-¡Perséfone! ¡Perséfone!-dijo una voz
La reina miró a todos lados reconociendo la voz del dios Zeus pero no hayo a nadie y se dio cuenta que seguramente le hablaba desde el olimpo
-Dime Zeus ¿Qué necesitas de mí?
-No necesito nada solo que vengas al olimpo-demando para luego desaparecer
La reina cohibida por la voz demandante del dios chasqueo los dedos transportándose al olimpo y caminó buscando a Zeus donde él siempre estaba pero al llegar vio a Eros encerrado en una jaula y rápidamente se acercó al dios observando que él estaba golpeado y sangrando lo que la impresiono ya que solo un dios podía hacer sangrar a otro dios.
-ve..vete de aquí… es una trampa-dijo entrecortado viéndola
Ella se levantó dispuesta a irse pero su reacción fue demasiado tarde cuando sintió un brazo rodear su cuello y ahorcarla mientras la alzaban unos centímetros evitando que tocara las nubes.
-Dime dónde está mi esposa-dijo demandante Hefesto mientras hacía mas presión en su agarre
La reina se movió pataleando sintiendo que el aire le hacía falta hasta el punto que soltó sus extremidades sin moverse mas.
-Suéltala o….la mataras-susurro apenas audible el dios del amor
El dios herrero con una sonrisa macabra soltó a Perséfone haciendo que esta cayera de bruces mientras tosía y tomaba aire llevándose las manos al cuello.
Zeus que veía todo desde una distancia prudente se acercó y hablo con firmeza.
-¡Ya es suficiente!, díganle a Hefesto donde esta afrodita
Al escuchar la voz del Zeus Eros agarro los barrotes de aquella jaula impulsándose con la poca fuerza que tenía por los golpes proporcionados, se levantó apenas sosteniéndose en sus piernas.
-Solo quieres que le digamos porque….porque ella…volvió a retar tu autoridad de nuevo-sonrió sarcástico mirándole a los ojos al diosa mayor.
Zeus se acercó con pasos firmes a la jaula y paso una mano por los barrotes agarrando al dios por la nuca dándole un jalón que hiso que la cara del dios se estrellaran con las barras de metal, corto mas la poca distancia y mientras Eros soltaba gemidos de dolor el se rio y contesto con voz venenosa
-¡Nadie, ¿me escuchas?!-jalo de los cabellos del dios haciéndolo soltar un quejido mientras lo obligaba a alzar la cabeza-¡nadie me reta! Y mas porque ustedes son solamente dioses menores e insignificantes- lo soltó para luego volver a alejarse.
Hefesto se acercó a Perséfone y agarro sus cabellos jalándola hasta acercarse a Eros mientras la reina se quejaba por el dolor que le proporcionaba ser arrastrada, El dios herrero puso la cara de la reina en frente del dios del amor.
-si no me dices donde está mi esposa-jalo con mas fuerza el cabello de la reina-te aseguro que ella sufrirá toda mi ira.
Eros lo miro con rabia contenida y sus manos se apretaron en los barrotes sintiéndose impotente por no poder hacer nada ya que la jaula estaba hecha por el mismo Hefesto, con resignación soltó un suspiro relajando los músculos mientras asentía con la cabeza.
-Te diré dónde está pero deja que Perséfone vuelva al infierno
-No, no le digas nada Eros-suplico la reina-no sabes lo que este miserable es capaz de hacerle a Afrodita si la llega a tener en sus manos.
-¡cállate! Y solo vuelve al infierno que este ya no es tu problema, por favor vete y no vuelvas, te lo suplico-contesto mirándola a los ojos para que entendiera que él no sería capaz de dejar que la torturaran.
Sintió que Hefesto la soltaba y sabiendo que por el momento no podía hacer nada, chasqueo los dedos desapareciendo del olimpo.
-Ahora es tu turno de decirme donde esta Afrodita
Eros tomo aire para empezar a hablar dándole la ubicación de la diosa.
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