Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lo opuesto al amor por zandaleesol

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Título: Lo opuesto al amor

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen. Son de propiedad de J.K. Rowling. No percibo ningún beneficio económico.

Pareja: Harry/Draco

Clasificación: R

Advertencia: Esta historia es un AU.



Capítulo 13.


Draco temía estar soñando y que de un momento a otro la realidad le hiciera despertar. El muchacho de ojos esmeraldas ahora le sonreía y miraba con indecible ternura.


-Debo hablar con tu padre Harry, tengo que pedir tu mano -dijo Draco mientras abrazaba al moreno.


Harry se apartó para mirar al rubio.


-¿Estás seguro de que eso quieres?

-No lo dudes, es el deseo de mi corazón.

-¿Y tú padrino?

-Tendrá que aceptarlo tarde o temprano.

-Draco, no quiero ser humillado por lord Snape… ni por nadie.

-Nunca permitiré que algo así suceda Harry, te amo y te protegeré, lo juro.


El muchacho de ojos esmeraldas miró al rubio. No dudaba de esas palabras, sabía que Draco nunca prometería algo que no pudiese cumplir.


-¿Has venido hasta aquí caminando? -preguntó de pronto Harry.

-Sí, necesitaba respirar aire fresco y…


Harry no le dejó concluir.


-Ven conmigo -dijo el moreno y tomando la mano del rubio comenzó a bajar la colina.

-Harry creo que es muy temprano para hablar con tu familia… vendré más tarde…


Harry dejó escapar una sonrisa.


-Pues de eso se trata, nadie despertará antes del mediodía, estuvieron hablando hasta las cuatro, aprovecharemos ese tiempo. Quiero que conozcas un lugar.

-¿De veras? ¿A dónde me llevarás?

-Ya lo sabrás.


Siguieron caminando y Harry entró al establo, después puso la montura a su caballo, el mismo que Draco le había visto montar el año anterior y ganar aquella carrera en la afueras de Hertford.


~**~


Draco arrugó el ceño. Desde esa distancia le parecía una construcción precaria y nada bonita. No entendía porque Harry quería enseñársela.


-¿Estás seguro de que este es el lugar correcto, Harry?

-Absolutamente.

-A mí me parece un sitio abandonado, no creo que alguien viva ahí.

-Exacto, no es un sitio para vivir, se utiliza de refugio cuando te pilla la lluvia de modo inesperado, por aquí sucede mucho y sobretodo en otoño.


Draco miró el cielo, como si dudara de que fuese a llover, mientras Harry sonrió.


-Estará soleado -sentenció el rubio.


Harry echó pie a tierra y después lo hizo Draco.


-Ven -dijo el moreno tomándole la mano al rubio que se dejó guiar sin oponerse.


Draco no miró con mayor interés el interior de aquella construcción que más bien parecía un establo que otra cosa.


-Bueno, tal como lo imaginé… esto no tiene nada de interesante Harry.

-Es cierto no es interesante, pero sí muy útil.

-Sí, para los días de lluvia -dijo el rubio mirando en derredor.

-Pero también es útil para otras cosas -respondió el moreno con tono sugestivo.


Draco recién empezaba a entender las intenciones de Harry y abrió los ojos alarmado.


-Harry…

-No tiene nada de malo Draco, nos ámanos.

-Por supuesto, pero… yo soy un caballero y…

-Yo también lo soy, pero eso no es impedimento para desearte, ¿acaso tú no me deseas de ese modo?


Las mejillas del rubio se colorearon un poco.


-Claro… pero te amo y te respeto, lo correcto sería que esperásemos hasta nuestra boda.

-Yo estoy loco por ti y no puedo esperar.

-Harry, me siento honrado de que tú…. pero de verdad, prefiero hacer todo correctamente.


Harry se quedó mirando al rubio en completo silencio. Se preguntó por primera vez si Draco tendría experiencia sexual o tal vez su educación estricta le había impedido conocer del tema en modo práctico. Aunque él sabía que los jóvenes de alcurnia rara vez llegaban vírgenes al matrimonio, pues el dinero y la oportunidad de viajar les daban facilidad en las cuestiones de índole sexual. No podía creer que el caso de Draco fuese diferente.


El silencio de Harry hizo pensar a Draco que el moreno se había ofendido.


-No pienses ni por un momento que no te amo Harry, te amo demasiado y por eso te respeto.

-Draco, el respeto no tiene que ver con el deseo sexual -dijo el moreno sin arredrarse.


En los círculos en los que Draco había crecido, la palabra sexo jamás se pronunciaba, por lo menos no de un modo tan franco. La espontaneidad del moreno lo dejó sin habla. Harry interpretó ese silencio como una negativa.


-Bien… lo siento, será mejor que regresemos -dijo el moreno y bajando la mirada se volvió hacia la salida.

-Harry espera -se acercó el rubio con rapidez y le tomó del brazo -. No me mal intérpretes.

-No lo hago, Draco -respondió Harry -. No tengo derecho de forzarte a que olvides tus principios, lo siento, no pensé, solo me dejé llevar.

-No tiene que ver con los principios, Harry. No se trata de eso. No quiero perjudicarte, eres el regalo más precioso que podía darme la vida, debo cuidar de ti.

-Draco, no soy una doncella virtuosa y frágil, soy un hombre, tengo veinticuatro años y sé lo que quiero y necesito. No tienes que cuidarme, solo debes amarme.


El rubio miró a Harry por espacio de un segundo. Nunca conoció a nadie como el moreno, seguro, dueño de sí mismo. Era cierto, Harry era más que alguien a quien amar y proteger, era un compañero, caminarían juntos por la vida como iguales. Dejó atrás las dudas y besó al moreno con intensidad, haciéndole saber que experimentaba el mismo deseo.


~**~


Tenía experiencia y a pesar de ello estaba nervioso, no sabía si Harry estaba en igualdad de condiciones y le avergonzaba preguntar, pero tampoco quería cometer un error en circunstancias tan especiales.


-Harry…


El moreno hizo una pausa en los besos con que prodigaba el cuello terso y albo de Draco.


-¿Qué sucede? -preguntó Harry, temeroso de que el rubio hubiese cambiado de idea nuevamente.

-Tú… bueno… sabes cómo… quiero decir… eh… conoces…

-Solo la teoría -atajó el moreno.


Draco abrió los ojos.


-No te asustes, no tenemos que ir demasiado lejos… no hay necesidad de apresurarse. Esto nos ayudará a conocernos -dijo Harry con tono tranquilizador.

-No temo por mí, sino por ti.

-¿Qué quieres decir?

-Nunca he sido pasivo, supongo que sabes de que se trata eso.

-Lo sé -respondió Harry -, yo tampoco.


Draco se preocupó inevitablemente.


-Tampoco activo -agregó Harry con naturalidad.


Draco le miró fijamente.


-Después de ese discurso pensé que eras un maestro del sexo -dijo el rubio con tono desenfadado.

-No lo soy, pero eso no es impedimento para que haga el amor con mi prometido, porque lo deseo y él también.

-Oh sí Harry, te deseo mucho. Desde el día en que te vi en ese caballo que está afuera.

-Eso fue hace casi un año.

-Sí, desde entonces te deseo. Nunca alguien despertó tanto apetito en mí, como tú aquel día. Te veías tan bien, no pude evitar fantasear.

-¿Soñabas con ser tú el que me cabalgara?

-Algo así -respondió el rubio con sonrisa traviesa -. Aunque si fuese al revés no molestaría tampoco.


Harry se mordió el labio y sintió un tirón en la entrepierna.


-Estoy listo para que me enseñes lo que sabes, prometo que seré un alumno muy aplicado.

-De eso no tengo dudas -susurró Draco sobre los labios del moreno.


~**~


Sentía el calor del cuerpo de Harry bajo el suyo. Hasta ese momento se conformaba con besar cada recoveco de ese cuerpo que se entregaba de forma maravillosa. Se habían masturbado mutuamente y corrido casi al mismo tiempo. El fuego en los ojos de Harry aún no se apagaba. En ese preciso momento, mientras le acariciaba suavemente el trasero, su mirada decía que necesitaba mucho más.


-Harry…

-Sí, sí Draco… quiero… quiero sentirte, quiero que acabes dentro de mi… te necesito desesperadamente.


El rubio dejó escapar el aire y luego se apropió de la boca de Harry con más brío que nunca. Aquel epílogo era inevitable entre dos personas que se amaban tanto como ellos. Draco sabía que siendo Harry aun virgen, quizá esa primera experiencia no fuese tan placentera, por lo menos no al comienzo, solo esperaba que la fuerza de carácter que poseía el muchacho de ojos esmeraldas le hiciese tolerar ese primer dolor que iba a provocarle y la experiencia resultara satisfactoria para los dos. Aquello no era una aventura de una noche, era el comienzo de una vida juntos, era importante que todo fuese bien. Se acomodó sobre el moreno, obligándole a que le rodease la cintura con las piernas, comenzó a prepararlo lentamente, sin dejar un momento de vigilar las reacciones de Harry, éste se removió incómodo ante aquella primera exploración, pero hizo un esfuerzo por relajarse y no apartó sus ojos verdes de los grises. Su cuerpo instintivamente quería expulsar a los intrusos, pero se obligó a mantener la calma pese a que la incomodidad iba en aumento. Cerró los ojos, el tacto del rubio era cada vez más preciso, más seguro y menos incómodo para su fortuna. Percibió cuando Draco se introdujo en él, aquello se sintió mucho más doloroso, pero se obligó a tolerarlo, pasó un largo instante antes de sentir la primera embestida, luego vino otra y siguió así hasta que llegó la primera sacudida placentera y escuchó un gemido, que no llegó a comprender que había salido de su propia boca.


Draco se entregó con más intensidad cuando comprendió que había tocado el punto del placer de Harry, ahora podía relajarse por fin y disfrutar tanto como el moreno.


~**~


El camino de regreso demoró mucho más, pues aunque Harry se negara a admitirlo, estaba dolorido y Draco lo sabía. Era más de mediodía cuando llegaron a la casa y sus habitantes ya estaban en pie, era hora del almuerzo. No sabían dónde estaba Harry, por tal motivo nadie se sentaba a la mesa aún. Ron fue el primero en atisbar por la ventana justo cuando Draco ayudaba a Harry a bajar del caballo en la parte delantera de la casa. La sorpresa le dejó atónito.


-¿Dónde se habrá metido Harry? -preguntó preocupada la señora Weasley -. Al menos debió dejar una nota diciendo a donde iba.

-No te preocupes mamá, creo que se encuentra bien.


La señora Weasley observó a su hijo menor con el ceño fruncido, pero a una indicación del muchacho se acercó a mirar por la ventana. Sus ojos se agrandaron al ver la escena. Harry y aquel joven rubio tan presumido, estaban en una postura bastante íntima.


-¿Qué hace Harry con ese joven? -preguntó la señora Weasley -. No te parece Ron que están demasiado cerca.

-Sí… bastante cerca, como sí… -Ron se detuvo antes de cometer una imprudencia.

-Si no supiera que Harry detesta con toda su alma a ese presumido señor Malfoy, podría pensar que hay algo entre ellos. Pero desde cuándo son tan amigos -cuestionó la señora sin apartar sus ojos de los dos jóvenes que continuaban su conversación sin imaginar que eran observados.

-Creo que se vieron cuando Harry estuvo en Wiltshire con Hermione y Zacharias en el verano.

-¿De verdad? Pero Harry ni siquiera lo mencionó.


Ron se limitó a levantar los hombros.


-Será que Harry desea llevarse mejor con el joven, después de todo es el mejor amigo del señor Zabinni, que ahora es tu prometido.

-Sí, puede ser -concordó Ron, aunque presentía que la cosa entre Harry y Draco Malfoy no iba por el lado de la simple amistad.


~**~


-Jamás pensé que diría esto, pero estaré contando los segundos hasta que vuelva a verte -dijo Harry con una sonrisa sin apartar su mirada de la del rubio.

-Yo también Harry, afortunadamente dentro de unas pocas horas estaré hablando con tu familia, pero hasta entonces no dejaré de pensarte ni un instante.


Harry sonrió dio una mirada breve en rededor y besó a Draco en los labios apresuradamente.


Desde el interior la señora Weasley y su hijo intercambiaron una mirada incrédula y enseguida se apartaron de la ventana.


~**~


Toda la familia se sentó entre conversaciones a la mesa para compartir en almuerzo. Los únicos silenciosos eran Harry, Ron y la señora Weasley, que intentaba no dirigir su vista sobre su hijo adoptivo.


El señor Weasley miró al joven de ojos esmeraldas a quien no había visto esa mañana.


-¿Dónde has estado Harry? -preguntó el caballero mientras la criada procedía a servir el primer plato.

-Fui a dar un paseo -respondió el joven con una sonrisa.


El caballero no creyó necesario agregar algo más y procedió a probar la sopa.


La señora Weasley tomó la palabra.


-Debiste salir a una hora muy temprana, cielo -intervino la señora Weasley -, yo me levanté a eso de las ocho y ya no estabas en tu cama.

-Ah, sí, es que no podía dormir.


Ron recién miró a Harry y después a su madre. La señora Weasley parecía algo incomoda.


-¿Y en ese paseo no te encontraste a nadie? -preguntó sin más.


Harry levantó la mirada de su plato, hacia la señora, pero ella no le miraba.


-Eh no, a nadie… la mañana estaba muy fría -contestó Harry sintiéndose un poco nervioso, no sabía porque estaba ocultando su encuentro con Draco. Después de todo dentro de pocas horas el rubio se presentaría para pedir su mano… aunque aquello podía considerarse un eufemismo, pues Draco había ya tomado posesión de todo su cuerpo; solo con recordarlo sintió un tirón en la entrepierna y el calor subió a su rostro de modo inevitable.


La señora Weasley no dijo otra palabra, pero no dejó de dirigirle miradas un tanto preocupadas al joven de ojos esmeraldas. Esperaba que su hijo no hubiese consentido en mantener una relación indecorosa con ese joven Malfoy, con la locura de Ginny ya había tenido bastante.


~**~


Draco estaba feliz, como nunca lo estuvo en su vida y por supuesto que Blaise fue el primero en saber el motivo de tanta dicha.


-No puedo creerlo Draco, estaba seguro de que Harry te detestaba de todo corazón.


El rubio sonrió.


-Bueno, como dicen por ahí… del amor al odio…

-Pero en tu caso debe aplicarse a la inversa, del odio al amor.

-No creo que Harry me odiara realmente, es solo que no me conocía.

-Draco, por favor, Harry te detestaba profundamente y lo sabes.

-Sí, está bien, es cierto, pero todo cambió.

-¿Y cuándo ocurrió eso?

-Cuando estuvimos en Wiltshire.

-¿Pero debió suceder algo muy importante como para que sus sentimientos cambiasen tan radicalmente?


Draco no iba a revelarle el asunto de Ginny con ese idiota de Adrian Pucey.


-Bueno, se dio cuenta de que yo no era el tipo detestable que él había creído conocer en nuestra primera estadía aquí en Hertford.


Blaise sonrió con incredulidad.


-Draco, mi querido amigo, en nuestra primera estadía aquí, fuiste el hombre más pedante y antipático que existió jamás.


Draco lo miró con aire ofendido, pero luego terminó sonriendo.


-Sí, está bien, lo admito, fui bastante pesado con todos, pero ya sabes como soy, me cuesta mostrarme cálido con los desconocidos.

-¿Y entonces cómo sucedió esto con Harry?

-No creo que sea sencillo de explicar.

-Ni de entender -respondió Blaise -, pero si estás seguro y eres feliz, cuentas con mi apoyo.

-Gracias amigo. Esta noche iré a su casa para hablar con su padre. No es más que una formalidad, Harry ya tiene veinticuatro años, no necesita su permiso en todo caso.

-Ron tampoco lo necesitaba, pero es mejor ser formal, así la familia sabe que el asunto es serio y que uno tiene intenciones honestas.


Draco asintió.


De pronto Blaise miró al rubio con preocupación.


-¿La discusión de anoche con tu padrino fue por ese motivo?

-Sí -respondió escuetamente Draco mientras se sentaba en el sofá -. Le dije que pediría la mano de Harry y por supuesto no le agradó. Anoche fue capaz de exigir a Harry que prometiese que daría una respuesta negativa si yo le hacía una petición matrimonial.

-Ahora entiendo el tono tan airado de la discusión.

-Le quiero y respeto, pero no le permitiré que intervenga en mi vida. Amo a Harry y él me corresponde, es todo lo que importa.

-Supongo que Severus se opone debido a su condición de huérfano. Es lógico que no quiera que te unas a alguien sin antecedentes.

-Antecedentes me sobran y compensan los que Harry no tiene.

-Sí, supongo que sí. Espero que Severus lo supere.

-Tendrá que hacerlo. Me casaré con Harry… le di mi palabra.

-Y un caballero no se desdice de su palabra.


Draco asintió. No solo era un caballero, era un hombre y cumpliría su palabra contra viento y marea.

~**~

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).