La lluvia caía demasiado fuerte pero a ella no le importaba, después de todo, era una diosa aunque esa idea desde que se enamoró de Alexia no le agrada más y ahora lo aborrecía, estaba metida en sus pensamientos que no escuchó cuando alguien se sentó a su lado.
-¿Por qué estás tan sola y bajo este aguacero?
-¿Acaso eso te importa? ¿No deberías estar con tu pareja bailando y disfrutando la noche- preguntó sin mirarla
-Debería estarlo pero ella fué la que me dijo que viniera a buscarte
-¿siempre haces lo que otros te dicen?- se levantó dispuesta irse
-No, yo vine hasta ti, porque así lo quise- contestó levantándose y tomando del brazo a la diosa quien no se movió
-¿quieres que te crea que has venido bajo la lluvia solo por mí?
-si yo soy capaz de creer en que me amas ¿Por qué tú no eres capaz de creer que vine por ti?
Ella giró mirando a la mortal y vió en sus ojos que sus palabras eran sinceras, sin poder evitarlo se lanzó abrazando a la mortal quien la recibió con efusividad, porque extrañó durante meses la cercanía y el toque de la diosa, Alexia la hizo girar en el aire haciéndola marearse pero no le importó y con sus brazos rodeo su cuello atrayéndola a un beso que transmitía sus sentimientos.
-¿Qué somos ahora?-pregunto separándose de los labios de la mortal
-Somos lo que quieras que seamos
-Yo quiero ser el amor de tu vida, tu única pareja y la diosa a quien entregues tu corazón
-Si eso deseas entonces déjame decirte que ya lo tienes mi diosa- la tomó de la cintura pegando sus cuerpos y besandola de nuevo.
La música del gimnasio se escuchaba hasta el lugar donde estaban y sin separarse del todo ambas tuvieron la misma idea posicionándose en forma de baile empezando a moverse de forma lenta y suave con la música mientras se sonreían y de vez en cuando robarse un pequeño beso hasta que la música termino dándole fin a su baile.
-Es mejor irnos o pescare un resfriado-sugirió tomándole de la mano
-¿Qué pasará con Perséfone?
-Ella me dijo que es una despedida y me mandó por ti, creo que se fué definitivamente aunque la extrañaré- confesó lo último sintiéndolo de esa forma
-Está bien, vámonos- dijo un poco celosa.
Ambas caminaron hasta el auto volviendo al departamento en un silencio incómodo, por la conversación que tuvieron hace unos minutos atrás.
-¿Qué pasa Afrodita? Estas rara desde hace rato- preguntó sacándose los tacones y el vestido en frente de la diosa
-¿No sentiste nada por ella?- preguntó temiendo la respuesta
-Sí, llegué a quererla pero no a amarla mi diosa… a la única que amo es a ti- se acercó tomándola por la cintura apegando su cuerpo a la espalda de la diosa empezando a besarle el cuello.
-no... no me convencerás de esa manera- mordió su labio tratando de no gemir.
-¿segura? Y si… ¿subo de nivel?- mordió el lóbulo de la oreja subiendo sus manos por debajo del vestido llegando a la feminidad y empezar a tocar por sobre encima de las bragas el centro de la diosa.
-¡ahh! ¡Alexia! De…detente- gimió mientras movía sus caderas y se inclinaba hacia adelante poniendo sus manos en la mesa haciendo que su culo rosara la pelvis de su amante.
-mmm eso no es lo que me dice tu cuerpo que haga- lamió por detrás de su oreja haciéndola estremecer entre sus brazos y movió ligeramente hacia un lado las bragas empezando a tocar con su dedo medio el clítoris y la entrada empapándolo con los fluidos que salían.
Afrodita gimió mas fuerte moviendo rápido sus caderas tratando de buscar alivio a su excitación pero la mortal saco sus dedos haciendo que ella se molestara por su acción.
-Aun no me has pedido lo que quieres mi diosa- susurró en su oído
-¡maldición! ¿Te gusta jugar conmigo, cierto? Pues te lo diré- volteo ligeramente para verla- hazme el amor como solo tú sabes hacerlo.
La mortal sonrió por la respuesta y metió su dedo en el interior de la diosa mientras la besaba y con la mano libre estrujaba el seno izquierdo por sobre encima del vestido.
-¡Por los dioses! ¡Alexia sácame el vestido y hazme por completo tuya!- gritó desesperada moviendo sin parar sus caderas.
Obedeciendo las órdenes sacó su dedo del interior de la diosa y con ambas manos rasgo el vestido y este cayo dejándola solo con las bragas, se inclinó ligeramente y susurro en su oído.
-Pudiste desvestirte chasqueando los dedos- paso la lengua por el cuello para luego bajar con besos y mordidas por la espalda
-Prefiero que tú… me saques la ropa, me di cuenta que lo haces de forma más salvaje y eso me excita- contestó con la respiración entrecortada.
-¿Así que te gusta mi lado salvaje?- le dió un apretón a sus glúteos para luego darle unas nalgadas que hicieron estremecer a la diosa y mojara más sus bragas que ya estaban los suficientemente húmedas mostrando una gran mancha.
-¡Sí! ¡Me gusta! ¡Me encanta como me tocas! ¡Tus manos en mi cuerpo son mi delirio!- chilló excitada a punto de llegar a su orgasmo.
Alexia detuvo los azotes que daban sus manos para sacar de forma lenta las bragas de la diosa y ver como los fluidos de esta se derramaban por los muslos internos, sacó por completo la ropa interior y abrió con ambas manos las piernas de la diosa quién no puso resistencia y gimió fuerte el nombre de su amante al sentir la lengua de esta dándole el primer lametón a su clítoris mientras la penetraba con tres dedos y su pulgar jugaba también con el clítoris, los fluidos de la diosa se desbordaban y Alexia tomaba de ellos hasta que sintió que las paredes interna de Afrodita apretaban mas sus dedos, golpeteo de forma juguetona con su lengua el clítoris haciéndola llegar a su orgasmo mientras gritaba su nombre.
Afrodita que sentía las piernas como si fueran gelatina se dejó caer al suelo siendo recibida por los brazos de su amante. La mortal la cargo hasta su habitación acostándola en la cama para seguir consumiendo su pasión.
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