SUEÑO
—Señor sé que es duro de entender, pero su esposo está en coma por mas de tres meses, y cada día que pase es muy difícil que despierte, lo mejor sería que lo dejara descansar —informo el medico observando al otro que negó con la cabeza para apretar la mano de su esposo, el comandante Steve McGarret, todos en el hospital conocían a Daniel, el omega que no se apartaba del cuerpo inerte de su pareja, muchos sentían que no era justo lo que pasaba con ellos, eran una pareja que se amaba, todos los conocidos decían lo mismo. Se notaba a distancia el amor de ellos dos, porque siendo miembros del cinco cero las hazañas de ese equipo llegaban a oídos de toda la isla, todos aseguraban era porque ambos líderes se tenían tanta confianza como amor que eso los motivaban a seguir adelante.
Desde que sucedió el accidente, Daniel fue el primero en estar en el hospital, maldiciendo a su esposo por hacer ese acto tan arriesgado, pero como siempre su animal, debía hacer todo para proteger al más débil. Todo fue demasiado rápido, Steve corriendo para atrapar al delincuente, este cayendo en el abismo llevándose a su pareja con él y luego todo fue oscuridad. Pero Williams era terco porque así era su carácter, porque así lo amo Steve y por nada del mundo lo dejaría no, nunca su amor era eterno, y sin importar el diagnóstico del doctor, él se aferraba a su esperanza, a su amor, porque Steve debía despertar, debería hacerlo porque el idiota de su esposo no podría perderse el nacimiento de su bebé. Y que Dios se apiadara de su esposo si este no despertaba, pero todos los que trabajan en el hospital observaban al omega en esa silla discutiendo con su esposo, recalcarle lo animal, Neandertal y cabeza hueca que fue, para luego tomar la mano del comandante besarlo para colocarlo en su mejilla donde varias lagrimas ya habían sido derramadas. Todos guardaban silencio, la daban su espacio, y muchos rogaban por un milagro para esa pareja
A veces la vida tiene una manera retorcida de diversión para el gusto de Daniel, porque el tiempo en que su esposo tuvo el accidente, unos días después se enteró que la nochecita de pasión que tuvieron antes del accidente les dio la sorpresa que pronto no serian solo ellos dos viviendo en su hogar, un nuevo miembro estaba deseosos de unírseles. Un bebé, un pequeño que alegraría sus corazones con sus risas como escuchar los pequeños pasitos en la casa.
—Animal debes despertar por favor, despierta —susurraba Daniel, tomando la mano de su esposo para besarla, sabía que debía ser fuerte, pero a veces el miedo, la angustia lo hacían dudar, pero no podía evitar soltar una risa nerviosa nunca en su vida había visto tan tranquilo a Steve, verlo ahí dormido como si nada lo molestara lo enojaba como preocupaba al mismo tiempo, pero tenía esperanza, debía tenerlo, esa misma mano inerte lo colocaba en su vientre —Ves, no solo yo te espero, ella también te esta esperando, ¿verdad princesita?
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¿Quieres despertar? Al escuchar esa voz Steve intenta enfocar su vista en donde podría estar el dueño de esa voz, pero solo ve oscuridad, se siente tan cansado, no recordar nada, no saber nada a veces pensaba seriamente en solo dejarse llevar, de dormir y descansar sin preocupaciones, sin miedo a saber que hay más haya de la oscuridad.
¿Se acerca el verano? ¿no te acuerda nada?
¿Quién eres?
Perdona mis modales, soy la muerte y bueno solo quise ver qué decisión tomarías. Nada importante ¿verdad?
CONTINUARA…