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Love Affair por MissWriterZK

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Notas del capitulo:

¡FELIZ NAVIDAD!

Después de aquella emotiva reunión, todos pasaron a la casa. El hogar en el que creció Marceline era una enorme mansión con un gusto decorativo exquisito, muebles de la madera ecológica de la más alta calidad, suelo calefactado, infinidad de instrumentos musicales, una biblioteca de ensueño, un jardín bello con una enorme piscina y barbacoa, cocina americana recién reformada, baños spa, salas para meditar y hacer yoga, gimnasio… en fin, todo lo que se podía pedir y no era de extrañar, ya que Hunson era el jefe de la mafia más conflictiva y mejor organizada, y un abogado de prestigio con un sueldo importante y una fortuna millonaria.


Su madre, Jane, logró cumplir su sueño gracias al apoyo de su marido y se convirtió en una chef reconocida mundialmente. Debido a su enorme fortuna, tenía varios restaurantes con premios gastronómicos, un menú especial cada día, adaptado a todas las intolerancias y gustos. Ella era capaz de preparar cualquier plato de la mejor calidad sin esfuerzo alguno, sus productos eran exquisitamente seleccionados, solo trabajaba con productos orgánicos, no importaba si se trataba de carne o verdura.


El éxito de su cocina y su cadena de restaurantes se debía a una gran variedad de factores, entre los que destacaban la tolerancia hacia vegetarianos y veganos, un trato igualitario sin tener en cuenta la procedencia o gustos personales, unos precios económicos, raciones generosas, un trato amable y un ambiente familiar. Siempre estaba costeando cursos a sus chefs para que aprendieran nuevas técnicas y nuevas tradiciones culinarias, nunca tenía suficiente.


De aquel matrimonio surgido de la conveniencia surgieron unos músicos profesionales especializados en el rock, aunque esa era su parte conocida, lo que la mayoría no sabía era que se trataban de una doctorada (en formación) en Derecho Internacional y un estudiante de Interpretación y Traducción, algo que le venía muy bien en el mundo del modelaje.


Marceline decidió seguir los pasos de su padre, motivada por las situaciones tan adversas a las que tuvo que enfrentarse su madre hasta que conoció a su padre. Ella no quería heredar la mafia, ninguno de ellos quería, así que Hunson decidió que, después de tanta antigüedad y fortuna, había llegado la hora de despedirse de la mafia. La mafia fue disuelta, cosa que costó mucha sangre humana, pero ahora se centraría en su principal objetivo, defender los Derechos Humanos, asesorar a su hija en su tesis y cuidar de su familia.


Entraron y Marcy besó a Bonnie en su sien con ternura, mientras enlazaba su brazo en su cintura y la atraía a ella. Llegaron al enorme salón, encontrándose un auténtico festín con platos de todas las culturas y de todos los sabores, desde aperitivos hasta suculentos postres. La pareja se quedó estupefacta, abriendo sus bocas y ojos a más no poder, ¡¿cómo iban a comer todo eso?! ¡Ese banquete rivalizaría con los de la Antigua Roma!


—Mamá, creo que te has pasado un poco… Es demasiado para cuatro personas, ¿no crees?


—No somos cuatro, somos seis.


—¡¿Seis?! ¿Quién más vendrá?


—No hay que ser ningún lince para adivinarlo. Deben de estar al llegar, ya que lo dijiste anoche, decidimos hacer una comida familiar para celebrar muchas cosas —habló el abogado, sentándose en uno de los extremos de la mesa que apegaba a la chimenea para tenerla controlada en todo momento.


—Marshall no me dijo nada —contestó la morena, imitando a su padre, sentándose junto a su novia.


—Quizá creyó que no lo tomarías en serio.


—Bueno, es difícil tomarlo en serio si siempre anda de ligón tanto con hombres como con mujeres. Aún no he podido perdonarlo del todo, intentó conquistar a Bonnie, a la guardaespaldas de Gumball y a Gumball.


—Es un seductor nato, no puedes culparlo. —Lo defendió su padre con una sonrisa, él también fue así en su juventud y consiguió asentar su cabeza.


—No está bien crear ilusiones, me da igual lo que haga. Ha jugado con algo tan sensible como sus sentimientos.


—Vaya, hermana. Haces que suene como un chico realmente malo, ¿no?


—¡Marshall! ¡¿Gumball?!


—Buenas tardes, debo agradecer el detalle de habernos invitado a comer. Este idiota no lo demuestra, pero casi no ha dormido de la emoción.


—¡Gumma! —protestó avergonzado.


—¿Eso es que habéis vuelto?


—Bueno… nunca lo dejamos. Lo manteníamos en secreto y nos comportábamos con hostilidad frente al resto del mundo, queríamos tranquilidad y solo conseguimos muchas fans locas por nosotros —confesó sentándose cerca de su hermana, con una voz serena y una mirada complicada.


—Nunca quisimos mentiros, pero queríamos lo mejor para nosotros. Lo siento. Y debo disculparme también porque antes de salir con él, estuve tonteando con Fiona… —se disculpó el pelinegro.


—Bueno, dejemos eso para más tarde. La comida debe disfrutarse ahora para que esté deliciosa, no he estado toda la mañana en la cocina para que no se puedan distinguir todos los matices.


—Me alegra poder decir de nuevo que la familia está al completo. Os echábamos de menos, necesitamos a personas como vosotros para que controlen a nuestros hijos. Son demasiado impulsivos, aunque, ¿qué os voy a decir que no sepáis?


Todos rieron ante esa broma, comenzando a servirse de todo lo que había preparado la matriarca, quien los contemplaba feliz al ver sus rostros maravillados con su comida. Ser cocinera siempre fue su sueño, no todo el mundo tenía el poder de hacer sonreír con la comida y ella quería ser una de esas pocas personas. Ella quería que cualquier persona, de cualquier situación fuera feliz, aunque solo lo fuera por un momento, que olvidara sus penurias y disfrutara del momento al menos una vez en la vida.


—Por cierto, ¿habéis pensado cómo vais a afrontar esta situación en el reino?


—El hecho de que ambos herederos no puedan tener descendencia directa, ¿no? —dedujo Bonnibel, haciendo muestra de su intelecto privilegiado.


—Así es, ¿lo saben vuestros ciudadanos?


—El problema no va a ser solo ese. Para que haya descendiente, deben aprobar la relación. Las Cortes deben aprobar las relaciones, al menos en teoría, aunque está más que claro que sus palabras no nos importan. Siempre se puede recurrir a la adopción o la fecundación in vitro, en pleno S. XXI no hay ningún problema —dijo el pelirrosa, después de haber comido un trozo de jugoso pollo en salsa de frutos secos.


—El problema será enfrentarse a todos los comentarios y especulaciones que serán portada de toda la prensa internacional por una buena temporada. Parece mentira que en pleno S. XXI, no se pueda tener libertad de decisión. Nuestros ancestros lucharon por los derechos, la libertad y la igualdad y ahora nosotros nos hemos vuelto tan críticos, nos parece todo mal… A las generaciones anteriores no podían prohibirles nada, pero nosotros queremos prohibirlo absolutamente todo. Ya no salimos a manifestaciones con sentido, salimos en manifestación para intereses propios que beneficiarán a unos pocos o reivindicando más derechos que sobrepasan a la mayoría de personas. Me estoy especializando en Derecho Internacional porque quiero ser un apoyo firme para Bonnie y porque quiero conocer la situación real de las personas fuera de las democracias, me parece que hemos olvidado que no todo el mundo disfruta de estos privilegios, por lo que intentamos restringirlos. Creemos que, si nosotros los tenemos, en el resto de países deben de estar en la misma situación, pero no es así, tan solo una ínfima parte de los países del mundo goza de una total libertad en todos los sentidos de la palabra. —Marceline sorprendió a todos con esas palabras diplomáticas, no solo amaba y entendía de música, el Derecho no podía resistirse a su cabellera larga.


—Eso es cierto, solo hay que ver nuestra situación. Se supone que estamos en un país libre y con democracia, pero, aun así, tenemos miedo a expresarnos como somos por miedo a salir lastimados. No podemos proclamar abiertamente nuestra orientación porque nos juzgarán y darán la espalda. Vivimos escondidos, sumidos en la oscuridad y mintiéndonos a nosotros mismos para contentar al resto de las personas incultas e ignorantes de cabeza cuadrada. En vez de haber seguido hacia delante, hemos ido hacia atrás en ese sentido. Eso demuestra que la evolución no es siempre a mejor. —La voz con la que pronunció esas palabras, tan ciertas como dolorosas y realistas, consiguió que se estremecieran—. Esta situación es estar en una cárcel de la que no puedes escapar porque esa cárcel eres tú mismo cuando no te aceptas. Y lo peor es que nadie va a venir a salvarte, porque las personas que te comprenden o están en tu situación o tienen miedo de dar la cara y que les den la espalda. Vivimos en un mundo lleno de prejuicios, aunque nos consideramos abiertos de mente. Tenemos miedo de lo que la gente piense de nosotros, nos hemos olvidado de que no hay nada más poderoso que la fuerza de voluntad, el amor por sí mismo y la confianza propia. No necesitamos que nadie nos diga que lo que hacemos está bien o mal, porque hacemos lo que sentimos y ese es un motivo suficiente para saber que hacemos lo correcto, no hacemos daño a nadie, no faltamos el respeto. Solo somos nosotros mismos.


—Eh, princesa, respira. Te has motivado demasiado… —susurró mirándola sorprendida, colocando sus mechones tras su oído, besando su frente como signo de aprobación y orgullo, enlazando sus dedos.


—Vaya, cuñada, creía que no eras tan sentimental.


—Los consejeros no pudieron adoctrinarnos tanto como quisieron, ese es el motivo —respondió William, levantándose de su sitio para arreglar su ropa.


—¿Vais a venir por Navidad?


—Bueno, lo haremos si vosotros vais a palacio en Nochevieja, ¿de acuerdo? —negoció la soberana del Reino de Dulce, mostrando sus capacidades de negociante.


—No podemos negarnos a eso. Será todo un placer.


—¿Os vais ya? —dijo Jane algo desanimada, había imaginado que todo sería mucho más largo.


—Sí, Gumball debe regresar al palacio para una reunión que tiene mañana a primera hora y yo debo de aprovechar el resto del tiempo para estudiar mis exámenes.


—Nosotras nos vamos también, debo profundizar en mi tesis y componer y ella debe trabajar en su artículo y redactar el discurso que debe de dar el primer día del año. —Se despidió besando su mejilla con fugacidad.


—No pongas esa cara, volveremos. ¡Lo prometo! —La pelirrosa se acercó a ella y besó su mejilla con afecto, ella tampoco quería marcharse, pero el deber estaba antes que el ocio.


—Prométeme que la cuidarás. Es lo más preciado de mi vida, tu hermano ya lo sabe, pero no te lo había pedido directamente…


—Tranquila, yo cuidaré de ella. Soy una mujer con carácter, puedo manejarla a mi voluntad si utilizo los ojitos.


—Bonnibel, te has convertido en una bella joven. Espero poder ver tu crecimiento más a menudo y no de cuatro en cuatro años. Sé que mi hija te aprecia más que a su vida misma, ella me confesó que si estaba viva era por ti, no porque la llevaste al hospital, sino porque fuiste su motivo para seguir transitando el camino de la vida. Has sido su inspiración desde que comenzó a escribir sus primeros poemas y sus primeras letras, ella creyó que no sabía que estaba enamorada de ti, pero siempre lo hemos sabido. No quisimos entrometernos, porque la naturalidad y la tensión entre vosotras os hace perfectas la una para la otra. Me alegro de haberte visto, ¿me darás un abrazo como el que le has dado a mi mujer?


Ella se lanzó a sus brazos, hundiendo su rostro en su pecho masculino y aferrándose con fuerza a su espalda, extrañaba sentir esa calidez fraternal. Extrañaba sentirse parte de una familia, reír en compañía, ver a su hermano feliz, tener esos momentos de complicidad colectiva… Los Abadeer habían cambiado su vida en todos los aspectos y no se arrepentía de ello. Ella quería seguir transitando el camino de la vida junto a Marceline, tomadas de la mano y superando las adversidades, porque si había algo que se le resistía a una, juntas conseguirían lo que se propusieran. Unidas eran invencibles, perfectas, valientes… Unidas lo tenían todo.


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