Harry se concentró en como Albus corría por los jardines de la madriguera, siguiendo a sus primos.
—¿Harry? —el de lentes se giró, encontrándose con la mirada de Ginny sobre él. — ¿Cómo te sientes?
—No lo sé, es raro, Lilly es tan pequeña, pero sé que no podemos continuar juntos, al menos la familia se lo ha tomado bastante bien. —el de lentes sonrió recibiendo a la niña de entre los brazos de la joven. — Nos casamos demasiado jóvenes, no pensamos si esto realmente era lo que necesitamos, aunque creo que sacamos algo bueno de todo esto.
—Sacaos tres pequeños maravillosos de todo esto y además una hermosa amistad, siempre podrás contar conmigo para lo que necesites, el compañerismo que hemos creado no se acabará por este divorcio. —Ginny puso su mano sobre la rodilla de Harry, quien mecía suavemente a la bebé.
Esa mañana habían desayunado como familia en la Madriguera, todos los Weasley estaban reunidos por el cumpleaños de la matriarca de la familia, ese era un día de celebración y todo parecía estar lleno de calma o eso, hasta que la pareja notó el movimiento hacia el interior del hogar de los pelirrojos.
—¿Herms? —Harry se levantó, siendo seguido por Ginny. —¿Qué pasa?
—Malfoy pidió la entrada por chimenea a la casa, quería hablar con Ron.
Harry abrió los ojos de golpe ante la mención del rubio, ellos se habían cruzado en varias oportunidades desde los juicios post guerra, pero el rubio jamás les había dirigido alguna palabra que no fuese un saludo. — ¿Harry? — Ginny llamó al ojiverde, cuando este le entregó a la niña, quien se quejaba al salir de los brazos de su padre, mientras se encaminaba en dirección a la casa.
—Cuiden a los chicos.
Harry se encaminó sintiendo que el pecho se le apretaba en el proceso, la presencia de una Malfoy no podía ser nada bueno.
—Te lo suplico…—Harry esuchó la voz de Malfoy, la cual parecía desgarrada. —Sé que no soy quien para pedirte algo, pero estoy desesperado.
Harry entró por la puerta de la cocina, encontrándose a todos los hombres de la familia mirando a al rubio, quien se veía desalineado y sudado, muy diferente a lo que todos estaban acostumbrados a ver.
—Malfoy te lo repito, ni Harry, ni yo estamos en servicio, si necesitas aurores, debes ir al cuartel y hacer la denuncia.
—Lo sé, ya he estado con ellos. — Malfoy se llevó la mano al cabello, mientras subía su tono de voz. — Pero no me ayudaran, ellos dicen que deben pasar 72 horas para poder hacer una denuncia por desaparición.
Tras escuchar las palabras del rubio, Harry se adentró, llamando la atención de todos. —¿quién desapareció Malfoy?
—Potter…
—Malfoy, existen protocolos, que incluso nosotros debemos respetar, no es un tema de odio, no podemos actuar como aurores si no estamos en servicio y mucho menos, si no estamos cumpliendo con los plazos que la ley indica.
Ron estaba siendo cordial, con los años había olvidado un poco el dolor y la ira que podía sentir con respecto a lo que había pasado con su familia en la guerra, pero la mirada de los demás pelirrojos parecía atravesar el cuerpo del rubio.
—¿Malfoy? —Harry notó la palidez del rostro del otro, por lo que dio un paso hacia él antes de notar como temblaban las manos del rubios. — Ron tiene razón, debes esperar a que se cumpla…
—¡Es un niño! — Gritó el rubio, llevándose las manos al cabello. — Es un niño, es un bebé, es mi bebé, nadie puede escucharme, en 72 horas mi hijo estará muerto.
—¿Un niño? —Harry dirigió su mirada a Ron. —Los aurores debieron movilizarse, las 72 horas son para las desapariciones de adultos.
—Pero aunque sea un niño, no podemos hacer nada, no estamos en servicio Harry, él debe poner la denuncia. — Ron se sentía mal por lo que estaba diciendo, probablemente los aurores estaban haciendo todo por venganza contra el ex mortifago. — Lo siento Malfoy, pero no podemos hacer…
Ron no pudo terminar la frase, cuando el cuerpo del rubio terminó de rodillas, frente a sus pies. — Se los pido, se los suplico, les daré todo, les daré mi casa, mi dinero, mis empresas, me iré del país, haré lo que me pidan, pero se los pido, ayúdenme Scorpius es todo lo que tengo en este mundo, Scorp es mi mundo, es mi bebé, si algo le pasa, no quiero vivir sin mi niño, se los pido…—Draco llevó su cabeza al suelo, tocando con su frente el piso de la Madriguera, sacando un quejido de sorpresa de los presentes.
—Malfoy…—Ron se sintió angustiado, mientras Harry apretaba los puños.
Draco sentía las lágrimas bajar por sus mejillas, pero no dijo mucho, continuó suplicando, pidiendo a quienes habían sido sus enemigos durante toda la escuela, suplicando su ayuda.
—Harry, Ron ¿Qué está pasando? — Hermione entró al lugar junto con Ginny, quienes se veían realmente perturbadas por la presencia del rubio, en medio de la madriguera, de rodillas.
—Malfoy pide nuestra ayuda, su hijo a desaparecido, pero no podemos, no como aurores por lo menos. — El nudo al decir eso, sintiendo que había raspado un poco la garganta del moreno.
—Se los suplico, les daré lo que me pidan, mi casa, mi dinero, lo que sea, renunciaré a mi varita, pero ayúdenme…—La desesperación era palpable, salían atropelladas y angustiosas de la boca del rubio. —va a cumplir tres años, mi niño es un bebé, solo cumplirá tres años…—Draco no soportó más, dejando salir los jadeos de dolor, los que eran parte de su llanto.
—Harry, debemos…
—Si Ron, debemos…
Ambos afirmaron, era una decisión tomada.
—Malfoy. —Harry se adelantó, poniendo una de sus manos en el hombro del rubio. —Te ayudaremos, levántate.
—¿En serio?
—No como aurores…—Ron agregó, haciendo que la pequeña sonrisa que estaba en sus labios simplemente desapareciera. — pero tenemos este día libre, podemos hacer lo que queramos, no hay Ley que lo impida. —Ron miró a su madre. — Mamá…
—No digan nada muchachos, todos ayudaremos, tendré muchos cumpleaños para celebrar, ahora ayudemos a encontrar a ese niño.