El séptimo mes fue una completa tortura para la mortal que aún tenía sus sentimientos confundidos y un corazón dividido en dos pero la actitud que estaba mostrando Afrodita ese último tiempo le hacía dudar que ella fuera la diosa de la cual se enamoró.
-¿otra vez la estas esperando?-pregunto Perséfone entrando a la sala
-¿mm? Sí-contesto vagamente bostezando
-sabes que si la ves entrar por esa puerta te decepcionaras de ella ¿cierto?- se sentó frente a la mortal tomándola por la barbilla haciendo que sus miradas conectaran
La reina estaba cansada de ver como cada noche de ese mes Alexia se desvelaba esperando a la diosa que al final nunca aparecía hasta el día siguiente con vestidos cortos y marcas de haber tenido sexo con algún mortal.
-Sé que aun la amas pero no puedes hacer que ella cambie su naturaleza Alexia, por mas tiempo que pase ella nunca aceptara que se a enamorado de una mortal
-Creí que este tiempo a mi lado la harían cambiar pero me equivoque, ella nunca dejara de ser la diosa del sexo y una sola persona jamás podrá llenar el vacío en su cama-hablo con voz irónica y herida-gracias por ser sincera conmigo-beso la mano de la reina quien desvió la mirada
-No fui del toda sincera y espero que me perdones si te lastimo mas con esta verdad pero no me sentía antes capaz de hacerlo- se levantó alejándose y dándole la espalda
-¿A qué verdad te refieres? No estoy entendiendo
-El primer día que salimos a correr me di cuenta de una marca que tienes en el brazo derecho pero solo los dioses pueden verlo-soltó un suspiro- esa marca es de la flecha de Eros
-¿quieres decir que Eros ayudo a Afrodita con una de sus flechas y por eso estoy enamorada de ella?-pregunto con voz lastimera
Perséfone solo asintió con la cabeza incapaz de verla aun porque también se sentía culpable.
-Pensé que era especial para ella pero en realidad yo solo era una meta que se puso, solo… represente un desafío y reto para ella ¿cierto?-se levantó y camino hacia la reina-prefirió mil veces herirme con este amor que no debería sentir por ella antes de decirme la verdad-la agarró del brazo volteándola bruscamente apegándola a su cuerpo-dime que solo soy su juguete-espero unos segundos la respuesta pero nunca llego-¡maldita sea! ¡que me lo digas!
Perséfone miro a la humana y en sus ojos no habían mas que tristeza y rabia mientras algunas lágrimas traicioneras escapaban de estos, incapaz de verla destruirse sola, rodeo con sus brazos el cuello de la mortal y la beso sin pensar que su contraria buscaría refugio y desahogo en su cuerpo. Alexia le correspondió el beso de forma salvaje mientras sus manos desgarraban partiendo en dos el camisón que llevaba dejándola completamente desnuda, la arrincono contra la pared pegando mas su cuerpo y sin dudar un solo segundo la cargo mientras Perséfone por la excitación del momento le rodeo la cintura con sus piernas, camino hasta su habitación y tiro sin ninguna delicadeza a la reina en la cama, se empezó a sacar la ropa bajo la atenta mirada de su amante quien se mordía el labio.
-vas a morder mas tus labios al momento en que estés llegando a tu orgasmo
La reina iba a replicar pero sintió unas manos jalando de sus piernas llevándola al borde de la cama y como estas se habrían paso por el interior de sus muslos haciéndola estremecer e involuntariamente se abriera mas dejando una gran vista de su centro mojado a Alexia que sonrió y con los dedos de su mano derecha jugo en la entrada de ese haciendo que estos se mojaran con los fluidos
-Por…. Por favor Alexia- suplico moviendo las caderas para tener mas contacto
-¿por favor que mi reina?- pregunto burlonamente sabiendo la respuesta
-Por favor cógeme
Alexia sonrió complacida por la respuesta y la penetro con dos dedos metiendo y sacándolos con fuerza mientras se arrodilla en el suelo y con su mano libre la jalaba mas al borde para empezar a lamer el clítoris.
Perséfone era inconsciente de su cuerpo y se sentía flotar por las sensaciones que la mortal le estaba brindando con sus caricias, movió las caderas de forma urgida al sentirse excitada y enredaba sus dedos en los cabellos de la mortal quien sonrió y mordió el clítoris ligeramente haciéndola soltar un pequeño grito por la sorpresa y más por lo increíble que se sintió aquello pero lo que la llevo al borde del orgasmo fue que uno de los dedos de alexia se dobló en su interior tocando varias veces su punto G.
Alexia saco sus dedos de su interior y se levantó mirándola fijamente mientras lámina los fluidos de sus dedos, cerro las piernas para crear fricción y aliviar un poco la excitación que de nuevo sentía.
La mortal se le acercó con una mirada llena de lujuria que le hizo retroceder quedando en medio de la cama y la beso pero esta vez mas lento posicionándose encima de ella.
Ambas estaban tan concentradas en el placer que no escucharon que la puerta del departamento era abierta por la Diosa Afrodita que entro caminando hacia la sala y le sorprendió no ver semi acostada durmiendo a la mortal en la mesa que siempre la esperaba de esa forma todas las noches desde que empezó a llegar tarde, escucho unos ruidos proveniente de la habitación de Alexia y se alertó al pensar que estaba pasando en aquella habitación, se acercó lenta y silenciosamente escuchando mas fuertes esos ruidos que ahora sabía que eran gemidos.
Empujo un poco la puerta y se asomó por el pequeño espacio viendo aquello que la lastimo haciendo que lagrimas escaparan de sus ojos.
Su rival estaba gimiendo mientras alexia la penetraba con sus dedos. Ver esa imagen le hiso darse cuenta que ahora Alexia ya no la deseaba a ella y que nunca volvería a su lado, sintió un dolor punzante en su corazón porque sabía con aquella situación que verdaderamente amaba a Alexia.
Su corazón estaba dañado y en silencio se retiró de aquel lugar tratando de huir de nuevo en vez de enfrentar esa realidad.
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