Alexia sentía unos besos por toda su cara pero su sueño no la dejaba abrir los ojos, se removió algo inquieta y escucho una risa delicada haciendo que se despierte por completo y mirara a Perséfone que le sonrió.
-Por fin despiertas dormilona, pensé que jamás lo ibas a hacer, ya es tarde pero aún podemos llegar a las siguientes clases.
La mortal se alteró un poco al escuchar que era tarde y se levantó rápido de la cama mirando la hora verificando exactamente que si era tarde, estaba tan metida en su mundo que se empezó a desvestir en frente de la reina hasta quedar en ropa interior pero se detuvo al darse cuenta de su error y volteó a mirar a Perséfone que se mordía el labio inferior mientras la observaba con lujuria.
-Lo siento-dijo sonrojada por la vergüenza.
-¿mmm? No te disculpes, yo fui quien se quedó mirando... será mejor que te espere afuera-contesto antes de salir de su habitación.
La mortal se cambió de ropa y al terminar salió con la mochila colgando de uno de sus hombros, topándose de bruces con Perséfone y ambas se quedaron perdidas en los ojos de la otra.
-creo que será mejor irnos ya, antes de que pierda otra clase mas.
-Si tienes razón vámonos.
Ambas salieron del departamento rumbo a la universidad.
-¿sabes dónde se metió Afrodita?-pregunto la mortal algo preocupada
-ella salió mas temprano que nosotras-contesto como siempre relajada
Todo quedo en silencio después de esa pequeña platica hasta llegar a la universidad y ambas dirigirse a la facultad pero mientras caminaban por el pasillo Alexia vio a Afrodita siendo besada por un chico mientras este le tenía acorralada contra la pared y la tocaba por todos lados, sintió como su corazón romperse en pedazos, bajó la cabeza y dió media vuelta dispuesta a tomar otro camino que la llevara a su siguiente clase pero una mano se entrelazo con la de ella haciendo que mirara a Perséfone quien con su característica sonrisa le dió la confianza que necesitaba. Ambas caminaron con las manos unidas pasando por el costado de la diosa del amor que vio desilusionada que no había hecho nada más que perder por completo a su mortal pensando ilusamente que su plan resultaría para darle celos.
Perséfone sintió algo de lastima por Alexia porque sabía que en el fondo la mortal amaba a Afrodita pero se dio cuenta que la diosa no hacia mas que lastimarla y se prometió curar las heridas de la mortal, hacerla feliz y no dejar que nada le hiciera daño.
Los minutos pasaron y la diosa Afrodita entró al salón como siempre ganándose la mirada de lujuria de los mortales. Ella avanzo hasta sentarse en su lugar detrás de Alexia a la cual quería hablarle pero sentía que no era adecuado con la estupidez que hiso y mas al ver que su rival estaba sentada a su lado hablándole.
Suspiro y dejo que las horas pasaran hasta que terminaron las clases volviendo las 3 al departamento en un silencio incómodo.
Alexia preparó la cena junto a Perséfone quien le ayudo y no se separó de su lado.
Al terminar la cena la mortal se iba a levantar pero la reina del infierno la detuvo poniendo sus manos en los hombros de está empezando a masajearlo.
-¿que-que haces Perséfone?-pregunto Alexia soltando un suspiro de placer por el toque.
-Mientras cortabas las frutas me di cuenta que tus músculos estaban demasiado rígidos y bueno se me ocurrió darte un masaje para que te relajes
La reina seguía masajeando los hombros de la mortal mientras la diosa del amor observaba con celos consumiéndola pero Alexia no le prestaba atención porque estaba metida en las sensaciones que le provocaba el masaje. Perséfone sonrió y beso de forma maliciosa el cuello de la mortal mientras miraba a su rival que al ver la acción de esta se paró de forma brusca haciendo un ruido con la silla sacando de sus ensoñaciones a la mortal para luego irse pisando fuerte.
-Gracias por el masaje Perséfone ahora me siento un poco mejor-dijo Alexia sin tomarle mucha importancia a las acciones de Afrodita.
-De nada, es lo poco que puedo hacer por ti pero ¿qué te parece si desde mañana salimos a correr temprano antes de ir a la universidad?
-Pienso que es una idea increíble, entonces mañana a que levantarnos temprano aunque para mi es algo difícil.
-si lo e notado hoy, tienes el sueño algo pesado-sonrió la reina
-Bueno si me quedo dormida estoy segura que tú me levantaras de la mejor forma posible igual que hoy
-De eso no tengas duda- habló con voz coqueta mientras le guiñaba un ojo
Ambas caminaron a sus habitaciones pero antes de entrar Alexia a su cuarto sintió a Perséfone jalar su mano para luego sentir un beso entre su mejilla y una parte de sus labios, ella no pudo reaccionar para decir algo porque Perséfone ya se había metido a su habitación.
La reina sintió unas manos agarrarla por el cuello cuando entro y cerró la puerta después de haber hecho su pequeña travesura.
-estas logrando sacarme de mis casillas Perséfone, entiendo que me odies igual que yo lo hago pero no permitiré que uses a Alexia solo porque me quieres ver sufrir
-Ja ¿tú crees que lo hago por hacerte sufrir a ti? Te equivocas, lo hago porque desde que vi a Alexia sentí algo en mi corazón que durante siglos no he vivido y junto a ella me siento bien.
-¡mientes, tu solo me quieres hacer daño!
-baja la voz que ella vendrá si nos escucha gritar y no estoy mintiendo, tu no puedes saber lo que siento porque a diferencia de ti yo no tengo duda de que la amo.
Afrodita se alejó al escuchar aquellas palabras soltando a su rival mientras negaba con la cabeza tratando de negarse haber escuchado de Perséfone esas palabras porque para ella un dios no puede amar a un humano.
La reina al ver las reacciones de Afrodita quedo confundida pero una conclusión llego a su cabeza, tal vez su pensamiento era errado o quizá no.
-Tu solo estabas metiéndote en el corazón de Alexia por el desafío que te dio Eros ¿cierto? Nunca de verdad sentiste durante este tiempo algo por ella.
La diosa del amor no contesto a sus acusaciones haciendo que la reina pensara que eran ciertas sus palabras y se enojara por las acciones que su rival hiso con la mortal solo por ganar un estúpido desafío.
-No puedo creer cuan bajo as caído Afrodita, siempre supe que aquellos que nacieron siendo dioses eran egoísta pero ¿un desafío vale mucho para ti como para jugar con las emociones de una mortal?-preguntó con rabia y asco en su voz- no, no me contestes porque se la respuesta pero te aseguro que no permitiré que le vuelvas a hacer daño-concluyo Perséfone para luego meterse a la cama.
Afrodita quedo fría ante las palabras de su rival pero su peor error fue no negar todas las suposiciones que había creado la reina sobre ella, después de la discusión se fue igual que la noche anterior al sofá a dormir con muchas dudas de que si ¿En verdad solo utilizaba a Alexia por ganar el desafío de Eros? Pero aquello quedo descartado cuando se dio cuenta que ya había logrado el cometido de acostarse con ella y haberse ganado su corazón, otra duda apareció a su cabeza y se volvió a preguntar ¿Si de verdad un dios no podía enamorarse de un mortal? Sin embargo esa molestia en su corazón cada vez que veía a la mortal con su rival la dejaron con dudas porque también existía en su pecho esa tranquilidad y felicidad que sentía cada vez que compartía buenos momentos con Alexia.
Muchas dudas se presentaron en su cabeza y la noche era larga.
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