Disclaimer: Los personajes no me pertenecen. Son de propiedad de J.K. Rowling. No percibo ningún beneficio económico.
Pareja: Harry/Draco
Clasificación: R
Advertencia: Esta historia es un AU.
Capítulo 12.
Harry se asombró. No imaginó que lord Snape estuviese al tanto de que él había rechazado a Draco.
-Imagino que usted habla de una situación hipotética lord Snape, pues siendo quien soy, difícilmente alguien con las características que usted menciona me propondría matrimonio -dijo Harry, si lord Snape estaba al tanto de todo lo sucedido entre Draco y él, era muy probable que estuviese probándolo y, si por el contrario estaba ignorante de la situación, no sería quien le pondría al tanto.
-No sea tan modesto, señor Potter, estoy seguro de que esta consiente de su atractivo.
Harry se incomodó con el tono de lord Snape.
-No es modestia, sino honestidad.
-No tengo ninguna duda de ello, señor Potter. Por eso estoy seguro de que usted jamás aceptaría una propuesta matrimonial de Draco, si la realizara, claro.
Harry palideció un poco. Eso dejaba claro que el hombre estaba muy enterado de la situación.
-No entiendo a qué se refiere -respondió el moreno fingiendo inocencia.
-Lo entiende muy bien. Es lo bastante inteligente como para comprender que existe un profundo abismo social entre mi ahijado y usted, por eso sé que jamás se uniría a él. No me gustaría pensar que mi confianza en su sensatez es un error.
-Su «confianza» me resulta insultante, quién le dijo que tenía el derecho a exigir algo de mí.
Snape no esperaba esa respuesta y sin duda se asombró.
-Le considero una persona honorable.
-No aspiro a su consideración, creo que eso ya lo sabe.
-Su arrogancia es inconcebible, señor Potter. Acaba de decir que está muy consciente de su posición.
-¿Mi arrogancia? ¿Y qué me dice de la suya, lord Snape? -preguntó Harry y luego hizo un mohín-. Oh, lo siento, lo había olvidado, no puedo ser arrogante porque no tengo ni su título ni su fortuna. Me preguntó dónde quedó aquello de «En un mundo plagado de hipócritas y rastreros, usted es una fresca brisa de insolencia».
Lord Snape se quedó de piedra. Había pronunciado esas palabras varios meses atrás.
-Por lo visto la fresca brisa de insolencia le resulta agradable siempre y cuando no sople cerca de su ahijado -dijo Harry y sonrió, pero sin humor.
Después de estas últimas palabras Harry se apartó de lord Snape sin ninguna ceremonia. De pronto se sentía muy furioso.
Draco pudo notar en el rostro de Harry que la conversación con su padrino no fue agradable y casi presentía que se relacionaba con él. Rogó a todo lo existente porque Severus no hubiese arruinado sus posibilidades con Harry.
~**~
La velada fue larga y Harry hizo todo lo posible por olvidar su conversación con lord Snape, pero no fue sencillo, se sentía incómodo, sino fuese porque deseaba que la noche resultara perfecta para Ron, se hubiese marchado de ahí mucho antes. Evitó a Draco el resto de la noche. Por más que el rubio intentó tener un instante a solas con él, no lo logró.
Draco notó el cambio en Harry tras su conversación con Severus, estaba furioso con su padrino, ya no tenía duda de que éste había dicho algo que al moreno le molestó mucho. El rubio maldijo su suerte, pero también su torpeza, era culpable por dar a conocer sus sentimientos por Harry, porque aunque no había admitido abiertamente que le propondría matrimonio al moreno, lo dejó entrever y era muy probable que, aunque ahora Harry sí tuviese sentimientos por él, por la intervención de Severus, sus probabilidades fuesen nulas.
~**~
La discusión que se produjo entre ahijado y padrino fue descomunal, en el mismo instante en que la familia Weasley se retiró pasada las dos de la madrugada, Draco ya no pudo contenerse y enfrentó a Severus, sin importarle la presencia de sus amigos y mucho menos que él solo era un invitado más en la mansión y que Blaise como anfitrión tendría todo el derecho a sentirse ofendido.
Daphne y Theo Nott fueron los primeros en salir del salón al oír la discusión y enseguida le siguieron Pansy, Oliver Wood y Blaise, éste último estaba muy asombrado, pues no imaginaba que pudo suceder como para que Draco estuviese tan enojado con su padrino.
~**~
-No tenías ningún derecho a hablar con Harry -acusó Draco, ni siquiera se había dado cuenta de la salida de los demás.
-Tengo todo los derechos, soy tu padrino.
-Soy un adulto, sé cómo manejar mi vida.
-Está claro que no lo sabes, si te ha pasado por la cabeza aquella idea descabellada de proponerle matrimonio a ese joven huérfano, sin fortuna y sin alcurnia.
-Lo amo y no me importa nada de eso.
-¿Y él te corresponde? Porque sería aún más absurdo de tu parte que pretendas unirte a alguien que no te ama, pero que de seguro no tendría problemas en aceptar tu propuesta, el señor Potter es lo bastante inteligente como para darse cuenta de que sería un matrimonio muy conveniente para él.
-No conoces a Harry, no sabes nada de él.
-No es necesario Draco. El señor Potter no dijo nada cuando le exigí una respuesta en cuanto a que rechazaría una propuesta tuya en caso de que la hicieras.
-Si no afirmó ni negó, no entiendo porque estas preocupado, Severus.
-Si tuviese intención de rechazarte lo habría dicho.
Draco tenía esperanzas de que ese pensamiento de Severus fuese acertado.
-Tal vez su silencio se debió a que siente que no te debe explicaciones de ningún tipo.
-Quizá, después de todo apenas he tratado al señor Potter, pero tú eres mi ahijado.
-Soy tu ahijado, pero tu opinión no influirá en mi decisión, Severus.
-¿Pedirás la mano de ese joven a pesar de que yo lo repruebo?
-Seguiré los dictados de mi corazón.
El hombre mayor miró incrédulo al joven rubio. No comprendía como el frio y contenido Draco que siempre conoció, ahora le desafiaba de ese modo y por causa de un joven tan inferior.
-Cuando recuperes la sensatez y abras los ojos a la realidad, será muy tarde, pero entonces no te compadeceré ni un poco.
-No espero que lo hagas, Severus -dijo el muchacho rubio.
El hombre le miró fríamente y salió del salón. Draco se dejó caer en el sofá. Su cerebro era una vorágine de preguntas sin respuesta. Harry pudo decirle a su padrino que no tenía interés en él y mucho menos en una propuesta suya, pero no lo hizo ¿Por qué? ¿Sería que ahora sí sentía algo por él? ¿Qué la idea de una boda entre ellos ya no le parecía tan aborrecible? Estas dudas y otras tantas atenazaban el espíritu del rubio, sin darle sosiego. Y sabía que no tendría paz mientras no tuviese a Harry en frente para responder a todas estas dudas.
Eran ya las tres de la madrugada y sabía que en ese estado de angustia y excitación no podría dormir.
~**~
Los Weasley se fueron a dormir recién a las cuatro. Habían regresado a eso de las dos desde Netherfield Park, pero se quedaron conversando sobre las impresiones de la noche. Todos estaban contentos con la recepción, pues el señor Zabini se mostró más afable y encantador que nunca.
Ron le parecía imposible que alguien pudiese ser infeliz en una noche como aquella, su alegría era tanta que no le cabía en el pecho. Las amistades de su prometido ya no le parecían arrogantes ni pretenciosas, pues fueron muy amables con su familia y se mostraban felices con el compromiso. En ese momento Ron era incapaz de concebir un pensamiento negativo para cualquier ser humano.
Pero no era el caso de Harry. Estaba muy enojado con lord Snape, hasta esa noche le había parecido una persona agradable, pero ahora lo detestaba profundamente. Fue tan arrogante la postura del padrino de Draco, sin embargo, el moreno ahora estaba más confuso que antes. El muchacho rubio durante la cena le había dirigido varias miradas, pero no intentó hablar con él después de que su padrino les interrumpiera. Dio vueltas en la cama varias veces intentando que el sueño llegara, pero no sucedió.
Ya amanecía y decidió salir de la casa. Era una hora extraña para un paseo, pero necesitaba despejar su cerebro. Se encaminó hacia la colina a los pies de la propiedad de los Weasley, desde allí la vista era excelente y el viento corría libre, quizá la transparencia helada del amanecer le ayudase a aclarar la mente.
~**~
Tiempo presente
Cuando Draco estuvo a solo unos pasos de distancia, por fin Harry se convenció de que no estaba soñando. Estaba bien despierto y sintió como sus músculos se tensaban y el corazón comenzaba a latirle muy rápido. El rubio miró con cierta duda al joven de ojos esmeraldas.
-Harry…
-Draco, ¿qué haces aquí?
-Perdona, sé que la hora es completamente inoportuna, pero ya no podía esperar un segundo más… tenía que verte, no he podido dormir, la duda me está volviendo loco.
Harry solo miró intensamente al rubio, con el corazón cada vez más acelerado.
-Estoy enterado de aquella conversación que tuviste con Severus anoche.
El moreno se mordió el labio con nerviosismo, pero no dijo nada.
-Quiero disculparme por la intromisión de mi padrino, él no tenía derecho.
-Él me exigió que… pretendía que yo… dijo que estaba seguro de que en caso de que tú me hicieras una proposición, mi respuesta sería negativa, porque según él soy honorable y confía en mi sensatez.
Draco entrecerró los ojos. Si perdía su oportunidad con Harry por causa de Severus, jamás iba perdonárselo al hombre de ojos negros.
-Cuando me negué a dar la respuesta que él deseaba oír me acusó de arrogante -terminó diciendo el moreno.
Draco le miró fijamente. El corazón quería salirse de su pecho.
-Harry… conozco tu honestidad, por eso tu negativa a responderle a Severus me hizo albergar la esperanza de que tus sentimientos hayan cambiado, que no sean los mismos que tan claramente me expresaste en marzo.
Harry sintió un poco de pena al recordar el modo en que había rechazado al rubio en esa ocasión, pero Draco fue tan arrogante que no merecía otra respuesta de su parte.
-Han cambiado -dijo reconoció Harry.
El rostro de Draco pareció iluminarse, pero luego se apagó, como si realmente tuviese miedo de albergar esperanzas.
-¿Cuánto cambiaron, Harry?
-Mucho -respondió Harry y luego agregó -, por completo.
Draco asintió y se acercó un poco más al moreno y éste pudo comprobar que el rubio tenía la respiración acelerada.
-Me alegra oír eso Harry, creo que noté ese cambio cuando nos encontramos en Wiltshire en el mes de agosto.
Harry no podía mirar directamente al rubio a los ojos.
-Eras completamente diferente al Draco que yo recordaba.
El rubio guardó silencio por un momento y luego sonrió, pero sin humor.
-Sí, te refieres el Draco que conociste aquí en Hertford. El que no quiso bailar contigo, pese a que le pareciste increíblemente atractivo y con los ojos más hermosos que había visto en su vida.
Harry miró al rubio pero enseguida apartó la mirada.
-Merecía que me rechazaras Harry, ahora puedo admitirlo -admitió Draco -, pero en ese momento creía, estaba seguro de que te hacía un gran honor al pedir tu mano, pensé que te sentirías halagado con mi propuesta.
El moreno se mordió el labio.
-Me avergüenza recordarlo -confesó el rubio.
Harry miró a Draco y éste notó la sombra que pasó por los ojos del moreno, temiendo ser mal interpretado se apresuró a explicarse.
-No sé cómo fui capaz de confesarte mi amor y al mismo tiempo decir que me avergonzaba de la elección que había hecho mi corazón. Sé que fui arrogante, pero intenta comprender Harry; yo fui privilegiado desde la cuna, siempre recibiendo halagos, acostumbrado a tener todo lo que deseaba, nunca se me negó nada… a excepción de ti. Mi orgullo se resintió con tu rechazo Harry, no lo niego, pero lo más doloroso fue darme cuenta de que me considerabas un miserable que le hacía daño a otros por simple placer.
Harry sintió una punzada en el pecho.
-Lo siento -dijo el moreno -, me precipité… al juzgarte tan severamente. Fui un tonto, creí en todo lo que me dijo Pucey. No puse en duda ni por un segundo su historia a pesar de que en realidad no le conocía.
-Pucey sabe ser muy persuasivo cuando quiere sacar provecho de una situación.
-Fui el único al que contó su triste historia y lo hizo porque se dio cuenta de que yo estaba predispuesto a creer cualquier cosa mala que me dijese de ti, solo porque tu orgullo había herido al mío.
-¿Qué quieres decir con eso Harry?
-El señor Zabini te sugirió que bailaras conmigo y tú me despreciaste, fue muy humillante para mí.
-Lo siento Harry, no te conocía y…
-Ya no tiene importancia. No te lo recuerdo para mortificarte Draco, también fui orgulloso, lo admito.
Se hizo un silencio, pero fue Draco quien decidió romperlo.
-Harry… durante todo este tiempo yo… he pensado en ti cada día, es cierto que en el primer momento juré que te arrancaría de mi corazón, pero cuando finalmente fui capaz de reconocer que no había hecho nada para merecer tu amor… comprendí que tuviste razón en rechazarme. Lo peor fue no tener esperanza. Decidí alejarme de todo, necesitaba recuperar la paz de mi alma.
-¿La has recuperado?
-Eso creía, hasta que nos encontramos en Wiltshire otra vez. Al instante noté que tus ojos no me miraban como aquella última vez en Lacey Park, había un cambio y entonces me pregunté si sería posible que al menos pudiésemos ser amigos…
-Draco no podría ser tu amigo -interrumpió Harry -, yo… quiero decir que no podría estar cerca de ti y conformarme con solo ser tu amigo… te amo.
El rubio tragó saliva, la emoción coloreó sus mejillas como nunca antes.
-Harry -susurró casi sin voz.
-Si a pesar de todo lo sucedido entre nosotros, aun me amas…
-Te amo, nunca, ni por un segundo dejé de amarte.
-Entonces no hace falta nada más -dijo el moreno y se acercó precipitadamente al rubio y lo besó con ímpetu.
Draco solo pudo cerrar los ojos y dejarse avasallar por ese beso devastador. Harry no era tímido, por el contrario, era intenso y apasionado y eso le fascinó del moreno desde el primer instante. El hecho de crecer en una familia más liberal le concedía un carácter espontáneo. El moreno se apartó para volver a respirar y dejar que el rubio también lo hiciera.
-Nunca nadie me besó así -dijo Draco en un resuello.
-Y yo nunca besé a nadie así, eres el primero Draco, él único que me ha despertado este sentimiento intenso.
-Me alegra oír eso, siempre me ha gustado la exclusividad, te quiero solo para mí Harry, por siempre, solo mío.
El moreno le miró fijamente por un momento como si meditará las palabras de Draco.
-¿Qué pasará con el señor Wood? Le interesas, estuvo contigo en Wiltshire y ahora ha venido a Hertford.
-¿Oliver?
-Pues claro, de él hablo.
Draco no pudo contener la risa.
-Harry, no existe la más mínima posibilidad de que Oliver esté interesado en mí, a él le van las damas. Es más, está perdidamente enamorado de Pansy.
-¿De veras?
-Claro que sí, vino a Hertford solo por ella.
-Vaya, eso es genial, aquella vez en Wiltshire no pude evitar pensar que había algo entre ustedes, te noté tan diferente, creía que la causa de ese cambio en tu carácter era el señor Wood.
-Fuiste tú Harry, tú templaste mi arrogancia. Tú me hiciste comprender que sin importar cuan rico e influyente fuese, no tenía méritos para aspirar a tu amor, no había hecho nada por merecerte.
-No digas eso, me duele tanto haberte herido como lo hice, fui tan… insensible, tan injusto contigo.
-Fuiste honesto, cualquier otro me hubiese aceptado sin dudar, pero tú no, tú jamás te unirías a alguien solo por conveniencia, esa certeza hizo que me enamorara más de ti Harry.
Harry miró intensamente al rubio. Aun no podía creerse que Draco le amara hasta ese punto.
-Te amo Draco, te amo, nunca amaré a otro que no seas tú.
Volvieron a besarse intensamente mientras los tímidos rayos de un sol otoñal, comenzaban a disipar poco a poco el manto blanco de aquella alborada.