DECISIÓN
—Sabes no es que seas aburrido, pero estas agotando la poca paciencia que tengo — murmulla por lo bajo Muerte, viendo como McGarret luchaba regresar con Daniel, porque al fin el Marine recordaba todo pero nunca podría regresar con su esposo, la razón era que ella misma había decidido el fin del mismo cuando pudo tocar el alma de ese marine, a veces si alguien la cuestionara ¿Por qué él? Habiendo tantas almas en el mundo, quizás incluso Destino y Vida tendrían otros favoritos entonces ¿Por qué encapricharse con un simple humano?
La respuesta estaba cansada, cansada de que todos teman a la muerte, que la repelen como si ella hubiera elegido tener ese don, del no poder tocar nada sin que su cruel destino este sellado con ello, nunca ha podido tocar a las almas que tanto ama Vida, o Destino siempre bajo la sombra, entonces cuando Steve hizo ese acto lo pudo hacer… al fin pudo tocar una alma especial, el calor que desprendió la misma, la dulzura del alma de Danno estaba incrustada en la de McGarret… ambas eran almas gemelas las pocos que hay en el mundo, que no importaría la vida de alguna manera su otras vidas se volverían a juntar, entonces un alma tan especial era un evento único pero para la mala suerte de Steve, al tocarla su destino estaba sellado.
— No te culpo, sabes ¿Qué pasa cuando la muerte esta enamorada de la vida? — cuestiona Steve, y no es de una manera romántica ya que es de su hermana de que están hablando, sino de lo que representa el poder de ella, la vida. Steve ahora la comprende, sabe el dolor que tiene esa deidara, pero una cosa es saberlo y otra es el resignarse de no poder tocar el rostro de su esposo, de no poder cargar a su bebé, escucha la voz de Danno, la suplica que despierte pero aun cuando lo desee, sabe que es un sueño que jamás se hará realidad.
— La muerte debe aprender a no tocar los obsequios de la vida — responde para darse la vuelta, ya no quiere seguir hablando con esa alma, no solo porque la culpa la carcome si no es demasiado tarde, a lo lejos puede sentir a su hermana la furia que desprende y solo se resigna — Debemos irnos Steve, yo lo lamento ¿vamos a otro lugar? —
Steve mira por ultima vez el rostro de Daniel, su mirada llena de dolor y un último beso es dado…
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— Lo siento — susurra una voz, y Daniel levanta la vista observando a la enfermera se acerca donde esta Steve, la maquina empieza a sonar a lo loco y Danno solo puede aferrarse a la mano de su esposo — Él no te olvido, aun cuando lo hice para que muriera sin sufrir por dejarte a ti y a tu bebé, pero él se aferro a ti, su amor fue tan fuerte pero no pudo librarse de la muerte… yo no… yo lo siento —
— Steve… ¡Steve no me dejes! — suplico Daniel escuchando el pitio de la maquina de signos, el detective se aferraba al cuerpo de su esposo, de luchar como las enfermeras como el doctor tratante intentaban resucitar a su pareja. Daniel levanto la vista y solo cayo de rodillas al ver a ese mujer junto al Seal.
— Te amo… Danno a ti y a nuestra princesa — susurro Steve, empezando a desaparecer mostrando una sonrisa a su pareja que solo se doblo por el dolor como sintiendo como su princesa deseaba conocer el mundo.
—¿Odias a la muerte por arrebatarte al amor de tu vida? —
CONTINUARA…