Los días fueron pasando hasta convertirse en semanas.
Semanas que cada vez más lo acercaban al día de su boda.
Ya ni siquiera se estaba tomando la molestia de salir de su habitación para hacer sus labores cotidianas.
Incluso había olvidado cuando había sido la última vez que se dio un buen baño e incluso cuando fue la última vez que salió y los rayos del sol lo golpearon en la cara.
Habría muerto de hambre de no ser por que su hermana le llevaba las tres comidas del día a su habitación. Eran porciones tan simples y poca cosa pero apenas y podía con la mitad.
Pasaba sus días y la mayor parte de la noche buscando el ki de Goten, esperando alguna señal que le advirtiera si el chico había regresado pero nada, no había rastro de Goten.
Traía puesto un pijama a cuadros color azul y naranja, acostado boca a bajo, tapado hasta la cabeza con una manta delgada, abajo de su almohada se encontraba la carta que Goten le había dejado, arrugada y casi ilegible, apunto de romperse por tantas veces que había sido doblada y desdoblada.
Y ahí, valiendole poco su salud, fue cuando sintió aquello que tanto anhelaba, la presencia de Goten apareció para desvanecerse a los segundos.
- ¡¿Goten?! - se preguntó levantándose al momento de un solo movimiento, tallandose los ojos enrojecidos.
Quedó por momentos en absoluto silencio, su ruidosa respiración se dejó de escuchar cuando contuvo el aliento, esperando volver a sentir aquella presencia que lo hizo estremecer por completo.
- ¿l-lo imaginé? - se preguntó tallandose los ojos con fuerza, concentrado en sentir hasta la más mínima presencia de sus alrededores, tanto de personas como de animales, sin poder reconocer ni una sola como la del pelinegro - n-no puede ser - masculló mientras sus manos se enredaban en sus cabellos, tirando de ellos con desesperación - estoy tan desesperado por sentir su presencia que la imagine...
Se desplomó de nuevo en la cama comenzado a llorar de nuevo, sintiendose enloquecer, si su mente le estaba otorgando el placer de sentir lo que tanto quería ¿por que no lo podía materializar frente a él?.
- Goten... Cada día que pasa siento que muero... Me muero por que tu no estas conmigo... ¡¡Arg!! ¡Soy tan egoísta! - exclamó soltando un puñetazo a su almohada, perforandola en momento, la imagen de Marron cargando aun bebé de rostro desconocido lo comenzó a torturar - ¿p-por que Goten? - se preguntó sollozando, el dolor en su pecho era tan intenso que se podía apreciar al escuchar su llanto - ¿p-por que no puedo sacarte de mi cabeza?... ¿Por qué no...? ¿P-por qué no puedo odiarte? ¡¿En verdad fuiste capaz de irte sin pensar en tu hijo?! ¡¿En verdad te fuiste sin pensar en mi?! - un fuerte sollozo se escuchó en toda la habitación, cargado de una profunda tristeza - S-Sí n...no regresas será mi culpa que Marron crié a su hijo sola... ¡Me siento como una mierda! ¡Soy una mierda de persona! - volvió a gritar, su puño se estampó nuevamente en la almohada, llegando a dañar el colchón - p-por que a pesar de que se todo eso... Si te tuviera a mi lado... Si estuvieras conmigo a pesar de eso... Yo no te dejaría ir... No me importaría dejar a alguien si su padre... T-tú eres mío... Y yo soy un egoísta q-que no te merece... Que s-se casará en muy poco tiempo... ¡Y no soy lo suficientemente valiente como para cancelar una boda! ¡Mi propia boda!
***
- ¿como sigue Trunks? - preguntó Milk olfateando el estofado que en esos momentos se encontraba hirviendo sobre el fuego de la estufa - ¿sigue sin querer salir de su habitación?
- ay abuela, Trunks ni si quiera a querido hablar conmigo - se lamentó la chica fingiendo tristeza, cortando las verduras que se había ofrecido amablemente a cortar - creo que extraña a mi tío Goten, desde que el despareció no ha vuelto a ser el mismo.
- Goten es un ingrato, mira que largarse sin decir nada... Sin estar aún lado de la niña que dejó embarazada - comenzó a quejarse mientras su ceño se fruncia - es como si no le importara nada, se comprometió con Marron y se largó sin ningún pesar... Ah, pero cuando ese muchacho se digne a regresar me va a escuchar.
- abuela, estábamos hablando de Trunks - le recordó Pan, mostrando una sonrisa mientras su flequillo, separado del resto de su cabello por un largo listón rojo, tapaba sus ojos.
- es cierto, perdóname - se disculpó Milk - la actitud de Trunks parece la de un chiquillo, no puede ser que le haya afectado tanto la ausencia de Goten, es verdad que siempre han estado juntos y que él siempre se llevaba a tu tío a donde fuese, inclusive a sus reuniones de trabajo que duraban días.
- si, claro, reuniones - masculló la menor, rebanando con fuerza una rodaja de zanahoria.
- ¡pero este es el colmo! ¡Ahora se va a casar contigo! ¡No puede estar todo el tiempo con Goten! ¡Al contrario, con quien debería de convivir así es contigo! Si yo fuera Trunks iría buscando un reemplazo para Goten, su irresponsabilidad debería de molestarlo, mira que irse aún sabiendo que sería el padrino de su boda... ¡Si yo fuera Trunks estaría molesto con Goten en vez de estar llorando por no haberme invitado a tontear como un mocoso!
- hay veces en las que pienso que quiere más a mi tío que a mi - se lamentó la pelinegra inflando sus mejillas, como si estuviera haciendo un berrinche.
- Goten a sido su mejor amigo, no es como si fuera a cancelar la boda por su ausencia... Puede que solo la posponga hasta que él regrese...
- ¡No! - exclamó la pelinegra sorprendiendo a la mayor - ¡Trunks no modificará nada! Nos vamos a casar con o sin mi tío presente.
- ¿estas segura Pan? Será un momento muy importante en la vida de Trunks, seguramente querrá que Goten este presente el día de su boda - intentó racionar Milk, su rostro aún mostraba la sorpresa por la reacción de su nieta.
- si, estoy segura de ello, Trunks se casará conmigo, con o sin mi tío - respondió más tranquila, mostrando una sonrisa segura y confiada.
- está bien, eres tan testaruda como yo lo fui en mi juventud, estoy segura de que sabrás como lograr lo que quieres - Milk cerró los ojos con suficiencia, satisfecha con la determinación de su nieta - muy pronto serás Son Pan de Brief, casada con alguien a tu altura y con la misma posición económica.
- y no olvides la raza, ambos somos saiyajines , así que ambos sabemos como llevarnos bien - continuó la chica mientras picaba en cuadritos las rodajas de verdura que ya tenía.
- yo nunca entendí cual era su obsesión por entrenar tanto... Seguramente Goku esta con Vegeta entrenando, aunque supongo que tu no tendrás problema con ello, después de todo si Trunks quiere entrenar tal vez lo hagan juntos...
El cuchillo que la pelinegra tenía en manos cayó al suelo, interrumpiendo a la mayor; su mano no dejaba de temblar mientras su expresión mostraba miedo y horror.
- ¿que te sucede querida Pan? - preguntó Milk tapando la olla que se le había olvidado volver a tapar - ¿te cortaste?
- n-no, nada de eso abuela - respondió la menor mostrando una sonrisa nerviosa - creo que estoy mareada, necesito respirar aire fresco.
- ¿te sientes mal? - preguntó preocupada la mujer dejando de lado sus labores para checar la temperatura de Pan.
- n-no, solo necesito aire fresco - respondió quitándose las manos de su abuela de encima, escabullendose de la cocina para salir al exterior.
En cuanto salió sintió el frío viento golpear en su rostro bañado en sudor, echó un último vistazo al interior de la casa y se adentró en el bosque, completamente segura de lo que había sentido.
- ¿no te habías ido? - se preguntó así misma apretando los dientes mientras escudriñaba el bosque - ¿por que regresaste? ¡¿Donde te metiste?!
A diferencia de Trunks, ella si estaba completamente segura de que había sentido la presencia de Goten, exactamente en la misma zona en la que ella estaba y eso la alteró como nunca antes... ¿Qué venía a buscar el pelinegro en esa montaña? ¡Si su casa quedaba en la montaña vecina! ¿Qué estaba haciendo en el bosque?
- n-no vas a venir a arruinar mi boda faltando muy pocos días para que me case con Trunks - murmuró, buscando de nuevo la ahora inexistente presencia de su tío - ¡¿donde demonios te metiste?! ¡¡SAL!! - gritó y los pájaros de la región salieron volando espantados, huyendo lejos de la saiyajin.
Fue avanzando a grandes zancadas, pasando por las hojas secas y por las raíces de los árboles sin dificultad, segura de por donde iba, prácticamente sus pies se movían por si solos en aquel terreno que los animales salvajes reinaban.
Pobre de la bestia que se encontrará en su camino, un golpe de la chica y seguramente acabaría en el estofado, siendo la cena de un par de saiyajines hambrientos.
- ¡¿Pero que demonios...?!