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Lo opuesto al amor por zandaleesol

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Título: Lo opuesto al amor

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen. Son de propiedad de J.K. Rowling. No percibo ningún beneficio económico.

Pareja: Harry/Draco

Clasificación: R

Advertencia: Esta historia es un AU.



Capítulo 6. La petición



Cuando Draco vio a Harry volviendo de su paseo, se dijo que ese era el momento que había esperado durante días. Quizá no hubiese otra oportunidad de que se encontrasen a solas. Estaba nervioso, no lo negaba. Era lógico estarlo, pues era la primera vez que se encontraba en esa situación. Jamás se le pasó por la mente, aquel día en que lo vio por primera vez, que solo unos meses después se vería empujado a tomar semejante decisión. Pero le era imperioso, necesario. Y él no era de los que huyen cobardemente como sabía que les sucedía a otros en iguales circunstancias.


No podía desoír los mandatos de su corazón, aunque él no era la elección más apropiada, en realidad era absolutamente inconveniente, pero qué podía hacer salvo exponerle al muchacho, dueño de unos ojos esmeraldas que le habían cautivado por completo, lo que sentía su corazón tan intensamente.


~**~


Cuando Harry tuvo a Draco Malfoy solo a unos cuantos pasos, notó la confusión y nerviosismo que le embargaban, se preguntó, no sin asombro qué le habría ocurrido para estar así, la pose altiva y segura que siempre mostraba el rubio era ahora reemplazada por otra que le convertía en un desconocido. Inclinó la cabeza a modo de saludo, sin atreverse a decir nada.


Vio al joven rubio vacilar, pero corresponder a su lado con otra inclinación casi imperceptible. Pensó en lanzar una disculpa y seguir su camino, pero en ese momento el rubio se acercó más y pudo ver que sus mejillas estaban cubiertas por un levísimo tono carmín. Eso le asombró, pero no tanto como las palabras del rubio.


-Harry… yo… hace días que buscaba la oportunidad de hablar contigo y me hace muy feliz que por fin se haya presentado -dijo Draco con tono algo titubeante.


El joven moreno miró atónito al rubio. El altivo y desdeñoso Draco Malfoy acababa de hablarle en un tono amistoso y hasta le había llamado por su nombre de pila, como si fuesen amigos.


Ni una palabra salió de la boca de Harry, estaba demasiado asombrado.


-Harry -titubeó una vez más el joven Malfoy -, yo… traté de no sentir, traté de arrancarme este sentimiento, pero es imposible, ya no puedo negarlo… te amo, te amo desde la primera vez que te vi.


Los ojos de Harry se abrieron con asombro mayúsculo. Enseguida sus mejillas se tornaron intensamente rojas, vaciló y se quedó mudo. Draco interpretó aquel silencio como una invitación a explayarse en sus sentimientos y así lo hizo.


-Es la primera vez que me sucede esto, eres la primera persona que me inspira este sentimiento, creo que por esa razón me ha tomado tanto tiempo aceptarlo. Muchas veces me repetí que era una locura, que alguien de mi posición no podía enamorarse de alguien como tú. No sirvió de nada, mi corazón no atendía razones… por más que me dije una y otra vez que no debía. «Es huérfano, pobre, sin relaciones. Una unión así no te elevará, al contrario». Pero la retórica de la razón fue débil en comparación con las argucias de mi corazón -concluyó el rubio.


Harry se sentía impactado, halagado y ofendido a partes iguales. Impactado porque no estaba preparado para semejante sorpresa. Halagado porque era difícil no estarlo al saber que alguien con la belleza, elegancia y riqueza de Draco Malfoy se hubiese enamorado de él, pero era imposible no sentirse ofendido, después de que el rubio confesara sin pudor que la elección de su corazón no le enorgullecía, al contrario. «Alguien como tú» se repitió en el cerebro del moreno. Draco Malfoy, ofrecía su corazón a alguien que consideraba indigno de ser amado por él.


Estos pensamientos pasaron de manera confusa y fugaz por la mente de Harry. Se preguntó cómo el rubio podía ser tan arrogante, cómo podía decir que le amaba si se avergonzaba de ello, si le censuraba por ser huérfano, pobre y sin relaciones. Eso no era amor… era arrogancia, presunción… vanidad.


-Señor Malfoy -dijo el moreno con tono distante y formal -, sinceramente lamento ser el causante de tanto pesar, la única defensa que podría hacer en mí favor es que nunca hice nada para provocar en usted tales sentimientos, por lo tanto mi conciencia está tranquila en ese sentido.


Draco le devolvió una mirada sorprendida.


-¿Debo entender que mis sentimientos te resultan indiferentes? -preguntó el rubio.

-De ninguna manera, solo podría agradecer la gentileza de su afecto.

-¿Agradecer mi gentileza? ¿Te burlas de mí Harry? -preguntó Draco con tono duro.

-Jamás, los sentimientos de mis semejantes me inspiran mucho respeto.

-Respeto -repitió el rubio -¿Solo obtendré respeto después de decir que te amo, Harry?

-Lo lamento si esperaba otra cosa, señor Malfoy. Sinceramente no sé cómo pudo imaginar que mi respuesta sería diferente. No ha sido un halago para mí oírle decir que me ama, pero que se desprecia por ello; que alguien como yo solo podría rebajarlo.

-¿Preferías que mintiera? -preguntó Draco -. Hubiese sido más inteligente de mi parte obviar todos esos sentimientos y hablarte solo de mi amor, tal vez así obtendría una respuesta positiva, pero no estaría siendo honesto, la hipocresía no va conmigo.

-Aunque usted no fuera tan «honesto» al exponer sus sentimientos, mi respuesta sería la misma. No puede inspirarme afecto alguien que me ha demostrado tanto desprecio desde el primer momento en que nos conocimos.

-¿Desprecio?-preguntó Draco sorprendido -. Jamás imaginé que era ese su sentir señor Potter -agregó el rubio cambiando por completo su tratamiento hacia el moreno.

-Una prueba más de que los sentimientos de sus semejantes no son dignos de su atención señor Malfoy. Usted causa daño a otros y ni siquiera se cuestiona por ello.

-¿Daño? ¿De qué me acusa exactamente señor Potter?

-Usted lo sabe perfectamente.

-No lo sé y desearía que me lo explique.

-Usted, influenció a su amigo para que se alejara de Ron.

-Sí, no lo niego. Fui más inteligente al proteger a mi amigo que a mí mismo.


Harry miró al rubio con enojo.


-Ni siquiera lo niega.

-Ya le dije que la hipocresía no va conmigo. Hice lo necesario para salvar a mi amigo de un matrimonio descabellado.


La indignación del moreno aumentó.


-No diga que no era lo que toda su familia esperaba. Su otro hermano, lo dijo claramente esa noche. A pesar de que Ronald hasta ese mismo instante no había demostrado mayor interés en mi amigo, toda su familia ya daba por hecho de que acabarían casados. Blaise es una excelente persona y no merecía ser aceptado solo por interés.

-¡No te atrevas a acusar a Ron de ser interesado! No lo conoces en absoluto -dijo Harry furioso olvidándose de toda cortesía y formalidad.


Draco lo miró sorprendido, pero no retrocedió.


-Es cierto no lo conozco y por lo tanto no puedo descartar que… no terminara influenciado por su familia para aceptar a Blaise.

-Nadie de mi familia es de ese tipo de persona -dijo Harry, pero luego rectificó -. Percy es una excepción… es el único. Todos los demás tenemos orgullo suficiente. Ron a pesar de sus sentimientos por el señor Zabini, nunca se le pasó por la cabeza que tenía una posibilidad, conoce su lugar, como yo conozco el mío.

-El señor Weasley nunca demostró real interés por mi amigo, por eso yo estaba convencido de que Blaise se arriesgaba por nada -respondió el rubio, fingiendo no haber oído lo último.

-Ron es tímido, no es de los que muestran abiertamente sus sentimientos, ni siquiera ante su familia, ni siquiera delante de mí pudo reconocer que estaba enamorado del señor Zabini aunque compartimos la misma habitación desde hace más de veinte años.


Draco se quedó en silencio.


-Me resulta muy difícil creer que su intervención entre el señor Zabini y Ron solo se debió a un error de percepción -dijo Harry volviendo a utilizar el tono formal -. Su menosprecio a cualquiera que no tenga su misma posición social ha sido evidente, como también me queda claro que su infinita arrogancia le hace creerse con derecho a decidir la vida de sus amigos.

-Nunca hice tal cosa, esa acusación no es solo ridícula, sino injusta.

-¿Injusta? No lo es, usted se dio el gusto de separar a Adrian Pucey de la persona a la que amaba, convenciéndola de que él no era conveniente. Usted perjudicó al señor Pucey de todas las formas posibles, sin tener derecho, solo por mezquindad.


Draco se quedó helado. Jamás pensó que Harry tenía un concepto tan bajo de él. Si bien era cierto que podía acusarlo de arrogante, no podía ser que le creyera un miserable solo por el placer de serlo. Y más aún que defendiera tan acaloradamente a Pucey.


Harry se dio cuenta de que había ido muy lejos, pero era tarde para retroceder y no lo haría.


Draco se quedó en silencio unos segundos, intentando reponerse de la sorpresa y el dolor que tales acusaciones le provocaban. Jamás dejaría de lamentar el haberse puesto en evidencia de esa manera, el permitirse ser vulnerable, mostrando abiertamente lo que sentía. Que ridículo fue al pensar que podía ser correspondido. El moreno además de no corresponder a sus sentimientos le despreciaba profundamente.


Juntando la dignidad que le quedaba, levantó su mirada hacia Harry.


-Por lo que veo el señor Pucey le puso al tanto de sus infortunios -dijo Draco con tono socarrón.


Harry se indignó.


-Veo que le causa placer hacer mal a otros.

-Yo no le hice ningún mal al señor Pucey, los perjuicios que ha sufrido en su vida solo han sido consecuencia directa de sus actos.

-¿Cuáles actos? El que su padre mismo le apreciara tanto que llegó a pagar su educación a pesar de ser solo el hijo de un sirviente.

-Vaya, veo que le hizo depositario de toda su confianza ¿Qué más le dijo el señor Pucey? Imagino que le habrá contado otros detalles de su vida.

-Lo hizo. Me contó que usted le negó lo que por derecho le correspondía.

-¿Y qué sería eso?

-Un legado que le dejó el señor Lucius Malfoy en su testamento y que usted fue incapaz de honrar. No soportaba que fuese apreciado por su padre.

-Eso dijo.

-¿Dirá que es mentira?

-No todo es mentira, pero definitivamente hay muchas imprecisiones en eso que le contó Pucey.

-Supongo que también será una imprecisión el hecho de que usted le separó de una joven a la que él amaba, simplemente porque usted no lo consideraba a la altura ¿Se atreverá a negarlo?


Draco tuvo ganas de darse la vuelta y marcharse, dejar a Harry ahí, y que continuara creyendo lo que le diera la gana.


-Es cierto, también hice eso -admitió el rubio -. Él no estaba a la altura de ella, no la merecía en absoluto.

-Si ella se dejó influenciar por usted, no debió amarlo realmente o simplemente no tenía carácter.

-Le aseguro que esa joven de la que usted hace un juicio tan liviano, sufrió mucho por culpa del señor Pucey. Inclusive hasta ahora que han pasado dos años desde aquellos lamentables hechos y, sin embargo ella ha sabido sobreponerse a la decepción. Al mirarla nadie creería que ha sufrido tanto -dijo el rubio y después de una pausa continuó -. Usted ha tenido la oportunidad de compartir con ella, ¿le pareció Pansy una joven sin carácter?


Harry no escondió su asombro.


-¿Ella…?

-La misma.


El moreno no sabía que pensar, en esos días Pansy le inspiró gran simpatía.


-El señor Pucey efectivamente fue muy apreciado por mi padre y éste le dejó un legado en su testamento. Una asignación muy generosa con la que pudiese iniciar una carrera donde él quisiera. La milicia, las letras, el comercio. Pero el señor Pucey tenía un alto concepto de sí mismo, trabajar por su subsistencia no era algo que le entusiasmara, no deseaba ser un sirviente como lo fue su padre. No hizo un buen uso del legado, un año después ya no le quedaba nada. Aunque no frecuentábamos los mismos círculos, igual me llegaron noticias de su comportamiento disipado. El dinero de mi padre lo perdió en las mesas de juegos y en la cama de mujeres de dudosa reputación o para ser más exactos, sin ella. A pesar de que no volvimos a vernos después de que recibió su legado y que por lo tanto, yo no tenía ya obligaciones con él, me buscó para pedirme dinero. Por supuesto que me negué a dárselo. No tenía por qué solventar sus vicios. Mi negativa no le sentó bien y dijo que se vengaría. No soy de los que se deja intimidar, menos por alguien como Pucey. Me olvidé de él. Fue un error. Viajé fuera del país por varios meses, durante ese tiempo el señor Pucey se las arregló para entablar relaciones con Pansy. Ella lo recordaba como un amigo. Pansy perdió a sus padres siendo muy pequeña y lord Snape fue nombrado su tutor y como a su vez él era mi padrino, nos hicimos inseparables. Casarse con mi mejor amiga era sin duda un golpe maestro, aseguraba su futuro y se vengaba de mí. Fue una suerte que yo regresará de mi viaje antes de tiempo. Pansy pensaba huir con Pucey para casarse en secreto. Eso hubiese sido la ruina de su vida, no solo socialmente, él no la amaba, solo quería su dinero. Un empleado de confianza de lord Snape descubrió el asunto y me lo informó. Hablé con Pansy y entre lágrimas confesó todo. Acudí a la cita en su lugar y le dije a Pucey que jamás volviera a acercarse a ella y que no se le ocurriera mencionarle a nadie el proyecto de fuga, menos a lord Snape. Puso objeciones, pero una fuerte suma de dinero acabó por convencerlo de que no la amaba tanto después de todo. Hasta el día que nos encontramos en Hertford no sabía nada de él.


Harry no podía creer que fuese posible. Pero con tantos detalles era imposible dudar de la historia.


-Si tiene dudas con respecto a lo que he dicho hay alguien que puede dar fe de mi veracidad. Su amigo Smith, fue el empleado de mi padrino que descubrió los planes de Pucey y me lo informó.


El moreno se quedó atónito.


-Creo que no tengo nada más que explicarle señor Potter. Solo me queda reiterarle mi pesar por mi declaración tan inoportuna y que tanto disgusto le ha causado, no tema que no volverá a saber usted de mí.


Luego de estas palabras Draco inclinó a cabeza y dio la espalda a Harry. Este le vio marchar confuso, sin saber que sentir y pensar.


~**~


Esa noche Harry no pudo dormir. Su cerebro era una vorágine. No podía creer que Draco Malfoy, siendo tan orgulloso se hubiese enamorado de él. Nada tenía sentido. El rubio no había negado nada con respecto a su intervención en lo de Ron y Blaise. Lo admitió sin sentirse avergonzado, aquello era arrogancia pura. Y pensó luego en Adrian Pucey. Le costaba pensar que ese joven tan afable en realidad era un inescrupuloso. Pero Malfoy no inventaría semejante historia, sabiendo que él solo tenía que preguntarle a Zacharias Smith. No era mentira. Adrian Pucey, solo a él le contó su historia con el rubio, porque él era quien más predispuesto estaba contra Draco Malfoy y Pucey se dio cuenta de eso.


~**~


Cuando Harry se reunió con sus amigos para la hora del almuerzo, Zacharias comentó que el ahijado de lord Snape se había marchado a primera hora de la mañana. El moreno experimentó un sentimiento parecido a la culpa, pero no era lo suficientemente fuerte como para perdonar al rubio por arruinar la felicidad de Ron.


~**~

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