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CAPITULO 1: Destierro
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Él se ha revelado
Su belleza le hace creer que es superior al resto, que está por encima de los demás, del resto de nosotros.
El hecho de que con solo una mirada sea capaz de cautivarnos, de hechizarnos, le ha hecho pensar que puede estar el al mando, no es más que un ser malcriado y consentido que se ha emberrinchado.
Él es hermoso
Sus ojos verdes, sus cabellos y alas plateadas le hacen resaltar, al amanecer, atardecer y anochecer.
Más sin embargo
Es un traidor
Quien lo pensaría
Que él, el más devoto a nuestro señor sería quien se revelaría contra el mismo, levantándose en armas, moviendo a otros.
Consiguió algunos aliados, engañó a unos cuantos humanos, les hizo desear el poder, el dinero, el cuerpo ajeno, plantó el pecado, el deseo y la maldad en ellos.
-Hayato, no seas estúpido-
-¿Quién eres tú para juzgarme? eres el que menos cree en él, ¿Por qué lo sigues? eres el más fuerte de todos Hibari Kyoya ¿Por qué obedecer a alguien que carece de cualquier fuerza en batalla? alguien que tan solo se limita a mirar y mandar.-
-por qué es lo correcto… es lo justo…-
-por favor Hibari, déjalo, ven conmigo-
Ese chico, piensa que con una mirada encantadora me convencerá, es listo, inteligente y astuto, sabe lo que siento, sabe que me atrae como no debería de hacerlo, que por el he pensado en cometer el pecado de la lujuria y caer en el deseo, y de ahí, a las profundidades de infierno…
Mas no soy un imbécil que se deja engatusar, no soy alguien a quien se pueda domar o atar.
-lo lamento…-
No hay por qué seguir con esta charla viciosa, que no nos llevara a ningún lado, solo a enfrascarnos más, a perder el tiempo.
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La batalla no dura mucho, podrá ser bello, pero carece de fuerza en la batalla, es débil, frágil, como una muñeca de porcelana, como un recién nacido.
Es por eso que ahora se encuentra en el piso, sangrando por múltiples heridas ocasionadas por mis armas.
Es tanta su belleza, que incluso en estos momentos se ve hermoso, ante mis ojos se expone una visión extraña, sangrienta, oscura... pero extrañamente sublime.
Que desperdicio
¿Por qué lo hiciste hayato?
¿Por qué te revelaste ante dios, ante Primo?
-...él nunca nos ha engañado, desde un principio nos dijo lo que significaba ser un ángel… jamás debiste enamorarte de ese humano-
-¡cállate! ¡Tú qué sabes de amar!? ¡Él era un buen chico! no merecía esa muerte, él pudo hacer algo, PUDO HABER EVITADO LA MUERTE DE YAMAMOTO… - haces una pausa – el no merecía la muerte, mucho menos el infierno ¿Qué hizo el para perder el derecho a los cielos? ¿A la vida eterna?
-….-
¿Qué te puedo decir?
Dices que yo no sé lo que es amar, te equivocas.
Pues te amo a ti, a mi extraña y particular manera… demasiado… más… eso no me impide cumplir con mi deber
-el deber esta antes que el amor, que cualquier sentimiento…-
Sin más,…. Corte aquel par de alas
Escuche su garganta desgarrarse con un ensordecedor grito de dolor.
Él amaba sus alas, tan hermosas, únicas y codiciadas por el resto…
Aquello de lo que más se enorgullecía
Acabo de arrebatárselo.
-no podrás volver a cruzar los cielos, no eres digno de ello-
Lloras sin consuelo, estas en un charco de sangre, ya no eres más un ángel, ahora eres un ángel caído que ha perdido sus alas.
-¿Cómo me dices que me amas y me arrebatas mis alas?-
-…como dices amarlo si lo traicionas, él era un fiel devoto a dios, luchas contra lo que el defendió con fiereza-
Silencio
Frio y ensordecedor silencio
Me doy la vuelta y me marcho, no tengo el valor para matarte, ni la fuerza para continuar con el peso de tu muerte sobre mis hombros.
-yo… conocido como el arcángel Miguel en el mundo humano, Hibari Kyoya para los ángeles, representante de la justicia divina... te destierro del cielo Gokudera Hayato-
Yamamoto Takeshi era un hombre de dios, ayudaba al prójimo, alimentaba a los pobre y cuidaba de los huérfanos… pero él se suicidó… renuncio a la vida, y con ello a los cielos.