregunta algo angustiado pero no se arrepiente de haber ido de nuevo a buscar a Harry.
-No le llevare a la cárcel si es lo que le preocupa, pero tendrá que ir a MACUSA mañana en la mañana. Tiene que responder por entrar ilegalmente al país y la multa. Mi jefe quiere hablar con usted- le explica el hombre con una amable sonrisa, tal vez están siendo algo indulgentes con el hombre, pero de nuevo, su jefe quiere manejar el asunto del joven Harry Stilinki con cuidado, y tal vez este descuidado semi gigante pueda tener algunas respuestas.
Fue bueno colocar un hechizo protector en la casa Stilinski antes de que se fueran después la fiesta que les avisaría si alguien mágico entraba a la casa aparte de Harry, así fue como supieron que Hagrid estaba en la residencia Stilinski en medio de la noche, aunque por lo que vio nada hostil ocurrió por su parte.
-Que tenga buena noche y descanse señor Hagrid, lo vendré a buscar mañana a primera hora-
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