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Kingdoms por KittieBatch

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Notas del capitulo:

Gracias por todo el apoyo a esta historia, espero que les guste este capítulo ¡Gracias por leer!

-El Príncipe-

Loki abrió los ojos desde muy temprano, consideró quedarse en cama, sin embargo se aventuró hacia el baño tomando una ducha y vistiéndose para el nuevo día, Thor aún descansaba así que con suavidad se deslizó hacia su biblioteca personal donde se encerró para seguir explorando la legislación danesa. Tomaba notas y escribía una que otra sugerencia o duda sobre la traducción correcta de alguna palabra que desconocía, después preguntaría a Thor, él lo ayudaba mucho con cosas del idioma que algunas ocasiones desconocía. Y no es que no dominara la lengua danesa, sin embargo, sus conocimientos de algunas palabras antiguas era pobre. 

-¿Buenos días?- la voz ronca y gruesa de su esposo lo hizo saltar de su asiento. 

-Buenos días ¡me asustaste!- reclamó recuperando la calma al ver como ese hombre con los cabellos revueltos y en ropa interior se acercaba a él aún adormilado. 

-Lo siento, solo quería asegurarme que estás bien, tu lado de la cama está frío ¿hace cuánto te levantaste?

-Cerca de las cinco, no podía seguir durmiendo y decidí invertir mi tiempo en algo productivo- Thor tomó asiento a su lado y sin mucho pudor lo rodeó con un brazo,  para Loki la anatomía del Alpha aún lo confundía, es decir, los pocos acercamientos que tuvo antes con Alphas se trataron de mujeres y ninguna tenía los brazos tan grandes como su esposo. Llegaría el día que alguien disfrute de ellos, pero Loki no sería esa persona. 

-¿Necesitas ayuda?- ofreció el rubio al observar una lista de palabras anotadas. 

-¿Puedes decirme qué significan? 

-Claro, es un danés muy antiguo pero las conozco- comentó el Alpha tomando la lista y explicando palabra por palabra, su uso y todo lo que Loki deseara saber, el brazo del rubio no se apartó en ningún momento del talle de su esposo, debía admitir que pasar tiempo con Loki era relajante, había aprendido algunas cosas sobre como comportarse con Omegas, hasta su boda, a Thor el tema lo tenía sin mucho cuidado, sin embargo Loki hizo que se diera cuenta que no puede ignorar a esa parte de la población, que no le agrade la idea de hacer vida junto a un Omega no significa que deba olvidarse de ellos y sus necesidades, para Thor, ver a alguien de otro Reino ocuparse con tanta devoción de su Pueblo le hizo sentir que necesita cambiar. 

En algún momento Thor descansó su mentón en el hombro de su esposo, el aroma de las flores volvió a él haciéndolo aspirar profundo, pronto se había acostumbrado a que su cama tuviera ese aroma dulce y suave, definitivamente Loki escogió el mejor aroma para enmascarar el suyo. -Loki... ¿puedo preguntar algo?- susurró y sintió asentir a su esposo que seguía anotando palabras en su lista -¿A qué hueles?

-Creo que a flores... como siempre- comentó sin poner mucha atención a que su esposo intentaba captar su verdadero aroma. 

-No hablo de tu perfume, hablo de tu aroma real... los Omegas tienen aromas muy particulares, y desde que te conocí jamás lo he sentido.

-Eso es porque mi perfume y los supresores hacen un trabajo increíble ocultándolo, entre otras cosas que utilizo... El aroma de un Omega es algo molesto si no te gusta convivir con nosotros, te expliqué antes que no quiero incomodarte. 

-Y lo agradezco- murmuró sin apartarse de él, dejando que una de sus manos se deslice tímidamente por la delgada cintura de Loki, al tocar esa parte del cuerpo de su esposo sintió un cosquilleo extraño, no fue desagradable, simplemente extraño -Pero estoy haciendo un intento de mejorar mi interacción con Omegas y quizás debería comenzar contigo.

-¿De qué hablas?- Loki observó a su esposo sin comprender nada, no era consciente de lo cerca que estaban, de los brazos del Alpha rodeándolo, casi reclamando el por qué se hallan siempre tan lejos. 

-Digo que no tienes que esconder tu aroma si es por mi causa... 

-No quiero volver incómoda la forma en que nos relacionamos, compartimos cama Thor, se impregnará a ti. 

-Estaré bien, lo prometo, haces tantas cosas por ayudar a mi gente, más de las que yo hago, no quiero que encima de todo tengas que ocultarte, eres el Príncipe, el ejemplo a seguir de muchas personas, tú más que nadie tiene derecho a ser libre- una sonrisa iluminó el rostro de Loki, no porque tenía la opción de no usar los supresores, sino porque Thor por primera vez desde que se casaron tenía en cuenta el hecho de que son esposos. 

-A decir verdad, no siempre he usado supresores, tomé medidas para este año... no me gusta tomarlos cada día de mi vida, saber que puedo no tomarlos todos los días es un alivio.

-¿Un alivio? ¿Pasa algo? ¿Te hacen mal?

-En realidad sí, no solo a mí, a todos los Omegas, nosotros tenemos que ocultar nuestro aroma con supresores, los genéricos no siempre funcionan, así que se acude a otros de mayor impacto pero que también presenta mayores riesgos, los collares pueden ser muy caros, y el uso frecuente de supresores puede causar muchos problemas, cáncer, desajustes hormonales, incluso infertilidad.

-No sabía que esas cosas pasan Loki, con mucha más razón no los uses, no arriesgues tu salud por una tontería mía. ¿Comprendido?

-A partir de hoy solo los usaré para evitar la época del celo, no queremos que eso suceda, no es parte del trato- Thor afianzó el agarre en la cintura de Loki, algo en él se sintió molesto, pero no fue consciente de ello, simplemente fue una sensación que se instaló. 

Así permanecieron por largos minutos hasta que los llamados insistentes a la puerta de sus habitaciones interrumpieron esa atmósfera pacífica que los cubría. 

-El desayuno- murmuró Loki y ambos soltaron un suspiro de resignación, ese tiempo juntos resultó muy agradable. Thor abrazó a su esposo con fuerza antes de alejarse e ir a abrir. 

-¿Vienes a desayunar?- Thor llamó desde la terraza y Loki se puso en pie yendo a él, algo había cambiado entre ellos, se sentía en el ambiente, incluso todas las personas de Palacio se sentían de mejor humor. 

Esa tarde, cuando Loki analizaba los planes sobre lo que debían hacer para abolir las leyes que aún restringen la libertad de los Omegas, cuando un Alpha rubio apareció en el salón -¡Volví!- su voz irrumpió la quietud del recinto haciendo que Loki derrame su taza de té sobre la mesilla. 

-¡Ten más cuidado!- regañó sin molestarse en voltear siquiera hacia el culpable. 

-Así que este es el delicado ejemplar que mi primo se consiguió- el rubio se acercó a Loki tomando una de sus manos y dejando un beso en su dorso -Encantado de conocerte Príncipe, si no estuvieras casado con mi primo, no volverías a dormir en meses...

-¡Suéltame!- exigió alejando su mano sin mucho cuidad -¿quién demonios eres?

-Vaya carácter, soy Fandral, primo de tu esposo, así que tu eres mi primito ahora ¿no vas a darme un cálido recibimiento?- sonrió coqueto sin dejar de repasar con la mirada al Omega que llegó a convertirse en el esposo de su primo. 

-Eres un idiota- murmuró despectivo intentando pasar de él, sin embargo lo tomó por la cintura pegándolo a su cuerpo. 

-Mi primo tiene tanta suerte, que daría yo por hacerte tantas cosas- susurró en su oído acariciando su espalda. 

-¡Suéltame!- gritó molesto empujándolo para apartarlo. 

-Por ahora, un Omega sin marca puede ser compartido, aunque puedo esperar a que vengas a mí. 

-¿Ves esto?- Loki señaló su anillo -Estoy casado, muy casado, con Thor. 

-¿Y eso qué? Te prometo que soy mejor amante que él, y todo va a quedar en familia, gatito- Fandral intentó acercarse nuevamente pero Loki se alejó rápidamente de él. 

-No te hagas ilusiones conmigo- comentó al salir de la habitación, sobre él pesaba el aroma del Alpha, sintió la necesidad de darse un baño, de limpiarse de ese aroma desagradable, quizás por la forma en que se conocieron o porque había algo en ese hombre que le desagradaba, no era lo mismo que tener sobre sí el aroma de Thor, con él jamás fue molesto, aunque estaba predispuesto a que no le gustara su presencia, desde que se encontraron jamás se sintió presionado por él, jamás lo hizo sentir como un pedazo de carne, como algo que pueden tomar a su sabor y antojo.

Loki caminaba apurado hacia sus habitaciones, con cada segundo el aroma del Alpha pegado sobre su cuerpo lo hacía sentir peor, como si algo en él estuviese sucio, entonces una idea cruzó por su cabeza ¿acaso siempre sentiría eso cuando alguien se acercara a él con deseo? ¿cómo podría tener una pareja si no puede soportar que alguien toque partes de su cuerpo que deberán ser exploradas por un amante?

-Su Majestad, disculpe que lo interrumpa, pero el Príncipe Loki luce extraño, se le vio por el Palacio muy pálido y casi corriendo a sus habitaciones.

-¿Loki está mal?- Thor se encontraba analizando un acuerdo comercial junto a su padre cuando una de las mucamas apareció para informarle aquello. –Disculpa padre- dijo antes de salir preocupado en dirección a sus habitaciones, Loki solía mantener una imagen de figura etérea frente a todos, un ser divino, y que se notara afectado seguramente demostraba que algo grave estaba pasando en él.

-Hey, hey primo ¿no me extrañaste?- Fandral apareció a medio camino con su sonrisa de Don Juan y una copa de vino en la mano.

-¿Cuándo llegaste?-  Thor comentó alegre al ver a su primo, justo cuando estaba por darle un abrazo de bienvenida notó el perfume de Loki sobre él y un gruñido salió de sus labios -¿Qué le hiciste a mi esposo? ¿Acaso te atreviste a tocarlo?- gruñó amenazante.

-Hey tranquilo, solo lo saludé con un abrazo de primos, no haría nada con él, es tu esposo… ¿no tiene un gemelo? ¿un clon? Porque primito, si no vas a usarlo, yo si quiero hacerlo, tiene una boquita y ese trasero…

-No lo toques- siseó molesto, jamás pensó reaccionar así, pero sentía que era un deber proteger a Loki de Fandral, un casanova, un seductor. No permitiría que tocase a Loki.

No esperó a tener una respuesta y volvió a sus habitaciones, allí se encontró a Loki sacándose la ropa a toda prisa, Thor se quedó de piedra, era la primera vez que veía su torso desnudo, algunas ocasiones la pijama se resbalaba por sus hombros dejando ver un poco más de piel, sin embargo jamás tuvo ocasión para apreciar aquella piel tan delicada y clara, sus pezones rosados, la cintura delgada y firme, el cuello, su cuello en todo el esplendor, Thor apreció por primera vez la belleza del Omega y sintió que debía tocarlo, arrancar el aroma de otro de su cuerpo y dejar el propio por toda su piel.

-¿Qué te hizo? ¿Dónde te tocó?- Loki había escuchado a su esposo llegar pero se hallaba tan concentrado en quitar esa peste de sí, que lo ignoró hasta ese momento.

-Estoy bien, solo me daré un baño, necesito quitarlo de mí… no me gusta- dijo comenzando a desabrochar sus pantalones, entonces esos brazos enormes que ya conocía se posaron sobre él, envolviéndolo en un abrazo posesivo, los labios de Thor se dirigieron directamente a dejar besos sobre el cuello de su esposo, algo despertó en él, algo salvaje que gritaba por ser liberado. -¿Thor? Te prometo que estoy bien, tranquilo- pidió intentando parecer tranquilo, aunque su cuerpo comenzaba a sentirse extraño por esos besos y la fuerza de los brazos que lo sostenían.

-Deja que yo limpie todo rastro de él- murmuró guiando lentamente a Loki hacia el borde de la cama, sus brazos no se apartaban de él, necesitaba sentirlo tanto como pudiera. –Él te desagrada ¿cierto? No lo quieres cerca ¿verdad?

-Sí, no me gusta… me hace sentir enfermo- contestó sin saber realmente porqué, pero su cuerpo comenzaba a reaccionar ante los besos de Thor, en algún punto el rubio logró hacer que voltease y se encontró con un par de ojos azules chispeantes, no tenía que ser un genio para adivinar que era el Alpha despertando, protegiendo lo suyo. Loki sabía que estaba a tiempo de detenerlo, de calmarlo, sin embargo esos ojos derritieron cualquier respuesta racional de su cerebro, cuando los labios de Thor robaron el primer beso, Loki no pudo hacer más que seguir el beso reclamando la ausencia del Alpha, nada seguía la lógica del trato, pero en ese momento no importó nada.

Lo único real era que sus labios se encontraron en un baile de besos y mordidas que hacían subir la temperatura de la habitación cada vez más, las manos de Loki se dirigieron a desabrochar la camisa de Thor, con algo de esfuerzo logró hacer que el pecho desnudo de su esposo quedara a su disposición y sus manos se pasearon por el abdomen que veía todas las mañanas pero que jamás se atrevió a explorar. El Alpha parecía no poder resistir y con suavidad empujó al Omega hacia la cama, posándose sobre él, sus besos no se detenían, las caricias tampoco mermaban, de pronto se descubrieron hambrientos del otro, Thor tomó un respiro de los labios adictivos de su esposo y bajó en una línea de besos por ese cuello que lo invitaba a que dejase su marca, sus besos continuaron hasta llegar a sus pezones, con delicadeza pasó la punta de la lengua por los botones rosas que se alzaban erectos para deleite de Thor. Fue entonces que pudo escuchar fuerte y claro el sonido lo volvería loco para siempre, un gemido se escapó de los labios de Loki, no cualquier gemido, era claro, lleno de deseo, ansioso de lo que sigue a ese ritual de besos y caricias.

-Quiero tenerte- pidió Thor, para ese punto, era su naturaleza la que hablaba, el deseo de poseer a Loki, todas esas sensaciones que sin querer se acumularon desde la primera vez que se vieron.

-Sé cuidadoso- murmuró Loki –eres el primero- confesó con las mejillas completamente rojas y una sonrisa suave apareció en los labios del Alpha, aquel sería un honor que se tomaría con lentitud. Obedecería el llamado que Loki ejercía sobre su cuerpo, sobre su voluntad, pero también le enseñaría el placer, lo guiaría por las sensaciones inexploradas del sexo.

 


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