Al día siguiente de su pequeña platica con el dios del amor, Alexia se levantó con un dolor de cabeza insoportable y tomo una pastilla para luego hacer lo que el dios le dijo.
-¡maldito Hefesto!¡¿Por qué no vuelves y me enfrentas?!¡Eres un maldito cobarde que me tiene miedo! ¡Hefesto eres el dios mas horrible!¡Afrodita me ama y a ti nunca te amara!-grito sin importarle que sus vecinos la tacharan de loca.
En el olimpo el dios Herrero que había escuchado su nombre miraba entre las nubes a la mortal apretando los dientes.
Zeus que vio a Hefesto con cara molesta se acercó a el poniendo una mano en su hombro llamando de esta forma su atención.
-¿Qué pasa Hefesto? Parece que estas molesto
-Esa maldita humana se cree superior a mi y está llamando a mi nombre con insultos, además que al parecer quiere enfrentarme-contesto mordiéndose el labio inferior conteniendo su rabia.
El dios mayor sonrió con sorna y en su mente apareció una idea para dañar mas a la diosa del amor.
-Acepta su petición de duelo
-¿Qué dices Zeus? Ella es una simple mortal y yo la destrozaría sin ningún problema.
-Por esa misma razón es que aceptaras-dijo con simpleza- traeré a Afrodita y a los otros dioses para que vean como la derrotas y nadie jamás se atreverá a retar mi autoridad
El dios herrero asintió con la cabeza y chasqueo los dedos haciendo que la humana apareciera en el olimpo en frente de él.
La mortal miro a su alrededor sin entender como había llegado a ese lugar pero luego miro al frente topándose con Hefesto a quien miro con odio.
-Acepto tu reto mortal pero recuerda que no me importara matarte-dijo con una sonrisa arrogante mirando con desprecio a su oponente.
-No me importa si muero o no lo hago-soltó un suspiro de cansancio-después de todo mi vida no es vida sin ella.
Hefesto volvió a chasquear los dedos transportándolos al campo de batalla donde los dioses en ocasiones se enfrentaban.
Alexia estaba vestida con una armadura, en su mano derecha una espada y en la izquierda un escudo y a comparación de ella el dios solo tenía una espada.
Miro a su alrededor y como en el antiguo coliseo romano el lugar tenia espectadores que eran el resto de los dioses y en frente sentado en lo alto estaba Zeus pero ninguno le importaba a ella mas que ver a la diosa del amor quien estaba sentada al lado de Eros con una expresión de horror y miedo al verla en medio del campo de batalla.
-Se supone que los libros describen al dios Herrero como un discapacitado que necesita de un bastón pero tú no utilizas ni un bastón y tampoco te ves discapacitado, pero claro también he leído en los libros que eres el dios mas horrible y en eso si ha acertado-se burló tratando de provocar al Dios teniendo resultado.
Hefesto enfurecido por las burlas ataco de frente con una embestida a la mortal, pero esta con su agilidad y velocidad lo esquivo sin ningún problema y puso su pie haciendo que el dios callera de bruces al suelo.
Los demás dioses que veían la lucha se empezaron a reír del dios ya que ellos siempre tomaron al dios herrero como una burla.
El dios al escuchar las risas, se levando y con su espada empezó a atacar con gran destreza y agilidad a Alexia, quien con escudo en mano y gran firmeza se protegía de los ataques, viendo que la mortal estaba distraída defendiéndose de los espadazos volvió a embestirla logrando su cometido, haciendo que esta retrocediera y chocara estrepitosamente con el muro que dividía el campo de batalla con los espectadores, sonrió con sorna al escuchar en quejidos la voz de Alexia y sin detenerse la pateo pero ella se protegió con su escudo haciendo que golpeara el metal, dejándolo con el pie adolorido.
Alexia miro con odio a su rival y sin dudar, levanto su espada atravesando el pie del dios quien no se había dado cuenta del ataque hasta que su sangre broto y grito del dolor, saco su espada y se alejó tratando de reponerse del golpe que había recibido anteriormente.
Hefesto enfureció y con toda su ira empezó de nuevo a atacar a la mortal quien esta vez apenas podía protegerse de los espadazos, sintió su piel en la costilla y la mejilla ser cortada mientras la sangre brotaba de las heridas, retrocedió hasta el punto de volver a ser acorralada haciendo sentir poderoso al dios herrero quien aprovecho la imprudencia de la mortal y atravesó su brazo cortándola, Alexia mordió su lengua para no gritar del dolor causado por la herida y dejo caer el escudo ya que su brazo lastimado no le permitió volver a levantarlo.
Afrodita quien miro con terror a su amada mientras sangraba se levantó y en desesperación se dirigió hasta Zeus arrodillándose ante el
-Por favor ¡detenlo!, la matara- suplico la diosa mirando al dios quien solo le correspondió la mirada con superioridad
-Demasiada tarde-contestó apuntando con su dedo índice la peor escena que la diosa pudo ver en todos esos siglos.
La espada de Hefesto había atravesado el abdomen de Alexia quien cayó de rodillas, y el dios al verse ganador saco su espada pateando el cuerpo al suelo.
-¡no!-grito al ver que el cuerpo de Alexia no se movía-por favor no la dejes morir, haré todo lo que me pidas y nunca mas te retare o desobedeceré tus ordenes, pero por favor sálvala- suplico arrodillada mientras bajaba de forma sumisa la cabeza dándole a entender al dios su rendición.
-solo volverá si tus lagrimas son de amor verdadero-dijo con voz creída ya que él pensaba que la diosa no amaba de verdad a la mortal y que ella solo era un capricho más de la diosa del amor.
La diosa no espero mas y salto al campo acercándose al cuerpo de la mortal y sin importar que se mancharía de sangre se arrodillo tomándola entre brazos y lloro dejando caer sus lágrimas.
-Por favor, despierta amor-suplico con voz quebrada-no me dejes mi vida, te amo y te necesito- cerro los ojos por un momento hasta que sintió unas manos acariciar su mejilla.
-yo… yo también te amo-contesto apenas audible.
Afrodita la abrazo con fuerza mientras seguía llorando. Todos los dioses presenciaron esa escena que los cautivo pero entre todos ellos solo Zeus no quería aceptar que aquello era amor verdadero.
-Has perdido mortal por lo tanto volverás a la tierra y nunca mas trataras de llamar a ningún dios-decretó firmemente- y tu afrodita cumplirás con tu palabra.
La diosa asintió con la cabeza y se agacho ligeramente para besar a Alexia quien le correspondió sabiendo que aquello era un adiós silencioso, sin poder alargar mas el tiempo Afrodita chasqueo los dedos devolviendo a la tierra a la mortal.
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